El documento discute 1) cómo los primeros cristianos conciliaron la fe y la razón, 2) cómo la razón fue tratada durante la modernidad, y 3) la propuesta de Joseph Ratzinger para reconciliar la fe y la razón a través de un puente entre ambas. El documento también presenta varias citas y reflexiones sobre la fe, la razón y su relación.
12. En el principio
• “En el principio era el Logos” (Jn 1,1)
• “todas las cosas fueron hechas conforme
a él” (Jn 1,4)
• “el Verbo se hizo carne” (Jn 1,14)
13. MOTIVOS PARA CREER
“El médico se fía del piloto. Y el piloto se
fía del médico. Y el médico y el piloto
se fían de la cocinera, porque no todos
sabemos distinguir las setas
venenosas de las comestibles.
Tenemos que fiarnos unos de otros. Y
resulta que un hombre que se fía del
médico, del piloto y de la cocinera,
después no se fía de Dios. Pero es
más. Es que el hombre que no cree en
Dios tiene que creer cosas mucho más
inexplicables que los que creemos en
Dios. Por eso decía el premio Nobel de
Medicina, Alexis Carrel: “No soy tan
crédulo como para ser incrédulo”.
14. ¿Quién habló
primero?
Dios sale al encuentro del hombre
dándose a conocer
15. CAPÍTULO III: LOS HOMBRES RESPONDEN A DIOS
20.¿Cómo podemos responder a Dios cuando él se dirige a
nosotros?
Responder a Dios es creer en él. [142-149]
Quien quiera creer necesita «un corazón atento» (1 Re
3,9). Dios busca de muchas maneras establecer
contacto con nosotros. En cada encuentro humano, en
cada experiencia conmovedora en la naturaleza, en
cada aparente casualidad, en cada reto, en cada dolor,
está escondido un mensaje de Dios para nosotros. De
manera más clara aún nos habla cuando se dirige a
nosotros en su palabra o en la voz de la conciencia.
Nos habla como a amigos. Por ello debemos
responderle también como amigos y creer en él, creer
totalmente en él, aprender a comprenderle cada vez
mejor ya aceptar sin reservas su voluntad. 15
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
16. CAPÍTULO III: LOS HOMBRES RESPONDEN A DIOS
21. ¿Qué es la fe?
La fe es saber y confiar. Tiene siete rasgos:
La fe es un puro don de Dios, que recibimos, si lo pedimos ardientemente.
La fe es la fuerza sobrenatural que nos es necesaria para obtener la salvación.
La fe exige la voluntad libre y el entendimiento lúcido del hombre cuando acepta la
invitación divina.
La fe es absolutamente cierta, porque tiene la garantía de Jesús.
La fe es incompleta mientras no sea efectiva en el amor.
La fe aumenta si escuchamos con más atención la voz de Dios y mediante la oración
estamos en un intercambio vivo con él.
La fe nos permite ya ahora gustar por adelantado la alegría del cielo. [153-165, 179-180,
183-184]
Muchos dicen que creer les parece poco, que quieren saber. Pero la palabra «creer» tiene
dos significados diferentes: cuando un paracaidista pregunta al empleado del
aeropuerto: «¿Está bien preparado el paracaídas?», y aquél le responde, indiferente:
«Creo que sí», no será suficiente para él; esto quiere saberlo seguro. Pero si ha
pedido a un amigo que le prepare el paracaídas, éste le contestará a la misma
pregunta: «Sí, lo he hecho personalmente. ¡Puedes confiar en mí!». Y el paracaidista
replicará: «Te creo». Esta fe es mucho más que saber: es certeza. Y ésta es la fe que
hizo partir a Abraham a la tierra prometida, ésta es la fe que hizo que los
MÁRTIRES perseveraran hasta la muerte, ésta es la fe que aún hoy mantiene en pie
a los cristianos persegui-dos. Una fe que afecta a todo el hombre.
16
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
17. LA RESPUESTA
DEL HOMBRE
La revelación divina es una amorosa confidencia que
Dios nos hace de su intimidad.
Acercarnos a ella con respeto porque somos seres
pequeños, de inteligencia débil, ante el misterio de
Dios.
