El consumo excesivo de alcohol puede causar dependencia física o psicológica y afectar la salud física, mental y social de una persona. El alcoholismo se considera una enfermedad que no solo afecta al individuo, sino que también tiene efectos colaterales que repercuten en su familia y sociedad. Ingerir demasiado alcohol regularmente puede provocar enfermedades como gastritis, hepatitis, cirrosis hepática, hipertensión arterial, fibrilación auricular e infartos.