Las primeras civilizaciones surgieron en espacios geográficos fértiles regados por ríos o fuentes de agua subterránea, que permitieron la agricultura intensiva. Se organizaron en torno a ciudades donde se concentraba una gran población y se desarrollaron actividades productivas, culturales y comerciales. Presentaron sociedades estratificadas y jerárquicas, con un gobernante que concentraba el poder político, militar y religioso. Desarrollaron tecnologías como la metalurgia y sistemas de escritura