La respuesta del hombre es la fe que consiste en el
asentimiento libre que prestamos a la verdad divina.
La fe es un don de Dios porque su objetivo es una
verdad misteriosa. 17
18. CAPÍTULO III: LOS HOMBRES RESPONDEN A DIOS
22. ¿Cómo funciona la fe?
Quien cree busca una relación personal con Dios y está
dispuesto a creer todo lo que Dios muestra (revela)
de sí mismo. [150-152]
Al comienzo del acto de fe hay con frecuencia una conmoción o
una inquietud. El hombre experimenta que el mundo
visible y el transcurso normal de las cosas no pueden ser
todo. Se siente tocado por un misterio. Sigue las pistas que
le señalan la existencia de Dios y paulatinamente logra la
confianza de dirigirse a Dios y finalmente de adherirse a él
libremente. En el evangelio de san Juan leemos: «A Dios
nadie lo ha visto jamás: Dios unigénito, que está en el seno
del Padre, es quien lo ha dado a conocer» (Jn 1,18). Por eso
debemos creer en Jesús, el Hijo de Dios, si queremos saber
qué nos quiere comunicar Dios. Por eso creer es acoger a
Jesús y jugarse toda la vida por él.
18
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
19. LA FE
La fe es la primera respuesta del
hombre a Dios que se revela.
Nace de una adhesión personal a
El.
Es el asentimiento libre que
prestamos a la verdad divina.
Es un don de Dios porque su
objetivo no es una verdad
evidente para nuestra razón,
sino una verdad divina más alta y
misteriosa.
La gracia de Dios debe inclinar
nuestra voluntad e iluminar
nuestra inteligencia.
20. CAPÍTULO III: LOS HOMBRES RESPONDEN A DIOS
24. ¿Qué tiene que ver mi fe con la Iglesia?
Nadie puede creer por sí solo, como nadie puede vivir
por sí solo. Recibimos la fe de la Iglesia y la vivimos
en comunión con los hombres con los que
compartimos nuestra fe. [166-169,181]
La fe es lo más personal de un hombre, pero no es un asunto
privado. Quien quiera creer tiene que poder decir tanto
«yo» como «nosotros», porque una fe que no se puede
compartir ni comunicar sería irracional. Cada creyente da
su asentimiento libre al «creemos» de la IGLESIA. De
ella ha recibido la fe. Ella es quien la ha transmitido a
través de los siglos hasta él, la ha protegido de
falsificaciones y la ha hecho brillar de nuevo. La fe es por
ello tomar parte en una convicción común. La fe de los
otros me sostiene, así como el fuego de mi fe enciende y
conforta a otros. El «yo» y el «nosotros» de la fe lo destaca
la Iglesia empleando dos confesiones de la fe en sus
celebraciones: el credo apostólico, que comienza con «creo»
(CREDO) y el credo de Nicea-Constantinopla, que en su
forma original comenzaba con «creemos» (Credimus).
20
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
21. ¿ES LA FE UN CONOCIMIENTO
CIERTO Y LIBRE?
Es más cierto que todo
conocimiento humano porque se
funda en la autoridad de Dios que
revela.
Dios no puede engañarse ni
engañarnos.
Es un acto libre porque hay que
querer creer.
Dios que respeta nuestra libertad
no nos deslumbra con su verdad.
La fe es necesaria para la
salvación.
El cristiano debe vivir conforme a
su fe.
22. La fe es todo
lo contrario
de tener los
ojos vendados
23. Qué dice el Catecismo
• El Catecismo de la Iglesia
Católica ( libro donde se
enseña la doctrina oficial de la
Iglesia Católica) es el punto de
referencia para conocer la Fe
cristiana verdadera.
24. ¿Cómo recuperar la Fe, si se ha
perdido?
• Haber recibido el Bautismo es manifestación de
que Dios te ha dado el don de la Fe.
• La Fe no se pierde nunca, pero si no se practica
termina por quedar “dormida”. Quien lleva años
sin estudiar no ha perdido la inteligencia, pero le
costará más volver a estudiar.
• Para “recuperar” la Fe: volver a rezar, recibir
formación religiosa, acudir al sacramento de la
Penitencia.
