1. COLEGIO DE BACHILLERES DEL ESTADO
DE BAJA CALIFORNIA
-PLANTEL MEXICALI-
ESTRATEGIAS DE LECTURA Y REDACCION I
“PORTAFOLIO DE EVIDENCIAS”
508
SALAZAR LOPEZ KARIME ALEXA
OJEDA AREVALO MARIA SILVIA
MEXICALI, B.C. A JUEVES 19 DE SEPTIEMBRE DEL 2013
3. ACTIVIDAD 1
Contesta las siguientes preguntas.
1.- ¿Qué es la lectura?
Es una forma de proporcionarnos información así como llevarnos a una
experiencia diferente.
2.- ¿Cuáles son las ventajas de la lectura?
Aprender, informarnos y usar nuestra imaginación.
3.- ¿Qué te ha proporcionado la lectura?
Mucho aprendizaje y emociones.
4. ACTIVIDAD 2
Lee las experiencias de las páginas 3-9 y has una reflexión.
En reflexión de esta lectura me doy cuenta que cada persona que sale
en esta lectura disfruta mucho leer aunque tenga tiempo o no, siempre
leen por que es mi importante y deja un enriquecimiento hacia la
persona de temas muy diversos que te hacen reflexionar pensar y
actuar acerca de la vida y de las acciones que tomamos o
simplemente la lectura nos transporta a diferentes épocas y
emocionantes historias.
5. ACTIVIDAD 3
Lee los componentes de la lectura, la comprensión y sus condiciones. Posteriormente
realiza la lectura del texto “sangre artificial” sobre los avances tecnológicos y realiza un
mapa conceptual y explícalo a un compañero en clase.-Componentes de la lectura.
COMPONENTES DE LA
LECTURA
SON
EL ACCESO
LEXICO
LA
COMPRENSION
ES EL
EL MÁS ELEMENTAL
ES EL NIVEL SUPERIOR
Proceso de reconocer
una palabra como
tal. Este proceso
comienza con la
percepción visual.
Una vez que se han
percibido los rasgos
gráficos puede ocurrir
un acceso léxico
directo, cuando nos
encontramos con una
palabra familiar que
reconocemos de un
solo golpe de vista; o
bien un acceso léxico
indirecto, cuando nos
encontramos términos
desconocidos o
difíciles de leer.
COMPRENSION
DE LAS
PROPOSICIONES
DE TEXTO
A LAS
Proposiciones se les
considera las unidades
de significado y son
una afirmación
abstracta acerca de
una persona u objeto.
La comprensión de las
proposiciones se
realiza a partir de la
conjunción de los
elementos textuales y
de los elementos
subjetivos.
LA COMPRENSION
ES EL DE LA
IJNTEGRACION DE
LA INFORMACION
SUMINISTRADA POR
EL TEXTO.
CONSISTE
Consiste en ligar
una
proposiciones
con otras para
formar una
representación
coherente de lo
que se esta
leyendo como un
todo.
6. ACTIVIDAD 4
Leer texto “El arte de la guerra” y realizar una reseña.
Para los estados es importante estar en capacidad de imponer su
voluntad sobre otro, bien sea por medio de la diplomacia o una vez que
esta falle, por medio de la guerra. La guerra es un asunto de
importancia para los estados, algo para lo cual deben estar
preparados. El estudio o análisis de la guerra efectuado por Sun Tzu es
posiblemente la primera referencia para la planeación y ejecución de
operaciones de forma organizada e inteligentemente utilizada por los
gobernantes y generales para intentar obtener el éxito en el intento de
imponer su voluntad sobre el otro por medio del poder militar. La guerra
es la mejor forma de liberar violencia y sufrimiento, para Sun Tzu es más
importante derrotar al enemigo “sin luchar” con el, atacar su voluntad
de lucha y conocerle muy bien para tomar ventaja de sus debilidades
con el fin de tomar ventaja de ello, logrando atacar puntos específicos
sin necesidad de infligir más daño del necesario y obtener la victoria.
La guerra permite la supervivencia de un estado, bien sea porque
impone su voluntad a otro estado o se defiende contra la agresión de
otro. Debe efectuarse un análisis desde ambos lados de la
mesa contemplada los siguientes factores: la moral, el clima, el terreno,
el mando y la doctrina. Este análisis permite en cierta forma determinar
el rumbo de la confrontación, aquel que los maneja o domina es quien
tendrá más posibilidades de vencer, el que no, es el que tendrá más
posibilidades de sufrir la derrota.
La agilidad de la maniobra, la rapidez para atacar las vulnerabilidades
del enemigo, permite terminar con la confrontación lo más rápido
posible, los conflictos demasiado prolongados no producen ningún
beneficio. Poder lograr esto como sabemos requiere de
un conocimiento previo del enemigo, la visualización de la
confrontación desde ambos lados para poder actuar, pero algo muy
importante para poder asegurar que mi ataque tendrá el éxito
esperado es mi capacidad de inducir al enemigo a una posición de
desventaja, lo cual es facilitado mediante el engaño.
