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SEPTIEMBRE — OCTUBRE DE 1958
MEMORIAL
D E L
EJERCITO DE CHILE
Revista bimestral
Organo oficial del Estado Mayor del Ejército
Oficinas: Alonso Ovalle 1187 — Teléfono 65271 — Anexo 220
AÑO XLV N.º 250 2.º Semestre
S U M A R I O :
EDITORIAL
.
EL 18 DE SEPTIEMBRE 3
FOTOGRAFIA DEL PRESIDENTE ELECTO DE CHILE, GENERAL
DON CARLOS IBANEZ DEL CAMPO 5
EFEMÉRIDES 7
TEMAS MILITARES:
1.—LOS PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA.—Por el Mayor Renato Lei-
va Opazo 9
2—ARMAS O AGRUPACIONES DE COMBATE.—Por el Mayor Juan
Forch P 29
3.— RESUMEN DE LA EVOLUCIÓN DE LAS IDEAS SOBRE ARTILLE-
RÍA.—1914-1918.—Por Henrique Barqueiro (Río de Janeiro) 33
4.—ALGUNAS INFORMACIONES SOBRE EL SERVICIO DE SANIDAD
DEL EJERCITO ESTADOUNIDENSE Y EL RECLUTAMIENTO DE
PERSONAL ALISTADO.—Por el Capitán de Sanidad Mario Tapia
Caballero 37
5 —AGRUPACIÓN DE COMBATE DE COMPAÑÍA— Por el Capitán
Sidney B. Berry, Jr. Traducido por el Mayor Roberto Proust. Jiménez 47
HISTORIA Y GEOGRAFÍA:
1.—INDEPENDENCIA DE CHILE.— Por el Coronel Armando Cattani,
Agregado Militar a la Embajada del Brasil 51
De la vuelta
2 OFICIALES AGRACIADOS EN UN CONCURSO:
— DON .IOSE MIGUEL CARRERA.—Por el Teniente Coronel Ma-
nuel Reyno Gutiérrez.
— JOSE MIGUEL CARRERA.-4 DE SEPTIEMBRE DE 1821.—Por
el Mayor Miguel Caviedes Llanillos 53
3—METALES DE LA RAZA: EL MAYOR DON RAMON DABDIGNAC—
Por el Mayor (R) Edgardo Andrade Marchant ... ...... 57
4. —NOTAS AL MARGEN DEL TOMO XVI DE UNA HISTORIA DE
CHILE, (Continuación).— Por el General de División Jorge Carmona
Yáñez 63
5.—PASCUA SE HACE CHILENA.—Por el Mayor (R) Edgardo Andrade
Marchant 75
DE NUESTRO CANJE:
1—EL DESAPRECIO DE LAS FUNCIONES DE UN OFICIAL DE ES-
TADO MAYOR.—EL G3, ZONA DE ETAPAS.—Por el Teniente Co-
ronel Robert C. Forbes, Infantería Instructor, Escuela de Comando
y Estado Mayor. (De la "Military Review") 79
2. LA INFANTERIA NECESARIA,—Por el General de División Gur-
nier, Inspector de la Infantería francesa. De la publicación "Revue
Militaire d'Informatio'', (Traducción del Teniente Félix Carrasco, de
la Escuela de Aplicación) — (De la Revista "Ejército", de España) 91
3—LO QUE PODEMOS ESPERAR DEL BLINDAJE. EL DESARROLLO
DEL ARMA BLINDADA EN LOS EE. UU. DESDE 1945 A 1951 (Por
el Teniente Coronel Paul L. Bogen, Instructor de Blindaje, Esc. de
Cdo. y E. M 111
4—EL ADIESTRAMIENTO DE REEMPLAZOS DE BAJAS.—Por el Co-
ronel Lloyd R. Moses, Infantería. Oficina del Subjefe de Estado Ma-
yor, G3, Departamento del Ejército. (De la "Military Review") ... 121
CRONICA:
1.— REPRESENTACION DEL EJERCITO TRIUNFO EN EL CERTAMEN
DE TIRO AL BLANCO DISPUTADO ENTRE LAS FUERZAS AR-
MADAS 137
2 —CEREMONIA PATRIOTICA REALIZADA EN OLLAGÜE Y SO-
COMPA 145
3.—HOMENAJE RENDIDO A LA MEMORIA DE DON JOSE MIGUEL
CARRERA 147
4.—DISTINCION OTORGADA A UN OFICIAL DEL EJERCITO DE
CHILE 148
5. — ANIVERSARIO DE UNIDADES Y REPARTICIONES 149
NECROLOGIA:
— TTE. CORONEL (R) DON ROBERTO IZQUIERDO SILVA 163
— SUBTENIENTE (R) DON FELIPE FIGUEROA PÉREZ 163
— SUBTENIENTE (R) DON CARLOS CANIFRU GOMEZ . . . 163
— SARGENTO 2.º FERNANDO SEPULVEDA MILLAN 164
EL 18 DE SEPTIEMBRE
Hace 142 años que la patria chilena proclamó su determina-
ción de regirse políticamente, rompiendo su calidad de colonia
de España. Este fenómeno engranaba con otros similares de los
demás países americanos, y era la consecuencia de una revolu-
ción de los espíritus madurada especialmente en Francia, y co-
menzada en Filadelfia, e incendiada en postulados y mística de
libertad y de derechos desde la caída de la Bastilla.
Nuestro 18 de septiembre de 1810, fué largamente prepa-
rado y, se llegó a él, porque desde 1804 comenzó la lucha ideo-
lógica o preparación del alma criolla, en terrenos de derechos
administrativos, económicos y cívicos, que hasta entonces es-
taban completamente dominados por los peninsulares que nos
hacían la gracia de llegar a esta última región del mundo y ex-
tramuro del imperio.
Si bien es cierto que hay unidad fenoménológica en las di-
ferentes revoluciones americanas y en especial entre las sud-
americanas, no es menor la diferencia del proceso y hecho mis-
mo entre ellas, de acuerdo con las características nacionales que,
en esa época, algunas naciones ya habían constituido firme-
mente.
Por razones de sangre ,de clima y medio geográfico, de cos-
tumbres, y de lucha económica como en la expansión física de
nuestras fronteras interiores, nuestra emancipación fuá severa,
y su primer acto ostensible y valedero, tuvo majestad ciudadana;
expresión de voluntad popular, y juego armonioso del derecho
y la fuerza que de esencia nace de ella misma para cuidarla.
Podríamos haber escogido varias fechas, para fijar el ani-
versario de nuestra independencia, y algunas de más heroísmo y
clima revolucionario romántico que el 18 de septiembre de 1810.
A saber: las jornadas de julio de ese año, en que el pueblo de
Santiago obligó a García Carrasco, Gobernador de Chile a entre-
MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE
gar el mando; el 12 de febrero de 1818, en que se juró y se declár
ró la Independencia de Chile; o Maipo, en que se consolidó defi-
nitivamente nuestra República. Pero, en justicia y lógica, en
consideraciones de una biología realista de nuestra libertad
emancipadora, el 18 de septiembre fué lo más espontáneo, y lo
más completo, y lo más democrático.
Aquel día, culminó el proceso de lucha entre el Cabildo crio-
llo y la Real Audiencia. Por su esencia la representación muni-
cipal era de médula democrática, en lo que más se podía exigir
a la democracia de ese entonces. La forma en que se fundamen-
tó el cambio de régimen, fué jurídicamente valedera e inteligen-
temente presentada en forma y fondo. Y, razón sin espada no va-
le; afuera del salón del acto solemne, había tropas leales al de-
recho que ejercitaba sus premisas y hacía resonar sus conclu-
siones.
Un acto completo, con militares respetuosos de la ley y vo-
luntades populares y de corporaciones; algo raro, para esos años,
en que el caudillismo brilló en todas las asonadas revoluciona-
rias, y en que los clanes aristocráticos pasaron peleando sus he-
gemonías sociales y políticas.
Esto hace que en la génesis de nuestra independencia, se
den la mano civiles y militares, dos espíritus que a veces se di-
vorciaron, como fruto de toda ebullición de naciones desgaja-
das de su pasado en forma abrupta, violenta, revolucionaria.
Armonía, que cuando fué superada la, etapa de la auto-organi-
zación política republicana, ha seguido conciente y fundida en
el más severo respeto de las Fuerzas Armadas por la Constitu-
ción y Leyes.
En el 18 de septiembre histórico, está funcionalmente tam-
bién la celosa guardia de las armas de la patria a la voluntad na-
cional. Quizás si por ello, es que el 19 del mismo mes: DIA de
las GLORIAS DEL EJERCITO, escolta la fecha mater de la
República de Chile.
LA DIRECCION DEL "MEMORIAL DEL EJERCITO DE
CHILE", en Su deseo de cumplir oportunamente con sus subs-
criptores y ante la imposibilidad de que el instituto Geográfico
Militar pueda ajustarse a los plazos de entrega, debido a múl-
tiples trabajos extraordinarios que ha debido desarrollar, se
ha visto en la necesidad de contratar los servicios de una
imprenta particular y aunque esto le significa un mayor desem-
bolso, ha encontrado la manera de financiarlo sin mayor costo
para los subscritores.
LA DIRECCIÓN DEL -MEMORIAL DEL
EJERCITO DE CHILE"
4
GENERAL DON CARLOS IBAÑEZ DEL CAMPO , ELEGIDO POR LA
VOLUNTAD CIUDADANA DEL PAÍS, EL 4 DE SEPTIEMBRE, PARA
TERCIAR POR SEGUNDA VEZ LA BANDA PRESIDENCIAL. POR EL
PERIODO 1952-1958.
"EL MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE" HONRA SUS PAGINAS CON
EL BENEMERITO SOLDADO QUE OCUPARA EL SILLON DEL FUNDADOR
DE NUESTRA LIBERTAD, GENERAL DON BERNARDO O'HIGGINS, OTRO
SOLDADO DE LA PATRIA.
EFEMERIDES
SEPTIEMBRE
4 de 1821.—Muerte del General don José Miguel Carrera en
Mendoza.
7 Aniversario de la Independencia del Brasil.
7 de 1820.—Desembarco de la Expedición Libertadora al Perú
en Paracas.
7 de 1820.—Ocupación de Pisco. (División Las Heras).
9 Aniversario de la Academia de Guerra, del General Carlos
Sáez Morales. (Santiago).
15 Aniversario de la Independencia de Guatemala y demás na-
ciones de Centro América.
15 Aniversario del Estado Mayor General del Ejército. (San-
tiago) .
16 Aniversario de la Independencia de México.
17 de 1843.—Se inaugura la Universidad de Chile.
18 de 1810.—ANIVERSARIO DE LA INDEPENDENCIA DE
CHILE.
18 de 1817.—Se decretó el uso de la actual bandera nacional.
18 Aniversario del Regimiento de Caballería N.9
2 "Cazadores",
del General Manuel Baquedano. (Santiago).
19 DÍA DEL EJERCITO DE CHILE.
20 de 1819.—Se adopta la primera Canción Nacional Chilena.
(Letra de Bernardo Vera y Pintado, música de Manuel
Robles).
21 de 1873.—Toma de posesión de Magallanes. (Fuerte Bulnes).
23 de 1819.—Se decretó el uso del segundo Escudo Nacional.
24 Aniversario del Regimiento de Ingenieros Motorizado N.º 1
"Atacama", del Comandante Ricardo Santa Cruz. (Co-
piapó).
25 de 1865.—Declaración de Guerra a España. (Presidente Pé-
rez) .
26 Natalicio del Rey de Dinamarca. (Fiesta conmemorativa de
esa nación).
26 de 1845.—España reconoce la Independencia de Chile.
30 Aniversario del Grupo de Ingenieros N." 6 "Membrillar", del
General Juan Mackenna. (Rancagua).
30 de 1812.—Se exhibió oficialmente el primer escudo nacional.
30 de 1897.—Muerte del General don Manuel Baquedano.
EFEMERIDES
OCTUBRE
1 y 2 de 1814.—Batalla de Rancagua.
2 Aniversario del Regimiento de Caballería N." 3 "Húsares",
del General José Miguel Carrera. (Angol).
5 Aniversario del Regimiento de Infantería N.º 9 "Chillan", del
General Bernardo O'Higgins. (Chillan).
5 Aniversario de la República del Portugal. (Fiesta conmemo-
rativa de esa nación).
8 Aniversario de las Fábricas y Maestranzas del Ejército.
(Santiago).
8 Aniversario del Regimiento de Infantería N.º 8 "Tucapel",
del General Juan Gregorio Las Heras. (Temuco).
8 de 1879.—Toma del Huáscar. (Combate Naval de Angamos).
10 Día del Ingeniero Militar.
12 de 1492.—Descubrimiento de América.
14 Aniversario de la República China. (Fiesta conmemorativa
de esa nación).
15 de 1840.—Wheelwright establece la primera línea chilena de
navegación por intermedio de los vapores "Chile" y "Pe-
rú", que hacen, en este día, su entrada, a Valparaíso.
17 de 1813.—Combate del Roble. (O'Higgins).
18 de 1817.—Se decretó el uso de la actual bandera nacional.
18 de 1866.—Fallecimiento del Ilustre General don Manuel Bul-
nes.
18 de 1883.—Tratado de Ancón que puso fin a la Guerra del Pa-
cífico.
20 Aniversario del Regimiento de Infantería Reforzado N.º 3
"Yungay", del Coronel Nicolás Maruri. (San Felipe).
24 de 1842.—Muerte del Capitán General de los Ejércitos de
Chile, Brigadier de los de Buenos Aires, Mariscal del Pe-
rú y Director Supremo de la República, don Bernardo
O'Higgins.
TEMAS MILITARES
LOS PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA.
Mayar RENATO LEIVA OPAZO
Creemos indispensable pedir a nuestros lectores que para
criticar las ideas que ahora expondremos tengan a mano los ar-
tículos que en el curso del presente año hemos venido publican-
do en el "Memorial de Ejército de Chile''.
Si tal sucede no podrán aparecer dudas acerca de la razón
que nos asiste al tratar de bosquejar los principios de esta cien-
cia y, por otra parte, no quedaremos como responsables de la
desilusión de tantos que, con base en el título, pudieran creer
que hemos tenido el valor de enfrentar lo desconocido y presen-
tar, por fin, la verdad encerrada u ocultada por el tabú.
No, la guerra desde que apareció en el mundo ha sido es-
tudiada por sabios, filósofos y profesionales distinguidos, de cu-
yos escritos hemos tomado modestamente sus conceptos para
exponerlos de acuerdo con la evolución que, en oportunidad an-
terior, dijimos que había sufrido el hecho social máximo.
Alejados ya de esa época en que se discutiera que la gue-
rra era una ciencia o un arte o ambas cosas a la vez y separa-
dos de ella por el período de transición en que se hablara de la
existencia de ciencias de conducción bélica, miramos nuestros
días y pensamos en el futuro de la ciencia de la Estrategia, en-
cargada, como hemos dicho, de la preparación, dirección y eje-
cución de la guerra.
Si se quiere, a la simple vista, sólo se trata de un cambio
de nombres, pero si se analiza la evolución a que nos referi-
mos, tendremos que reconocer la necesidad de ampliar los con-
ceptos antiguos, modernizarnos y colocarnos a tono con la épo-
ca que vivimos.
No entraremos a poner en discusión a los que dicen que esta
ciencia tiene principios con los que se los niegan. La finalidad
de nuestra exposición es llegar a concretar los que a nuestra
manera de pensar imperan en ella y nos conformaremos, enton-
ces, con transcribir sin orden determinado lo que algunos au-
tores afirman en nuestro beneficio:
10 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE
GENERAL SE — MA: "La ciencia de la guerra se reduce
a ciertos principios, estos principios a ciertas reglas y estas re-
glas a ciertos usos determinados".
VEGECIO: "Para gozar de la paz debe saberse hacer la
guerra; para conseguir la victoria tener ejercitados a los sol-
dados y para salir victoriosos en la batalla pelear según princi-
pios y no fiarse del acaso".
NAPOLEON: "Los principios de la guerra son los que han
guiado a los Grandes Capitanes....".
JOMINI: "Buenas teorías basadas en principios verdade-
ros y justificados por los hechos son, en nuestra opinión, agre-
gados a las lecciones de la Historia, la verdadera escuela del
mando".
CLAUSEWITZ: "Principios, reglas, prescripciones y mé-
todos son conceptos imprescindibles para la teoría de la direc-
ción de la guerra, porque sólo en estos moldes puede encerrar-
se la verdad para que conduzca a positivas enseñanzas".
GENERAL PEUKER: "Aunque la historia de la guerra
no esté en condiciones de reemplazar la experiencia adquirida,
puede, sin embargo, prepararla. En la paz pasa a ser el ver-
dadero medio de aprender la guerra y de determinar los princi-
pios del arte de la guerra".
GENERAL ROJO: "Puede admitirse hoy que si nuestro
arte no tuviese principios resultaría un tanto estúpido hablar
de él; sus obras serían improvisaciones felices, pero arbitrarias;
y no lo son, ni pueden serlo, ni cabe aceptar que se realicen
obras geniales con base en que impere toda la inconsistencia
de lo instintivo y la cerrazón de lo dogmático".
GENERAL MARTÍNEZ de CAMPOS: "Los principios béli-
cos —en su conjunto— forman la técnica del mando".
ANTONIO FERNANDEZ DE ROTA y TOURNAN:
"¡Quién que sepa algo de los conocimientos no conoce que exis-
te, perfectamente condensada, una doctrina de la guerra, un
fondo común de opiniones y creencias acerca de este hecho so-
cial, que ha cristalizado en los principios de la guerra!".
Son muchos los autores que podríamos seguir enumerando,
pero creemos que lo hecho es suficiente para llegar a la misma
conclusión a que arriba el MARISCAL FOCH en su obra "LOS
PRINCIPIOS DE LA GUERRA": "El arte de la guerra, como
todos los otros, tiene sus teorías, sus principios, o bien no sería
un arte".
Mas veamos someramente que es lo que entendemos por
"principios" para determinar si, en parangón con el concepto
ley, tiene verdadera cabida en nuestra ciencia o será menester
adoptar los términos reglas, máximas o consejos que emplean
muchos autores modernos.
En el prefacio a la primera edición de su obra cumbre el
LOS PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA 11
MARISCAL FOCH establece que sus páginas dedicadas al es-
tudio de los principios podrían denominarse "Luz encendida
en una costa peligrosa para guiar al navegante" lo que nos per-
mite deducir que este gran conductor consideraba a los princi-
pios como el taro, que ilumina a un Capitán para que pueda ac-
tuar con éxito.
CULMANN, en su obra "Estrategia", dice: ""Los princi-
pios constituyen una guia dentro del campo de lo desconocido
y, como tales, tienden a fortalecer al comando en sus resolu-
ciones".
C. R. BROWN ha escrito: "Los Principios de la Guerra
han sido llamados "historia destilada". Son "cápsulas de sabi-
duría" que se han derivado del estudio de los triunfos y derro-
tas del pasado. Son guías en la formulación de una teoría de
guerra. Son la meta a conseguir en la lucha de una guerra. Son
nuestra ayuda para entender las esencias de un arte difícil".
El ya citado ilustre General español CARLOS MARTÍNEZ
de CAMPOS y SERRANO en su obra "Teoría de la Guerra" al
referirse a las reglas que esgrime el hombre para realizar una
obra, a imitación de la que ya hicieron otros, establece: "Cuan-
do aquellas reglas sirven para ilustrar a los futuros escritores,
convergen en sintaxis; cuando van a ser utilizadas para ense-
ñar a componer, se titulan armonía; y, en fin, se llaman princi-
pios de la guerra cuando tienen por objeto facilitar la buena
conducción de las diversas fuerzas militares".
"Son la ciencia que sirve de base al arte que cada cual eli-
ge por instinto. Son la abstracta teoría de lo que ha de conver-
tirse en práctica y, en todo cuanto se relaciona con la táctica y
la estrategia, integran el fundamento científico del sublime arte
de la guerra".
EL COMANDANTE JULIO CAMPO SEPULVEDA, mun-
dialmente conocido por sus obras filosóficas sobre el hecho so-
cial denominado guerra, refiriéndose a los principios, dice:
"Ellos son los carriles o vías que llevan seguramente a la so-
lución acertada de los casos por dilucidar".
Hemos seleccionado estas citas en razón del prestigio de
sus autores y porque ellas encierran el concepto que estimamos
que incide en la "verdad". Demás estaría, entonces, recurrir a
la enciclopedia para desechar otros términos y nos conforma-
remos con negar todo derecho a quienes pretenden decir que las
ciencias que dicen relación con la conducción bélica obedecen a
leyes inmutables.
La aplicación de las leyes se realiza sobre hechos que se
producen en circunstancias semejantes o idénticas y que pro-
vocan resultados rigurosamente iguales. Nada más ilógico que
el apoyarse en fórmulas o curvas exactas para demostrar la
validez de los principios de la conducción. Ciencias como la Es-
12 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE
trategia no pueden medir cuantitativamente las relaciones en-
tre causa y efecto, por tener que basarse solamente en las cua-
lidades de los hechos históricos y a una ciencia cualitativa no
es posible exigirle, aún, expresiones de forma métrica o de ca-
rácter absoluto.
Reconocemos y aceptamos, pues, la razón del empleo del
término "principios" para referirnos al fundamento de la cien-
cia de la Estrategia, pero como hemos citado autores que sólo
se refieren a la ciencia o arte de la guerra, creemos que sera
perdonable nuestra redundancia al agregar algunas palabras a
lo que ya hemos dicho para justificar nuestro abandono de los
conceptos de ciencia o arte de la guerra e inclinarnos hacia el
de Belicología y, dentro de ella, dedicar nuestro esfuerzo al es-
tudio de la Estrategia.
¡No hay más que leer con espíritu crítico las grandes obras
de los "maestros" como CLAUSEWITZ y FOCH o las máximas
de NAPOLEON para comprender que ellos nunca hablaron del
hecho mismo de la guerra como una ciencia o un arte! Así es y
así lo afirmamos; ellos, en el fondo, estudiaron la conducción
de las fuerzas y la actividad de éstas antes, durante y después
de la guerra. Ellos incluso nombraron a la Estrategia como la
ciencia que la regía y no podemos culparlos de no haberla abor-
dado en forma integral. Ya dijimos que Clausewitz, por ejem-
plo, fué un filósofo que se adelantó a su siglo y todos ellos
vislumbraron, a fuer de ser considerados como genios des-
orientados, la gran evolución que se avecinaba.
Vivimos y afrontamos un ambiente distinto que, a pesar
de lo visionario de sus espíritus, no lograron acertar totalmen-
te, porque la verdad es que la fantasía de un Julio Verne apa-
rece ahora como una mera comprobación de su título de "nove-
lista científico ', y ello pese a que este escritor francés alcanzó
a vivir en nuestro siglo.
No hay, pues, divergencia entre nuestras afirmaciones y
las enseñanzas de nuestros maestros, sino que, por el contrario,
existe un nexo firme y tangible que constituye el cimiento só-
lido sobre el cual montarnos nuestra teoría, pero reconozcamos
de una vez por todas que hablar hoy como antaño lo hicieron
ellos, sería lo mismo que pedir a un General que se dirigiera a
sus alumnos, empleando el lenguaje de un niño de tres años.
La evolución ha determinado que los que ellos llamaron
principios de la guera, para referirse a los fundamentos de la
conducción del hecho bélico, sean para nosotros, con algunas
variaciones, los principios de la Estrategia, ciencia que dice re-
lación con la conducción del hecho social guerra.
Para comprobar este aserto veamos como, determinados
autores tomados al azar, enuncian algunos de los principios co-
nocidos:
LOS PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA 13
SUN - TZU
Objetivo
Ofensiva
Concentración.
Movilidad
Sorpresa
Coordinación
TOWNSHEND
Objetivo
Ofensiva.
Masa
Movimiento
Sorpresa.
Seguridad
BONNAL
Economía de las fuerzas
Libertad de acción
Imponer la voluntad al adversario
VON BERNHARDI
Ofensiva
Reunión de las fuerzas
Elección de Dirección
Superioridad moral
Resolución de obtener la victoria
Relación entre ataque y defensa
La política en dependencia de la
Estrategia.
Iniciativa.
CULMAN
Ofensiva e iniciativa en las opera-
ciones.
Economía de los medios y matiza-
ción de las misiones.
Reunión de los medios.
Economía de Infantería.
Superioridad de Orientación
Seguridad.
Libertad de acción.
Sorpresa.
LOPEZ RIVAROLA
Ofensiva
Economía de las fuerzas.
Reunión de los medios.
Cooperación.
Coordinación de esfuerzos.
Rapidez de concepción y acción.
Iniciativa.
Seguridad.
Libertad de acción.
Sorpresa.
Unidad en todas las formas.
Unidad de dirección y comando.
NICOLAS MARSELLI
Atacar las comunicacio-
nes.
Línea interior.
Fuerza,
Actividad.
PRINCIPIOS NAPOLEONICOS
Actividad
Reunión de las Fuerzas
Firme resolución de morir con glo-
ria.
(De carta a Marmont).
ENRIC MORDACQ.
Ofensiva Estratégica.
Economía de las fuerzas.
Seguridad estratégica o libertad de
acción.
Masa.
Rapidez.
Destrucción.