25. • 43. ¿Qué consecuencias tiene creer en un
solo Dios?
– Creer en Dios, el Único, comporta: conocer su
grandeza y majestad; vivir en acción de gracias;
confiar siempre en Él, incluso en la adversidad;
reconocer la unidad y la verdadera dignidad de
todos los hombres, creados a imagen de Dios; usar
rectamente de las cosas creadas por Él.
26. ¿Cómo conciben a Dios las religiones?
Judaísmo, cristianismo e Islam que conciben a
Dios como una persona, que es creador de
todas las cosas y mantiene con el hombre
una relación paternofilial
Otras religiones han concebido a Dios de forma impersonal como una fuerza o
energía de naturaleza espiritual .
Dentro del cristianismo algunos autores cristianos consideraron que la inteligencia
humana sólo puede decir lo que no es Dios.
Las religiones más evolucionadas son monoteístas
En las sociedades primitivas se rendía culto a los múltiples dioses, que
encarnaban las diferentes fuerzas de la naturaleza (politeísmo).
En algunas religiones primitivas se concibe a la divinidad como una realidad femenina
27. El budismo, una religión sin Dios
Pero entonces ¿quién fue Buda?
Buda fue un principe que vivió en el norte de la India, en el siglo VI a.C.
A pesar de que sus padres quisieron ocultarle los males de la existencia, Buda
conoció muy pronto la realidad del dolor. Según cuenta la tradición vio cuatro
cosas que cambiaron su vida para siempre: un hombre anciano, un hombre
enfermo, un hombre muerto y un mendigo. Profundamente conmovido por el
sufrimiento, se decidió a dejar el lujo de la vida de palacio y comenzó una
misión para buscar la respuesta al problema del dolor y del sufrimiento
humano.
28. Las cuatro nobles verdades del budismo
La experiencia del dolor, la vejez y la muerte
condujo a Buda a buscar una respuesta
al problema del sufrimiento de la
existencia.
Estas son las respuestas de Buda
• Toda existencia es sufrimiento.
• El sufrimiento proviene del deseo y la ignorancia.
• El sufrimiento puede ser vencido suprimiendo todo
deseo y todo apego a las cosas.
29. Hay ocho senderos que conducen a la supresión del deseo
y por tanto del sufrimiento
• Comprensión correcta
• Pensamiento correcto
• Palabra correcta
• Acción correcta
Ocupación correcta
• Esfuerzo correcto
• Atención correcta
• Concentración correcta
30. Los alumnos dijeron
Lo que destacaría del budismo es su tolerancia porque las religiones
monoteístas no son tan tolerantes, ya que te indican un camino, pero si
te sales de él y no sigues las creencias de estas religiones eres
criticado.
Pienso y comparto que la vida es sufrimiento, vivir es sufrir. El sufrimiento a
veces nos ayuda a ser mejores y a superarnos , y la meditación, conocer
la mente propia, nos puede ayudar mucho a seguir adelante.
Me resulta extraño que puedan vivir suprimiendo todo deseo, porque en
nuestra sociedad actual está todo basado en satisfacer deseos y
consumir.
32. El ateísmo
El ateísmo es la posición que niega la existencia de Dios y se
pronuncia en contra de dicha idea.
Para algunos ateos Dios es una construcción imaginaria del
espíritu humano.Los hombres han creado a la divinidad
para satisfacer su ansia de inmortalidad.
En el nombre de Dios los hombres han cometido crímenes
horrendos por lo que la religión ha resultado perniciosa para
los hombres.
Las religiones, piensa el ateo, son intolerantes.
33. EL ATEISMO TAMPOCO ES JUSTIFICACION
Sostener un punto de vista materialista, agnóstico o radicalmente ateo tampoco debería de
servir de excusa para justificar racionalmente la inmoralidad o el mal comportamiento.
Podríamos hablar de dos clases de ateos . Una,
los que alegan:
"No hay Dios ni existe vida después de la muerte física, de
modo que puedo hacer todo lo que me plazca en este
mundo". Y otra que razona:
"Como Dios no existe, tengo que ser
responsable por este mundo y hacer todo el
bien que Dios haría si existiese".
