Los astures vivían en poblados fortificados llamados castros en Asturias durante la Edad de Bronce y Hierro. Algunos castros notables son el Castro de San Chuis en Allande y el Castro de Santa Cruz con su capilla. Las murallas, fosos y torres se usaban para defenderse en los castros, que generalmente tenían una entrada. Se cree que la mayoría de los castros asturianos fueron conquistados pacíficamente por los romanos.