CARLOS DELLEPIANE.
Potencia en el esfuerzo.
Economía de las Tropas.
Concentración de los medios.
Convergencia de los esfuerzos.
Ensambladura de las masas.
Seguridad.
Información, cobertura, protección.
Destrucción.
Rapidez, agresividad, energía, du-
reza, e inexorabilidad.
NICOLAS ACCAME.
Batalla en lo posible de aniquila-
miento.
Economía de las fuerzas.
Capacidad guerrera del ejército.
Línea interior.
Línea exterior.
Acción.
Propaganda de la guerra.
Seguridad operativa.
Factores morales.
Sorpresa.
Persecución operativa.
Retirada con miras a reacciones
ofensivas.
Aviación.
14 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE
MAC DOUGALL
Masa
Dirección.
N. B. FORREST
Masa
Dirección.
Ofensiva
Rapidez
MARISCAL FOCH
Economía de las fuerzas,
Libertad de acción.
Libre disposición de las
fuerzas.
Seguridad.
Etc.
FULLEE
Objetivo
Masa
Ofensiva
Seguridad
Sorpresa
Movimiento
CYRIL FALLS
Empuje firme y sin
desvíos.
Concentración.
Reconocimiento ofensi-
vo.
Protección
Sorpresa
J. H. UNWIN
Objetivo
Concentración
Ofensiva
Seguridad.
Sorpresa
Movilidad.
Economía de ¡as fuerzas.
Cooperación.
DEPTO. GUERRA N. A.
(1921)
Objetivo
Acción Ofensiva
Concentración de las
fuerzas.
Economía de las fuerzas.
Maniobra
Sorpresa
Seguridad
Sencillez
Unidad de mando
F. M. 190-5 U. S. A.
Objetivo
Ofensiva
Masa
Economía de las fuer;
Movimiento.
Sorpresa
Seguridad
Simplicidad
Cooperación.
COMITE EST. MAYOR
CANADÁ.
Selección y conservación
del propósito.
Acción ofensiva.
Concentración de las
fuerzas
Economía de las fuerzan.
Moviiidad.
Sorpresa.
Seguridad.
Mantenimiento de la
moral.
Cooperación.
Administración.
S. J. WATSON
Conservación del obje-
tivo.
Cooperación
Conservación de la mo-
ral
Acción ofensiva
Seguridad
Concentración y econo-
mía de las" fuerzas.
Sorpresa
Elasticidad
Administración
VICENTE ROJO
Fundamentales.
Voluntad de vencer
Acción de conjunto
Sorpresa
Derivados.
Masa
Economía de fuerzas
Libertad de acción
Articulación.
MARTÍNEZ DE CAM-
POS.
Fundamentales.
Libertad de acción.
Iniciativa.
Prioridad.
Orgánicos.
Economía de los medios.
Concentración de las
fuerzas.
Superioridad.
Tácticos o Estratégicos.
Secreto - Seguridad -
Sorpresa.
Psicológicos.
Impulsión - Audacia -
Perseverancia.
LOS PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA 15
ACADEMIA DE GUE-
RRA. (Hasta 1949)
Libertad de acción
Ofensiva
Reunión de los medios
Economía de las fuerzas
Sorpresa
JULIO CAMPO
Actividad razonada
Acertada orientación
Superioridad
Seguridad
Sorpresa
ACADEMIA DE GUE-
RRA. (Desde 1950)
Acción e iniciativa
Objetivo
Superioridad
Seguridad
Sorpresa
Un sencillo resumen de los principios establecidos por las
veintiséis autoridades citadas nos permitirá deducir algunas
conclusiones.
Los mismos enunciados se repiten la cantidad de veces
que a continuación indicamos:
PRIMER GRUPO.
Economía de las fuerzas 17
Sorpresa 16
Reunión o concentración de las fuerzas 12
Masa o fuerza 8
Superioridad 5
Movilidad o movimiento 4
Rapidez 4
Actividad 3
SEGUNDO GRUPO.
Objetivo 8
Libertad de acción 8
Iniciativa 4
CUARTO GRUPO.
Seguridad 16
Estaría incompleto este resumen si no dejáramos constan-
cia que catorce, de dichas autoridades se pronuncian por el prin-
cipio de la ofensiva, que nos hemos visto obligados a descartar
en razón a que consideramos que ios principios de una ciencia
no pueden incidir en actitudes, procedimientos o maniobras y
casualmente la Ofensiva y la Defensiva son conceptos integran-
tes de los dos primeros de estos aspectos, como trataremos de
demostrarlo próximamente.
Por otra parte, debemos reconocer que la historia demues-
tra que este procedimiento, mal llamado principio, es el que
permite lograr el éxito en la batalla y podría, por lo tanto, tener
su verdadero y gran valor en ciencias como la Táctica, pero
nunca en la Estrategia, donde debemos considerar las operacio-
nes y la guerra dentro del marco del empleo de potenciales. Se-
ría, muy peligroso criticar la conducción defensiva inicial rusa
16 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE
a lo largo de la historia de sus grandes guerras, por no haber
cumplido con este principio y otro tanto sucedería si analizamos
la actitud de las Naciones Aliadas en el comienzo de los dos
Conflictos Mundiales.
Ahora bien, debemos considerar que planteamos lo que a
nuestro juicio podría ser la Ciencia de la Estrategia, y es lógico
pensar que no podemos desprendernos totalmente de nuestro
aspecto nacional. Dicho sea de paso, pertenecemos a un cuer-
po político amante de la paz que no aspira a conquistas terri-
toriales, sino que cifra su porvenir en el auge de la explotación
de sus propios valores, en relación con el creciente incremento
del intercambio y de las buenas relaciones con los países del
continente y del mundo entero, convencidos de que la sujeción
a la Doctrina Cristiana en las relaciones entre los Estados, es
el único medio de lograr el bienestar de nuestro pueblo y de la
humanidad. Si tal aceptamos tendremos que reconocer como
negación de nuestro ser, la posibilidad de preconizar la ofen-
siva como principio de una ciencia que esgrime el Gobierno, tan-
to en la Paz como en la Guerra.
Sin duda que la mayoría de los tratadistas se refiere al as-
pecto operativo de la Estrategia y aún, como hemos dicho, al
Táctico, o sea, que se circunscribieron al aspecto inmediato que
busca la victoria de un hecho aislado. Aún en este mismo terre-
no podríamos demostrar su error y así lo haremos en un pró-
ximo artículo en que analizaremos los diversos ambientes que
se viven en la guerra, basándonos en las sabias palabras del
gran Maestro Clausewitz, que en su obra demostró cual es el
gran valor de la Defensiva.
En todo caso es interesante hacer notar que los llamados
principios de la guerra o de la conducción de la guerra son, en
su número, muy reducidos y entre los más repetidos se encuen-
tran, casualmente, aquellos de más sencilla explicación y apli-
cación.
Puede decirse que desde "el sabio General Sun-Tzu" hasta
nuestros días son los mismos enunciados los que figuran, hasta
el extremo de que la casi totalidad de los suyos son contempla-
dos entre los modernos que preconiza la reglamentación Norte
Americana, lo que, pese a las apariencias, no les da el carácter
de inmutabilidad que le confieren algunos autores, ya que in-
cluso su interpretación es diversa.
Se trabaja hoy tras objetivos distintos, en escenarios to-
talmente diferentes, especialmente en cuanto a su amplitud y
los medios que se emplean, son también absolutamente desigua-
les. Incluso la propia mentalidad de los conductores y de los
hombres, en general, está, conformada a una cultura avanzada
dentro de una civilización cuyo adelanto es claro y preciso, lo
que permite asegurar que sus normas de actuación difieren to-
LOS PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA 17
talmente de una época a la otra. Aceptamos, pues, que es po-
sible mantener el enunciado de algunos principios sobre la base
de una gran evolución dentro de su interpretación.
Finalmente, antes de entrar a exponer nuestra manera de
enunciarlos, trataremos de definir lo que consideramos un "prin-
cipio".
Para nosotros los "Principios de la Estrategia" son los fun-
damentos en que se basa esta ciencia y se expresan por la sín-
tesis de las normas para la conducción y empleo de los poten-
ciales.
Sin embargo, recordamos que Augusto Comte. dijo: "To-
do es relativo; he aquí el único principio absoluto" y convenci-
dos de la fuerza de su sentencia repetimos las palabras de An-
tonio Fernández de Rotta y Tournan: "El que crea haber ha-
llado algo absoluto, es porque no posee espíritu crítico, sino
que, por el contrario, es un ser superficial que no penetra más
allá de la superificie de las cosas".
Válganos lo anterior para advertir a nuestros lectores que
no pretendemos decir la última palabra ni dar recetas para cu-
rar cualquier enfermedad. Creemos tan sólo que el criterio y
las relevantes condiciones personales que posea el conductor,
pueden hacerlo lograr el éxito al obtener el rendimiento máxi-
mo con la inteligente aplicación de los siguientes principios:
Objetivo.
Seperioridad.
Seguridad.
EL PRINCIPIO DEL OBJETIVO
Dentro de la teoría del conocimiento, el objeto, pan. nosotros
objetivo, es por esencia "objeto de conocimiento" en razón de
lo cual se encuentra estrechamente ligado a un "sujeto" que pa-
saría a ser el conductor destinado a determinarlo y conquistarlo.
En la correlación sujeto-objeto, encontramos, pues, la base
de nuestro principio.
Desde luego el conductor o sujeto no podrá desenvolverse si
por delante no tiene una meta por alcanzar que venga a consti-
tuir, en primera instancia, la finalidad de su esfuerzo.
Como primer trabajo que impone el principio, debemos en-
tonces considerar la apreciación de los problemas, sobre la base
de los cómputos de potenciales y posibilidades que deben reali-
zarse en el período de paz.
Sólo después de este trabajo se habrá logrado la "correla-
ción" y entrará el principio a tener su verdadera aplicación.
Normalmente, entre nosotros, la meta final por alcanzar,
de acuerdo con lo dicho en artículos anteriores, deberá cifrarse.
18 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE
en relación con la necesidad de "ganar la paz" a través del es-
fuerzo de paz y de guerra.
Cifrado este objetivo de carácter político-estratégico, debe-
rá continuarse la apreciación para lograr el de carácter pura-
mente estratégico que permita ganar la guerra o trabajar con
éxito durante la paz. Pero ahora habrá ya una fuerza motriz
que impele a la acción, un faro que ilumine directamente a todas
las fuerzas y las obligue a actuar en una dirección convergente
que elimine toda posibilidad de desperdiciar rendimiento.
Sin lugar a dudas que esta parte inicial es de fundamental
importancia y su buena o mala determinación encontrará su
premio o su castigo en la acción misma.
En la Conferencia de Casablanca los estadistas aliados de-
terminaron un objeto: "Obtener la rendición incondicional". Mu-
cho se ha escrito al respecto y nosotros mismos ya dijimos algo,
pero es lógico pensar que la vida en el mundo de hoy sería dis-
tinta si su determinación hubiera sido correcta.
No conocemos cuál es el objetivo que se han cifrado las
grandes potencias para su labor en el seno de las Naciones Uni-
das, pero nos imaginamos que debería concretarse en relación
con "la conservación de la cultura occidental". Más algunas du-
das nos asaltan al ver la situación en que se ha dejado a España
pese a que se le considera como el baluarte de nuestras verda-
des y pese al valor geo-estratégico que debe reconocérsele tanto
para la paz como frente a un futuro conflicto.
En iguales condiciones confesamos que nos encontramos
frente a Rusia, pero ahora sí que de sus actuaciones podemos
inducir el hecho de que poseen un objetivo claro y preciso, ci-
frado en la imposición de su cultura. Acertados o equivocados,
no viene al caso determinarlo, ya que nuestra idea católica es
totalmente contrapuesta y debemos reconocer que con nuestra
distinta mentalidad no podríamos analizar lo que ellos piensan,
dentro de lo limitado de nuestra exposición.
En el ambiente de lo nacional, el principio obliga a realizar
un idéntico trabajo sobre la base de la realización de la "Apre-
ciación Global Político-Estratégica" que llega a transformar la
necesidad u objetivo natural en el objetivo estratégico del Estado.
Como segundo trabajo, el principio obliga a la totalidad de
las fuerzas a luchar por obtenerlo y a imprimir a todos los ac-
tos el sello de su finalidad.
En la paz, para un objetivo de la calidad del nuestro que
cifra el porvenir del pueblo en el esfuerzo interno, el principio
entra a condenar las huelgas y a todos aquellos que tomen la
vida pública y privada como un mero campo de usufructo per-
sonal o partidista. Condena a aquellos que trafican con la moral
y que buscan el auge de su comercio en base al despertar de los
apetitos morbosos. He ahí la condenación de la Prensa Amari-
LOS PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA 19
lla y de los espectáculos inmorales que tienden a, desquiciar al
joven y, por ende, al valor del potencial humano.
Por el contrario, se cumple con él cuando el Gobierno, las
instituciones y losparticulares luchan y trabajan coordinada-
mente por la grandeza del pueblo y su bienestar general a traves
de planes de accion nacional que pasando por estapas sucesivas.
vayan levantando el satandard de vida e incrementando los po-
tenciales. Las fuerzas diplomaticas, economicas, belicas y del in-
terior, dirigidas por el estadistica tienen una misión común que
debe conducirlos al logro del objetivo fijado y cada fuerza se-
cundaria un objetivo propio que sirva al de la agrupación su-
perior.
En la guerra, su aplicación es idéntica y sólo cambia la for-
ma de empleo de los medios.
El tercer trabajo que impone el principio es también bas-
tante sencillo. Es del caso que una fuerza puede lograr la con-
secución de su propio objetivo y encontrarse sin tener que ca-
mino seguir. El objeto impone un trabajo ai sujeto y una, vez
finalizado o logrado, lo impele a perfeccionarlo o a crearse otro
que diga relación con el anterior.
Las Fuerzas Aliadas al conquistar Poma durante la Cam-
paña de Italia, lograron alcanzar su objetivo y sin necesidad de
una nueva orden podrían haber continuado la lucha, ya que obra-
ban dentro de un marco superior. Esto suele ser común dentro
del campo operativo donde con mucha frecuencia es dable en-
contrarse frente a misiones que han sido sobrepasadas por el
tiempo o los acontecimientos, pero en cualquier circunstancia y
aún cuando sea logrado el objetivo fundamental, el principio
impone la obligación de perfeccionarlo creando, incluso, un nue-
vo obietivo que permita continuar la obra.
El cuarto trabajo incidí en la conservación del propósito
inicial.
En nuestra historia patria encontramos un ejemplo claro en
la actitud del General don Manuel Baouedano, quien jamás se
dejó apartar de su objetivo inicial, ni seducir por las tentaciones
de otros que iban apareciendo en el curso de las operaciones y
que no tenían el valor fundamental de aquél que él había selec-
cionado,
Alemania en 1942, durante su Campaña. de Verano contra
Rusia, tenía como objetivo la. conquista de Moscú, centro vital
que le permitiría controlar las comunicaciones del adversario,
tras destruir a sus fuerzas armadas que, lógicamente, y en ra-
zón de la gran importancia bélica y moral del objetivo, deberían
afrontar la batalla en sus alrededores.
Los éxitos iniciales pusieron a su conductor en situación de
menospreciar el valor del adversarrio y frente a la gran tenta-
ción de apoderarse rápidamente de los campos petrolíferos del
20 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE
Cáucaso y quizás, si continuando la maniobra hacia el Sur, de-
cidir a Turquía y unirse en el Medio Oriente con las victoriosas
fuerzas del Mariscal Rommel.
Al no perseverar en su objetivo inicial y dividir sus fuerzas
para lanzarse en la tentadora aventura del Cáucaso, el novel
conductor perdió el minuto preciso en que pudo decidir a su fa-
vor la suerte de la guerra.
Lord Montgomery ha dicho: "La inteligente selección y es-
tricta conservación del objetivo es el principio fundamental de
la guerra", sentencia que por sí sola resume gran parte de lo
que nosotros hemos expuesto.
Más aún, réstanos agregar algunos conceptos de carácter
general.
Sabemos, y ya lo insinuamos, que existe la conveniencia de
que los objetivos matrices, fundamentales y finales sean deter-
minados durante la paz, período en que las mentes no se encuen-
tran presionadas por el adversario, o sea, que creemos que, para
cifrarlos, es indispensable contar con una absoluta tranquilidad
que permita concebir y actuar dando margen al libro juego de
la, iniciativa.
He aquí la razón que nos llevó a reunir en el Segundo Grupo
de la Lista de Principios, a conceptos a la simple vista diferentes
y desconexos como el objetivo, la libertad de acción y la ini-
ciativa.
En la aplicación del principio a la ejecución de los hechos,
estos dos aspectos tendrán una constante influencia. La llamada
"libertad de acción" ya no se contemplará en el amplio signifi-
cado que se le ha dado, porque toda fuerza en su actuación
se encontrará siempre obligada a trabajar al servicio del objeti-
vo, misión o tarea, pero no sólo no faltarán ocasiones de des-
plegar la iniciativa sino que todo conductor está obligado a poner
su personalidad al servicio de lo que se le ha encomendado, labor
en la cual su genio podrá indicar la forma novedosa de actuar
que lo lleve a obtener un mayor rendimiento.
Muchos autores estiman la iniciativa y la libertad de acción
como principios particulares. Nosotros creemos que la iniciativa
es una cualidad o calidad del impulso humano que lleva a ciertos
hombres acostumbrados a obrar o decidirse espontáneamente a
que se adelanten al rutinario, meticuloso y esquematizado, mien-
tras la inteligencia les permite trabajar con fuerza propia en be-
neficio de la misión recibida. Consideramos la iniciativa como
un requisito espiritual del conductor que le permite cumplir en
mejor forma el principio del objetivo.
La libertad se define generalmente en contraposición con
sus limitaciones absolutas o relativas, o sea, por negación del
determinismo, la coacción o la forzosidad y el mismo Mariscal
Foch, al referirse a ella, lo hace llamándola "libertad de acción
LOS PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA 21
para obedecer", razón por la cual creemos poder afirmar que en
Estrategia no es posible hablar de libertad de acción, y ni siquie-
ra de libertad para actuar como debería considerársela en el me-
jor de los casos.
Frente al objetivo cifrado, a la idea del Superior, a las posi-
bilidades restringidas de los medios, a los inconvenientes del te-
rreno y a la contrapuesta actividad del enemigo, creemos que no
se puede hablar de libertad de acción y preconizamos que para
cumplir con el principio del objetivo, es preciso tan sólo pensar
V actuar sin dejarse supeditar por el enemigo y tratar de lograr
las mejores condiciones posibles para llegar al éxito.
El gobernante que asume la conducción del Estado no dis-
pone de libertad.- Tiene, entre otras, las restricciones que le im-
pone su propio objetivo, las de los intereses internacionales y las
del pueblo a quien se debe por entero, pero siempre deberá actuar
sin amilanarse ante la oposición de los adversarios o los incon-
venientes de las situaciones si desea cumplir con los postulados
del principio del objetivo, fundamento primario de la Ciencia de
la Estrategia.
PRINCIPIO DE LA SUPERIORIDAD
Muchos autores dicen que la superioridad es un medio para
conquistar un objetivo. No discutimos este aserto, pero en re-
lación con los principios, veremos que se trata de dos fundamen-
tos de carácter distinto que, sin lugar a dudas, y por servir a
una misma Ciencia, tienen un mismo fin.
El citado Comandante Julio Campo S., dice: "No sin razón
situó Hornero, a la cabeza de los héroes griegos de la guerra de
Troya a Néstor, Ulises y Aquiles. Néstor personifica al intelecto
v la sabiduría; Ulises, la prudencia y la seguridad; Aquiles, la
moral y el valor exaltado".
"Esta trilogía de personajes es un símbolo: el de la Supe-
rioridad".
El principio incide, pues, en aspectos tan diferentes y diver-
sos que van de lo espiritual a lo material y su aplicación, como
todos los demás principios de la Estrategia, dará sus frutos en
la conducción del Estado y de las Fuerzas e incluso en el empleo
de los valores individuales en la vida diaria.
Principio de concepción sencilla sólo pregona la necesidad
de buscar por todos los medios la superioridad sobre el conten-
dor, adversario o enemigo. Pero cuerpos políticos jóvenes y de
reducido potencial normalmente no podrán lograr la superioridad
absoluta y deberán cumplir el principio buscando la superioridad
relativa en el aumento del índice del potencial material, moral o
intelectual o concentrando el total de los medios para acciones
parciales determinadas.
22 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE
Napoleón decía que: "el arte de la guerra consiste en tener
siempre mayores fuerzas que el adversario, con un ejército más
débil que el suyo, en el punto donde se le ataca o en el que os
ataca".
El principio, pues, tiende a obligarnos a agudizar el ingenio
para lograr ser superiores frente a un adversario ante el cual, a
todas luces, somos inferiores.
Nadie habría podidas dudar que allá en el valle del Terebinto
la superioridad estaba de parte del gigante de Geth que, seguro
de ella, desafiaba a ios israelitas. La lucha de David contra Go-
liath es una prueba evidente de que la superioridad está de parte
de quien logra una mejor armonía entre los tres elementos a
que nos hemos referido. David no poseía las fuerzas ni las ar-
mas de su contendor, pero ios factores intelectuales y morales
le dieron la victoria.
Ejércitos pequeños integrados por soldados de acrecentado
amor patrio, de gran disciplina, espíritu de sacrificio, abnegación
y perseverancia; con un mando preparado y eficiente y bajo la
conducción de conductores idóneos que posean un preclaro cri-
terio estratégico, a la vez que método e imaginación; acrecen-
tados en el conjunto por el acicate de la defensa del patrimonio
nacional, lograrán la victoria aunque en número y material sean
inieriores a sus adversarios.
Pero hemos dicho que para naciones de pequeño potencial,
existe otro medio para lograr cumplir con este principio de la
superioridad y nos referiremos a él relacionándolo sólo con el
aspecto operativo, a fin de dar mayor claridad a nuestra expo-
sición. Aparecerán ahora varias normas a las cuales muchos au-
tores han dado la categoría de principios y que nosotros toma-
mos como simples medidas, consejos o postulados que sirven
para cumplir con el principio a que estamos abocados.
Antes de iniciar el análisis, realzaremos su importancia, tra-
yendo a colación las sabias palabras del Gran Capitán. Napo-
ieón dije: "Solamente en el caso de intervenir circunstancias
físicas y morales muy particulares, no se vence al adversario
sino oponiéndole fuerzas superiores".
El primero y principal de estos postulados dice relación
con la concentración de los medios para formar masa y lograr
presentar el fuerte propio frente al débil del adversario.
No creemos que esta concentración o masa requiera de ma-
yor explicación, ya que es materia de técnica profesional que
analizaremos especialmente cuando tengamos oportunidad de re-
ferirnos a la línea interior o, en general, a las distintas maniobras
operativas.
Sin embargo, es interesante dejar constancia que, dada la
diversidad de elementos que se emplean en la guerra moderna,
adquiere hoy día gran importancia el estudio relacionado con el
LOS PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA 23
tiempo y espacio en que deben reunirse los medios, ya que las
diferencias de velocidades han complicado el problema y pueden
considerarse reunidas estratégicamente a fuerzas que en el es-
pacio están muy separadas, pero que en razón de su velocidad
de desplazamiento, se encuentran concentradas en tiempo.
Ahora bien, para lograr concentrar o reunir los medios, lo
que incide en formar un centro de gravedad o determinar un es-
fuerzo principal para actuar hacia la parte vulnerable del ad-
versario o zona que permita lograr la decisión buscada, menester
será debilitar otros sectores secundarios, lo que nos indica que
para un Ejército que opera en inferioridad numérica no le será
posible obtener masa sin considerar lo que se ha dado en llamar:
economía de las fuerzas.
Los principios de la Estrategia dentro del campo operativo
miran, en primera instancia, hacia la dirección del conjunto y si
bien es cierto que inspiran la actividad de cualquier Unidad que,
encuadrada o independientemente, trabaje en este campo, no es
menos cierto que tienen una íntima relación entre ellos, y, como
ya lo dijimos ai tratar el principio anterior, ninguna fuerza puede
actuar en forma divergente o desconcertada. Lógicamente en-
tonces, la concentración de los medios es inseparable y aún pue-
de decirse que es una misma cosa con la economía de ellos.
Se trata de concentrar, en tiempo y espacio, el máximo de
potencial en la actividad o en el lugar de la decisión, dejando el
mínimo indispensable para las faenas o sectores, zonas o frentes
que, en el conjunto, se consideren secundarios.
En todo caso, como se puede deducir de lo anterior, lo que
interesa es que dentro de una accion de conjunto se logre cum-
plir el principio de superioridad para obtener un mejor beneficio
del estricto interés determinado por el respeto de los postulados
del principio del objetivo.
En tiempo de paz este aspecto dice relación con la prepara-
ción de las instituciones que integran las Fuerzas Armadas y
permítasenos afirmar que si se hubiera considerado los impe-
rativos de estos principios, se habrían evitado muchos roces y
esfuerzos perdidos en discusiones disociadoras tendientes a ob-
tener prioridades para determinada fuerza.
