Los videojuegos pueden causar problemas oculares en hasta el 30% de los niños. Se recomienda no jugar más de 30-40 minutos seguidos, descansar la vista cada 20 minutos mirando a distancia, y parpadear frecuentemente. También se aconseja mantener una distancia mínima de 45-60 centímetros de la pantalla y hacer revisiones ópticas periódicas.