8. ACTIVIDAD 1
-Lectura rápida “Noche de los feos” Mario Benedetti; transcribir.
Ambos somos feos. Ni siquiera vulgarmente feos. Ella tiene un pómulo hundido. Desde
los ocho años, cuando le hicieron la operación. Mi asquerosa marca junto a la boca
viene de una quemadura feroz, ocurrida a comienzos de mi adolescencia.
Tampoco puede decirse que tengamos ojos tiernos, esa suerte de faros de justificación
por los que a veces los horribles consiguen arrimarse a la belleza. No, de ningún modo.
Tanto los de ella como los míos son ojos de resentimiento, que sólo reflejan la poca o
ninguna resignación con que enfrentamos nuestro infortunio. Quizá eso nos haya
unido. Tal vez unido no sea la palabra más apropiada. Me refiero al odio implacable
que cada uno de nosotros siente por su propio rostro.
Nos conocimos a la entrada del cine, haciendo cola para ver en la pantalla a dos
hermosos cualesquiera. Allí fue donde por primera vez nos examinamos sin simpatía
pero con oscura solidaridad; allí fue donde registramos, ya desde la primera ojeada,
nuestras respectivas soledades. En la cola todos estaban de a dos, pero además eran
auténticas parejas: esposos, novios, amantes, abuelitos, vaya uno a saber. Todos -de la
mano o del brazo- tenían a alguien. Sólo ella y yo teníamos las manos sueltas y
crispadas.
Nos miramos las respectivas fealdades con detenimiento, con insolencia, sin
curiosidad. Recorrí la hendidura de su pómulo con la garantía de desparpajo que me
otorgaba mi mejilla encogida. Ella no se sonrojó. Me gustó que fuera dura, que
devolviera mi inspección con una ojeada minuciosa a la zona lisa, brillante, sin barba,
de mi vieja quemadura.
Por fin entramos. Nos sentamos en filas distintas, pero contiguas. Ella no podía mirarme,
pero yo, aun en la penumbra, podía distinguir su nuca de pelos rubios, su oreja fresca
bien formada. Era la oreja de su lado normal.
Durante una hora y cuarenta minutos admiramos las respectivas bellezas del rudo
héroe y la suave heroína. Por lo menos yo he sido siempre capaz de admirar lo lindo.
Mi animadversión la reservo para mi rostro y a veces para Dios. También para el rostro
de otros feos, de otros espantajos. Quizá debería sentir piedad, pero no puedo. La
verdad es que son algo así como espejos. A veces me pregunto qué suerte habría
corrido el mito si Narciso hubiera tenido un pómulo hundido, o el ácido le hubiera
quemado la mejilla, o le faltara media nariz, o tuviera una costura en la frente.
La esperé a la salida. Caminé unos metros junto a ella, y luego le hablé. Cuando se
detuvo y me miró, tuve la impresión de que vacilaba. La invité a que charláramos un
rato en un café o una confitería. De pronto aceptó.
La confitería estaba llena, pero en ese momento se desocupó una mesa. A medida
que pasábamos entre la gente, quedaban a nuestras espaldas las señas, los gestos de
asombro. Mis antenas están particularmente adiestradas para captar esa curiosidad
enfermiza, ese inconsciente sadismo de los que tienen un rostro corriente,
milagrosamente simétrico. Pero esta vez ni siquiera era necesaria mi adiestrada
intuición, ya que mis oídos alcanzaban para registrar murmullos, tosecitas, falsas
carrasperas. Un rostro horrible y aislado tiene evidentemente su interés; pero dos
fealdades juntas constituyen en sí mismas un espectáculos mayor, poco menos que
coordinado; algo que se debe mirar en compañía, junto a uno (o una) de esos bien
parecidos con quienes merece compartirse el mundo.
9. Nos sentamos, pedimos dos helados, y ella tuvo coraje (eso también me gustó) para
sacar del bolso su espejito y arreglarse el pelo. Su lindo pelo.
"¿Qué está pensando?", pregunté.
Ella guardó el espejo y sonrió. El pozo de la mejilla cambió de forma.
"Un lugar común", dijo. "Tal para cual".
Hablamos largamente. A la hora y media hubo que pedir dos cafés para justificar la
prolongada permanencia. De pronto me di cuenta de que tanto ella como yo
estábamos hablando con una franqueza tan hiriente que amenazaba traspasar la
sinceridad y convertirse en un casi equivalente de la hipocresía. Decidí tirarme a
fondo.
"Usted se siente excluida del mundo, ¿verdad?"
"Sí", dijo, todavía mirándome.
"Usted admira a los hermosos, a los normales. Usted quisiera tener un rostro tan
equilibrado como esa muchachita que está a su derecha, a pesar de que usted es
inteligente, y ella, a juzgar por su risa, irremisiblemente estúpida."
"Sí."