La iniciación de la Campaña de Francia da un ejemplo pre-
ciso de la superioridad en el campo operativo, ya que los alema-
nes materializaron su poderoso centro de gravedad en el sector
de los Ardennes dejando el mínimo indispensable para el cum-
plimiento de las misiones asignadas a las fuerzas de von Bock y
ton Leeb.
Dentro del campo de la guerra marítima causaron los sub-
marinos alemanes pérdidas graves al tonelaje mercante de los
aliados. En un comienzo éstos actuaron reunidos, pero poste-
riormente se dispersaron para obtener un mejor control de las
24 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE
líneas de comunicaciones adversarias y cuando uno de ellos evis-
taba un convoy no lo atacaba hasta llegado si momento en que
se reunía el número de elementos considerados y posibilitaba
que la operación se desarrollara con una masa concentrada que
permitía cumplir con el principio de la superioridad.
En segundo lugar dentro de los postulados de este princi-
pio, encontramos otros factores conocidos corno la movilidad, la
actividad, la flexibilidad y la rapidez que, aplicadas para ser más
efectiva o posibilitar el éxito de las maniobras, permiten mate-
rializar la propugnada superioridad en un momento y situación
determinados.
Nada más diremos acerca de estos enunciados, ya que ellos
forman parte o son los que posibilitan el éxito del factor que he-
mos dejado para tratar en tercer lugar.
Nos referimos a la sorpresa y, por su importancia entre
nosotros, haremos de ella un análisis un tanto más detallado,
aunque siempre somero, ya que sólo pretendemos despertar la
inquietud de nuestros compañeros.
Para nosotros, la sorpresa tusca presentar al adversario
un hecho frente al cual no pueda reaccionar o sólo .le permita
poner en acción sus medios cuando por los efectos causados por
el golpe inicial haya perdido o disminuido su. superioridad.
El pacto Germano-Ruso, durante la iniciación del último
conflicto mundial, fue una sorpresa tan efectiva como la caída
de Noruega, la ruptura del Mosa o la aparición de nuevos ele-
mentos técnicos.
Von Rundstedt, apoyado por la niebla y la obscuridad de
la noche, logró concentrar en secreto sus 24 divisiones a cubierto
de los bosques o artificios especiales de mimetismo y atacó en
les primeros días de Mayo de 1940 por un sector pobremente
defendido en razón de que el terreno clásicamente no permitía la
ofensiva de unidades de considerable magnitud. El secreto, la
rapidez, la llamada guerra de nervios, la actividad, etc., fueron
los factores que le permitieron lograr la sorpresa y con ella ma-
terializar efectivamente una superioridad que sólo aceptaban
antes aquéllos que se encontraban dominados por la propaganda.
En razón de lo dicho, es indispensable aceptar hoy entre
los aspectos en que puede presentarse la sorpresa a los políticos
y orgánicos, además de los estratégicos, tácticos y técnicos que
se indicaban hasta hace poco en la gran mayoría de los tratados
sobre teoría de la conducción bélica. Todos ellos se encuentran
profundamente relacionados y sus resultados serán de una ma-
yor eficacia cuando sólo los emplea uno de los adversarios.
No hay quién no tema y prevea la posible acción de los
quinta-columnas ideológicas en el interior del propio país, perc
sigue siendo una interrogante lo que pueden hacer los partidos
comunistas o sus afines o satélites en materia de huelgas, sabo-
LOS PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA 25
taje, etc. No son muchos los que se atreven a indicar cuál sería
la" dirección principal o la maniobra que podría realizar Rusia
en la iniciación de un tercer conflicto mundial y ni siquiera cuál
sería el monto o la organización de las fuerzas que podría poner
en acción en la primera fase, pero es casi seguro que si posee
elementos atómicos, los lanzaría violentamente tratando de eli-
minar la posible semejante reacción del adversario o no lo haría
por temor a las represalias que se tomaran con ése u otro medio
más poderoso.
Siempre se estará expuesto a la sorpresa, pero la historia
demuestra que ella, en sí y por sí, no constituye elemento de de-
cisión y lógico parece entonces quitarle el valor de principio que
muchos autores le confieren. Los japoneses en Pearl Harbour,
lograron los resultados magníficos a que fué destinada la sor-
presa, pero olvidaron que ella sirve a otros principios y no bus-
caron la concentración de medios que, apoyando su acción, les
hubiera permitido explotar a, fondo su transitoria superioridad.
Finalmente, diremos con el General Rojo: "Mediante la
sorpresa, el débil se hace fuerte, el pequeño se agiganta, las po-
sibilidades de triunfo o de victoria, aparentemente imposibles en
los dos aspectos material y moral, adquieren posibilidades de
realización y la victoria se hace posible. Pero debe tenerse pre-
sente que como la sorpresa sólo da una superioridad accidental o
temporal, hay que aprovechar operativamente el tiempo y el es-
pacio al máximo".
Encontrar la forma de ser superior aún cuando se es infe-
rior. He ahí la esencia del principio y uno de los principales as-
pectos en que radica el arte de la Estrategia.
PRINCIPIO DE LA SEGURIDAD
Al expresar los principios que, a su juicio, imperan en la
Estrategia, el Comandante Campo dice: "En el ambiente Estra-
tégico, trabajamos dentro del campo de las probabilidades. Por
muy minucioso que sea nuestro análisis de situación, por medi-
tadas que sean las medidas para llevar a feliz término nuestra
decisión, siempre habrá algo que se escapa. Este algo, que está
facultado para volverse en contra nuestra, es producto de lo li-
mitado de las informaciones y de la voluntad del enemigo".
"Por consiguiente, la resolución envuelve un riesgo: las
probabilidades que no logramos retener. Será mayor, ante un
análisis llevado a la ligera y una conducta adoptada sin tomar
contacto con las realidades; disminuirá mientras más lógico sea
nuestro razonamiento".
Contra estas posibilidades adversas se proclama la seguri-
dad. El conductor no puede buscar la superioridad relativa en
la forma que lo hemos indicado si los frentes secundarios no le
26 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE
dejan libertad para actuar y no le garantizan el tiempo y el es-
pacio necesario para el total desarrollo de la maniobra.
Justo es tomar entonces a la seguridad como un medio de
la sorpresa, de la superioridad y del objetivo, pero la hemos exal-
tado a la categoría de principio porque es una forma efectiva
de compensar la temeridad o la audacia irreflexiva tan común
entre hombres de nuestra raza.
Sin lugar a dudas que la falta de consideración de este fun-
damento nos castigó en Tarapacá y aún antes en Cancha Ra-
yada.
La importancia de su aplicación es igual en la consideración
de la seguridad exterior o interior de un país que en el empleo
de las grandes o pequeñas unidades de las Fuerzas Armadas y
sólo varía el peso o la influencia de sus medidas en la vida que
se desarrollan en la época en que se apliquen. El secreto, las
informaciones, contrainformaciones, ocultamiento, dispositivo,
etc., son incluso conceptos comunes, pero con diferente interpre-
tación según la jerarquía del escalón en que deben aplicarse.
Sin embargo, haremos una aclaración para el aspecto na-
cional o de la conducción global de la guerra. Los mares y las
grandes extensiones desiertas y otros obstáculos que hasta hace
poco fueron considerados como factores primordiales de segu-
ridad han decrecido en importancia con el auge de las Fuerzas
y medios aéreos. En el último conflicto mundial se comprobó,
una vez más, que en el mundo no existen obstáculos invencibles
para el hombre, llegando a determinarse la gran verdad de que
la seguridad no es nunca absoluta, pero sí de mayor valor cuan-
do ella está dada por las propias fuerzas que, en su ofensiva,
tienden a quebrantar la voluntad de lucha del adversario.
Réstanos algo importante que debemos dejar establecido:
"La seguridad como principio estratégico tiene como finalidad
fundamental el evitar las sorpresas del adversario". No hay
enemigo chico, dige el adagio, y, entre nosotros, agregamos que
es necesario considerar al adversario como un ser más inteli-
gente que uno.
Nunca, pues, la seguridad será suficiente y siempre debe-
remos conservar una reserva que nos posibilite la decisión, pero
que, a la vez, nos dé garantías de seguridad. El propietario que
al construir una casa no mantiene una reserva para afrontar
el alza del costo de los materiales o las modificaciones de última
hora, el político que no se guarda una carta de triunfo para de-
rrotar en última instancia a su adversario o no despliega contra
él un fuerte servicio de informaciones, es igual al Comandante
de un Destacamento que en el campo de batalla marcha sin ser-
vicio de seguridad o combate sin reserva o sin vigilancia del
aire.
LOS PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA 27
Mas, finalmente manifestaremos que sentimos efectivamen-
te lo que hemos cucho, pero imprescindible será reconocer que
si tomamos a la Seguridad como finalidad nunca llegaremos a
hacer algo efectivo.
A manera de conclusión diremos que sería injusto si se nos
atribuyera algún mérito por lo que hemos escrito hasta el mo-
mento, tan injusto como si se nos formularan cargos por la pe-
tulancia que hemos demostrado al pretender pasar por encima
de verdades consagradas por ilustres filósofos y escritores mi-
litares.
Para salir del atolladero en que nos encontramos, recurri-
mos al Mariscal Foch quien, a través de sus obras, nos dice:
"Son felices los que han nacido creyentes, pero son raros. Tam-
poco se nace instruido o se nace musculoso. Cada uno de nos-
otros debe formar, su fé, sus convicciones, su saber, sus múscu-
los., Tampoco el resultado se obtendrá por una súbita revelación
de la luz llegada corno un rayo, o de un desarrollo instantáneo
de nuestra facultad. Sólo lo obtendremos por un esfuerzo con-
tinuo de penetración, de absorción, de asimilación, por un trabajo
gota a gota".
¡Gracias a nuestro glorioso Mariscal! Al escribir estas pá-
ginas hemos agregado una gota a nuestros conocimientos y cree-
mos que lograremos mucho más cuando nuestros compañeros,
con mayores merecimientos, estudios y experiencia, nos formu-
len la crítica profesional cuyo pedido les reiteramos, en la segu-
ridad de que ella y no nuestros modestos pensamientos serán de
verdadero valor para el futuro de nuestros aspirantes a con-
ductores.
El pabellón chileno se enarbola el 9-I-1826 en todo el archipiélago de
Chiloé, que había sido hasta entonces el penúltimo asilo de la dominación es-
pañola en el Pacífico. (El último fué el Callao, ocupado por Rodil hasta el
23 de ese mismo mes y año).
(De "Historia del Descubrimiento y Conquista de América",
por D. Francisco Fernández Villabrille).
HARUN AL RASCHID Y EL LOCO
El famoso Harun Al Raschid, el más grande de los soberanos abasidas,
visitó un día, de incógnito, la Casa de Orates de Bagdad. Una vez franquea-
da la puerta del jardín del manicomio, el Principe de los Creyentes vió que
se le acercaba un joven demente, de gran presencia, quien le saludó, con una
cumplida reverencia, diciéndole:
—Bienvenido, ilustre Emir.
—Pero, ¿cómo me has reconocido bajo este disfraz? —inquirió el gran
Sultán.
—Señor, ¡cómo podría ocultarse el sol!
Maravillado Harun Al Raschid quiso interrogar al loco, para asegurarse
de su verdadero estado mental. Y así, le preguntó:
—¿Quién es capaz de tiranizar a los propios tiranos?
—Sólo la mujer puede hacerlo —le respondió el otro— merced al he-
chizo de su belleza y la fuerza de su encanto.
—¿Cuál es la definición del hombre ciego?
—Emir, es el que sabe discernir los defectos de los otros, pero sin ver
los propios.
—¿Cuáles son los gemelos que, poseyendo vista y movimiento, sin em-
bargo, no se pueden ver ni encontrar, aunque viven juntos?
—Los ojos, Príncipe.
Asombrado por su inteligencia, el Sultán invitó al loco a su almuerzo de
aquel mismo día. En la comida, el demente se dirigió al Soberano y le dijo:
—Vuestra Majestad se ha dignado interrogarme esta mañana. ¿Podría yo,
a mi vez, hacerle una pregunta ahora?
Autorizado por Harun Al Raschid, entablaron este diálogo:
—¿Cuándo siente el hombre el placer del sueño?
—Hijo mío, es claro: durmiendo —le dijo Harun Al Raschid.
—¿Es que sentimos durmiendo?
—¡Ah!, es cierto: después de dormir, entonces...
—¿Se puede gustar un placer cuando ya ha pasado sin ser sentido?
Desconcertado, el Príncipe quiso cortar el diálogo, ofreciendo su propia
copa de vino al loco. Pero éste la rechazó reverentemente, diciendo que no
podía aceptarla. Y, al preguntarle por qué razón, aún le respondió el de-
mente:
—Bebes para parecerte a mí; pero, ¿a quién buscaría yo para parecer-
me a él...?
El Sultán palideció y se juró no volver a dirigir nunca la palabra a un
loco. — (De Ibrahim El Mouelhy, en "La Bourse Egyptienne'', de El Cairo).
ANECDOTA
El padre de Juan Sebastián Bach era un hombre muy pobre, pera muy
ingenioso. Cuando llegaba la hora de comer, solía decirles a sus numerosos
hijos:
—A los que se acuesten sin comer les daré un centavo.
Los muchachos aceptaban todos y luego se despertaban por la mañana
con más apetito que nunca, en vista de lo cual el padre anunciaba alegre-
mente:
— ¡Todos los que quieran desayunarse tendrán que pagar un centavo!
Y de esta manera se equilibraba el presupuesto de la casa.
ARARÍAS O AGRUPACIONES DE COMBATE 29
ARMAS O AGRUPACIONES DE COMBATE.
Mayor JUAN FORCH P.
En el N º 246 de esta misma Revista, correspondiente al ler
semestre del presente año destacamos algunas reflexiones para
organizar un Ejército.
Con el mismo espíritu de sencillez, trataremos —ahora— de
representar algunos conceptos sobre Organización de las
"Armas".
UN VIEJO CONCEPTO QUE ACLARA EL NUEVO CONCEP-
TO ORGANICO.
Recordemos lo que hacemos al recibir una tarea de "van-
guardia". En el fondo, estructuramos una agrupación de comba-
te, dándole a esa fuerza que nos protegerá la marcha todos los
medios para combatir con buen éxito, para hacer frente en for-
ma oportuna al enemigo del aire y de tierra.
Valga decir:
—Combatientes a caballo que puedan adelantarse, observar
y reconocer;
—Zapadores que faciliten la marcha y que puedan combatir;
—Telecomunicadores que permitan una mantenida acción
del mando;
—Artilleros que neutralicen el fuego enemigo y que apoyen
el avance de los combatientes encargados de ganar y de mante-
ner el terreno;
—Combatientes anti-aéreos y anti-blindados que se opongan
a la acción aérea y motomecanizada adversaria; y
—Un apoyo aéreo, en el cual se deposita la confianza de una
protección alerta para la vanguardia.
Quien manda una vanguardia no piensa en auxilios, porque
los lleva en la mano, para solucionar cualquier clase de peligro.
En forma accidental se ha estructurado una AGRUPACION DE
COMBATE, formada por todas las "armas".
Infantes, Caballeros, Artilleros, Telecomunicadores, Zapado-
res y Aviadores la constituyen, para que sea capaz de combatir.
30 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE
EN LA EPOCA DE LAS ACCIONES LENTAS.
Que se adelante la Sección de Ametralladoras Montada..
Era una orden común en los ejercicios de haca algunos años. Se
cumplía esta decisión a todo galopo y quien mandara, esta peque-
ña unidad se sentía hombre decisivo en toda situación de comba-
te. Las unidades de fusileros tenian siempre puestos sus ojos en
esas armas automáticas veloces, capaces de solucionar "con opor-
tunidad" los problemas específicos líente a un enemigo avistado
"también con oportunidad". No existían dudas, porque el lento
enemigo sería visto desde lejes y daría siempre tiempo para ga-
lopar, tomar posiciones y disparar....
EN LA EPOCA DE LAS ACCIONES RAPIDAS.
Frente a las posibilidades del ataque moderno en que una
agrupación de tropas puede ser atacada desde el aire en cual-
quier momento; por tierra, desde tedes los puntos cardinales y
en forma violenta, es indispensable que cada unidad de comba-
tientes tenga todos los medios para combatir o protegerse con
oportunidad.
Qué es Estrategia....?
Qué es Táctica ?
Desde un punto de vista de interés orgánico Táctica es la
doctrina y el arte para conducir un combate; y Estrategia es la
doctrina y el arte para conducir les combates.
En consecuencia, podríamos decir que para hacer estrate-
gia y para hacer táctica necesitamos agrupaciones de combate
que deben estar integradas por todos los medios necesarios a un
combate moderno.
ORGANIZADOS HACIA LA ZONA DA BATALLA.
Cómo se puede alcanzar la zona de combate, marchar ha-
cia la batalla....?
—A pié;
—A caballo; y
—En vehículo con o sin coraza.
Con esta simple indicación decimos que es preciso formar
para alcanzar la zona enemiga o el objetivo, agrupaciones de com-
bate a pié, agrupaciones de combate a caballo y agrupaciones de
combate motomecanizadas.
ARMAS O AGRUPACIONES DE COMBATE 31
Podríamos agregar:
Agrupaciones de combate especiales en las que se pueden
considerar las de frontera, las aerotransportadas y los guerri-
lleros.
En consecuencia las "Armas" orgánicamente estructuradas
aparecen —conforme este estudio— en tres agrupaciones de com-
bate bien determinadas:
Agrupaciones de Combate a pié; (De Infantería)
Agrupaciones de Combate a caballo; (De Caballería) y
Agrupaciones de Combate Motomecanizadas. (Mot. o BL).
Finalmente, para completar nuestra idea debemos citar las
Agrupaciones de Combate Especiales (De Frontera, Aerotrans-
portadas, etc.).
DONDE ESTÁN LAS "ARMAS".?
Están en todas las Agrupaciones de Combate como una par-
te esencial —cada Arma— de la organización moderna. Están
en las Agrupaciones de Combate de Infantería, de Caballería y
Motomecanizadas, en mayor o menor dotación según la base or-
gánica que sirvió de fundamento para crear cada Agrupación.
La gran diferencia:
Quizá no esté más —a nuestro juicio— en las "Armas", si-
no que en los medios que se utilicen para aproximarse al enemigo.
A lo menos, este concepto tendrá fuerza directa en los trabajos
orgánicos, como línea inicial de acción, para estructurar un ins-
trumento de guerra moderno.
En vez de que las armas sirvan de "base de organización"
con la condición de permitir la combinación de sus medios con
las otras armas, hoy día, parece aconsejable que las "Armas"'
sa estructuren orgánicamente combinadas en cada Agrupación,
de Combate (Inf. Cab. y Motomec).
Cada Agrupación de Combate necesita de todas las Armas
e interesa que puedan cumplir sus tareas de combate conforme
las exigencias de la guerra moderna, para que estén en condicio-
nes de oponerse al enemigo, atacarlo con buen éxito y resistir
"oportunamente" todas las posibles acciones contrarias del aire
o desde tierra en la dirección de los cuatro puntos cardinales.
Organización ternaria, cuaternaria, en quintos o en sextos.
Con razón en la última guerra no se respetaron conceptos
de organización ternaria. Interesó —más que eso— estructurar
las Unidades en quintos o en sextos; mejor dicho, con las "Ar-
32 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE
mas" y medios que cada Agrupación necesitaba para cumplir la
función y las misiones de combate.
Agrupaciones de Combate grandes o chicas....?
Frente a un Teatro de amplios espacios estas Agrupaciones
de Combate pueden ser de mayor tamaño. Frente a zonas de ac-
ción estrechas, compartimentadas y de reducido espacio deberán
ser de tamaño pequeño; pero, en uno y en otro caso, deberán te-
ner las "Armas" y los medios que los factores determinantes se-
ñalan para contrarrestar las efectivas posibilidades adversarias
que se pueden presentar en cualquier instante.
En 1938, en la Guerra Civil Española, el General Franco di-
vidió sus 5.000 hombres que tenia para atacar la Ciudad Univer-
sitaria en cuatro pequeñas unidades de combate independientes,
pero con todos los medios indispensables para maniobrar en su
zona de acción. No formó ni "Armas" ni organizó, en atención a
su inferioridad numérica, una sola pequeña Unidad Operativa co-
mo lo pueden hacer grandes Ejércitos, con enormes medios y en
condiciones de reunir "sobradamente" lo que necesitan en un mo-
mento dado, de acuerdo con las misiones, zonas de acción y fac-
tores determinantes de la organización.
En Ejércitos pequeños no será raro —en el futuro— obser-
var Agrupaciones de Combate del tamaño de un Batallón y, aún,
del tamaño de una Compañía, pero dotados de todas las "Armas''
como si se tratara de una antigua Unidad Operativa Menor, ca-
paz de realizar una acción independiente. Lo pueden imponer los
factores geográficos (humanos), económicos o bélicos.
Agrupaciones de Combate estructuradas conforme caracte-
rísticas muy especiales pueden ser las organizaciones de fronte-
ra, esas Unidades que representan la verdadera vanguardia de
paz; pequeñas o grandes, pero en situación de oponerse al ene-
migo del aire o motomecanizado, sin otros recursos que una ade-
cuada estructura orgánica y el espíritu de tedas las "Armas"
reunidas en cada Agrupación de Combate donde debe estar el
espíritu del Ejército.
El General O'Higgins, abdica el 28-I-1823 el cargo de Supremo Director
de la República de Chile. cediendo al descontento que principiaba a desper-
tarse contra su Poder. Noble ejemplo que las ambiciones vulgares no sa-
ben imitar!
(De "Historia del Descubrimiento y Conquista de América",
por D. Francisco Fernández Villabrille
RESUMEN DE LA EVOLUCION, ETC.
"RESUMEN DE LA EVOLUCION DE LAS IDEAS SOBRE
ARTILLERÍA" 1914-1918
HENRIQUE BARQUEIRO
(Río de Janeiro)
(Especial para "MEMORIAL DEL EJERCITO")
VI
—Vamos a resumir, las deducciones obtenidas, en el curso
de la guerra, con respecto a la artillería.
"EVOLUCIÓN DE LAS IDEAS RELATIVAS
AL TIRO Y AL MATERIAL"
La artillería empieza su gestión en 1914, con importantes
recursos en cuanto a personal, (Ingenieros de la Escuela Cen-
tral principalmente) y en lo relativo a instrucción muy bien dis-
puesta por lo que concierne al tiro, en especial a las cortas y
medias distancias.
Era creencia general, que los alcances de tiro corriente de
la artillería en el combate, debían ser inferiores a 4 500 o 5000
metros.
Y por ello se habían ejercitado en disparar a estos cortos
alcances, lo mismo que en 1869 y 1870, se consideró necesario
preparar el tiro con alzas medias inferiores a 2.000 metros .
Se debió a este error inicial, la obtención de magníficos re-
sultados en Agosto de 1914, en las batallas del Marne y en la
Lorena, donde los tiros de la artillería de 75, empleando sus ex-
celentes municiones, fueron de impresionante eficacia y de efec-
tos sin precedentes.
Al empezar la guerra, sólo se disponía de 4.000 cañones do
75 y casi ninguna artillería pesada, pero teníamos en la proxi-
midad de los campos de batalla del E. y N. E., unos 5 o 6 mil
excelentes cañones Bange, que entraron en funciones a fines de
Agosto de 1914. Esta última clase de artillería, cuya principal
"misión era el empleo de granada y bote de metralla, es de tiro
rasante y la mayor parte de estas piezas se denominaban ofi-
cialmente cañones largos.
En realidad, por su longitud en calibre, estos son cañones-
33
34 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE
obuses o bien obuses largos. Sin, embargo, el valor de las pa-
labras es tal, que esta artillería, llamada de cañones largos se-
rá empleada durante toda la guerra como artillería larga de ti-
ro rasante, bajo ángulos que varían de 10 a 25 grados en gene-
ral. No se pensó, por la misma razón, en modificar los afustes
o en reemplazarlos para permitirles el tiro con grandes ángulos,
el verdadero tiro de obuses.
Tan sólo al llegar el año 1917 se empezó a estudiar y fabri-
bricar, a título de modelos, nada más, otros afustes (Mourcet-
Jonhandeau), procediendo a experiencias que realizadas en
1915, nos hubieran permitido tener una verdadera artillería de
obuses ligeros y pesados.
Si se hubieran adoptado y fabricado estos afustes en 1914
(el afuste Mourcet existía en Bourges muchos años antes) se
habría tal vez evitado o retrasado la guerra como ya hemos di-
cho, porque nos dotaban de millares de obuses, provistos por
otra parte de municiones sin par en esta época, y porque el al-
to mando alemán que estaba muy al corriente de nuestro ar-
mamento dio siempre una importancia capital al valor de los
materiales en servicio.
El ejército francés entra en Septiembre de 1914 a la gue-
rra de trincheras para la cual no está preparado. Sus jefes van
a dedicarse en cuatro años de vida subterránea, a inventar y a im-
provisar medios de acción para una lucha de carácter impre-
visto.
La artillería de 75 se especializará durante meses y años
en los tiros de barrera frontal. Las vísperas y los días de pre-
paración de ataque, por el contrario, su principal misión será ex-
clusivamente el tiro delicado y costoso en municiones, de des-
trucción de alambradas. Tales serán sus dos modos de acción
principal durante meses y años.