(Rev. Richard Wurmbrand)
Wurmbrand
Rev. Richard Wurmbrand Los que se determinen a convertirse en esta clase de ateos
responsables, amando y sirviendo incondicionalmente a
los demás y evitando la inmoralidad, pronto llegarán a
descubrir la Divinidad en su interior.
Incluso según la teología, la raíz histórica del mal no se originó en el ateísmo,
sino más bien en una actitud egoísta e irresponsable.
34. GS 19
La palabra "ateísmo" designa realidades muy diversas. Unos niegan a Dios
expresamente. Otros afirman que nada puede decirse acerca de Dios. Los
hay que someten la cuestión teológica a un análisis metodológico tal, que
reputa como inútil el propio planteamiento de la cuestión. Muchos,
rebasando indebidamente los límites sobre esta base puramente científica
o, por el contrario, rechazan sin excepción toda verdad absoluta. Hay
quienes exaltan tanto al hombre, que dejan sin contenido la fe en Dios,
ya que les interesa más, a lo que parece, la afirmación del hombre que la
negación de Dios. Hay quienes imaginan un Dios por ellos rechazado,
que nada tiene que ver con el Dios del Evangelio. Otros ni siquiera se
plantean la cuestión de la existencia de Dios, porque, al parecer, no
sienten inquietud religiosa alguna y no perciben el motivo de
preocuparse por el hecho religiosos. Además, el ateísmo nace a veces
como violenta protesta contra la existencia del mal en el mundo o como
adjudicación indebida del carácter absoluto a ciertos bienes humanos que
son considerados prácticamente como sucedáneos de Dios. La misma
civilización actual, no en sí misma, pero sí por su sobrecarga de apego a
la tierra, puede dificultar en grado notable el acceso del hombre a Dios.
35. Quienes voluntariamente pretenden apartar de su corazón
a Dios y soslayar las cuestiones religiosas, desoyen el
dictamen de su conciencia y, por tanto, no carecen de
culpa. Sin embargo, también los creyentes tienen en
esto su parte de responsabilidad. Porque el ateísmo,
considerado en su total integridad, no es un fenómeno
originario, sino un fenómeno derivado de varias causas,
entre las que se debe contar también la reacción crítica
contra las religiones, y, ciertamente en algunas zonas
del mundo, sobre todo contra la religión cristiana. Por lo
cual, en esta génesis del ateísmo pueden tener parte no
pequeña los propios creyentes, en cuanto que, con el
descuido de la educación religiosa, o con la exposición
inadecuada de la doctrina, o incluso con los defectos de
su vida religiosa, moral y social, han velado más bien
que revelado el genuino rostro de Dios y de la religión.
36. CAPÍTULO I: EL HOMBRES ES «CAPAZ» DE DIOS
5. ¿Por qué entonces los hombres niegan a Dios, si
pueden conocerlo mediante la razón?
Conocer al Dios invisible es un gran reto para el
espíritu humano. Muchos se acobardan ante él.
Otros no quieren conocer a Dios, porque ello
supondría tener que cambiar su vida. Quien
dice que la pregunta acerca de Dios carece de
sentido, porque no se puede resolver, se lo pone
demasiado fácil. [37-38] 57
36
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
38. “El ateo afirma que Dios no existe, pero
no tiene pruebas para demostrarlo, porque
no las hay. El ateísmo es una profesión de
fe en la NO existencia de Dios”.
Rector de la Universidad Complutense de Madrid, Ángel González Álvarez
39. El ateísmo es un acto de fe.
La única diferencia es que el ateo
tiene fe en la nada, y el cristiano la
tiene en Dios.
Quien quiera profesar la fe en la
nada, que continúe siendo ateo;
pero…que no pretenda que su
opción esté motivada por razones
científicas”.
40. Ya dijo Berdiaef que el hombre es
un ser incurablemente religioso.
Y Max Scheler: “el hombre o cree
en Dios o se fabrica un ídolo. Este
ídolo será la raza, el Estado, una
mujer o el dinero; pero el hombre no
puede vivir sin adorar algo”.
