El profeta Amós denuncia las injusticias sociales de su época, como la opresión de los pobres y la corrupción de los tribunales. Predica un mensaje de conversión hacia la justicia y la honradez. Aunque ofrece esperanzas de tiempos mejores si cambian, nadie hace caso a sus palabras y es expulsado del país por el sacerdote del santuario de Betel.