2. Ponga en un lugar de trabajo -mejor en un recinto más bien cerrado – a una persona repleta de
complejos, pero incapaz de reconocerlos, analizarlos y curarlos.
Añádale una visión distorsionada de la realidad por culpa de esa importante merma en su personalidad,
hasta el punto de no poder evitar querer eliminar de su alrededor a todo aquel que sea independiente o
sobresalga en algo.
Aderece la situación con un importante toque egocéntrico o narcisista y tan enfermo y cobarde, que cada
una de sus acciones ilícitas y hasta ilegales las cometerá en silencio y maquiavélicamente, sin dejar
huellas.
A voluntad (no es indispensable, pero el “pastel mobbing” queda más jugoso con ese toque maestro),
adjudíquele, (…) la peor de las armas, o sea el poder, o en términos culinarios, haga que sólo él tenga
“la sartén por el mango”
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3. ponga en otro lugar a una persona confiada, inocente, y a veces, hasta
dependiente de aprobación de los demás, aunque “nunca se case con nadie”.
A voluntad, añádale uno, o varios de estos ingredientes:
creatividad, profesionalidad, brillantez, coeficiente intelectual elevado, solidaridad,
popularidad, honestidad, independencia y un importante sentido de la justicia.
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4. Por último, “ponga la guindilla” con un grupo de sujetos avariciosos, mezquinos y tan
ansiosos de poder que, por definición, siempre van a apoyar e intentar colocarse -
quizás ya estén colocados entre el grupo de familia o amigos- al lado del más fuerte,
sin pararse a pensar si es corrupto, enfermo o déspota.
Mézclelos con otro grupo de sujetos temerosos, débiles emocionalmente o demasiado
dependientes económica, social o profesionalmente del déspota.
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5. Es indispensable que todos estos ingredientes se mezclen y cuezan lenta, muy lentamente,
lentísimamente, más bien.
Mezcle primero al narcisista con el inocente, pero ayúdese impulsándose con “la masa” de los
mezquinos.
Deje que el egocéntrico vaya macerando veneno con las cualidades de aquél, hasta que haga todo
lo posible (y todo, es TODO), por quitarlo de en medio.
Permita que mudos y muertos de miedo, presencien todo tipo de barbaridades (…)
Sírvase, siempre que sea posible, en la fuente de una estructura obsoleta, y tan jerárquica, que
saque ¡Buen Provecho! haciendo oídos sordos a la situación.
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6. ROSA PEÑASCO VELASCO
Cualquiera puede preguntarse por qué no existía un libro como éste si la
Universidad, su profesorado, las víctimas del mobbing y en general todos
nosotros, lo estábamos pidiendo a gritos
Claro que, si lo pensamos bien, su autora tenía que ser profesora de
universidad, conocer todos los entresijos de la misma y haber sido y
sintiéndolo mucho por ella - víctima del mobbing universitario para, de este
modo, haber sentido en su propia piel la indefensión, la injusticia, la
impotencia y el desamparo. Además, y como buena víctima del mobbing,
debía ser solidaria, brillante y creativa hasta el punto de estar dotada con el
don de la escritura y la palabra.
Rosa Peñasco, la autora ideal para escribir esta obra, convierte una realidad indigesta como el mobbing
universitario en un ensayo claro y denunciante. Con un estilo fluido y ameno, ha sabido reunir y manejar
con soltura testimonios, doctrina, prensa, estadísticas y otros soportes.
Su humano e irónico corazón no sólo es capaz de mofarse de una realidad oscura a través de un Glosario
sarcástico-universitario, sino de dedicar algunas joyas a los acusadores (¿Y no será que eres tú el necio, si
presumiendo de sabio, tratas al necio, que no es necio, con desprecio?), a los entresijos de la Universidad
(¿Funcionamiento de la Universidad? ¡No sé si funciona o miento!), a las leyes que la regulan (La libertad
de cátedra, es un poder como una catedral que concede la ley sólo a los catedráticos) y a sus dirigentes que
abandonan a las víctimas de mobbing (los rectos de la Universidad) para terminar exorcizando el dolor de
los acosados universitarios a través del humor: ¿Por qué en el sorteo universitario, en vez de tocarnos la
pedrea, tuvieron que apedrearnos?.
Fuente.
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