La artillería pesada corriente, compuesta únicamente, o ca-
si únicamente, de cañones Bange, practicará normalmente la
contra batería con sus cañones llamados largos y el "macha-
camiento" con sus cañones llamados cortos (y sus morteros),
pero solamente los días de preparación de ataque.
Es con la artillería Bange con la que se hacen las opera-
ciones del año 1915, comprendida la batalla de la Champagne.
Y con ella se defendería Verdún en 1916, porque hav todavía
pocos cañones de 105 y pocas municiones, y ninguna del 155 cor-
to moderno. Con ella, también, se combatirá en el Somme en el
verano y el otoño de 1916, reforzada por un corto número de
piezas de grueso calibre, modernas o motorizadas.
A pesar de que el efecto moral de nuestra artillería se hace
sentir desde 1916, la cantidad en peso de proyectiles lanzados
por estos gruesos calibres modernos, en relación con los lanza-
RESUMEN DE LA EVOLUCION, ETC. 35
dos por los demás calibres, es muy pequeña todavía en dicho
año y lo mismo al principio de 1917, antes y después de la ba-
talla del Aisne.
Solamente a fines de 1917 entraron en acción por centena-
res los obuses modernos de 155 cortos, y sólo, entonces, se au-
mentó sensiblemente el número y la potencia de nuestro arma-
mento. Esto prueba cuan lenta es la creación de materiales de
artillería. Aún con la mejor voluntad de todos, aún con los re-
cursos reunidos en la Patria y de las naciones aliadas, potentes
en industria, seguimos esclavos los países durante años, del sis-
tema de artillería con que empezamos las campañas.
Los únicos progresos que pueden realizarse, fácil y rápida-
mente, son los que afectan a las municiones de los cañones exis-
tentes y algunas veces a sus afustes. En una palabra, durante
la guerra es más seguro, más rápido y menos caro, mejorar que
crear. Los artilleros franceses obtienen, en esta guerra, gran-
des progresos en la ciencia del tiro y de la observación, pero no
ocurre lo mismo en la investigación de la eficacia de sus fuegos,
en los tiros para hacer bajas y en los de destrucción, con el to-
nelaje mínimo de gasto.
En esta guerra, en la cual durante años ha sido imposible
a la mayor parte de los oficiales de artillería ver sus impactos,
y medir los efectos de su tiro, nadie se ha preocupado de de-
mostrarles metódica y prácticamente, en los polígonos de reta-
guardia los efectos de sus cañones, de sus proyectiles y la in-
fluencia considerable de sus espoletas, más o menos retardadas
según el efecto que se quería producir.
Se ignoraba también, la influencia del factor "alcance", tan
considerable sobre los efectos del tiro, como lo ha probado la
campaña de 1918, porque se exageraba la importancia de la dis-
persión cuando las distancias eran grandes. En una palabra, a
los artilleros les faltó durante toda la guerra, sin duda, porque
no se creía que iba a ser tan larga, prácticas de demostración
que les hubiese educado e informado sobre los efectos de sus ca-
ñones.
El Estado Mayor, por la misma razón, no aprendió mucho
más en la cuestión de los efectos de la artillería. Faltan por
otra parte, artilleros calificados por su experiencia y tecnicis-
mo en los Altos Estados Mayores.
Los estudios y dictámenes de las primeras y terceras sec-
ciones de los altos "Estados Mayores", llamados a opinar a me-
nudo entre asuntos corrientes del servicio, no daban la impor-
tancia debida a las cuestiones capitales del material o de su em-
pleo. La falta de una oficina de estudios adjunta al G. C. G.,
análoga a las de las grandes fábricas metalúrgicas o químicas,
con bastante personal y bien constituida por ingenieros, cons-
36 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE
tructores e inventores, por hombres competentes en una pala-
bra, se hace sentir en toda la guerra, lo mismo eme el curso
práctico de demostración del cual acatarnos de hablar, creación
íntimamente unida a la oficina de estudios.
Ha sido notable el número de artilleros de gran valía que
en esta guerra, fueron poco o nada consultados, permaneciendo
en las oficinas de retaguardia invenciones, comisiones, fabri-
caciones) y se ha notado, también, un excoso de oficiales me-
nos competentes en las oficinas de vanguardia, que decidían las
cuestiones de artillería y del material de guerra en general.
Este desacuerdo entre las oficinas de vanguardia v las de re-
taguardia se mejoró algo a fines de 1917, no antes. En el Gran
Cuartel General, se llegaron a tener prematuramente las ideas
nuevas, esto era natural al principio de la guerra en que no ha-
bía organismos suficientes para absorber dichas ideas. En 1915
se prohibió a los oficiales del frente, ocuparse de otras cuestio-
nes que de las profesionales, es decir, de la tarea corriente y co-
tidiana.
El alto mando no debe rechazar por sistema las ideas nue-
vas, sino atraerlas, hacerlas estudiar por un organismo serio e
ilustrado y realizar aquellas que se crean viables o útiles. Pare-
ce, según una carta de los maestros de forja alemanes, al Kaiser,
se le presentó en 1917, una falta de tecnicismo análogo, lo que
se manifestó en el Alto Mando Alemán, como algunas veces en
el nuestro.
Hablaban en esta carta de una utilización más eficaz de las
riemezas metalúrgicas "en una guerra venidera en la cual los
ejércitos no estarán solamente compuestos de masas de hombres
aglomeradas...." Retengamos esta frase para el porvenir.
El General No°;hi en 1904, desnuss de sus éxitos brillantes,
delante de Puerto-Arturo, había sido bastante científico y se ha-
bía excusado ante el Mikado en una carta que se ha hecho
célebre.
Se puede decir, de una manera general, que nunca se hizo
la guerra en los distintos ejércitos que tomaron parte en las cam-
pañas contemporáneas, sacando el partido que se debía esperar
de los conocimientos científicos e industriales propios de la épo-
ca en que se llevaron a cabo, en beneficio del material de guerra
empleado en ellas.
Muchas pruebas se podrían aportar en apoyo de esta api-
píen, pero no queremos entrar en desarrollos técnicos que no, son
de este lugar y que tomarían muchísimo tiempo.
Es preferible que cerremos aquí, este comentario y lo con-
tinuemos en el próximo número, con nuevas e interesantísimas
fases del gran conflicto que fuá. el de 1914-1918 y que entregó
la victoria en manos de los aliados.
(Continuará).
ALGUNAS INFORMACIONES SOBRE... 37
ALGUNAS INFORMACIONES SOBRE EL SERVICIO DE
SANIDAD DEL EJERCITO ESTADO-UNIDENSE Y EL
RECLUTAMIENTO BE PERSONAL ALISTADO
Capitón de Sanidad MARIO TAFIA CABALLERO
"El Cirujano Militar es un elemento integrante
e indispensable en la organización militar, puesto
que él encarna una ciencia sin cuyo concurso peli-
grarán siempre las operaciones, por bien que ellas
sean concebidas y puestas en ejecución".
Gral. Alberto Levene del Ejército Argentino.
Profesor del Colegio Militar.
MOVILIZAR (enlistar) A LOS INDIVIDUOS
Igual a todas las manifestaciones del carácter del ciuda-
dano norteamericano, un pensamiento revela el espíritu y la fi-
nalidad del Procedimiento de Incorporación del Personal alista-
do: Al iniciar su servicio, cada soldado, el Ejército ha de ase-
gurar su provecho óptimo. Los procedimientos de tramitación
de su recepción ayudan a lograr este objetivo, revelando las
habilidades potenciales.
Se organiza el enlistamiento basándose en las siguientes
normas:
1.—Recepción y comparación de los hombres y de su do-
cumentación.
2.—Separación de los ciudadanos que han recibido antes
alguna instrucción militar.
3,—Orientación, que incluye la proyección de películas,
asistencia a conferencias y visitas a centros militares.
4.—Reconocimiento físico y exámenes médicos de los sol-
dados para determinar su aptitud, la necesidad de tratamientos
médico-dentales, la clasificación de tipos de sangre, inmuniza-
ción, radiografías de tórax y pesquisaje de Lúes.
5.—Entrega de Vestuario y Equipo.
6.—Clasificación inicial y separación en grupos, y
7.—Cumplimiento de obligaciones personales y de su fami-
lia, que proporcionen a cada individuo la tranquilidad espiritual
que anhelan.
El método empleado para la conscripción, asegura al ciu-
dadano toda clase de oportunidades para ser destinado a aque-
llos servicios donde pueda ejercer sus aptitudes potenciales
38 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE
desde el comienzo de sus actividades militares. Y, asegura de
esta manera, al Ejército, un provecho máximo de cada soldado.
Complementando la instrucción militar, se orienta al indi-
viduo sobre sus deberes y derechos como ciudadano. En un país
en el cual el concepto de las obligaciones cívicas tiene tan alto
nivel, los Servicios Sociales no han perdido su eficacia, y se
preocupan de asegurar a los soldados su absoluto bienestar. Se
encargan de los Seguros de Vida, ahorros, aplicación y expli-
cación de los salarios de guerra y en tiempo de paz.
Para obtener el mayor rendimiento dentro de los límites
de una severa economía de tiempo y de energías, se dispone que
los siete puntos enumerados, se cumplan antes de iniciar el
adiestramiento individual.
Es importante citar los Reglamentos a que está sujeto el
Sistema de Reclutamiento, obra perfeccionada después de la úl-
tima Guerra Mundial, y en la que las Autoridades Militares de
los Estados Unidos, no han tenido recelos, ni timideces para
asimilar todas aquellas lecciones recogidas del enemigo, sea de
sus textos originales o de la experiencia de los propios prisio-
neros. Estos Reglamentos son los 615-110 de 5 de Febrero
de 1949.
Comentando este tema, el Teniente Coronel Everett A.
Luckenbach en la Military Review de Febrero del año en cur-
so, expresa: "A base del trato recibido en el período inicial, el
personal adquiere impresiones perdurables y se forma arraiga-
das convicciones de lo que es la vida militar. Los hombres que
ingresan a las filas deben ser favorablemente impresionados en
cuanto a la eficiencia del funcionamiento de la Organización
militar y a la máxima atención que se dispensa al bienestar del
individuo, hasta donde lo permiten las exigencias del servicio".
Existe un programa diario para el Reclutamiento, progra-
ma que se cumple con exactitud matemática y que comienza
desde que se constituye el primer grupo, en determinados sitios
o en cada Cuartel y Cantón. Inmediatamente, los ciudadanos,
entregan, previo inventario, sus efectos personales y se les
brinda una abundante y exquisita comida caliente. Esto se efec-
túa cualquiera que sea la hora de recepción, para propender al
más rápido acostumbramiento de los futuros sóldados, que en
esta forma se familiarizan tempranamente con sus superiores
y compañeros. Asistí a una de estas faces del Reclutamiento
cuando el Congreso de los Estados Unidos discutía el estable-
cimiento de la edad de 18 años, como racional para el enlista-
miento. Me sorprendió ver que después de la primera comida,
los jóvenes eran saludados por un Sargento, que en frases in-
flamadas de patriotismo, los invitaba a defender la bandera de
su país, en cuyas estrellas brillaba el amor por la Libertad y la
Democracia. Y luego el procedimiento de clasificación, se rea-
ALGUNAS INFORMACIONES SOBRE... 39
lizó en grupos no superiores a treinta hombres y siempre to-
mando en consideración sus aptitudes.
La constitución de grupos de treinta hombres es intere-
sante porque exalta la personalidad del individuo; no destruye
en cada uno la idea de su importancia y por las afinidades men-
tales que entre sí, se descubren, pasan a integrar inteligentes
piezas de una máquina de extraordinaria potencia.
En los cuatro días que se dedican a esta tarea, se incluyen
numerosas horas de esparcimiento intelectual y físico. Los re-
sultados se gravan en fichas individuales.
En los Estados Unidos, no sólo el Ejército, la Armada y la
Fuerza Aérea se preocupan de la conscripción. También los or-
ganismos estatales civiles y las Instituciones particulares, ofre-
cen su entusiasmo para cooperar al trabajo de Incorporación
del Personal Alistado, porque han debido soportar trágicas
pruebas de lo que significa para una Nación, el desconocimien-
to de su potencial humano, en una hora crucial para la segu-
ridad de la civilización occidental.
De acuerdo con tal convencimiento, el Reclutamiento es
parte importante de los planes de Gobierno, porque el adiestra-
miento y clasificación de los ciudadanos, se proyecta hacia la
vida civil, aprovechando las experiencias del cuartel, en el ser-
vicio de la administración nacional.
Ahora bien, ¿cómo utilizar estas lecciones en Chile? En
veintiún años de servicios, de los cuales he vivido la mayor par-
te en Unidades de Tropa, he podido formarse el concepto de que
nosotros aprovechamos muy limitadamente _el capital humano,
con que cuenta la Nación en los períodos de Reclutamiento. La
pobreza del Erario que limita los contingentes, ha dado origen
a una situación en extremo delicada y que sacrifica los más
elevados intereses de la Patria. Numerosos ciudadanos eluden el
cumplimiento de la Ley de Servicio Militar Obligatorio sin ma-
yor esfuerzo que el pago de una estampilla de impuesto de po-
co valor, con certificados de estudios o argumentando proble-
mas económicos, en muchas ocasiones de discutible veracidad.
He asistido a la confusión de los días de Examen Médico en
que muchachos de todas las posiciones de cultura y de dinero,
aguardan largas horas el turno, y por las limitaciones fijadas
en algunos Cantones, el Cirujano se dedica a justificar con su
firma, la eximición de grandes legiones de ciudadanos, muchos
de los cuales se convertirán en detractores de la Institución, por-
que no pudieron conocer su noble función educadora.
En las Unidades recibe al Contingente una pequeña Comi-
sión y un solo Cirujano examina a mil hombres, aproximada-
mente. Ni esa reducida Comisión, ni el único facultativo, en pla-
zos perentorios, pues es preciso completar a la brevedad, de-
terminadas cuotas, pueden cumplir un trabajo eficiente, ni ofre-
40 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE
cer tampoco un elemento de valor a su propia Unidad. Miles de
ciudadanos quedan al margen de tal selección. Puedo referir el
caso de un adinerado joven que exhibió argumentos aparente-
mente reglamentarios y se eximió, pero cuya verdadera inten-
ción era ocupar el año en que los ciudadanos de su generación
habían acudido a cumplir la Ley de la Patria, en realizar, con
sus padres, un crucero por el Viejo Mundo. Mas, bien pronto,
en Europa, cuyas tragedias pudo comprender porque era culto
e inteligente, observó que, precisamente, los jóvenes de su for-
tuna e intelectualidad, son los primeros en reconocer cuartel,
sin egoísmos ni cobardías y conscientes de su responsabilidad
social.
En el presente Informe, que refleja lo que vi y aprendí en
la gran Democracia del Norte, deseo insistir con energía, en un
hecho que contrasta con lo que nos ocurre a nosotros. En el
Procedimiento de Incorporación del Personal Alistado, en simi-
lares condiciones que los nacionales, son llamados los extranje-
ros inmigrantes. Asistí diariamente al Bolling Forcé Air Base
y conocí en el propio aeropuerto y en los Hospitales, a centena-
res de heridos procedentes del Lejano Este. Había italianos,
españoles, centroamericanos, un chileno de apellido Jaime y ne-
gros. Jamás supe de un hombre que pretextara su condición de
extranjero, para eludir su contribución al país, transformado
en Patria adoptiva. Y en Chile, son particularmente los hijos
de extranjeros, los que con mayor tenacidad, tratan de burlar
las Leyes Militares. En justicia, esta actitud, merece la expul-
sión de esos individuos del territorio nacional.
Finalmente, me permito sugerir la consideración de los sie-
te puntos señalados del Procedimiento de Incorporación del
Ejército estadounidense y en nuestra conscripción:
1.—Aprovechar el máximum de rendimiento, estudiando las
habilidades potenciales del ciudadano.
2.—Dedicar la totalidad del esfuerzo durante el rnes de
conscripción, seleccionando también a los individuos eliminados,
y establecer contribuciones razonables da dinero, para hacer
pesar en el ánimo de la ciudadanía la importancia de las obli-
gaciones impuestas por la Ley.
3.—Absorber por la Defensa Civil, a los ciudadanos que
quedaron de exceso y cuya salud es satisfactoria, para formar
el Servicio del Trabajo.
4.—Destinar el dinero obtenido a los mismos cuarteles y
a las necesidades de sus contingentes.
5.—Que la totalidad de los Cirujanos del Ejército, traba-
jen en el Procedimiento de Incorporación, puesto que es un
error hacer gravitar sobre un solo médico la responsabilidad de
seleccionar a más de mil individuos. (Me correspondió examinar
ALGUNAS INFORMACIONES SOBRE... 41
a más de mil quinientos ciudadanos, en el último acuartela-
miento) .
6.—Dar al Reclutamiento, los caracteres de una cruzada
nacional.
SUELDOS EN TIEMPO DE GUERRA
Los sueldos, escalas de sueldos, seguros de vida y otras
formas de prevision, constituyen un delicado tema, que en el
breve tiempo de permanencia en Los Estados Unidos, no me
resulte facil apreciar. Puedo, eso si, manifestar que el standar
de vida, satisface a la mayoria e los habitantes, situacion que
es favorecida por el aporte inestimable de la beneficiencia pri-
vada.
GARANTIA DEL ESTADO A LOS INDIVIDUOS
MOVILIZADOS
Están señaladas en las Leyes despachadas por el Congre-
so y forman un conjunto de dispociciones, que sería digno de
estudios muy bien documentados.
FIELD, REGLAMENTOS, ETC.
La amplitud de criterio de las autoridades militares norte-
americanas y la genetica de los oficiales comandados en mi-
sión en nuestro pais, nos permiten disponer de nutrida docu-
mentación. Además, el rentaron, mantiene sus puertas abier-
tas para todos ios oficiales de los Ejércitos de América, que an-
helen estudiar sus reglamentos.
PORCENTAJE DE PERDIDAS Y LEYES DE INVALIDEZ
Me llamó la atención la justiciera compensación que el
Ejército da a los soldacos que han sufrido accidentes en actos
del servicio. La circunstancia de haber servido dos años a las
órdenes de mi General D. Enrique Pacheco Vega y do mi Ge-
neral D. Samuel Molina Barros, autores y modificadores de
nuestros Reglamentos y de haber sido en igual lapso Secreta-
rio Relator cte la Comision de Cirujanos, me permitió comparar
nuestras reglas de casificación con las que pone en práctica el
Ejército de los Estados Unidos.
Sería interesante acometer un estudio comparativo, tenien-
do a la mano, traducido, un ejemplar de la Agenda para deter-
minar las invalideces, "Shedule for rating disabilities" que nues-
tra Misión en ''Washington podría solicitar de la Veterana Ad-
ministración del Departamento de Guerra de la Unión.
42 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE
MATERIAL SANITARIO, ELEMENTOS, UTILES QUE
PODRIAN EMPLEARSE EN CHILE
Durante las diarias visitas al Walter Reed General Hospi-
tal, conversamos con los Cirujanos Militares, sobre cuan bene-
ficioso resultaría para nuestra Institución, la presencia en tan
adelantado centro científico de las Fuerzas Armadas, de Ofi-
ciales de Sanidad de Chile.
En los servicios de Traumatología por ejemplo, hallaría-
mos incalculables experiencias. Allí con elementos simples y que
muchas veces fabrican los propios convalecientes, con material
de aviones y de otros metales do guerra, se ha enriquecido el
material sanitario. En efecto, hombres que advirtieron las de-
ficiencias en elementes y accesorios, se dieron a la tarea de sub-
sanarlas, fabricando, sin costo para el establecimiento, carros
de curación de acero inoxidable y de aluminio, simétricos, con
ruedas y dotados a cada lado de lavatorios y compartimientos
especiales para máscaras de Oxígeno, gasas, vendas, estimulan-
tes, plasma y dispositivos para transfusiones de sangre. Con es-
tos medios, es posible atender simultáneamente a treinta en-
fermos.
Estas iniciativas llevadas a la práctica, contribuyen a la
eficacia y rapidez de la asistencia médico-quirúrgica. Produjo
gran consternación en los Estados Unidos, el accidente ocurri-
do en el mes de Diciembre de 1919, a un avión boliviano que ca-
yó en el Ptomac. La prontitud de ios medios de salvación, per-
mitió evitar que muriesen 17 de los 19 ocupantes del avión.
La tendencia predominante en Estados Unidos, es levantar
edificios de emergencia para los Hospitales Militares. Su dura-
ción debe calcularse en diez años. A estos recintos llegan en el
Bolling Forcé Air Base, los heridos de Corea, para ser transfe-
ridos después a Hospitales permanentes. Allí en los Hospitales
de emergencia, se prodiga atención médica a los familiares tam-
bién y existen Salas para Maternidad. Tuve la suerte: de aten-
der, por encargo del Mayor Cirujano Hamilton Webb, el turno
de Pediatría y examinar a recién nacidos, cuyos padres habían
partido al Lejano Este.
Los Hospitales de Acantonamiento, están planeados según
un modelo Standard. Poseen 130 camas y están divididos en
" Wards". Visitamos los pabellones de Enfermeras, Laboratorio
y oficinas de la Dirección; esta última queda frente a los Wards,
constituyendo tres cuerpos que se comunican por galerías trans-
versales. En todas las salas hay pantallas de Televisión.
Visitamos los aviones MATS de ambulancia que realizan el
tráfico aéreo desde San Francisco a Washington. Están dotados
del máximun de comodidades para asegurar la salud de los heri-
ALGUNAS INFORMACIONES SOBRE 43
dos. Han logrado perfeccionar un sistema de estabilidad para
las camillas y su confort es admirable.
Inspeccionamos los carros-bombas, extinguidores de incen-
dio. Estos aparatos están siempre listos para acudir junto al
avión para salvar cualquier emergencia. Están cargados de pro-
ductos químicos especiales. Simultáneamente una ambulancia
recorre la pista y se detiene al lado del avión que aterriza.
Me impresionó una tarde la llegada de un soldado con la vis-
ta vendada. Le cogí una mano. Comprendió que yo le ofrecía
una espontánea amistad. "Jean Ancelon de Texas, 3615 Lexing-
ton Avenue" expresó. Una granada de un cañón de 140 mm. le
hirió al segundo día de su arribo al frente coreano. Me entregó
el fragmento de la granada, que al penetrarle en las órbitas, le
destruyó los ojos. Apenas si tuvo fuerzas para decirme: ¿Cree
Ud. que esto haya ocurrido? Muchas veces, lo visité. Le llevé ci-
garrillos y revistas y parecía olvidar su desgracia, escuchando
explicaciones sobre Chile, que él sabía un país hermoso.
A los enfermos se les distribuye el periódico editado en el
Hospital. Ellos ayudan con colaboraciones e ilustrando historie-
tas educativas. Grandes afiches dicen "Join the march of dimes"
Unete a la marcha del Diez; mediante los cuales The National
Foundation for infantile Paralysis, ha acumulado millones de dó-
lares para aliviar a los millares de seres que ha atacado este mal.
El Walter Reed General Hospital es una pequeña gran ciu-
dad. Tiene enormes Bibliotecas, Tiendas y Cines. En todas par-
tes se observa un culto venerado por las reliquias de la Patria.
El Hospital mismo debe su nombre al Dr. Walter Reed que inves-
tigó en Cuba la Fiebre Amarilla. Con él trabajó el Dr. Juan Ro-
dríguez que se inoculó heroicamente, la enfermedad, dejándose
picar por los mosquitos. El gran Hospital de San Juan de Puer-
to Rico honra su memoria ilustre.
El Hospital de Aviación en el Bolling Forcé Air Base, tribu-
ta su homenaje perenne al Sub oficial Bolling, héroe de la Fuerza
Aérea de la Primera Guerra Mundial, que prosiguió sus labores
terminada la contienda y cubrió de glorias la Historia Patria.
PROGRESO DE LA SANIDAD MILITAR DE LOS ESTADOS
UNIDOS
La evolución que ha experimentado la Ciencia Médica, es-
pecialmente con el progreso de la Cirujía y el advenimiento de la
Era de los Antibióticos, ha madurado el concepto del Equipo Mé-
dico. La especialización consagrada por la Legislación del Tra-
bajo, existe en Medicina representada por el Equipo Médico que
garantiza una labor adecuada. Todo individuo es examinado por
una comisión que estudia integralmente su salud.
La Sanidad Militar ha progresado en virtud de experiencias
44 MEMORIALDELEJERCICITO DECHILE
derivadas de los conflictos bélicos y las dotaciones nan debido
aumentarse, destacando un mayor número de Cirujanos en los
Hospitales de la Patria.
Paralelamente se han reforzado los Cuerpos auxiliares, co-
mo las organizaciones de Enfermeras y Nurses, cuyo número pa-
ra el Presupuesto de 1932, se eleva a 655. Ahora bien, al comen-
zar las hostilidades en Corea, el Ejercito contaba con menos de
doscientos médicos para desarrollar la magna empresa de impo-
ner medidas de saludad en toda el área comprendida por Ja-
pon, Ukinawa, Las Filipinas y Corea. Fué menester enlistar
233 Cirujanos que partieron por vía aérea al Lejano Este y pre-
parar un contingente de 150 facultativos, listos para la acción.
De esta suerte, las Fuerzas Armadas en el Asia del Sur,
cumplieron brillantemente el programa de la Sanidad Militar.