Por primera vez no pudo sostener mi mirada.
"Yo también quisiera eso. Pero hay una posibilidad, ¿sabe?, de que usted y yo
lleguemos a algo."
"¿Algo cómo qué?"
"Como querernos, caramba. O simplemente congeniar. Llámele como quiera, pero
hay una posibilidad."
Ella frunció el ceño. No quería concebir esperanzas.
"Prométame no tomarme como un chiflado."
"Prometo."
"La posibilidad es meternos en la noche. En la noche íntegra. En lo oscuro total. ¿Me
entiende?"
"No."
"¡Tiene que entenderme! Lo oscuro total. Donde usted no me vea, donde yo no la vea.
Su cuerpo es lindo, ¿no lo sabía?"
Se sonrojó, y la hendidura de la mejilla se volvió súbitamente escarlata.
"Vivo solo, en un apartamento, y queda cerca."
Levantó la cabeza y ahora sí me miró preguntándome, averiguando sobre mí,
tratando desesperadamente de llegar a un diagnóstico.
10. "Vamos", dijo.
No sólo apagué la luz sino que además corrí la doble cortina. A mi lado ella respiraba.
Y no era una respiración afanosa. No quiso que la ayudara a desvestirse.
Yo no veía nada, nada. Pero igual pude darme cuenta de que ahora estaba inmóvil,
a la espera. Estiré cautelosamente una mano, hasta hallar su pecho. Mi tacto me
transmitió una versión estimulante, poderosa. Así vi su vientre, su sexo. Sus manos
también me vieron.
En ese instante comprendí que debía arrancarme (y arrancarla) de aquella mentira
que yo mismo había fabricado. O intentado fabricar. Fue como un relámpago. No
éramos eso. No éramos eso.
Tuve que recurrir a todas mis reservas de coraje, pero lo hice. Mi mano ascendió
lentamente hasta su rostro, encontró el surco de horror, y empezó una lenta,
convincente y convencida caricia. En realidad mis dedos pasaron muchas veces
sobre sus lágrimas.
Entonces, cuando yo menos lo esperaba, su mano también llegó a mi cara, y pasó y
repasó el costurón y el pellejo liso, esa isla sin barba de mi marca siniestra.
Lloramos hasta el alba. Desgraciados, felices. Luego me levanté y descorrí la cortina
doble.
FIN
11. ACTIVIDAD 2
Lleva a clase dos textos cortos para leer en voz alta (fabula y cuento).
-CUENTO:
El lobo y el perro.
En un bosque muy lejano un pobre Lobo, iba arrastrando su pobre cuerpo en busca de
algo con lo que poder alimentarse. Al llegar a un claro, se encontró con un precioso y
orondo Perro, al que se acercó rápidamente para conocer su secreto.
-Oye perro-dijo el Lobo- ¿Cómo has conseguido esa saludable apariencia?
-Trabajando muy duro para mi dueño.
-Vaya ¿y no tendrá tu amo un hueco en su casa para mí?
-No creo que tenga nada para ti, pero sí que conozco un lugar en el que necesitan a
alguien de tus características. Acompáñame de vuelta a casa y con gusto te llevaré a
tu nuevo hogar, en el que no habrá de faltarte bocado si cumples con tu cometido.
-Suena muy bien Perro. ¿Cuál será mi trabajo?
-Depende de lo que tu dueño necesite, ya que en cada época del año suelen
asignarte una nueva labor, pero fundamentalmente tendrás que defender la
propiedad y evitar que entren en casa gentes extrañas.
-Creo que podré hacerlo a la perfección.
Contento con la certeza de poder volver a llenar su estómago de comida, marchó
feliz junto al perro de vuelta a casa. Mientras continuaban su alegre conversación, el
Lobo se dio cuenta de un extraño elemento.
-Amigo Perro, te he estado observando y he visto que llevas algo en el cuello ¿podrías
decirme que es?
- ¿Esto?- dijo señalando su cuello- Tan solo es el collar con el que mi dueño me agarra
a la cadena.
-¿Una cadena? –preguntó el Lobo muy sorprendido- Acaso pretendes decir que no
tienes libertad para moverte a donde gustes.
- Hay algunas veces que sí y otras que no. ¿Por qué te interesa tanto saberlo?
-Pues yo soy un animal que goza de la libertad y si para poder comer todos los días,
he de renunciar a ella, prefiero morir de hambre antes de verme preso.
Y tras decir esto, sacó las pocas fuerzas que le quedaban para volver a huir al bosque.
-FABULA:
El perro y el carnicero
Penetró un perro en una carnicería, y notando que el carnicero estaba muy ocupado
con sus clientes, cogió un trozo de carne y salió corriendo. Se volvió el carnicero, y
viéndole huir, y sin poder hacer ya nada, exclamó:
- ¡Oye amigo! allí donde te encuentre, no dejaré de mirarte!
Moraleja: No esperes a que suceda un accidente para pensar en cómo evitarlo.