41. El ateo no solo no puede demostrar que no hay
Dios, sino que desde el ateísmo no se pueden
resolver los grandes interrogantes de la vida. ¿De
donde viene? ¿A donde va? ¿Qué pasa después de la
muerte? ¿Qué sentido tiene la vida? ¿Como saciar el
apetito de felicidad?, etc., etc.
El ateo se condena a vivir en la angustia, en la
duda, en la desesperación; a no ser que prefiera
dejar de ser hombre y vivir de espaldas a todo
pensamiento trascendente.
El animal no puede hacerse preguntas
trascendentes. El hombre sí…
42. No hay oposición a la Religión porque haya
misterios ; lo que se tiene contra la Religión no son
dificultades científicas, sino prejuicios y dificultades
morales. Si la Religión no obligara a tener a raya las
pasiones, nadie tendría dificultades contra la
Religión.
Y si los preceptos morales dependieran de las
verdades de la Física, muchos negarían la Física en
lugar de negar la Religión.
Ya dijo Bacon: <<Solo niega a Dios aquel a quien
conviene que no exista>>.
43. El agnosticismo
Considera que sólo podemos demostrar y conocer lo que es
objeto de experiencia sensible, lo que está circunscrito a la
esfera material.
No es correcto que alguien diga que está seguro de la
verdad objetiva de un enunciado a menos que pueda
aportar pruebas que lógicamente justifiquen esta certeza.
No hay pruebas concluyentes para demostrar la existencia de
Dios, por tanto no podemos afirmar que Dios existe.
Tampoco podemos negar su existencia como hace el ateo
A diferencia del creyente y del ateo el agnóstico se abstiene de
juzgar, afirmando que no existen pruebas suficientes ni para
la afirmación ni para la negación.
44. La posibilidad de negar a Dios
Pretende sostener que es imposible
afirmar o negar la existencia de
Agnosticismo
Dios. Esto “equivale con mucha
frecuencia a un ateísmo práctico”
(CEC, 2128).
Generalmente procede del
indiferentismo voluntario.
“Dios quiere que todos los hombres
se salven y lleguen al
conocimiento de la verdad” (1Tm
2,4).
45. Algunos agnósticos
Nunca nadie ha sabido de ningún hombre
que pudiese penetrar con su mente finita
Herbert Spencer
el velo que cubre la mente del Infinito
El agnóstico es el hombre que se sitúa
consciente y sinceramente ante la finitud
del ser e intenta vivirla positivamente
Tierno Galván
“Nadie ha logrado convencerme
racionalmente de la existencia de Dios, Miguel de Unamuno
pero tampoco de su no existencia “
46. Hoy, en algunos ambientes,
está de moda el
agnosticismo; personas que
prescinden de Dios.
No les interesa Dios.
Se instalan en el mundo
como si no hubiera nada al
otro lado de la muerte.
47. Ya lo dijo Pascal: “No hay más que dos clases
de personas a las que se puede llamar
razonables: aquellos que sirven a Dios con
todo su corazón, porque lo conocen; y aquellos
que buscan a Dios con todo su corazón,
porque no lo conocen”.
Lo religioso es una dimensión necesaria,
constitutiva del hombre.
No es algo accidental u opcional, como puede
ser afición al tenis o a coleccionar mariposas.
48. El hombre no puede despreocuparse
impunemente de Dios.
La fe es lo más importante de la vida, porque
es lo único que responde a las verdades
fundamentales.
Todo ser racional, alguna vez en su vida, es
lógico que se pregunte: ¿qué sentido tiene la
vida? ¿qué será de mí después de la muerte?
El agnóstico no sabe responder, aunque
muchas veces no quiere responder o vive
como si no le preocupara.
49. El deísmo
El deísmo es una opción religiosa que se sitúa al margen de
las religiones reveladas, proponiendo frente a éstas una
religión natural, una religión dentro de los límites de la mera
razón.
¿Cómo es el Dios de los deístas?
• Es un principio impersonal pues el deísmo estima que
considerar a Dios persona no es más antropomorfismo.
• Es un Dios creador de todas las cosas, pero desentendido
de los quehaceres de los hombres.
