2. ¿Qué es “Bienaventuranza”?
Bienaventuranza es dicha, felicidad.
Jesucristo explica en estos versículos el
verdadero camino para ser feliz.
Parece un camino contradictorio, pero es
perfectamente coherente con la buena
nueva, que nos llama a amar al prójimo
como a uno mismo y nos recuerda que
“hay más alegría en dar que en recibir”.
3. Contexto
• Sermón del monte (Mateo, capítulos 5 a 7)
• Ubicadas entre otras muchas enseñanzas:
– La radicalidad de la justicia nueva ante la ley antigua
(“Amad a vuestros enemigos…” 5,44).
– Ayunar, orar y dar limosna en secreto (6,1-6.16-18).
– El Padre Nuestro (6,7ss).
– El verdadero tesoro (6,19-21).
– La Providencia divina: “Buscad primero el Reino de
Dios…” (6,33).
– La regla de oro (7,12)
– Los dos caminos (7,13-14)
4. Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.
• Concepto: “Pobreza de espíritu” es la conciencia de
nuestra profunda necesidad de Dios. De que somos
“mendigos” de su amor y de que todo lo recibimos de Él.
• Qué hacer:
– Ser humilde.
– Buscar el Plan de Dios y adherirse a él.
– Confiar en Dios y buscar su misericordia.
– Rezar.
• Qué evitar:
– Presunción y autosuficiencia.
– Lejanía de Dios en la vida cotidiana.
5. Bienaventurados los mansos, porque
ellos poseerán en herencia la tierra.
• Concepto: Mansedumbre es paciencia, es capacidad de
esperar.
• Qué hacer:
– Esperar el auxilio de Dios.
– Ponerse en manos de Dios: “Jesucristo, al padecer, no
amenazaba, sino que se ponía en manos de Aquel que juzga con
justicia”. (1Pe 2,23)
– Fortaleza ante los sufrimientos.
– Perdonar.
• Qué evitar:
– Venganza.
– Rebeldía ante los sufrimientos.
– Acusar a Dios.
6. Bienaventurados los que lloran, porque
serán consolados.
• Concepto: “Los que lloran” son los que no están
conformes con el mundo, y desean su cambio.
• Qué hacer:
– Oponerse al mal y ofrecer los sufrimientos.
– Actuar por el cambio del mundo.
– Mantener le esperanza en Dios y sus promesas.
• Qué evitar:
– Entristecerse, perdiendo la esperanza.
– Estancarse en la inacción.
7. Bienaventurados los que tienen hambre y
sed de justicia porque ellos serán saciados.
• Concepto: Justicia en la Biblia significa “santidad”. Por una
parte, se trata aquí de los que tienen un deseo ardiente de
ser santos, quienes serán correspondidos. Por otro lado, se
trata de los que anhelan que la justicia de Dios se haga
presente en el mundo: esta llegará, dando a cada uno
según corresponda.
• Qué hacer:
– Alimentar la sed de santidad en la oración y luchar por ser
verdaderamente justos.
– Confiar en la justicia divina, la cual permite que el trigo y la cizaña
crezcan juntos, aunque no tengan el mismo final.
– Rezar por la conversión de todos los hombres.
• Qué evitar:
– Tomar la justicia en las propias manos.
– Desesperar de la justicia de Dios y considerar que no se preocupa
de los hombres.
8. Bienaventurados los misericordiosos
porque ellos alcanzarán misericordia.
• Concepto: Misericordia es “compadecerse desde
las entrañas”. Misericordioso es quien comparte
el dolor de los hermanos, y no es indiferente
ante ello.
• Qué hacer:
– Saber “ponerse en los zapatos” de los demás.
– Comprometerse con el hermano que sufre, aun
cuando le haga sufrir a uno.
– Actuar por aliviar los sufrimientos ajenos.
• Qué evitar:
– La dureza de corazón ante los que sufren.
– La indiferencia ante los más necesitados.
– La “asepsia” ante el sufrimiento ajeno.
9. Bienaventurados los limpios de
corazón, porque ellos verán a Dios.
• Concepto: Los “limpios de corazón” son los que tienen
pureza en sus intenciones, que no consienten dobleces o
hipocresías; son quienes miran las cosas con sencillez, y
no con segundas intenciones. El premio a todo ello es
encontrarse con Dios, conocerlo como a un amigo.
• Qué hacer:
– Ser sinceros con Dios, abrirle el corazón con honestidad.
– Ser honestos con las demás personas respecto a lo que se
piensa y en el modo en que se actúa.
• Qué evitar:
– Todo lo que pueda manchar la pureza interior ingresando por
nuestros sentidos.
– La mentira, la doblez, la manipulación de las personas.
10. Bienaventurados los que trabajan por la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
• Concepto: La “paz” no es la sencilla ausencia de conflictos,
aún a costa de la verdad. La paz de Cristo no es “como la da
el mundo”, sino la que viene de buscar la verdad y
esforzarse por darla a conocer a todos. Supone anunciar la
verdad de Cristo y trabajar por que el mundo viva según
ella.
• Qué hacer:
– Formarse en el conocimiento de la fe.
– Anunciar a Cristo haciendo apostolado.
– Comprometerse con la paz primeramente en mi círculo inmediato.
• Qué evitar:
– Consentir en “relativizar” algunos puntos de la enseñanza cristiana
por respetos humanos o deseo de “no causar conflictos”.
– Indiferencia ante los conflictos que ocurren en el mundo y alrededor
nuestro.
11. Bienaventurados los perseguidos por
causa de la justicia, porque de ellos es
el reino de los cielos. Bienaventurados
seréis cuando os injurien y os persigan
y, mintiendo, digan toda clase de mal
contra ustedes por mi causa. Alégrense
y regocíjense, porque su recompensa
será grande en los cielos; pues de la
misma manera persiguieron a los
profetas anteriores a ustedes.
12. La persecución, si es que vivimos según
Cristo, es un signo de bienaventuranza. Si
lo persiguieron a Él, cuanto más a sus
discípulos.
El mundo tiene una lógica muchas veces
distinta al cristianismo, y por ello se opone
a los que buscan su cambio.
Ello no debe ser motivo decaimiento, sino
que debe hacerle acordar al cristiano que
así también sufrió el Señor.