Los resultados se advirtieron pronto: La mortalidad se redujo
a menos de la mitad en los Hospitales del ejercito, en compa-
ración con las estadisticas de la Segunda Gran Guerra.
El eminente Cirujano Dr. Howard D. Fabige, de Cincina-
ti, decía en Diciembre de 1959: Si alguna de mis impresiones
generales debo recalcar es la que se refiere al programa cum-
plido por los Cirujanos. Esto le salvo el pellejo de mu -
chos seres, El rapido traslado de estos muchachos a Corea, de-
mostró su patriotismo y si no hubiese sido por ellos, la escasez
dehombrehabriasidotragedia.
El9deSeptiembrede1950,unaLeycreóelReglamento
de Selección para el reclutamiento de Cirujanos. Por el, se es-
tablecen cuatro proridades para el ser llamados, se limita la
edad máxima en 50 años y se fijan rentas convenientes. Se tu-
vo en cuenta la experiencia registrada al estallar el conflicto.
De tres mil facultativos enlistados, solo 41, solicitaron su in-
greso al Servicio
El Reglamento de selección señala mismos standards
físicos que para el común de los ciudadanos. Al presente, el
porcentaje de rechazados es el 20. 2%. Este porcentaje es ín-
fimo, si se tomar en cuenta el 45% de ese 20. 2%. está cons-
tituido por medios ya eliminados en la anterior contienda.
Los exámenes fisicos del profesional rechazado, se revisan por
un Equipo de Cirujanos y los casos dudosos son prolijamente
estudiados.
El 22 de Diciembre de 1950, se introdujo otra innovación.
Se creó en la Secretaría de Defensa una Oficina para el conoci-
miento de todos loa problemas relativos a los Médicos y Den-
tistas Militares. Y es que se busca alcanzar una estrecha co-
laboración entre las Instituciones consagradas a la defensa de
la Nación y los valores cientificos, para que los conflictos bé-
licos causen la menor desorganizacion posible a las comunida-
des civiles y a la marcha regular de la Nación.
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  • 1. SEPTIEMBRE — OCTUBRE DE 1958 MEMORIAL D E L EJERCITO DE CHILE Revista bimestral Organo oficial del Estado Mayor del Ejército Oficinas: Alonso Ovalle 1187 — Teléfono 65271 — Anexo 220 AÑO XLV N.º 250 2.º Semestre S U M A R I O : EDITORIAL . EL 18 DE SEPTIEMBRE 3 FOTOGRAFIA DEL PRESIDENTE ELECTO DE CHILE, GENERAL DON CARLOS IBANEZ DEL CAMPO 5 EFEMÉRIDES 7 TEMAS MILITARES: 1.—LOS PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA.—Por el Mayor Renato Lei- va Opazo 9 2—ARMAS O AGRUPACIONES DE COMBATE.—Por el Mayor Juan Forch P 29 3.— RESUMEN DE LA EVOLUCIÓN DE LAS IDEAS SOBRE ARTILLE- RÍA.—1914-1918.—Por Henrique Barqueiro (Río de Janeiro) 33 4.—ALGUNAS INFORMACIONES SOBRE EL SERVICIO DE SANIDAD DEL EJERCITO ESTADOUNIDENSE Y EL RECLUTAMIENTO DE PERSONAL ALISTADO.—Por el Capitán de Sanidad Mario Tapia Caballero 37 5 —AGRUPACIÓN DE COMBATE DE COMPAÑÍA— Por el Capitán Sidney B. Berry, Jr. Traducido por el Mayor Roberto Proust. Jiménez 47 HISTORIA Y GEOGRAFÍA: 1.—INDEPENDENCIA DE CHILE.— Por el Coronel Armando Cattani, Agregado Militar a la Embajada del Brasil 51
  • 2. De la vuelta 2 OFICIALES AGRACIADOS EN UN CONCURSO: — DON .IOSE MIGUEL CARRERA.—Por el Teniente Coronel Ma- nuel Reyno Gutiérrez. — JOSE MIGUEL CARRERA.-4 DE SEPTIEMBRE DE 1821.—Por el Mayor Miguel Caviedes Llanillos 53 3—METALES DE LA RAZA: EL MAYOR DON RAMON DABDIGNAC— Por el Mayor (R) Edgardo Andrade Marchant ... ...... 57 4. —NOTAS AL MARGEN DEL TOMO XVI DE UNA HISTORIA DE CHILE, (Continuación).— Por el General de División Jorge Carmona Yáñez 63 5.—PASCUA SE HACE CHILENA.—Por el Mayor (R) Edgardo Andrade Marchant 75 DE NUESTRO CANJE: 1—EL DESAPRECIO DE LAS FUNCIONES DE UN OFICIAL DE ES- TADO MAYOR.—EL G3, ZONA DE ETAPAS.—Por el Teniente Co- ronel Robert C. Forbes, Infantería Instructor, Escuela de Comando y Estado Mayor. (De la "Military Review") 79 2. LA INFANTERIA NECESARIA,—Por el General de División Gur- nier, Inspector de la Infantería francesa. De la publicación "Revue Militaire d'Informatio'', (Traducción del Teniente Félix Carrasco, de la Escuela de Aplicación) — (De la Revista "Ejército", de España) 91 3—LO QUE PODEMOS ESPERAR DEL BLINDAJE. EL DESARROLLO DEL ARMA BLINDADA EN LOS EE. UU. DESDE 1945 A 1951 (Por el Teniente Coronel Paul L. Bogen, Instructor de Blindaje, Esc. de Cdo. y E. M 111 4—EL ADIESTRAMIENTO DE REEMPLAZOS DE BAJAS.—Por el Co- ronel Lloyd R. Moses, Infantería. Oficina del Subjefe de Estado Ma- yor, G3, Departamento del Ejército. (De la "Military Review") ... 121 CRONICA: 1.— REPRESENTACION DEL EJERCITO TRIUNFO EN EL CERTAMEN DE TIRO AL BLANCO DISPUTADO ENTRE LAS FUERZAS AR- MADAS 137 2 —CEREMONIA PATRIOTICA REALIZADA EN OLLAGÜE Y SO- COMPA 145 3.—HOMENAJE RENDIDO A LA MEMORIA DE DON JOSE MIGUEL CARRERA 147 4.—DISTINCION OTORGADA A UN OFICIAL DEL EJERCITO DE CHILE 148 5. — ANIVERSARIO DE UNIDADES Y REPARTICIONES 149 NECROLOGIA: — TTE. CORONEL (R) DON ROBERTO IZQUIERDO SILVA 163 — SUBTENIENTE (R) DON FELIPE FIGUEROA PÉREZ 163 — SUBTENIENTE (R) DON CARLOS CANIFRU GOMEZ . . . 163 — SARGENTO 2.º FERNANDO SEPULVEDA MILLAN 164
  • 3. EL 18 DE SEPTIEMBRE Hace 142 años que la patria chilena proclamó su determina- ción de regirse políticamente, rompiendo su calidad de colonia de España. Este fenómeno engranaba con otros similares de los demás países americanos, y era la consecuencia de una revolu- ción de los espíritus madurada especialmente en Francia, y co- menzada en Filadelfia, e incendiada en postulados y mística de libertad y de derechos desde la caída de la Bastilla. Nuestro 18 de septiembre de 1810, fué largamente prepa- rado y, se llegó a él, porque desde 1804 comenzó la lucha ideo- lógica o preparación del alma criolla, en terrenos de derechos administrativos, económicos y cívicos, que hasta entonces es- taban completamente dominados por los peninsulares que nos hacían la gracia de llegar a esta última región del mundo y ex- tramuro del imperio. Si bien es cierto que hay unidad fenoménológica en las di- ferentes revoluciones americanas y en especial entre las sud- americanas, no es menor la diferencia del proceso y hecho mis- mo entre ellas, de acuerdo con las características nacionales que, en esa época, algunas naciones ya habían constituido firme- mente. Por razones de sangre ,de clima y medio geográfico, de cos- tumbres, y de lucha económica como en la expansión física de nuestras fronteras interiores, nuestra emancipación fuá severa, y su primer acto ostensible y valedero, tuvo majestad ciudadana; expresión de voluntad popular, y juego armonioso del derecho y la fuerza que de esencia nace de ella misma para cuidarla. Podríamos haber escogido varias fechas, para fijar el ani- versario de nuestra independencia, y algunas de más heroísmo y clima revolucionario romántico que el 18 de septiembre de 1810. A saber: las jornadas de julio de ese año, en que el pueblo de Santiago obligó a García Carrasco, Gobernador de Chile a entre-
  • 4. MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE gar el mando; el 12 de febrero de 1818, en que se juró y se declár ró la Independencia de Chile; o Maipo, en que se consolidó defi- nitivamente nuestra República. Pero, en justicia y lógica, en consideraciones de una biología realista de nuestra libertad emancipadora, el 18 de septiembre fué lo más espontáneo, y lo más completo, y lo más democrático. Aquel día, culminó el proceso de lucha entre el Cabildo crio- llo y la Real Audiencia. Por su esencia la representación muni- cipal era de médula democrática, en lo que más se podía exigir a la democracia de ese entonces. La forma en que se fundamen- tó el cambio de régimen, fué jurídicamente valedera e inteligen- temente presentada en forma y fondo. Y, razón sin espada no va- le; afuera del salón del acto solemne, había tropas leales al de- recho que ejercitaba sus premisas y hacía resonar sus conclu- siones. Un acto completo, con militares respetuosos de la ley y vo- luntades populares y de corporaciones; algo raro, para esos años, en que el caudillismo brilló en todas las asonadas revoluciona- rias, y en que los clanes aristocráticos pasaron peleando sus he- gemonías sociales y políticas. Esto hace que en la génesis de nuestra independencia, se den la mano civiles y militares, dos espíritus que a veces se di- vorciaron, como fruto de toda ebullición de naciones desgaja- das de su pasado en forma abrupta, violenta, revolucionaria. Armonía, que cuando fué superada la, etapa de la auto-organi- zación política republicana, ha seguido conciente y fundida en el más severo respeto de las Fuerzas Armadas por la Constitu- ción y Leyes. En el 18 de septiembre histórico, está funcionalmente tam- bién la celosa guardia de las armas de la patria a la voluntad na- cional. Quizás si por ello, es que el 19 del mismo mes: DIA de las GLORIAS DEL EJERCITO, escolta la fecha mater de la República de Chile. LA DIRECCION DEL "MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE", en Su deseo de cumplir oportunamente con sus subs- criptores y ante la imposibilidad de que el instituto Geográfico Militar pueda ajustarse a los plazos de entrega, debido a múl- tiples trabajos extraordinarios que ha debido desarrollar, se ha visto en la necesidad de contratar los servicios de una imprenta particular y aunque esto le significa un mayor desem- bolso, ha encontrado la manera de financiarlo sin mayor costo para los subscritores. LA DIRECCIÓN DEL -MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE" 4
  • 5. GENERAL DON CARLOS IBAÑEZ DEL CAMPO , ELEGIDO POR LA VOLUNTAD CIUDADANA DEL PAÍS, EL 4 DE SEPTIEMBRE, PARA TERCIAR POR SEGUNDA VEZ LA BANDA PRESIDENCIAL. POR EL PERIODO 1952-1958. "EL MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE" HONRA SUS PAGINAS CON EL BENEMERITO SOLDADO QUE OCUPARA EL SILLON DEL FUNDADOR DE NUESTRA LIBERTAD, GENERAL DON BERNARDO O'HIGGINS, OTRO SOLDADO DE LA PATRIA.
  • 6. EFEMERIDES SEPTIEMBRE 4 de 1821.—Muerte del General don José Miguel Carrera en Mendoza. 7 Aniversario de la Independencia del Brasil. 7 de 1820.—Desembarco de la Expedición Libertadora al Perú en Paracas. 7 de 1820.—Ocupación de Pisco. (División Las Heras). 9 Aniversario de la Academia de Guerra, del General Carlos Sáez Morales. (Santiago). 15 Aniversario de la Independencia de Guatemala y demás na- ciones de Centro América. 15 Aniversario del Estado Mayor General del Ejército. (San- tiago) . 16 Aniversario de la Independencia de México. 17 de 1843.—Se inaugura la Universidad de Chile. 18 de 1810.—ANIVERSARIO DE LA INDEPENDENCIA DE CHILE. 18 de 1817.—Se decretó el uso de la actual bandera nacional. 18 Aniversario del Regimiento de Caballería N.9 2 "Cazadores", del General Manuel Baquedano. (Santiago). 19 DÍA DEL EJERCITO DE CHILE. 20 de 1819.—Se adopta la primera Canción Nacional Chilena. (Letra de Bernardo Vera y Pintado, música de Manuel Robles). 21 de 1873.—Toma de posesión de Magallanes. (Fuerte Bulnes). 23 de 1819.—Se decretó el uso del segundo Escudo Nacional. 24 Aniversario del Regimiento de Ingenieros Motorizado N.º 1 "Atacama", del Comandante Ricardo Santa Cruz. (Co- piapó). 25 de 1865.—Declaración de Guerra a España. (Presidente Pé- rez) . 26 Natalicio del Rey de Dinamarca. (Fiesta conmemorativa de esa nación). 26 de 1845.—España reconoce la Independencia de Chile. 30 Aniversario del Grupo de Ingenieros N." 6 "Membrillar", del General Juan Mackenna. (Rancagua). 30 de 1812.—Se exhibió oficialmente el primer escudo nacional. 30 de 1897.—Muerte del General don Manuel Baquedano.
  • 7. EFEMERIDES OCTUBRE 1 y 2 de 1814.—Batalla de Rancagua. 2 Aniversario del Regimiento de Caballería N." 3 "Húsares", del General José Miguel Carrera. (Angol). 5 Aniversario del Regimiento de Infantería N.º 9 "Chillan", del General Bernardo O'Higgins. (Chillan). 5 Aniversario de la República del Portugal. (Fiesta conmemo- rativa de esa nación). 8 Aniversario de las Fábricas y Maestranzas del Ejército. (Santiago). 8 Aniversario del Regimiento de Infantería N.º 8 "Tucapel", del General Juan Gregorio Las Heras. (Temuco). 8 de 1879.—Toma del Huáscar. (Combate Naval de Angamos). 10 Día del Ingeniero Militar. 12 de 1492.—Descubrimiento de América. 14 Aniversario de la República China. (Fiesta conmemorativa de esa nación). 15 de 1840.—Wheelwright establece la primera línea chilena de navegación por intermedio de los vapores "Chile" y "Pe- rú", que hacen, en este día, su entrada, a Valparaíso. 17 de 1813.—Combate del Roble. (O'Higgins). 18 de 1817.—Se decretó el uso de la actual bandera nacional. 18 de 1866.—Fallecimiento del Ilustre General don Manuel Bul- nes. 18 de 1883.—Tratado de Ancón que puso fin a la Guerra del Pa- cífico. 20 Aniversario del Regimiento de Infantería Reforzado N.º 3 "Yungay", del Coronel Nicolás Maruri. (San Felipe). 24 de 1842.—Muerte del Capitán General de los Ejércitos de Chile, Brigadier de los de Buenos Aires, Mariscal del Pe- rú y Director Supremo de la República, don Bernardo O'Higgins.
  • 8. TEMAS MILITARES LOS PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA. Mayar RENATO LEIVA OPAZO Creemos indispensable pedir a nuestros lectores que para criticar las ideas que ahora expondremos tengan a mano los ar- tículos que en el curso del presente año hemos venido publican- do en el "Memorial de Ejército de Chile''. Si tal sucede no podrán aparecer dudas acerca de la razón que nos asiste al tratar de bosquejar los principios de esta cien- cia y, por otra parte, no quedaremos como responsables de la desilusión de tantos que, con base en el título, pudieran creer que hemos tenido el valor de enfrentar lo desconocido y presen- tar, por fin, la verdad encerrada u ocultada por el tabú. No, la guerra desde que apareció en el mundo ha sido es- tudiada por sabios, filósofos y profesionales distinguidos, de cu- yos escritos hemos tomado modestamente sus conceptos para exponerlos de acuerdo con la evolución que, en oportunidad an- terior, dijimos que había sufrido el hecho social máximo. Alejados ya de esa época en que se discutiera que la gue- rra era una ciencia o un arte o ambas cosas a la vez y separa- dos de ella por el período de transición en que se hablara de la existencia de ciencias de conducción bélica, miramos nuestros días y pensamos en el futuro de la ciencia de la Estrategia, en- cargada, como hemos dicho, de la preparación, dirección y eje- cución de la guerra. Si se quiere, a la simple vista, sólo se trata de un cambio de nombres, pero si se analiza la evolución a que nos referi- mos, tendremos que reconocer la necesidad de ampliar los con- ceptos antiguos, modernizarnos y colocarnos a tono con la épo- ca que vivimos. No entraremos a poner en discusión a los que dicen que esta ciencia tiene principios con los que se los niegan. La finalidad de nuestra exposición es llegar a concretar los que a nuestra manera de pensar imperan en ella y nos conformaremos, enton- ces, con transcribir sin orden determinado lo que algunos au- tores afirman en nuestro beneficio:
  • 9. 10 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE GENERAL SE — MA: "La ciencia de la guerra se reduce a ciertos principios, estos principios a ciertas reglas y estas re- glas a ciertos usos determinados". VEGECIO: "Para gozar de la paz debe saberse hacer la guerra; para conseguir la victoria tener ejercitados a los sol- dados y para salir victoriosos en la batalla pelear según princi- pios y no fiarse del acaso". NAPOLEON: "Los principios de la guerra son los que han guiado a los Grandes Capitanes....". JOMINI: "Buenas teorías basadas en principios verdade- ros y justificados por los hechos son, en nuestra opinión, agre- gados a las lecciones de la Historia, la verdadera escuela del mando". CLAUSEWITZ: "Principios, reglas, prescripciones y mé- todos son conceptos imprescindibles para la teoría de la direc- ción de la guerra, porque sólo en estos moldes puede encerrar- se la verdad para que conduzca a positivas enseñanzas". GENERAL PEUKER: "Aunque la historia de la guerra no esté en condiciones de reemplazar la experiencia adquirida, puede, sin embargo, prepararla. En la paz pasa a ser el ver- dadero medio de aprender la guerra y de determinar los princi- pios del arte de la guerra". GENERAL ROJO: "Puede admitirse hoy que si nuestro arte no tuviese principios resultaría un tanto estúpido hablar de él; sus obras serían improvisaciones felices, pero arbitrarias; y no lo son, ni pueden serlo, ni cabe aceptar que se realicen obras geniales con base en que impere toda la inconsistencia de lo instintivo y la cerrazón de lo dogmático". GENERAL MARTÍNEZ de CAMPOS: "Los principios béli- cos —en su conjunto— forman la técnica del mando". ANTONIO FERNANDEZ DE ROTA y TOURNAN: "¡Quién que sepa algo de los conocimientos no conoce que exis- te, perfectamente condensada, una doctrina de la guerra, un fondo común de opiniones y creencias acerca de este hecho so- cial, que ha cristalizado en los principios de la guerra!". Son muchos los autores que podríamos seguir enumerando, pero creemos que lo hecho es suficiente para llegar a la misma conclusión a que arriba el MARISCAL FOCH en su obra "LOS PRINCIPIOS DE LA GUERRA": "El arte de la guerra, como todos los otros, tiene sus teorías, sus principios, o bien no sería un arte". Mas veamos someramente que es lo que entendemos por "principios" para determinar si, en parangón con el concepto ley, tiene verdadera cabida en nuestra ciencia o será menester adoptar los términos reglas, máximas o consejos que emplean muchos autores modernos. En el prefacio a la primera edición de su obra cumbre el
  • 10. LOS PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA 11 MARISCAL FOCH establece que sus páginas dedicadas al es- tudio de los principios podrían denominarse "Luz encendida en una costa peligrosa para guiar al navegante" lo que nos per- mite deducir que este gran conductor consideraba a los princi- pios como el taro, que ilumina a un Capitán para que pueda ac- tuar con éxito. CULMANN, en su obra "Estrategia", dice: ""Los princi- pios constituyen una guia dentro del campo de lo desconocido y, como tales, tienden a fortalecer al comando en sus resolu- ciones". C. R. BROWN ha escrito: "Los Principios de la Guerra han sido llamados "historia destilada". Son "cápsulas de sabi- duría" que se han derivado del estudio de los triunfos y derro- tas del pasado. Son guías en la formulación de una teoría de guerra. Son la meta a conseguir en la lucha de una guerra. Son nuestra ayuda para entender las esencias de un arte difícil". El ya citado ilustre General español CARLOS MARTÍNEZ de CAMPOS y SERRANO en su obra "Teoría de la Guerra" al referirse a las reglas que esgrime el hombre para realizar una obra, a imitación de la que ya hicieron otros, establece: "Cuan- do aquellas reglas sirven para ilustrar a los futuros escritores, convergen en sintaxis; cuando van a ser utilizadas para ense- ñar a componer, se titulan armonía; y, en fin, se llaman princi- pios de la guerra cuando tienen por objeto facilitar la buena conducción de las diversas fuerzas militares". "Son la ciencia que sirve de base al arte que cada cual eli- ge por instinto. Son la abstracta teoría de lo que ha de conver- tirse en práctica y, en todo cuanto se relaciona con la táctica y la estrategia, integran el fundamento científico del sublime arte de la guerra". EL COMANDANTE JULIO CAMPO SEPULVEDA, mun- dialmente conocido por sus obras filosóficas sobre el hecho so- cial denominado guerra, refiriéndose a los principios, dice: "Ellos son los carriles o vías que llevan seguramente a la so- lución acertada de los casos por dilucidar". Hemos seleccionado estas citas en razón del prestigio de sus autores y porque ellas encierran el concepto que estimamos que incide en la "verdad". Demás estaría, entonces, recurrir a la enciclopedia para desechar otros términos y nos conforma- remos con negar todo derecho a quienes pretenden decir que las ciencias que dicen relación con la conducción bélica obedecen a leyes inmutables. La aplicación de las leyes se realiza sobre hechos que se producen en circunstancias semejantes o idénticas y que pro- vocan resultados rigurosamente iguales. Nada más ilógico que el apoyarse en fórmulas o curvas exactas para demostrar la validez de los principios de la conducción. Ciencias como la Es-
  • 11. 12 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE trategia no pueden medir cuantitativamente las relaciones en- tre causa y efecto, por tener que basarse solamente en las cua- lidades de los hechos históricos y a una ciencia cualitativa no es posible exigirle, aún, expresiones de forma métrica o de ca- rácter absoluto. Reconocemos y aceptamos, pues, la razón del empleo del término "principios" para referirnos al fundamento de la cien- cia de la Estrategia, pero como hemos citado autores que sólo se refieren a la ciencia o arte de la guerra, creemos que sera perdonable nuestra redundancia al agregar algunas palabras a lo que ya hemos dicho para justificar nuestro abandono de los conceptos de ciencia o arte de la guerra e inclinarnos hacia el de Belicología y, dentro de ella, dedicar nuestro esfuerzo al es- tudio de la Estrategia. ¡No hay más que leer con espíritu crítico las grandes obras de los "maestros" como CLAUSEWITZ y FOCH o las máximas de NAPOLEON para comprender que ellos nunca hablaron del hecho mismo de la guerra como una ciencia o un arte! Así es y así lo afirmamos; ellos, en el fondo, estudiaron la conducción de las fuerzas y la actividad de éstas antes, durante y después de la guerra. Ellos incluso nombraron a la Estrategia como la ciencia que la regía y no podemos culparlos de no haberla abor- dado en forma integral. Ya dijimos que Clausewitz, por ejem- plo, fué un filósofo que se adelantó a su siglo y todos ellos vislumbraron, a fuer de ser considerados como genios des- orientados, la gran evolución que se avecinaba. Vivimos y afrontamos un ambiente distinto que, a pesar de lo visionario de sus espíritus, no lograron acertar totalmen- te, porque la verdad es que la fantasía de un Julio Verne apa- rece ahora como una mera comprobación de su título de "nove- lista científico ', y ello pese a que este escritor francés alcanzó a vivir en nuestro siglo. No hay, pues, divergencia entre nuestras afirmaciones y las enseñanzas de nuestros maestros, sino que, por el contrario, existe un nexo firme y tangible que constituye el cimiento só- lido sobre el cual montarnos nuestra teoría, pero reconozcamos de una vez por todas que hablar hoy como antaño lo hicieron ellos, sería lo mismo que pedir a un General que se dirigiera a sus alumnos, empleando el lenguaje de un niño de tres años. La evolución ha determinado que los que ellos llamaron principios de la guera, para referirse a los fundamentos de la conducción del hecho bélico, sean para nosotros, con algunas variaciones, los principios de la Estrategia, ciencia que dice re- lación con la conducción del hecho social guerra. Para comprobar este aserto veamos como, determinados autores tomados al azar, enuncian algunos de los principios co- nocidos:
  • 12. LOS PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA 13 SUN - TZU Objetivo Ofensiva Concentración. Movilidad Sorpresa Coordinación TOWNSHEND Objetivo Ofensiva. Masa Movimiento Sorpresa. Seguridad BONNAL Economía de las fuerzas Libertad de acción Imponer la voluntad al adversario VON BERNHARDI Ofensiva Reunión de las fuerzas Elección de Dirección Superioridad moral Resolución de obtener la victoria Relación entre ataque y defensa La política en dependencia de la Estrategia. Iniciativa. CULMAN Ofensiva e iniciativa en las opera- ciones. Economía de los medios y matiza- ción de las misiones. Reunión de los medios. Economía de Infantería. Superioridad de Orientación Seguridad. Libertad de acción. Sorpresa. LOPEZ RIVAROLA Ofensiva Economía de las fuerzas. Reunión de los medios. Cooperación. Coordinación de esfuerzos. Rapidez de concepción y acción. Iniciativa. Seguridad. Libertad de acción. Sorpresa. Unidad en todas las formas. Unidad de dirección y comando. NICOLAS MARSELLI Atacar las comunicacio- nes. Línea interior. Fuerza, Actividad. PRINCIPIOS NAPOLEONICOS Actividad Reunión de las Fuerzas Firme resolución de morir con glo- ria. (De carta a Marmont). ENRIC MORDACQ. Ofensiva Estratégica. Economía de las fuerzas. Seguridad estratégica o libertad de acción. Masa. Rapidez. Destrucción. CARLOS DELLEPIANE. Potencia en el esfuerzo. Economía de las Tropas. Concentración de los medios. Convergencia de los esfuerzos. Ensambladura de las masas. Seguridad. Información, cobertura, protección. Destrucción. Rapidez, agresividad, energía, du- reza, e inexorabilidad. NICOLAS ACCAME. Batalla en lo posible de aniquila- miento. Economía de las fuerzas. Capacidad guerrera del ejército. Línea interior. Línea exterior. Acción. Propaganda de la guerra. Seguridad operativa. Factores morales. Sorpresa. Persecución operativa. Retirada con miras a reacciones ofensivas. Aviación.