Otros rasgos del deísmo
• Rechazo de los dogmas
• Reducción de la religión a moral
50. Algunos deístas
Rousseau
Con el paso del tiempo Voltaire
las religiones van
degenerando en
formalismos,
produciéndose la
traición al mensaje
originario. Kant
51. EXISTENCIA 51 Religión natural y religión
revelada
La universalidad del hecho religioso
da testimonio de que el hombre
naturalmente está inclinado a conocer
y tratar a Dios (CEC, 28).
“En las condiciones históricas en que
se encuentra, el hombre experimenta
muchas dificultades para conocer a
Dios con la sola luz de su razón” (CEC,
30).
Bernardo
Cortina
52. EXISTENCIA 52 Religión natural y religión
revelada
Por lo anterior, Dios ha querido
revelar al hombre “verdades religiosas
y morales que de suyo no son
inaccesibles a la razón, a fin de que
puedan ser, en el estado actual del
género humano, conocidas de todos
sin dificultad, con una certeza firme y
sin mezcla de error” (CEC, 38).
Bernardo
Cortina
53. EXISTENCIA 53 Religión natural y religión
revelada
También ha revelado verdades
sobrenaturales inaccesibles a la
razón.
La religión cristiana no es sólo la
búsqueda por parte del hombre,
sino que Dios ha tomado y toma
la iniciativa: se revela y se da al
Bernardo
hombre.
Cortina
54. EXISTENCIA 54 Virtudes naturales, perfección
humana y conocimiento de Dios
El desarrollo de las virtudes naturales
El desarrollo de las virtudes naturales
(lealtad, fortaleza, sinceridad,
(lealtad, fortaleza, sinceridad,
laboriosidad, audacia...) perfecciona
laboriosidad, audacia...) perfecciona
al hombre y facilita el conocimiento
al hombre y facilita el conocimiento
de Dios:
de Dios:
lo hace más dueño de sí;
lo hace más dueño de sí;
lo hace más capaz de conocer la
lo hace más capaz de conocer la
verdad y comprometerse con ella,
verdad y comprometerse con ella,
y de comprometerse con el bien;
y de comprometerse con el bien;
lo hace más capaz de conocer
lo hace más capaz de conocer
Bernardo
(reconocer) a Dios.
(reconocer) a Dios.
Cortina
55. EXISTENCIA 55 Virtudes naturales, perfección
humana y conocimiento de Dios
La ausencia de virtudes
La ausencia de virtudes
degrada al hombre: sólo
degrada al hombre: sólo
razona “astutamente”.
razona “astutamente”.
Ser mejores y hacer mejores
a los demás.
¡un hombre con virtudes es más dueño
de sí, más libre, más capaz de
comprometerse con la verdad y el
bien!
Bernardo
Cortina
56. EXISTENCIA 56 Gloria de Dios y felicidad del
hombre
Todas las cosas manifiestan el poder
Todas las cosas manifiestan el poder
y la bondad de Dios: le dan gloria.
y la bondad de Dios: le dan gloria.
El hombre, además, le da gloria
El hombre, además, le da gloria
conociéndolo y amándolo: éste es su
conociéndolo y amándolo: éste es su
fin último, y ésta es su felicidad y su
fin último, y ésta es su felicidad y su
perfección.
perfección.
En cada acción, para que sea
En cada acción, para que sea
perfecta y nos haga felices, debemos
perfecta y nos haga felices, debemos
buscar la gloria de Dios.
buscar la gloria de Dios.
Bernardo
Cortina
57. EXISTENCIA 57 Gloria de Dios y felicidad del
hombre
además esto da su valor más
elevado a las cosas
ofrecimiento
de obras
Bernardo
Cortina
59. Las razones para creer son suficientes, pero no
evidentes pues Dios quiere que el hombre le acepte
libremente y no a la fuerza.
Las verdades de la fe son razonables y ciertas.
Las podemos creer con toda firmeza, pero no se nos
imponen con una evidencia aplastante, pues
entonces la fe no sería meritoria, y Dios ha
dispuesto que en esta vida merezcamos con la virtud
de la fe.
60. Decir el todo es mayor que su parte es tan evidente
que el aceptarlo no tiene mérito ninguno.
