Este documento define la adoración como alabanza, gratitud y honrar a Dios con todo el corazón, alma y mente. Explica que la verdadera adoración debe ser dada en espíritu y verdad a través de una relación íntima con Dios, y que varios factores como la obediencia, prioridades y conocimiento pueden interferir con ella. Finalmente, destaca que la adoración trae liberación, comunión con Dios y bendición.