Citas y referencias bibliográficas

1. Carlos Cuauhtémoc Sánchez
(1992)
Un grito desesperado
(1994) Ediciones Selectas Diamante, S.A. de C.V.
Libros que transforman vidas.
Convento de San Bernardo N° 7,
Jardines de Santa Mónica, Tlalnepantla,
Estado de México, C.P. 54050 Ciudad de México.
Miembro de la Cámara de la Industria Editorial
Méxicana N° 2778.
Citas y referencias bibliográficas
NICOLE TATIANA CORRALES RAMIREZ
COLEGIO MARIA AUXILIADORA CARTAGO VALLE DEL CAUCA
INFORMÁTICA

2.
1. Cita (menos de 40 palabras)
El medio en que se desenvuelven los jóvenes es cada vez más peligroso, “ El mal
se ha infiltrado incluso en hogares de padres aparentemente instruidos y
responsables que en forma inexplicable han venido a verme desconsolados porque
no saben dónde es que fallaron” ( Cuauhtémoc, 1992, p.27).
2. Cita ( más de 40 palabras)
El amor ciego es pueril. Es espejismo. De novios los sentimientos son intensos y las
emociones excitantes; de casados el corazón late tranquilo y el entendimiento mira
la realidad. Pero no por ella el cariño se ha desvirtuado sino, por el contrario, se
trata de una relación más madura. El amor verdadero no es un “vivieron felices por
siempre”; el amor verdadero es una promesa, un voto de entrega; no es felicidad
eterna sino crecimiento armónico (aunque a veces doloroso), no apasionamiento
ansioso sino unión beatífica.(Cuauhtémoc, 1992, P.33)
3. Cita. ( más de 40 palabras)
Quiero que sepas que hace mucho tiempo he dejado de atormentarme con la idea
del “amor ideal”. Eso no existe. No soy un príncipe de cuento ni tú una princesa
encantada. Somos seres humanos llenos de defectos y o te acepto tal como eres
sin exigirte más. (Cuauhtémoc, 1992, P.33)

3.
4. Cita. ( menos de 40 palabras)
Entonces mi desesperación se convierte en pánico. En la educación de los hijos se
cometen muchos errores involuntarios, “ errores que tarde o temprano se revierten
con una avalancha de nieve que nunca se sabe cómo ni cuándo se originó”.
(Cuauhtémoc, 1992, P. 27)
5. Cita. (menos de 40 palabras)
No necesité contestarte para que supieras que yo pensaba igual. “ Fundidos en un
abrazo eterno éramos, tú y yo, una sola alma otra vez”. (Cuauhtémoc, 1992, P. 16)