La oscuridad de la fe es absolutamente necesaria
para que el acto de fe sea libre. Y la libertad de la fe
es imprescindible para hablar de valores religiosos
en ella.
La fe es suficientemente oscura para que la
adhesión a ella sea libre; y al mismo tiempo bastante
clara como para que la dicha adhesión sea
razonable. La fe es segura y oscura al mismo
tiempo.
61. Segura porque se basa en la palabra de Dios, y
oscura por la limitación de nuestro entendimiento.
Por eso decía Santa Teresita del Niño Jesús: “Señor,
no te entiendo nada; pero te creo todo, porque me
fío de Ti”.
62. Por eso la fe no es un salto en el vacío, a lo loco.
Es muy razonable aceptar lo que no entiendo, si
puedo fiarme del que entiende y me lo dice.
La fe en Dios es perfectamente razonable.
Hay muchas más razones para creer que Dios existe
que para dudar de su existencia.
Pero hay que rechazar, tanto el racionalismo que
solo acepta lo que se puede demostrar (los misterios
son indemostrables), como el fideísmo que
desprecia la razón, y pretende que la fe sea un salto
en el vacío, sin ningún motivo de credibilidad.
63. RAZÓN Y FE UNIDAS, PERO NO REVUELTAS
Sin embargo, aunque la razón me indica que hay
motivos serios para creer, la razón no causa la fe.
Solo cuando el corazón humano se rinde a la gracia
en un acto de humildad y sencillez es cuando nace
la fe.
La razón tiene que ir acompañada de la oración
humilde.
Es preciso tener un corazón limpio para creer en
Dios. No podemos olvidar que Dios solo se
manifiesta a los humildes.
64. Los motivos de credibilidad constituyen un
preámbulo racional de la fe.
El acto de fe constituye esencialmente un
asentimiento a estas verdades porque Dios las ha
revelado.
Y por supuesto que no basta asentir a las verdades
reveladas por Dios; es preciso vivir de acuerdo con
ellas.
Para el que tiene fe, mil objeciones no le hacen
dudar; y al que no tiene fe, mil pruebas no le
convencen.
El hombre se convence por razones, pero es la
voluntad la que elige las razones que quiere
65. que le convenzan.
Por eso no basta dar razones que van sólo al
entendimiento.
Hay que presentar valores que mueven a la
voluntad: bondad, belleza, importancia, utilidad o
necesidad para el hombre en cuanto tal.
La fe es razonable, pero las razones no bastan para
creer.
Hace falta un acto de voluntad.
Y la voluntad no se decide por razones lógicas, sino
por motivos y valores.
No es lo mismo estar convencido que convertido.
66. Pero no olvidemos que la conversión no nace solo
tras haber sido convencido, sino tras una
iluminación de mi entendimiento y adhesión de la
voluntad a Dios, acogiendo las verdades reveladas.
El hombre, además de la razón, tiene un corazón, y
con frecuencia éste manda sobre la razón.
67. El fideísmo es absurdo pues pretende que
creamos en Dios sin tener fundamento racional
de la fe.
Dice el Concilio Vaticano I: Podemos conocer
a Dios por la razón natural.
Es una certeza que excluye toda duda
razonable, pero no se trata de una evidencia
axiomática, !repetimos!.
La fe es un acto de la voluntad tras el examen,
por la razón, de los motivos de credibilidad.
68. No puede existir una pastoral convincente si
no se razona la fe.
A nadie le atrae dar un salto en el vacío sin
garantías.
En las cosas importantes todos queremos
seguridad.
Para creer, “hace falta limpiar los ojos”.
Se requiere disponibilidad o receptibilidad para
lo que aparezca, sin interponer condiciones
que enturbian o tapan visión.
69. En la tumba de un ateo se lee: He vivido en
medio de dudas, y muero en la incertidumbre.
No sé a donde voy.
¿De qué me sirve saber el número de mis
cromosomas o las vibraciones de la luz
ultravioleta si no sé el sentido de mi vida?
Sólo la fe tiene ante el dolor explicación y
consuelo.
La fe da rectitud, alegría y esperanza.
