El documento analiza el impacto mediático del secuestro y asesinato del periodista estadounidense James Foley a manos del Estado Islámico en 2014. Aplica diferentes teorías de las audiencias para examinar cómo los espectadores experimentaron sensaciones de horror y tristeza, y ganaron conciencia sobre los riesgos para los periodistas y la brutalidad del EI. También explora cómo las audiencias árabes respondieron al caso con apoyo a la familia de Foley pero también escepticismo sobre la influencia de Estados Unidos.