Jesús es el Buen Pastor que cuida de sus ovejas, dando su vida por ellas y guiándolas a la vida eterna. Como Pastor, Jesús está íntimamente unido a Dios Padre y garantiza que ninguna oveja será arrebatada de la mano de Dios. Aquellos que siguen a Jesús pueden tener la seguridad de que pertenecen a Dios y estarán protegidos por Él.