El hombre tiene una dimensión religiosa que
no se puede apagar.
El hombre añora lo religioso.
70. Setenta años de ateísmo militante en la
U.R.S.S. no han podido acabar con la fe del
pueblo ruso que ha resurgido con fuerza
mientras rodaban por el suelo las estatuas de
Lenin y Stalin.
El alma humana tiende naturalmente a Dios, y
es imposible ir contra la naturaleza: Si tiras una
piedra hacia arriba, al cesar el impulso, terminará por caer
a tierra. Si soplas sobre el fuego para que el humo vaya
hacia abajo, cuando dejes de soplar el humo se irá hacia
arriba. El barco tiende a flotar. Solo se quedará en el
fondo del agua si está agujereado. El alma que no siente
su destino hacia arriba es que está rota, destrozada. El
que tiene fe ve a Dios detrás de todo lo mundano. Como
el que sabe que detrás de los nubarrones está el Sol.
71. La fe es un don de Dios.
Es una gracia de Dios, que debemos pedir sin
descanso.
Incluso el que cree que no tiene fe, debe orar.
Al menos podría decir: Señor, si existes,
concédeme el don de la fe.
Como es cierto que existe, será oído y
obtendrá la fe.
Carlos de Foucauld (1858-1916) oficial del
ejército francés encontró la fe, a los 28 años,
después de llevar una vida desordenada,
repitiendo: “Dios mío, si existes, haz que te conozca”.
72. La fe ilumina la noche.
Pero no suprime la noche.
Como las luces que señalan al piloto la pista
de aterrizaje.
Le señalan el camino, pero no iluminan las
tinieblas.
73. La fe nos adhiere a Dios y nos impulsa a
adherirnos cada vez más perfectamente a él por
la gracia.
Precisamente nos hace ver que en realidad solo
podremos estar reunidos a él si estamos en
gracia.
En la fe el hombre se entrega entera y
libremente a Dios, le ofrece el homenaje total de
su entendimiento y voluntad, asintiendo
libremente a lo que Dios revela.
La fe no debe ser solo intelectiva, seca fría, sin
palpitación vital.
74. Debe ser alegre, optimista, ardiente, que brote
de las entrañas del espíritu, y vivifique todo
nuestro ser y nuestro obrar.
Fe que se ilumine con la cabeza, y se caliente
con el corazón.
La fe da optimismo para llevar esta vida tan
llena de calamidades.
Es como el pájaro que oye crujir la rama sobre
la que está, al ser zarandeada por vendaval: él
no teme, porque tiene alas.
Notas del editor
La revelación divina es una amorosa confidencia que Dios nos hace de su intimidad. Acercarnos a ella con respeto porque somos seres pequeños, de inteligencia débil, ante el misterio de Dios. La respuesta del hombre es la fe que consiste en el asentimiento libre que prestamos a la verdad divina. La fe es un don de Dios porque su objetivo es una verdad misteriosa. La Fe es una entrega personal del hombre entero a Dios que se revela. Supone una adhesión de la inteligencia y de la voluntad a la Revelación que Dios ha hecho de sí mismo mediante sus obras y sus palabras. Es un acto de confianza pero no es absurdo porque la razón encuentra motivos que ayudan a creer: motivos de credibilidad. Pero la Fe no es un acto sólo humano: necesita una ayuda previa de Dios, la gracia. La Fe antes de nada, es un regalo de Dios.
. Hablar del supermercado religioso. Hoy más que nunca hay mucha necesidad de lo religioso, (inquietudes religiosas en internet de EE.UU., la voz Dios está en el 3º puesto de ranking de búsqueda) pero la gente no tiene puntos de referencia y se crea la religión a su medida, un poco de aquí, otro poco de allá, con lo que más le gusta. Esto en los momentos de crisis, se hunde, porque no es verdad. Otras veces se cae en la superstición... Para tener una referencia segura, los cristianos tenemos la voz de la Iglesia que es como una referencia segura contra el relativismo. Y sus enseñanzas oficiales se encuentran en el Catecismo de la Iglesia Católica: esa es la Fe: la tomas o la dejas, pero no te la inventes a la medida de tu gusto.