  • 13. 14 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE MAC DOUGALL Masa Dirección. N. B. FORREST Masa Dirección. Ofensiva Rapidez MARISCAL FOCH Economía de las fuerzas, Libertad de acción. Libre disposición de las fuerzas. Seguridad. Etc. FULLEE Objetivo Masa Ofensiva Seguridad Sorpresa Movimiento CYRIL FALLS Empuje firme y sin desvíos. Concentración. Reconocimiento ofensi- vo. Protección Sorpresa J. H. UNWIN Objetivo Concentración Ofensiva Seguridad. Sorpresa Movilidad. Economía de ¡as fuerzas. Cooperación. DEPTO. GUERRA N. A. (1921) Objetivo Acción Ofensiva Concentración de las fuerzas. Economía de las fuerzas. Maniobra Sorpresa Seguridad Sencillez Unidad de mando F. M. 190-5 U. S. A. Objetivo Ofensiva Masa Economía de las fuer; Movimiento. Sorpresa Seguridad Simplicidad Cooperación. COMITE EST. MAYOR CANADÁ. Selección y conservación del propósito. Acción ofensiva. Concentración de las fuerzas Economía de las fuerzan. Moviiidad. Sorpresa. Seguridad. Mantenimiento de la moral. Cooperación. Administración. S. J. WATSON Conservación del obje- tivo. Cooperación Conservación de la mo- ral Acción ofensiva Seguridad Concentración y econo- mía de las" fuerzas. Sorpresa Elasticidad Administración VICENTE ROJO Fundamentales. Voluntad de vencer Acción de conjunto Sorpresa Derivados. Masa Economía de fuerzas Libertad de acción Articulación. MARTÍNEZ DE CAM- POS. Fundamentales. Libertad de acción. Iniciativa. Prioridad. Orgánicos. Economía de los medios. Concentración de las fuerzas. Superioridad. Tácticos o Estratégicos. Secreto - Seguridad - Sorpresa. Psicológicos. Impulsión - Audacia - Perseverancia.
  • 14. LOS PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA 15 ACADEMIA DE GUE- RRA. (Hasta 1949) Libertad de acción Ofensiva Reunión de los medios Economía de las fuerzas Sorpresa JULIO CAMPO Actividad razonada Acertada orientación Superioridad Seguridad Sorpresa ACADEMIA DE GUE- RRA. (Desde 1950) Acción e iniciativa Objetivo Superioridad Seguridad Sorpresa Un sencillo resumen de los principios establecidos por las veintiséis autoridades citadas nos permitirá deducir algunas conclusiones. Los mismos enunciados se repiten la cantidad de veces que a continuación indicamos: PRIMER GRUPO. Economía de las fuerzas 17 Sorpresa 16 Reunión o concentración de las fuerzas 12 Masa o fuerza 8 Superioridad 5 Movilidad o movimiento 4 Rapidez 4 Actividad 3 SEGUNDO GRUPO. Objetivo 8 Libertad de acción 8 Iniciativa 4 CUARTO GRUPO. Seguridad 16 Estaría incompleto este resumen si no dejáramos constan- cia que catorce, de dichas autoridades se pronuncian por el prin- cipio de la ofensiva, que nos hemos visto obligados a descartar en razón a que consideramos que ios principios de una ciencia no pueden incidir en actitudes, procedimientos o maniobras y casualmente la Ofensiva y la Defensiva son conceptos integran- tes de los dos primeros de estos aspectos, como trataremos de demostrarlo próximamente. Por otra parte, debemos reconocer que la historia demues- tra que este procedimiento, mal llamado principio, es el que permite lograr el éxito en la batalla y podría, por lo tanto, tener su verdadero y gran valor en ciencias como la Táctica, pero nunca en la Estrategia, donde debemos considerar las operacio- nes y la guerra dentro del marco del empleo de potenciales. Se- ría, muy peligroso criticar la conducción defensiva inicial rusa
  • 15. 16 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE a lo largo de la historia de sus grandes guerras, por no haber cumplido con este principio y otro tanto sucedería si analizamos la actitud de las Naciones Aliadas en el comienzo de los dos Conflictos Mundiales. Ahora bien, debemos considerar que planteamos lo que a nuestro juicio podría ser la Ciencia de la Estrategia, y es lógico pensar que no podemos desprendernos totalmente de nuestro aspecto nacional. Dicho sea de paso, pertenecemos a un cuer- po político amante de la paz que no aspira a conquistas terri- toriales, sino que cifra su porvenir en el auge de la explotación de sus propios valores, en relación con el creciente incremento del intercambio y de las buenas relaciones con los países del continente y del mundo entero, convencidos de que la sujeción a la Doctrina Cristiana en las relaciones entre los Estados, es el único medio de lograr el bienestar de nuestro pueblo y de la humanidad. Si tal aceptamos tendremos que reconocer como negación de nuestro ser, la posibilidad de preconizar la ofen- siva como principio de una ciencia que esgrime el Gobierno, tan- to en la Paz como en la Guerra. Sin duda que la mayoría de los tratadistas se refiere al as- pecto operativo de la Estrategia y aún, como hemos dicho, al Táctico, o sea, que se circunscribieron al aspecto inmediato que busca la victoria de un hecho aislado. Aún en este mismo terre- no podríamos demostrar su error y así lo haremos en un pró- ximo artículo en que analizaremos los diversos ambientes que se viven en la guerra, basándonos en las sabias palabras del gran Maestro Clausewitz, que en su obra demostró cual es el gran valor de la Defensiva. En todo caso es interesante hacer notar que los llamados principios de la guerra o de la conducción de la guerra son, en su número, muy reducidos y entre los más repetidos se encuen- tran, casualmente, aquellos de más sencilla explicación y apli- cación. Puede decirse que desde "el sabio General Sun-Tzu" hasta nuestros días son los mismos enunciados los que figuran, hasta el extremo de que la casi totalidad de los suyos son contempla- dos entre los modernos que preconiza la reglamentación Norte Americana, lo que, pese a las apariencias, no les da el carácter de inmutabilidad que le confieren algunos autores, ya que in- cluso su interpretación es diversa. Se trabaja hoy tras objetivos distintos, en escenarios to- talmente diferentes, especialmente en cuanto a su amplitud y los medios que se emplean, son también absolutamente desigua- les. Incluso la propia mentalidad de los conductores y de los hombres, en general, está, conformada a una cultura avanzada dentro de una civilización cuyo adelanto es claro y preciso, lo que permite asegurar que sus normas de actuación difieren to-
  • 16. LOS PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA 17 talmente de una época a la otra. Aceptamos, pues, que es po- sible mantener el enunciado de algunos principios sobre la base de una gran evolución dentro de su interpretación. Finalmente, antes de entrar a exponer nuestra manera de enunciarlos, trataremos de definir lo que consideramos un "prin- cipio". Para nosotros los "Principios de la Estrategia" son los fun- damentos en que se basa esta ciencia y se expresan por la sín- tesis de las normas para la conducción y empleo de los poten- ciales. Sin embargo, recordamos que Augusto Comte. dijo: "To- do es relativo; he aquí el único principio absoluto" y convenci- dos de la fuerza de su sentencia repetimos las palabras de An- tonio Fernández de Rotta y Tournan: "El que crea haber ha- llado algo absoluto, es porque no posee espíritu crítico, sino que, por el contrario, es un ser superficial que no penetra más allá de la superificie de las cosas". Válganos lo anterior para advertir a nuestros lectores que no pretendemos decir la última palabra ni dar recetas para cu- rar cualquier enfermedad. Creemos tan sólo que el criterio y las relevantes condiciones personales que posea el conductor, pueden hacerlo lograr el éxito al obtener el rendimiento máxi- mo con la inteligente aplicación de los siguientes principios: Objetivo. Seperioridad. Seguridad. EL PRINCIPIO DEL OBJETIVO Dentro de la teoría del conocimiento, el objeto, pan. nosotros objetivo, es por esencia "objeto de conocimiento" en razón de lo cual se encuentra estrechamente ligado a un "sujeto" que pa- saría a ser el conductor destinado a determinarlo y conquistarlo. En la correlación sujeto-objeto, encontramos, pues, la base de nuestro principio. Desde luego el conductor o sujeto no podrá desenvolverse si por delante no tiene una meta por alcanzar que venga a consti- tuir, en primera instancia, la finalidad de su esfuerzo. Como primer trabajo que impone el principio, debemos en- tonces considerar la apreciación de los problemas, sobre la base de los cómputos de potenciales y posibilidades que deben reali- zarse en el período de paz. Sólo después de este trabajo se habrá logrado la "correla- ción" y entrará el principio a tener su verdadera aplicación. Normalmente, entre nosotros, la meta final por alcanzar, de acuerdo con lo dicho en artículos anteriores, deberá cifrarse.
  • 17. 18 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE en relación con la necesidad de "ganar la paz" a través del es- fuerzo de paz y de guerra. Cifrado este objetivo de carácter político-estratégico, debe- rá continuarse la apreciación para lograr el de carácter pura- mente estratégico que permita ganar la guerra o trabajar con éxito durante la paz. Pero ahora habrá ya una fuerza motriz que impele a la acción, un faro que ilumine directamente a todas las fuerzas y las obligue a actuar en una dirección convergente que elimine toda posibilidad de desperdiciar rendimiento. Sin lugar a dudas que esta parte inicial es de fundamental importancia y su buena o mala determinación encontrará su premio o su castigo en la acción misma. En la Conferencia de Casablanca los estadistas aliados de- terminaron un objeto: "Obtener la rendición incondicional". Mu- cho se ha escrito al respecto y nosotros mismos ya dijimos algo, pero es lógico pensar que la vida en el mundo de hoy sería dis- tinta si su determinación hubiera sido correcta. No conocemos cuál es el objetivo que se han cifrado las grandes potencias para su labor en el seno de las Naciones Uni- das, pero nos imaginamos que debería concretarse en relación con "la conservación de la cultura occidental". Más algunas du- das nos asaltan al ver la situación en que se ha dejado a España pese a que se le considera como el baluarte de nuestras verda- des y pese al valor geo-estratégico que debe reconocérsele tanto para la paz como frente a un futuro conflicto. En iguales condiciones confesamos que nos encontramos frente a Rusia, pero ahora sí que de sus actuaciones podemos inducir el hecho de que poseen un objetivo claro y preciso, ci- frado en la imposición de su cultura. Acertados o equivocados, no viene al caso determinarlo, ya que nuestra idea católica es totalmente contrapuesta y debemos reconocer que con nuestra distinta mentalidad no podríamos analizar lo que ellos piensan, dentro de lo limitado de nuestra exposición. En el ambiente de lo nacional, el principio obliga a realizar un idéntico trabajo sobre la base de la realización de la "Apre- ciación Global Político-Estratégica" que llega a transformar la necesidad u objetivo natural en el objetivo estratégico del Estado. Como segundo trabajo, el principio obliga a la totalidad de las fuerzas a luchar por obtenerlo y a imprimir a todos los ac- tos el sello de su finalidad. En la paz, para un objetivo de la calidad del nuestro que cifra el porvenir del pueblo en el esfuerzo interno, el principio entra a condenar las huelgas y a todos aquellos que tomen la vida pública y privada como un mero campo de usufructo per- sonal o partidista. Condena a aquellos que trafican con la moral y que buscan el auge de su comercio en base al despertar de los apetitos morbosos. He ahí la condenación de la Prensa Amari-
  • 18. LOS PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA 19 lla y de los espectáculos inmorales que tienden a, desquiciar al joven y, por ende, al valor del potencial humano. Por el contrario, se cumple con él cuando el Gobierno, las instituciones y losparticulares luchan y trabajan coordinada- mente por la grandeza del pueblo y su bienestar general a traves de planes de accion nacional que pasando por estapas sucesivas. vayan levantando el satandard de vida e incrementando los po- tenciales. Las fuerzas diplomaticas, economicas, belicas y del in- terior, dirigidas por el estadistica tienen una misión común que debe conducirlos al logro del objetivo fijado y cada fuerza se- cundaria un objetivo propio que sirva al de la agrupación su- perior. En la guerra, su aplicación es idéntica y sólo cambia la for- ma de empleo de los medios. El tercer trabajo que impone el principio es también bas- tante sencillo. Es del caso que una fuerza puede lograr la con- secución de su propio objetivo y encontrarse sin tener que ca- mino seguir. El objeto impone un trabajo ai sujeto y una, vez finalizado o logrado, lo impele a perfeccionarlo o a crearse otro que diga relación con el anterior. Las Fuerzas Aliadas al conquistar Poma durante la Cam- paña de Italia, lograron alcanzar su objetivo y sin necesidad de una nueva orden podrían haber continuado la lucha, ya que obra- ban dentro de un marco superior. Esto suele ser común dentro del campo operativo donde con mucha frecuencia es dable en- contrarse frente a misiones que han sido sobrepasadas por el tiempo o los acontecimientos, pero en cualquier circunstancia y aún cuando sea logrado el objetivo fundamental, el principio impone la obligación de perfeccionarlo creando, incluso, un nue- vo obietivo que permita continuar la obra. El cuarto trabajo incidí en la conservación del propósito inicial. En nuestra historia patria encontramos un ejemplo claro en la actitud del General don Manuel Baouedano, quien jamás se dejó apartar de su objetivo inicial, ni seducir por las tentaciones de otros que iban apareciendo en el curso de las operaciones y que no tenían el valor fundamental de aquél que él había selec- cionado, Alemania en 1942, durante su Campaña. de Verano contra Rusia, tenía como objetivo la. conquista de Moscú, centro vital que le permitiría controlar las comunicaciones del adversario, tras destruir a sus fuerzas armadas que, lógicamente, y en ra- zón de la gran importancia bélica y moral del objetivo, deberían afrontar la batalla en sus alrededores. Los éxitos iniciales pusieron a su conductor en situación de menospreciar el valor del adversarrio y frente a la gran tenta- ción de apoderarse rápidamente de los campos petrolíferos del
  • 19. 20 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE Cáucaso y quizás, si continuando la maniobra hacia el Sur, de- cidir a Turquía y unirse en el Medio Oriente con las victoriosas fuerzas del Mariscal Rommel. Al no perseverar en su objetivo inicial y dividir sus fuerzas para lanzarse en la tentadora aventura del Cáucaso, el novel conductor perdió el minuto preciso en que pudo decidir a su fa- vor la suerte de la guerra. Lord Montgomery ha dicho: "La inteligente selección y es- tricta conservación del objetivo es el principio fundamental de la guerra", sentencia que por sí sola resume gran parte de lo que nosotros hemos expuesto. Más aún, réstanos agregar algunos conceptos de carácter general. Sabemos, y ya lo insinuamos, que existe la conveniencia de que los objetivos matrices, fundamentales y finales sean deter- minados durante la paz, período en que las mentes no se encuen- tran presionadas por el adversario, o sea, que creemos que, para cifrarlos, es indispensable contar con una absoluta tranquilidad que permita concebir y actuar dando margen al libro juego de la, iniciativa. He aquí la razón que nos llevó a reunir en el Segundo Grupo de la Lista de Principios, a conceptos a la simple vista diferentes y desconexos como el objetivo, la libertad de acción y la ini- ciativa. En la aplicación del principio a la ejecución de los hechos, estos dos aspectos tendrán una constante influencia. La llamada "libertad de acción" ya no se contemplará en el amplio signifi- cado que se le ha dado, porque toda fuerza en su actuación se encontrará siempre obligada a trabajar al servicio del objeti- vo, misión o tarea, pero no sólo no faltarán ocasiones de des- plegar la iniciativa sino que todo conductor está obligado a poner su personalidad al servicio de lo que se le ha encomendado, labor en la cual su genio podrá indicar la forma novedosa de actuar que lo lleve a obtener un mayor rendimiento. Muchos autores estiman la iniciativa y la libertad de acción como principios particulares. Nosotros creemos que la iniciativa es una cualidad o calidad del impulso humano que lleva a ciertos hombres acostumbrados a obrar o decidirse espontáneamente a que se adelanten al rutinario, meticuloso y esquematizado, mien- tras la inteligencia les permite trabajar con fuerza propia en be- neficio de la misión recibida. Consideramos la iniciativa como un requisito espiritual del conductor que le permite cumplir en mejor forma el principio del objetivo. La libertad se define generalmente en contraposición con sus limitaciones absolutas o relativas, o sea, por negación del determinismo, la coacción o la forzosidad y el mismo Mariscal Foch, al referirse a ella, lo hace llamándola "libertad de acción
  • 20. LOS PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA 21 para obedecer", razón por la cual creemos poder afirmar que en Estrategia no es posible hablar de libertad de acción, y ni siquie- ra de libertad para actuar como debería considerársela en el me- jor de los casos. Frente al objetivo cifrado, a la idea del Superior, a las posi- bilidades restringidas de los medios, a los inconvenientes del te- rreno y a la contrapuesta actividad del enemigo, creemos que no se puede hablar de libertad de acción y preconizamos que para cumplir con el principio del objetivo, es preciso tan sólo pensar V actuar sin dejarse supeditar por el enemigo y tratar de lograr las mejores condiciones posibles para llegar al éxito. El gobernante que asume la conducción del Estado no dis- pone de libertad.- Tiene, entre otras, las restricciones que le im- pone su propio objetivo, las de los intereses internacionales y las del pueblo a quien se debe por entero, pero siempre deberá actuar sin amilanarse ante la oposición de los adversarios o los incon- venientes de las situaciones si desea cumplir con los postulados del principio del objetivo, fundamento primario de la Ciencia de la Estrategia. PRINCIPIO DE LA SUPERIORIDAD Muchos autores dicen que la superioridad es un medio para conquistar un objetivo. No discutimos este aserto, pero en re- lación con los principios, veremos que se trata de dos fundamen- tos de carácter distinto que, sin lugar a dudas, y por servir a una misma Ciencia, tienen un mismo fin. El citado Comandante Julio Campo S., dice: "No sin razón situó Hornero, a la cabeza de los héroes griegos de la guerra de Troya a Néstor, Ulises y Aquiles. Néstor personifica al intelecto v la sabiduría; Ulises, la prudencia y la seguridad; Aquiles, la moral y el valor exaltado". "Esta trilogía de personajes es un símbolo: el de la Supe- rioridad". El principio incide, pues, en aspectos tan diferentes y diver- sos que van de lo espiritual a lo material y su aplicación, como todos los demás principios de la Estrategia, dará sus frutos en la conducción del Estado y de las Fuerzas e incluso en el empleo de los valores individuales en la vida diaria. Principio de concepción sencilla sólo pregona la necesidad de buscar por todos los medios la superioridad sobre el conten- dor, adversario o enemigo. Pero cuerpos políticos jóvenes y de reducido potencial normalmente no podrán lograr la superioridad absoluta y deberán cumplir el principio buscando la superioridad relativa en el aumento del índice del potencial material, moral o intelectual o concentrando el total de los medios para acciones parciales determinadas.
