La alimentación tiene un gran impacto ecológico a través de cuatro aspectos: 1) los recursos consumidos para la producción de alimentos, como la deforestación causada por cultivos para ganado y soja; 2) los procesos de elaboración y empaquetado de alimentos, que requieren energía; 3) la distribución de alimentos relacionada con el transporte; y 4) la responsabilidad del consumo. Para reducir el impacto, se recomienda consumir alimentos de temporada y proximidad, moderar el consumo de carne y lácteos