El documento describe la importancia de la oración, el recogimiento y la meditación para acercarse a Dios. La oración requiere tranquilidad interior para que el Espíritu Santo pueda guiar el alma. A través de la meditación, el alma adquiere virtudes como la humildad y el conocimiento de Dios. La mortificación es necesaria para elevar el alma hacia lo divino, alejándola de lo terrenal.