  • 21. 22 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE Napoleón decía que: "el arte de la guerra consiste en tener siempre mayores fuerzas que el adversario, con un ejército más débil que el suyo, en el punto donde se le ataca o en el que os ataca". El principio, pues, tiende a obligarnos a agudizar el ingenio para lograr ser superiores frente a un adversario ante el cual, a todas luces, somos inferiores. Nadie habría podidas dudar que allá en el valle del Terebinto la superioridad estaba de parte del gigante de Geth que, seguro de ella, desafiaba a ios israelitas. La lucha de David contra Go- liath es una prueba evidente de que la superioridad está de parte de quien logra una mejor armonía entre los tres elementos a que nos hemos referido. David no poseía las fuerzas ni las ar- mas de su contendor, pero ios factores intelectuales y morales le dieron la victoria. Ejércitos pequeños integrados por soldados de acrecentado amor patrio, de gran disciplina, espíritu de sacrificio, abnegación y perseverancia; con un mando preparado y eficiente y bajo la conducción de conductores idóneos que posean un preclaro cri- terio estratégico, a la vez que método e imaginación; acrecen- tados en el conjunto por el acicate de la defensa del patrimonio nacional, lograrán la victoria aunque en número y material sean inieriores a sus adversarios. Pero hemos dicho que para naciones de pequeño potencial, existe otro medio para lograr cumplir con este principio de la superioridad y nos referiremos a él relacionándolo sólo con el aspecto operativo, a fin de dar mayor claridad a nuestra expo- sición. Aparecerán ahora varias normas a las cuales muchos au- tores han dado la categoría de principios y que nosotros toma- mos como simples medidas, consejos o postulados que sirven para cumplir con el principio a que estamos abocados. Antes de iniciar el análisis, realzaremos su importancia, tra- yendo a colación las sabias palabras del Gran Capitán. Napo- ieón dije: "Solamente en el caso de intervenir circunstancias físicas y morales muy particulares, no se vence al adversario sino oponiéndole fuerzas superiores". El primero y principal de estos postulados dice relación con la concentración de los medios para formar masa y lograr presentar el fuerte propio frente al débil del adversario. No creemos que esta concentración o masa requiera de ma- yor explicación, ya que es materia de técnica profesional que analizaremos especialmente cuando tengamos oportunidad de re- ferirnos a la línea interior o, en general, a las distintas maniobras operativas. Sin embargo, es interesante dejar constancia que, dada la diversidad de elementos que se emplean en la guerra moderna, adquiere hoy día gran importancia el estudio relacionado con el
  • 22. LOS PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA 23 tiempo y espacio en que deben reunirse los medios, ya que las diferencias de velocidades han complicado el problema y pueden considerarse reunidas estratégicamente a fuerzas que en el es- pacio están muy separadas, pero que en razón de su velocidad de desplazamiento, se encuentran concentradas en tiempo. Ahora bien, para lograr concentrar o reunir los medios, lo que incide en formar un centro de gravedad o determinar un es- fuerzo principal para actuar hacia la parte vulnerable del ad- versario o zona que permita lograr la decisión buscada, menester será debilitar otros sectores secundarios, lo que nos indica que para un Ejército que opera en inferioridad numérica no le será posible obtener masa sin considerar lo que se ha dado en llamar: economía de las fuerzas. Los principios de la Estrategia dentro del campo operativo miran, en primera instancia, hacia la dirección del conjunto y si bien es cierto que inspiran la actividad de cualquier Unidad que, encuadrada o independientemente, trabaje en este campo, no es menos cierto que tienen una íntima relación entre ellos, y, como ya lo dijimos ai tratar el principio anterior, ninguna fuerza puede actuar en forma divergente o desconcertada. Lógicamente en- tonces, la concentración de los medios es inseparable y aún pue- de decirse que es una misma cosa con la economía de ellos. Se trata de concentrar, en tiempo y espacio, el máximo de potencial en la actividad o en el lugar de la decisión, dejando el mínimo indispensable para las faenas o sectores, zonas o frentes que, en el conjunto, se consideren secundarios. En todo caso, como se puede deducir de lo anterior, lo que interesa es que dentro de una accion de conjunto se logre cum- plir el principio de superioridad para obtener un mejor beneficio del estricto interés determinado por el respeto de los postulados del principio del objetivo. En tiempo de paz este aspecto dice relación con la prepara- ción de las instituciones que integran las Fuerzas Armadas y permítasenos afirmar que si se hubiera considerado los impe- rativos de estos principios, se habrían evitado muchos roces y esfuerzos perdidos en discusiones disociadoras tendientes a ob- tener prioridades para determinada fuerza. La iniciación de la Campaña de Francia da un ejemplo pre- ciso de la superioridad en el campo operativo, ya que los alema- nes materializaron su poderoso centro de gravedad en el sector de los Ardennes dejando el mínimo indispensable para el cum- plimiento de las misiones asignadas a las fuerzas de von Bock y ton Leeb. Dentro del campo de la guerra marítima causaron los sub- marinos alemanes pérdidas graves al tonelaje mercante de los aliados. En un comienzo éstos actuaron reunidos, pero poste- riormente se dispersaron para obtener un mejor control de las
  • 23. 24 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE líneas de comunicaciones adversarias y cuando uno de ellos evis- taba un convoy no lo atacaba hasta llegado si momento en que se reunía el número de elementos considerados y posibilitaba que la operación se desarrollara con una masa concentrada que permitía cumplir con el principio de la superioridad. En segundo lugar dentro de los postulados de este princi- pio, encontramos otros factores conocidos corno la movilidad, la actividad, la flexibilidad y la rapidez que, aplicadas para ser más efectiva o posibilitar el éxito de las maniobras, permiten mate- rializar la propugnada superioridad en un momento y situación determinados. Nada más diremos acerca de estos enunciados, ya que ellos forman parte o son los que posibilitan el éxito del factor que he- mos dejado para tratar en tercer lugar. Nos referimos a la sorpresa y, por su importancia entre nosotros, haremos de ella un análisis un tanto más detallado, aunque siempre somero, ya que sólo pretendemos despertar la inquietud de nuestros compañeros. Para nosotros, la sorpresa tusca presentar al adversario un hecho frente al cual no pueda reaccionar o sólo .le permita poner en acción sus medios cuando por los efectos causados por el golpe inicial haya perdido o disminuido su. superioridad. El pacto Germano-Ruso, durante la iniciación del último conflicto mundial, fue una sorpresa tan efectiva como la caída de Noruega, la ruptura del Mosa o la aparición de nuevos ele- mentos técnicos. Von Rundstedt, apoyado por la niebla y la obscuridad de la noche, logró concentrar en secreto sus 24 divisiones a cubierto de los bosques o artificios especiales de mimetismo y atacó en les primeros días de Mayo de 1940 por un sector pobremente defendido en razón de que el terreno clásicamente no permitía la ofensiva de unidades de considerable magnitud. El secreto, la rapidez, la llamada guerra de nervios, la actividad, etc., fueron los factores que le permitieron lograr la sorpresa y con ella ma- terializar efectivamente una superioridad que sólo aceptaban antes aquéllos que se encontraban dominados por la propaganda. En razón de lo dicho, es indispensable aceptar hoy entre los aspectos en que puede presentarse la sorpresa a los políticos y orgánicos, además de los estratégicos, tácticos y técnicos que se indicaban hasta hace poco en la gran mayoría de los tratados sobre teoría de la conducción bélica. Todos ellos se encuentran profundamente relacionados y sus resultados serán de una ma- yor eficacia cuando sólo los emplea uno de los adversarios. No hay quién no tema y prevea la posible acción de los quinta-columnas ideológicas en el interior del propio país, perc sigue siendo una interrogante lo que pueden hacer los partidos comunistas o sus afines o satélites en materia de huelgas, sabo-
  • 24. LOS PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA 25 taje, etc. No son muchos los que se atreven a indicar cuál sería la" dirección principal o la maniobra que podría realizar Rusia en la iniciación de un tercer conflicto mundial y ni siquiera cuál sería el monto o la organización de las fuerzas que podría poner en acción en la primera fase, pero es casi seguro que si posee elementos atómicos, los lanzaría violentamente tratando de eli- minar la posible semejante reacción del adversario o no lo haría por temor a las represalias que se tomaran con ése u otro medio más poderoso. Siempre se estará expuesto a la sorpresa, pero la historia demuestra que ella, en sí y por sí, no constituye elemento de de- cisión y lógico parece entonces quitarle el valor de principio que muchos autores le confieren. Los japoneses en Pearl Harbour, lograron los resultados magníficos a que fué destinada la sor- presa, pero olvidaron que ella sirve a otros principios y no bus- caron la concentración de medios que, apoyando su acción, les hubiera permitido explotar a, fondo su transitoria superioridad. Finalmente, diremos con el General Rojo: "Mediante la sorpresa, el débil se hace fuerte, el pequeño se agiganta, las po- sibilidades de triunfo o de victoria, aparentemente imposibles en los dos aspectos material y moral, adquieren posibilidades de realización y la victoria se hace posible. Pero debe tenerse pre- sente que como la sorpresa sólo da una superioridad accidental o temporal, hay que aprovechar operativamente el tiempo y el es- pacio al máximo". Encontrar la forma de ser superior aún cuando se es infe- rior. He ahí la esencia del principio y uno de los principales as- pectos en que radica el arte de la Estrategia. PRINCIPIO DE LA SEGURIDAD Al expresar los principios que, a su juicio, imperan en la Estrategia, el Comandante Campo dice: "En el ambiente Estra- tégico, trabajamos dentro del campo de las probabilidades. Por muy minucioso que sea nuestro análisis de situación, por medi- tadas que sean las medidas para llevar a feliz término nuestra decisión, siempre habrá algo que se escapa. Este algo, que está facultado para volverse en contra nuestra, es producto de lo li- mitado de las informaciones y de la voluntad del enemigo". "Por consiguiente, la resolución envuelve un riesgo: las probabilidades que no logramos retener. Será mayor, ante un análisis llevado a la ligera y una conducta adoptada sin tomar contacto con las realidades; disminuirá mientras más lógico sea nuestro razonamiento". Contra estas posibilidades adversas se proclama la seguri- dad. El conductor no puede buscar la superioridad relativa en la forma que lo hemos indicado si los frentes secundarios no le
  • 25. 26 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE dejan libertad para actuar y no le garantizan el tiempo y el es- pacio necesario para el total desarrollo de la maniobra. Justo es tomar entonces a la seguridad como un medio de la sorpresa, de la superioridad y del objetivo, pero la hemos exal- tado a la categoría de principio porque es una forma efectiva de compensar la temeridad o la audacia irreflexiva tan común entre hombres de nuestra raza. Sin lugar a dudas que la falta de consideración de este fun- damento nos castigó en Tarapacá y aún antes en Cancha Ra- yada. La importancia de su aplicación es igual en la consideración de la seguridad exterior o interior de un país que en el empleo de las grandes o pequeñas unidades de las Fuerzas Armadas y sólo varía el peso o la influencia de sus medidas en la vida que se desarrollan en la época en que se apliquen. El secreto, las informaciones, contrainformaciones, ocultamiento, dispositivo, etc., son incluso conceptos comunes, pero con diferente interpre- tación según la jerarquía del escalón en que deben aplicarse. Sin embargo, haremos una aclaración para el aspecto na- cional o de la conducción global de la guerra. Los mares y las grandes extensiones desiertas y otros obstáculos que hasta hace poco fueron considerados como factores primordiales de segu- ridad han decrecido en importancia con el auge de las Fuerzas y medios aéreos. En el último conflicto mundial se comprobó, una vez más, que en el mundo no existen obstáculos invencibles para el hombre, llegando a determinarse la gran verdad de que la seguridad no es nunca absoluta, pero sí de mayor valor cuan- do ella está dada por las propias fuerzas que, en su ofensiva, tienden a quebrantar la voluntad de lucha del adversario. Réstanos algo importante que debemos dejar establecido: "La seguridad como principio estratégico tiene como finalidad fundamental el evitar las sorpresas del adversario". No hay enemigo chico, dige el adagio, y, entre nosotros, agregamos que es necesario considerar al adversario como un ser más inteli- gente que uno. Nunca, pues, la seguridad será suficiente y siempre debe- remos conservar una reserva que nos posibilite la decisión, pero que, a la vez, nos dé garantías de seguridad. El propietario que al construir una casa no mantiene una reserva para afrontar el alza del costo de los materiales o las modificaciones de última hora, el político que no se guarda una carta de triunfo para de- rrotar en última instancia a su adversario o no despliega contra él un fuerte servicio de informaciones, es igual al Comandante de un Destacamento que en el campo de batalla marcha sin ser- vicio de seguridad o combate sin reserva o sin vigilancia del aire.
  • 26. LOS PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA 27 Mas, finalmente manifestaremos que sentimos efectivamen- te lo que hemos cucho, pero imprescindible será reconocer que si tomamos a la Seguridad como finalidad nunca llegaremos a hacer algo efectivo. A manera de conclusión diremos que sería injusto si se nos atribuyera algún mérito por lo que hemos escrito hasta el mo- mento, tan injusto como si se nos formularan cargos por la pe- tulancia que hemos demostrado al pretender pasar por encima de verdades consagradas por ilustres filósofos y escritores mi- litares. Para salir del atolladero en que nos encontramos, recurri- mos al Mariscal Foch quien, a través de sus obras, nos dice: "Son felices los que han nacido creyentes, pero son raros. Tam- poco se nace instruido o se nace musculoso. Cada uno de nos- otros debe formar, su fé, sus convicciones, su saber, sus múscu- los., Tampoco el resultado se obtendrá por una súbita revelación de la luz llegada corno un rayo, o de un desarrollo instantáneo de nuestra facultad. Sólo lo obtendremos por un esfuerzo con- tinuo de penetración, de absorción, de asimilación, por un trabajo gota a gota". ¡Gracias a nuestro glorioso Mariscal! Al escribir estas pá- ginas hemos agregado una gota a nuestros conocimientos y cree- mos que lograremos mucho más cuando nuestros compañeros, con mayores merecimientos, estudios y experiencia, nos formu- len la crítica profesional cuyo pedido les reiteramos, en la segu- ridad de que ella y no nuestros modestos pensamientos serán de verdadero valor para el futuro de nuestros aspirantes a con- ductores. El pabellón chileno se enarbola el 9-I-1826 en todo el archipiélago de Chiloé, que había sido hasta entonces el penúltimo asilo de la dominación es- pañola en el Pacífico. (El último fué el Callao, ocupado por Rodil hasta el 23 de ese mismo mes y año). (De "Historia del Descubrimiento y Conquista de América", por D. Francisco Fernández Villabrille).
  • 27. HARUN AL RASCHID Y EL LOCO El famoso Harun Al Raschid, el más grande de los soberanos abasidas, visitó un día, de incógnito, la Casa de Orates de Bagdad. Una vez franquea- da la puerta del jardín del manicomio, el Principe de los Creyentes vió que se le acercaba un joven demente, de gran presencia, quien le saludó, con una cumplida reverencia, diciéndole: —Bienvenido, ilustre Emir. —Pero, ¿cómo me has reconocido bajo este disfraz? —inquirió el gran Sultán. —Señor, ¡cómo podría ocultarse el sol! Maravillado Harun Al Raschid quiso interrogar al loco, para asegurarse de su verdadero estado mental. Y así, le preguntó: —¿Quién es capaz de tiranizar a los propios tiranos? —Sólo la mujer puede hacerlo —le respondió el otro— merced al he- chizo de su belleza y la fuerza de su encanto. —¿Cuál es la definición del hombre ciego? —Emir, es el que sabe discernir los defectos de los otros, pero sin ver los propios. —¿Cuáles son los gemelos que, poseyendo vista y movimiento, sin em- bargo, no se pueden ver ni encontrar, aunque viven juntos? —Los ojos, Príncipe. Asombrado por su inteligencia, el Sultán invitó al loco a su almuerzo de aquel mismo día. En la comida, el demente se dirigió al Soberano y le dijo: —Vuestra Majestad se ha dignado interrogarme esta mañana. ¿Podría yo, a mi vez, hacerle una pregunta ahora? Autorizado por Harun Al Raschid, entablaron este diálogo: —¿Cuándo siente el hombre el placer del sueño? —Hijo mío, es claro: durmiendo —le dijo Harun Al Raschid. —¿Es que sentimos durmiendo? —¡Ah!, es cierto: después de dormir, entonces... —¿Se puede gustar un placer cuando ya ha pasado sin ser sentido? Desconcertado, el Príncipe quiso cortar el diálogo, ofreciendo su propia copa de vino al loco. Pero éste la rechazó reverentemente, diciendo que no podía aceptarla. Y, al preguntarle por qué razón, aún le respondió el de- mente: —Bebes para parecerte a mí; pero, ¿a quién buscaría yo para parecer- me a él...? El Sultán palideció y se juró no volver a dirigir nunca la palabra a un loco. — (De Ibrahim El Mouelhy, en "La Bourse Egyptienne'', de El Cairo). ANECDOTA El padre de Juan Sebastián Bach era un hombre muy pobre, pera muy ingenioso. Cuando llegaba la hora de comer, solía decirles a sus numerosos hijos: —A los que se acuesten sin comer les daré un centavo. Los muchachos aceptaban todos y luego se despertaban por la mañana con más apetito que nunca, en vista de lo cual el padre anunciaba alegre- mente: — ¡Todos los que quieran desayunarse tendrán que pagar un centavo! Y de esta manera se equilibraba el presupuesto de la casa.
  • 28. ARARÍAS O AGRUPACIONES DE COMBATE 29 ARMAS O AGRUPACIONES DE COMBATE. Mayor JUAN FORCH P. En el N º 246 de esta misma Revista, correspondiente al ler semestre del presente año destacamos algunas reflexiones para organizar un Ejército. Con el mismo espíritu de sencillez, trataremos —ahora— de representar algunos conceptos sobre Organización de las "Armas". UN VIEJO CONCEPTO QUE ACLARA EL NUEVO CONCEP- TO ORGANICO. Recordemos lo que hacemos al recibir una tarea de "van- guardia". En el fondo, estructuramos una agrupación de comba- te, dándole a esa fuerza que nos protegerá la marcha todos los medios para combatir con buen éxito, para hacer frente en for- ma oportuna al enemigo del aire y de tierra. Valga decir: —Combatientes a caballo que puedan adelantarse, observar y reconocer; —Zapadores que faciliten la marcha y que puedan combatir; —Telecomunicadores que permitan una mantenida acción del mando; —Artilleros que neutralicen el fuego enemigo y que apoyen el avance de los combatientes encargados de ganar y de mante- ner el terreno; —Combatientes anti-aéreos y anti-blindados que se opongan a la acción aérea y motomecanizada adversaria; y —Un apoyo aéreo, en el cual se deposita la confianza de una protección alerta para la vanguardia. Quien manda una vanguardia no piensa en auxilios, porque los lleva en la mano, para solucionar cualquier clase de peligro. En forma accidental se ha estructurado una AGRUPACION DE COMBATE, formada por todas las "armas". Infantes, Caballeros, Artilleros, Telecomunicadores, Zapado- res y Aviadores la constituyen, para que sea capaz de combatir.
  • 29. 30 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE EN LA EPOCA DE LAS ACCIONES LENTAS. Que se adelante la Sección de Ametralladoras Montada.. Era una orden común en los ejercicios de haca algunos años. Se cumplía esta decisión a todo galopo y quien mandara, esta peque- ña unidad se sentía hombre decisivo en toda situación de comba- te. Las unidades de fusileros tenian siempre puestos sus ojos en esas armas automáticas veloces, capaces de solucionar "con opor- tunidad" los problemas específicos líente a un enemigo avistado "también con oportunidad". No existían dudas, porque el lento enemigo sería visto desde lejes y daría siempre tiempo para ga- lopar, tomar posiciones y disparar.... EN LA EPOCA DE LAS ACCIONES RAPIDAS. Frente a las posibilidades del ataque moderno en que una agrupación de tropas puede ser atacada desde el aire en cual- quier momento; por tierra, desde tedes los puntos cardinales y en forma violenta, es indispensable que cada unidad de comba- tientes tenga todos los medios para combatir o protegerse con oportunidad. Qué es Estrategia....? Qué es Táctica ? Desde un punto de vista de interés orgánico Táctica es la doctrina y el arte para conducir un combate; y Estrategia es la doctrina y el arte para conducir les combates. En consecuencia, podríamos decir que para hacer estrate- gia y para hacer táctica necesitamos agrupaciones de combate que deben estar integradas por todos los medios necesarios a un combate moderno. ORGANIZADOS HACIA LA ZONA DA BATALLA. Cómo se puede alcanzar la zona de combate, marchar ha- cia la batalla....? —A pié; —A caballo; y —En vehículo con o sin coraza. Con esta simple indicación decimos que es preciso formar para alcanzar la zona enemiga o el objetivo, agrupaciones de com- bate a pié, agrupaciones de combate a caballo y agrupaciones de combate motomecanizadas.
  • 30. ARMAS O AGRUPACIONES DE COMBATE 31 Podríamos agregar: Agrupaciones de combate especiales en las que se pueden considerar las de frontera, las aerotransportadas y los guerri- lleros. En consecuencia las "Armas" orgánicamente estructuradas aparecen —conforme este estudio— en tres agrupaciones de com- bate bien determinadas: Agrupaciones de Combate a pié; (De Infantería) Agrupaciones de Combate a caballo; (De Caballería) y Agrupaciones de Combate Motomecanizadas. (Mot. o BL). Finalmente, para completar nuestra idea debemos citar las Agrupaciones de Combate Especiales (De Frontera, Aerotrans- portadas, etc.). DONDE ESTÁN LAS "ARMAS".? Están en todas las Agrupaciones de Combate como una par- te esencial —cada Arma— de la organización moderna. Están en las Agrupaciones de Combate de Infantería, de Caballería y Motomecanizadas, en mayor o menor dotación según la base or- gánica que sirvió de fundamento para crear cada Agrupación. La gran diferencia: Quizá no esté más —a nuestro juicio— en las "Armas", si- no que en los medios que se utilicen para aproximarse al enemigo. A lo menos, este concepto tendrá fuerza directa en los trabajos orgánicos, como línea inicial de acción, para estructurar un ins- trumento de guerra moderno. En vez de que las armas sirvan de "base de organización" con la condición de permitir la combinación de sus medios con las otras armas, hoy día, parece aconsejable que las "Armas"' sa estructuren orgánicamente combinadas en cada Agrupación, de Combate (Inf. Cab. y Motomec). Cada Agrupación de Combate necesita de todas las Armas e interesa que puedan cumplir sus tareas de combate conforme las exigencias de la guerra moderna, para que estén en condicio- nes de oponerse al enemigo, atacarlo con buen éxito y resistir "oportunamente" todas las posibles acciones contrarias del aire o desde tierra en la dirección de los cuatro puntos cardinales. Organización ternaria, cuaternaria, en quintos o en sextos. Con razón en la última guerra no se respetaron conceptos de organización ternaria. Interesó —más que eso— estructurar las Unidades en quintos o en sextos; mejor dicho, con las "Ar-
  • 31. 32 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE mas" y medios que cada Agrupación necesitaba para cumplir la función y las misiones de combate. Agrupaciones de Combate grandes o chicas....? Frente a un Teatro de amplios espacios estas Agrupaciones de Combate pueden ser de mayor tamaño. Frente a zonas de ac- ción estrechas, compartimentadas y de reducido espacio deberán ser de tamaño pequeño; pero, en uno y en otro caso, deberán te- ner las "Armas" y los medios que los factores determinantes se- ñalan para contrarrestar las efectivas posibilidades adversarias que se pueden presentar en cualquier instante. En 1938, en la Guerra Civil Española, el General Franco di- vidió sus 5.000 hombres que tenia para atacar la Ciudad Univer- sitaria en cuatro pequeñas unidades de combate independientes, pero con todos los medios indispensables para maniobrar en su zona de acción. No formó ni "Armas" ni organizó, en atención a su inferioridad numérica, una sola pequeña Unidad Operativa co- mo lo pueden hacer grandes Ejércitos, con enormes medios y en condiciones de reunir "sobradamente" lo que necesitan en un mo- mento dado, de acuerdo con las misiones, zonas de acción y fac- tores determinantes de la organización. En Ejércitos pequeños no será raro —en el futuro— obser- var Agrupaciones de Combate del tamaño de un Batallón y, aún, del tamaño de una Compañía, pero dotados de todas las "Armas'' como si se tratara de una antigua Unidad Operativa Menor, ca- paz de realizar una acción independiente. Lo pueden imponer los factores geográficos (humanos), económicos o bélicos. Agrupaciones de Combate estructuradas conforme caracte- rísticas muy especiales pueden ser las organizaciones de fronte- ra, esas Unidades que representan la verdadera vanguardia de paz; pequeñas o grandes, pero en situación de oponerse al ene- migo del aire o motomecanizado, sin otros recursos que una ade- cuada estructura orgánica y el espíritu de tedas las "Armas" reunidas en cada Agrupación de Combate donde debe estar el espíritu del Ejército. El General O'Higgins, abdica el 28-I-1823 el cargo de Supremo Director de la República de Chile. cediendo al descontento que principiaba a desper- tarse contra su Poder. Noble ejemplo que las ambiciones vulgares no sa- ben imitar! (De "Historia del Descubrimiento y Conquista de América", por D. Francisco Fernández Villabrille
  • 32. RESUMEN DE LA EVOLUCION, ETC. "RESUMEN DE LA EVOLUCION DE LAS IDEAS SOBRE ARTILLERÍA" 1914-1918 HENRIQUE BARQUEIRO (Río de Janeiro) (Especial para "MEMORIAL DEL EJERCITO") VI —Vamos a resumir, las deducciones obtenidas, en el curso de la guerra, con respecto a la artillería. "EVOLUCIÓN DE LAS IDEAS RELATIVAS AL TIRO Y AL MATERIAL" La artillería empieza su gestión en 1914, con importantes recursos en cuanto a personal, (Ingenieros de la Escuela Cen- tral principalmente) y en lo relativo a instrucción muy bien dis- puesta por lo que concierne al tiro, en especial a las cortas y medias distancias. Era creencia general, que los alcances de tiro corriente de la artillería en el combate, debían ser inferiores a 4 500 o 5000 metros. Y por ello se habían ejercitado en disparar a estos cortos alcances, lo mismo que en 1869 y 1870, se consideró necesario preparar el tiro con alzas medias inferiores a 2.000 metros . Se debió a este error inicial, la obtención de magníficos re- sultados en Agosto de 1914, en las batallas del Marne y en la Lorena, donde los tiros de la artillería de 75, empleando sus ex- celentes municiones, fueron de impresionante eficacia y de efec- tos sin precedentes. Al empezar la guerra, sólo se disponía de 4.000 cañones do 75 y casi ninguna artillería pesada, pero teníamos en la proxi- midad de los campos de batalla del E. y N. E., unos 5 o 6 mil excelentes cañones Bange, que entraron en funciones a fines de Agosto de 1914. Esta última clase de artillería, cuya principal "misión era el empleo de granada y bote de metralla, es de tiro rasante y la mayor parte de estas piezas se denominaban ofi- cialmente cañones largos. En realidad, por su longitud en calibre, estos son cañones- 33
  • 33. 34 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE obuses o bien obuses largos. Sin, embargo, el valor de las pa- labras es tal, que esta artillería, llamada de cañones largos se- rá empleada durante toda la guerra como artillería larga de ti- ro rasante, bajo ángulos que varían de 10 a 25 grados en gene- ral. No se pensó, por la misma razón, en modificar los afustes o en reemplazarlos para permitirles el tiro con grandes ángulos, el verdadero tiro de obuses. Tan sólo al llegar el año 1917 se empezó a estudiar y fabri- bricar, a título de modelos, nada más, otros afustes (Mourcet- Jonhandeau), procediendo a experiencias que realizadas en 1915, nos hubieran permitido tener una verdadera artillería de obuses ligeros y pesados. Si se hubieran adoptado y fabricado estos afustes en 1914 (el afuste Mourcet existía en Bourges muchos años antes) se habría tal vez evitado o retrasado la guerra como ya hemos di- cho, porque nos dotaban de millares de obuses, provistos por otra parte de municiones sin par en esta época, y porque el al- to mando alemán que estaba muy al corriente de nuestro ar- mamento dio siempre una importancia capital al valor de los materiales en servicio. El ejército francés entra en Septiembre de 1914 a la gue- rra de trincheras para la cual no está preparado. Sus jefes van a dedicarse en cuatro años de vida subterránea, a inventar y a im- provisar medios de acción para una lucha de carácter impre- visto. La artillería de 75 se especializará durante meses y años en los tiros de barrera frontal. Las vísperas y los días de pre- paración de ataque, por el contrario, su principal misión será ex- clusivamente el tiro delicado y costoso en municiones, de des- trucción de alambradas. Tales serán sus dos modos de acción principal durante meses y años. La artillería pesada corriente, compuesta únicamente, o ca- si únicamente, de cañones Bange, practicará normalmente la contra batería con sus cañones llamados largos y el "macha- camiento" con sus cañones llamados cortos (y sus morteros), pero solamente los días de preparación de ataque. Es con la artillería Bange con la que se hacen las opera- ciones del año 1915, comprendida la batalla de la Champagne. Y con ella se defendería Verdún en 1916, porque hav todavía pocos cañones de 105 y pocas municiones, y ninguna del 155 cor- to moderno. Con ella, también, se combatirá en el Somme en el verano y el otoño de 1916, reforzada por un corto número de piezas de grueso calibre, modernas o motorizadas. A pesar de que el efecto moral de nuestra artillería se hace sentir desde 1916, la cantidad en peso de proyectiles lanzados por estos gruesos calibres modernos, en relación con los lanza-
  • 34. RESUMEN DE LA EVOLUCION, ETC. 35 dos por los demás calibres, es muy pequeña todavía en dicho año y lo mismo al principio de 1917, antes y después de la ba- talla del Aisne. Solamente a fines de 1917 entraron en acción por centena- res los obuses modernos de 155 cortos, y sólo, entonces, se au- mentó sensiblemente el número y la potencia de nuestro arma- mento. Esto prueba cuan lenta es la creación de materiales de artillería. Aún con la mejor voluntad de todos, aún con los re- cursos reunidos en la Patria y de las naciones aliadas, potentes en industria, seguimos esclavos los países durante años, del sis- tema de artillería con que empezamos las campañas. Los únicos progresos que pueden realizarse, fácil y rápida- mente, son los que afectan a las municiones de los cañones exis- tentes y algunas veces a sus afustes. En una palabra, durante la guerra es más seguro, más rápido y menos caro, mejorar que crear. Los artilleros franceses obtienen, en esta guerra, gran- des progresos en la ciencia del tiro y de la observación, pero no ocurre lo mismo en la investigación de la eficacia de sus fuegos, en los tiros para hacer bajas y en los de destrucción, con el to- nelaje mínimo de gasto. En esta guerra, en la cual durante años ha sido imposible a la mayor parte de los oficiales de artillería ver sus impactos, y medir los efectos de su tiro, nadie se ha preocupado de de- mostrarles metódica y prácticamente, en los polígonos de reta- guardia los efectos de sus cañones, de sus proyectiles y la in- fluencia considerable de sus espoletas, más o menos retardadas según el efecto que se quería producir. Se ignoraba también, la influencia del factor "alcance", tan considerable sobre los efectos del tiro, como lo ha probado la campaña de 1918, porque se exageraba la importancia de la dis- persión cuando las distancias eran grandes. En una palabra, a los artilleros les faltó durante toda la guerra, sin duda, porque no se creía que iba a ser tan larga, prácticas de demostración que les hubiese educado e informado sobre los efectos de sus ca- ñones. El Estado Mayor, por la misma razón, no aprendió mucho más en la cuestión de los efectos de la artillería. Faltan por otra parte, artilleros calificados por su experiencia y tecnicis- mo en los Altos Estados Mayores. Los estudios y dictámenes de las primeras y terceras sec- ciones de los altos "Estados Mayores", llamados a opinar a me- nudo entre asuntos corrientes del servicio, no daban la impor- tancia debida a las cuestiones capitales del material o de su em- pleo. La falta de una oficina de estudios adjunta al G. C. G., análoga a las de las grandes fábricas metalúrgicas o químicas, con bastante personal y bien constituida por ingenieros, cons-
  • 35. 36 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE tructores e inventores, por hombres competentes en una pala- bra, se hace sentir en toda la guerra, lo mismo eme el curso práctico de demostración del cual acatarnos de hablar, creación íntimamente unida a la oficina de estudios. Ha sido notable el número de artilleros de gran valía que en esta guerra, fueron poco o nada consultados, permaneciendo en las oficinas de retaguardia invenciones, comisiones, fabri- caciones) y se ha notado, también, un excoso de oficiales me- nos competentes en las oficinas de vanguardia, que decidían las cuestiones de artillería y del material de guerra en general. Este desacuerdo entre las oficinas de vanguardia v las de re- taguardia se mejoró algo a fines de 1917, no antes. En el Gran Cuartel General, se llegaron a tener prematuramente las ideas nuevas, esto era natural al principio de la guerra en que no ha- bía organismos suficientes para absorber dichas ideas. En 1915 se prohibió a los oficiales del frente, ocuparse de otras cuestio- nes que de las profesionales, es decir, de la tarea corriente y co- tidiana. El alto mando no debe rechazar por sistema las ideas nue- vas, sino atraerlas, hacerlas estudiar por un organismo serio e ilustrado y realizar aquellas que se crean viables o útiles. Pare- ce, según una carta de los maestros de forja alemanes, al Kaiser, se le presentó en 1917, una falta de tecnicismo análogo, lo que se manifestó en el Alto Mando Alemán, como algunas veces en el nuestro. Hablaban en esta carta de una utilización más eficaz de las riemezas metalúrgicas "en una guerra venidera en la cual los ejércitos no estarán solamente compuestos de masas de hombres aglomeradas...." Retengamos esta frase para el porvenir. El General No°;hi en 1904, desnuss de sus éxitos brillantes, delante de Puerto-Arturo, había sido bastante científico y se ha- bía excusado ante el Mikado en una carta que se ha hecho célebre. Se puede decir, de una manera general, que nunca se hizo la guerra en los distintos ejércitos que tomaron parte en las cam- pañas contemporáneas, sacando el partido que se debía esperar de los conocimientos científicos e industriales propios de la épo- ca en que se llevaron a cabo, en beneficio del material de guerra empleado en ellas. Muchas pruebas se podrían aportar en apoyo de esta api- píen, pero no queremos entrar en desarrollos técnicos que no, son de este lugar y que tomarían muchísimo tiempo. Es preferible que cerremos aquí, este comentario y lo con- tinuemos en el próximo número, con nuevas e interesantísimas fases del gran conflicto que fuá. el de 1914-1918 y que entregó la victoria en manos de los aliados. (Continuará).
