Una mujer se enfada cuando un hombre joven empieza a comerse las galletas que ella había comprado para esperar su tren retrasado. Intercambian miradas y sonrisas mientras comparten las galletas. Finalmente, el hombre corta la última galleta a la mitad y le ofrece media a la mujer. Cuando el tren llega, la mujer descubre que sus galletas intactas estaban aún en su bolso. El cuento trata sobre los juicios rápidos y la importancia de entender completamente una situación antes de enojarse.