La dieta mediterránea se basa principalmente en vegetales, frutas, cereales, pescado y aceite de oliva, con menos carnes y carbohidratos que otras dietas. Siguiendo este patrón alimenticio se asocia con niveles más estables de azúcar en sangre, colesterol y triglicéridos más bajos, y un menor riesgo de enfermedades cardíacas. El documento también proporciona un decálogo de recomendaciones alimenticias que promueven una alimentación completa y equilibrada,