  • 36. ALGUNAS INFORMACIONES SOBRE... 37 ALGUNAS INFORMACIONES SOBRE EL SERVICIO DE SANIDAD DEL EJERCITO ESTADO-UNIDENSE Y EL RECLUTAMIENTO BE PERSONAL ALISTADO Capitón de Sanidad MARIO TAFIA CABALLERO "El Cirujano Militar es un elemento integrante e indispensable en la organización militar, puesto que él encarna una ciencia sin cuyo concurso peli- grarán siempre las operaciones, por bien que ellas sean concebidas y puestas en ejecución". Gral. Alberto Levene del Ejército Argentino. Profesor del Colegio Militar. MOVILIZAR (enlistar) A LOS INDIVIDUOS Igual a todas las manifestaciones del carácter del ciuda- dano norteamericano, un pensamiento revela el espíritu y la fi- nalidad del Procedimiento de Incorporación del Personal alista- do: Al iniciar su servicio, cada soldado, el Ejército ha de ase- gurar su provecho óptimo. Los procedimientos de tramitación de su recepción ayudan a lograr este objetivo, revelando las habilidades potenciales. Se organiza el enlistamiento basándose en las siguientes normas: 1.—Recepción y comparación de los hombres y de su do- cumentación. 2.—Separación de los ciudadanos que han recibido antes alguna instrucción militar. 3,—Orientación, que incluye la proyección de películas, asistencia a conferencias y visitas a centros militares. 4.—Reconocimiento físico y exámenes médicos de los sol- dados para determinar su aptitud, la necesidad de tratamientos médico-dentales, la clasificación de tipos de sangre, inmuniza- ción, radiografías de tórax y pesquisaje de Lúes. 5.—Entrega de Vestuario y Equipo. 6.—Clasificación inicial y separación en grupos, y 7.—Cumplimiento de obligaciones personales y de su fami- lia, que proporcionen a cada individuo la tranquilidad espiritual que anhelan. El método empleado para la conscripción, asegura al ciu- dadano toda clase de oportunidades para ser destinado a aque- llos servicios donde pueda ejercer sus aptitudes potenciales
  • 37. 38 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE desde el comienzo de sus actividades militares. Y, asegura de esta manera, al Ejército, un provecho máximo de cada soldado. Complementando la instrucción militar, se orienta al indi- viduo sobre sus deberes y derechos como ciudadano. En un país en el cual el concepto de las obligaciones cívicas tiene tan alto nivel, los Servicios Sociales no han perdido su eficacia, y se preocupan de asegurar a los soldados su absoluto bienestar. Se encargan de los Seguros de Vida, ahorros, aplicación y expli- cación de los salarios de guerra y en tiempo de paz. Para obtener el mayor rendimiento dentro de los límites de una severa economía de tiempo y de energías, se dispone que los siete puntos enumerados, se cumplan antes de iniciar el adiestramiento individual. Es importante citar los Reglamentos a que está sujeto el Sistema de Reclutamiento, obra perfeccionada después de la úl- tima Guerra Mundial, y en la que las Autoridades Militares de los Estados Unidos, no han tenido recelos, ni timideces para asimilar todas aquellas lecciones recogidas del enemigo, sea de sus textos originales o de la experiencia de los propios prisio- neros. Estos Reglamentos son los 615-110 de 5 de Febrero de 1949. Comentando este tema, el Teniente Coronel Everett A. Luckenbach en la Military Review de Febrero del año en cur- so, expresa: "A base del trato recibido en el período inicial, el personal adquiere impresiones perdurables y se forma arraiga- das convicciones de lo que es la vida militar. Los hombres que ingresan a las filas deben ser favorablemente impresionados en cuanto a la eficiencia del funcionamiento de la Organización militar y a la máxima atención que se dispensa al bienestar del individuo, hasta donde lo permiten las exigencias del servicio". Existe un programa diario para el Reclutamiento, progra- ma que se cumple con exactitud matemática y que comienza desde que se constituye el primer grupo, en determinados sitios o en cada Cuartel y Cantón. Inmediatamente, los ciudadanos, entregan, previo inventario, sus efectos personales y se les brinda una abundante y exquisita comida caliente. Esto se efec- túa cualquiera que sea la hora de recepción, para propender al más rápido acostumbramiento de los futuros sóldados, que en esta forma se familiarizan tempranamente con sus superiores y compañeros. Asistí a una de estas faces del Reclutamiento cuando el Congreso de los Estados Unidos discutía el estable- cimiento de la edad de 18 años, como racional para el enlista- miento. Me sorprendió ver que después de la primera comida, los jóvenes eran saludados por un Sargento, que en frases in- flamadas de patriotismo, los invitaba a defender la bandera de su país, en cuyas estrellas brillaba el amor por la Libertad y la Democracia. Y luego el procedimiento de clasificación, se rea-
  • 38. ALGUNAS INFORMACIONES SOBRE... 39 lizó en grupos no superiores a treinta hombres y siempre to- mando en consideración sus aptitudes. La constitución de grupos de treinta hombres es intere- sante porque exalta la personalidad del individuo; no destruye en cada uno la idea de su importancia y por las afinidades men- tales que entre sí, se descubren, pasan a integrar inteligentes piezas de una máquina de extraordinaria potencia. En los cuatro días que se dedican a esta tarea, se incluyen numerosas horas de esparcimiento intelectual y físico. Los re- sultados se gravan en fichas individuales. En los Estados Unidos, no sólo el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea se preocupan de la conscripción. También los or- ganismos estatales civiles y las Instituciones particulares, ofre- cen su entusiasmo para cooperar al trabajo de Incorporación del Personal Alistado, porque han debido soportar trágicas pruebas de lo que significa para una Nación, el desconocimien- to de su potencial humano, en una hora crucial para la segu- ridad de la civilización occidental. De acuerdo con tal convencimiento, el Reclutamiento es parte importante de los planes de Gobierno, porque el adiestra- miento y clasificación de los ciudadanos, se proyecta hacia la vida civil, aprovechando las experiencias del cuartel, en el ser- vicio de la administración nacional. Ahora bien, ¿cómo utilizar estas lecciones en Chile? En veintiún años de servicios, de los cuales he vivido la mayor par- te en Unidades de Tropa, he podido formarse el concepto de que nosotros aprovechamos muy limitadamente _el capital humano, con que cuenta la Nación en los períodos de Reclutamiento. La pobreza del Erario que limita los contingentes, ha dado origen a una situación en extremo delicada y que sacrifica los más elevados intereses de la Patria. Numerosos ciudadanos eluden el cumplimiento de la Ley de Servicio Militar Obligatorio sin ma- yor esfuerzo que el pago de una estampilla de impuesto de po- co valor, con certificados de estudios o argumentando proble- mas económicos, en muchas ocasiones de discutible veracidad. He asistido a la confusión de los días de Examen Médico en que muchachos de todas las posiciones de cultura y de dinero, aguardan largas horas el turno, y por las limitaciones fijadas en algunos Cantones, el Cirujano se dedica a justificar con su firma, la eximición de grandes legiones de ciudadanos, muchos de los cuales se convertirán en detractores de la Institución, por- que no pudieron conocer su noble función educadora. En las Unidades recibe al Contingente una pequeña Comi- sión y un solo Cirujano examina a mil hombres, aproximada- mente. Ni esa reducida Comisión, ni el único facultativo, en pla- zos perentorios, pues es preciso completar a la brevedad, de- terminadas cuotas, pueden cumplir un trabajo eficiente, ni ofre-
  • 39. 40 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE cer tampoco un elemento de valor a su propia Unidad. Miles de ciudadanos quedan al margen de tal selección. Puedo referir el caso de un adinerado joven que exhibió argumentos aparente- mente reglamentarios y se eximió, pero cuya verdadera inten- ción era ocupar el año en que los ciudadanos de su generación habían acudido a cumplir la Ley de la Patria, en realizar, con sus padres, un crucero por el Viejo Mundo. Mas, bien pronto, en Europa, cuyas tragedias pudo comprender porque era culto e inteligente, observó que, precisamente, los jóvenes de su for- tuna e intelectualidad, son los primeros en reconocer cuartel, sin egoísmos ni cobardías y conscientes de su responsabilidad social. En el presente Informe, que refleja lo que vi y aprendí en la gran Democracia del Norte, deseo insistir con energía, en un hecho que contrasta con lo que nos ocurre a nosotros. En el Procedimiento de Incorporación del Personal Alistado, en simi- lares condiciones que los nacionales, son llamados los extranje- ros inmigrantes. Asistí diariamente al Bolling Forcé Air Base y conocí en el propio aeropuerto y en los Hospitales, a centena- res de heridos procedentes del Lejano Este. Había italianos, españoles, centroamericanos, un chileno de apellido Jaime y ne- gros. Jamás supe de un hombre que pretextara su condición de extranjero, para eludir su contribución al país, transformado en Patria adoptiva. Y en Chile, son particularmente los hijos de extranjeros, los que con mayor tenacidad, tratan de burlar las Leyes Militares. En justicia, esta actitud, merece la expul- sión de esos individuos del territorio nacional. Finalmente, me permito sugerir la consideración de los sie- te puntos señalados del Procedimiento de Incorporación del Ejército estadounidense y en nuestra conscripción: 1.—Aprovechar el máximum de rendimiento, estudiando las habilidades potenciales del ciudadano. 2.—Dedicar la totalidad del esfuerzo durante el rnes de conscripción, seleccionando también a los individuos eliminados, y establecer contribuciones razonables da dinero, para hacer pesar en el ánimo de la ciudadanía la importancia de las obli- gaciones impuestas por la Ley. 3.—Absorber por la Defensa Civil, a los ciudadanos que quedaron de exceso y cuya salud es satisfactoria, para formar el Servicio del Trabajo. 4.—Destinar el dinero obtenido a los mismos cuarteles y a las necesidades de sus contingentes. 5.—Que la totalidad de los Cirujanos del Ejército, traba- jen en el Procedimiento de Incorporación, puesto que es un error hacer gravitar sobre un solo médico la responsabilidad de seleccionar a más de mil individuos. (Me correspondió examinar
  • 40. ALGUNAS INFORMACIONES SOBRE... 41 a más de mil quinientos ciudadanos, en el último acuartela- miento) . 6.—Dar al Reclutamiento, los caracteres de una cruzada nacional. SUELDOS EN TIEMPO DE GUERRA Los sueldos, escalas de sueldos, seguros de vida y otras formas de prevision, constituyen un delicado tema, que en el breve tiempo de permanencia en Los Estados Unidos, no me resulte facil apreciar. Puedo, eso si, manifestar que el standar de vida, satisface a la mayoria e los habitantes, situacion que es favorecida por el aporte inestimable de la beneficiencia pri- vada. GARANTIA DEL ESTADO A LOS INDIVIDUOS MOVILIZADOS Están señaladas en las Leyes despachadas por el Congre- so y forman un conjunto de dispociciones, que sería digno de estudios muy bien documentados. FIELD, REGLAMENTOS, ETC. La amplitud de criterio de las autoridades militares norte- americanas y la genetica de los oficiales comandados en mi- sión en nuestro pais, nos permiten disponer de nutrida docu- mentación. Además, el rentaron, mantiene sus puertas abier- tas para todos ios oficiales de los Ejércitos de América, que an- helen estudiar sus reglamentos. PORCENTAJE DE PERDIDAS Y LEYES DE INVALIDEZ Me llamó la atención la justiciera compensación que el Ejército da a los soldacos que han sufrido accidentes en actos del servicio. La circunstancia de haber servido dos años a las órdenes de mi General D. Enrique Pacheco Vega y do mi Ge- neral D. Samuel Molina Barros, autores y modificadores de nuestros Reglamentos y de haber sido en igual lapso Secreta- rio Relator cte la Comision de Cirujanos, me permitió comparar nuestras reglas de casificación con las que pone en práctica el Ejército de los Estados Unidos. Sería interesante acometer un estudio comparativo, tenien- do a la mano, traducido, un ejemplar de la Agenda para deter- minar las invalideces, "Shedule for rating disabilities" que nues- tra Misión en ''Washington podría solicitar de la Veterana Ad- ministración del Departamento de Guerra de la Unión.
  • 41. 42 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE MATERIAL SANITARIO, ELEMENTOS, UTILES QUE PODRIAN EMPLEARSE EN CHILE Durante las diarias visitas al Walter Reed General Hospi- tal, conversamos con los Cirujanos Militares, sobre cuan bene- ficioso resultaría para nuestra Institución, la presencia en tan adelantado centro científico de las Fuerzas Armadas, de Ofi- ciales de Sanidad de Chile. En los servicios de Traumatología por ejemplo, hallaría- mos incalculables experiencias. Allí con elementos simples y que muchas veces fabrican los propios convalecientes, con material de aviones y de otros metales do guerra, se ha enriquecido el material sanitario. En efecto, hombres que advirtieron las de- ficiencias en elementes y accesorios, se dieron a la tarea de sub- sanarlas, fabricando, sin costo para el establecimiento, carros de curación de acero inoxidable y de aluminio, simétricos, con ruedas y dotados a cada lado de lavatorios y compartimientos especiales para máscaras de Oxígeno, gasas, vendas, estimulan- tes, plasma y dispositivos para transfusiones de sangre. Con es- tos medios, es posible atender simultáneamente a treinta en- fermos. Estas iniciativas llevadas a la práctica, contribuyen a la eficacia y rapidez de la asistencia médico-quirúrgica. Produjo gran consternación en los Estados Unidos, el accidente ocurri- do en el mes de Diciembre de 1919, a un avión boliviano que ca- yó en el Ptomac. La prontitud de ios medios de salvación, per- mitió evitar que muriesen 17 de los 19 ocupantes del avión. La tendencia predominante en Estados Unidos, es levantar edificios de emergencia para los Hospitales Militares. Su dura- ción debe calcularse en diez años. A estos recintos llegan en el Bolling Forcé Air Base, los heridos de Corea, para ser transfe- ridos después a Hospitales permanentes. Allí en los Hospitales de emergencia, se prodiga atención médica a los familiares tam- bién y existen Salas para Maternidad. Tuve la suerte: de aten- der, por encargo del Mayor Cirujano Hamilton Webb, el turno de Pediatría y examinar a recién nacidos, cuyos padres habían partido al Lejano Este. Los Hospitales de Acantonamiento, están planeados según un modelo Standard. Poseen 130 camas y están divididos en " Wards". Visitamos los pabellones de Enfermeras, Laboratorio y oficinas de la Dirección; esta última queda frente a los Wards, constituyendo tres cuerpos que se comunican por galerías trans- versales. En todas las salas hay pantallas de Televisión. Visitamos los aviones MATS de ambulancia que realizan el tráfico aéreo desde San Francisco a Washington. Están dotados del máximun de comodidades para asegurar la salud de los heri-
  • 42. ALGUNAS INFORMACIONES SOBRE 43 dos. Han logrado perfeccionar un sistema de estabilidad para las camillas y su confort es admirable. Inspeccionamos los carros-bombas, extinguidores de incen- dio. Estos aparatos están siempre listos para acudir junto al avión para salvar cualquier emergencia. Están cargados de pro- ductos químicos especiales. Simultáneamente una ambulancia recorre la pista y se detiene al lado del avión que aterriza. Me impresionó una tarde la llegada de un soldado con la vis- ta vendada. Le cogí una mano. Comprendió que yo le ofrecía una espontánea amistad. "Jean Ancelon de Texas, 3615 Lexing- ton Avenue" expresó. Una granada de un cañón de 140 mm. le hirió al segundo día de su arribo al frente coreano. Me entregó el fragmento de la granada, que al penetrarle en las órbitas, le destruyó los ojos. Apenas si tuvo fuerzas para decirme: ¿Cree Ud. que esto haya ocurrido? Muchas veces, lo visité. Le llevé ci- garrillos y revistas y parecía olvidar su desgracia, escuchando explicaciones sobre Chile, que él sabía un país hermoso. A los enfermos se les distribuye el periódico editado en el Hospital. Ellos ayudan con colaboraciones e ilustrando historie- tas educativas. Grandes afiches dicen "Join the march of dimes" Unete a la marcha del Diez; mediante los cuales The National Foundation for infantile Paralysis, ha acumulado millones de dó- lares para aliviar a los millares de seres que ha atacado este mal. El Walter Reed General Hospital es una pequeña gran ciu- dad. Tiene enormes Bibliotecas, Tiendas y Cines. En todas par- tes se observa un culto venerado por las reliquias de la Patria. El Hospital mismo debe su nombre al Dr. Walter Reed que inves- tigó en Cuba la Fiebre Amarilla. Con él trabajó el Dr. Juan Ro- dríguez que se inoculó heroicamente, la enfermedad, dejándose picar por los mosquitos. El gran Hospital de San Juan de Puer- to Rico honra su memoria ilustre. El Hospital de Aviación en el Bolling Forcé Air Base, tribu- ta su homenaje perenne al Sub oficial Bolling, héroe de la Fuerza Aérea de la Primera Guerra Mundial, que prosiguió sus labores terminada la contienda y cubrió de glorias la Historia Patria. PROGRESO DE LA SANIDAD MILITAR DE LOS ESTADOS UNIDOS La evolución que ha experimentado la Ciencia Médica, es- pecialmente con el progreso de la Cirujía y el advenimiento de la Era de los Antibióticos, ha madurado el concepto del Equipo Mé- dico. La especialización consagrada por la Legislación del Tra- bajo, existe en Medicina representada por el Equipo Médico que garantiza una labor adecuada. Todo individuo es examinado por una comisión que estudia integralmente su salud. La Sanidad Militar ha progresado en virtud de experiencias
  • 43. 44 MEMORIALDELEJERCICITO DECHILE derivadas de los conflictos bélicos y las dotaciones nan debido aumentarse, destacando un mayor número de Cirujanos en los Hospitales de la Patria. Paralelamente se han reforzado los Cuerpos auxiliares, co- mo las organizaciones de Enfermeras y Nurses, cuyo número pa- ra el Presupuesto de 1932, se eleva a 655. Ahora bien, al comen- zar las hostilidades en Corea, el Ejercito contaba con menos de doscientos médicos para desarrollar la magna empresa de impo- ner medidas de saludad en toda el área comprendida por Ja- pon, Ukinawa, Las Filipinas y Corea. Fué menester enlistar 233 Cirujanos que partieron por vía aérea al Lejano Este y pre- parar un contingente de 150 facultativos, listos para la acción. De esta suerte, las Fuerzas Armadas en el Asia del Sur, cumplieron brillantemente el programa de la Sanidad Militar. Los resultados se advirtieron pronto: La mortalidad se redujo a menos de la mitad en los Hospitales del ejercito, en compa- ración con las estadisticas de la Segunda Gran Guerra. El eminente Cirujano Dr. Howard D. Fabige, de Cincina- ti, decía en Diciembre de 1959: Si alguna de mis impresiones generales debo recalcar es la que se refiere al programa cum- plido por los Cirujanos. Esto le salvo el pellejo de mu - chos seres, El rapido traslado de estos muchachos a Corea, de- mostró su patriotismo y si no hubiese sido por ellos, la escasez dehombrehabriasidotragedia. El9deSeptiembrede1950,unaLeycreóelReglamento de Selección para el reclutamiento de Cirujanos. Por el, se es- tablecen cuatro proridades para el ser llamados, se limita la edad máxima en 50 años y se fijan rentas convenientes. Se tu- vo en cuenta la experiencia registrada al estallar el conflicto. De tres mil facultativos enlistados, solo 41, solicitaron su in- greso al Servicio El Reglamento de selección señala mismos standards físicos que para el común de los ciudadanos. Al presente, el porcentaje de rechazados es el 20. 2%. Este porcentaje es ín- fimo, si se tomar en cuenta el 45% de ese 20. 2%. está cons- tituido por medios ya eliminados en la anterior contienda. Los exámenes fisicos del profesional rechazado, se revisan por un Equipo de Cirujanos y los casos dudosos son prolijamente estudiados. El 22 de Diciembre de 1950, se introdujo otra innovación. Se creó en la Secretaría de Defensa una Oficina para el conoci- miento de todos loa problemas relativos a los Médicos y Den- tistas Militares. Y es que se busca alcanzar una estrecha co- laboración entre las Instituciones consagradas a la defensa de la Nación y los valores cientificos, para que los conflictos bé- licos causen la menor desorganizacion posible a las comunida- des civiles y a la marcha regular de la Nación.