La oración es importante porque (1) nos permite conocer a Dios íntimamente, (2) nos faculta espiritualmente, y (3) Dios responde a nuestras oraciones y nos cambia a través de ella. Jesús pasó mucho tiempo orando y nos anima a hacer lo mismo para resistir tentaciones y depender de Dios. La oración nos da paz y fortaleza en nuestra relación con Dios.