Tal vez ya le sucedió alguna vez o, quizás, le pase con cierta
frecuencia en su consultorio. Toparse con
un paciente que puede estar siendo abusado sexualmente es una experiencia muy
impactante y que implica una gran responsabilidad. Saber reaccionar y accionar
profesionalmente puede ser vital para el
menor en riesgo. En cambio, no estar preparado para el momento puede resultar
en un costo demasiado elevado.
Tal vez ya le sucedió alguna vez o, quizás, le pase con cierta
frecuencia en su consultorio. Toparse con
un paciente que puede estar siendo abusado sexualmente es una experiencia muy
impactante y que implica una gran responsabilidad. Saber reaccionar y accionar
profesionalmente puede ser vital para el
menor en riesgo. En cambio, no estar preparado para el momento puede resultar
en un costo demasiado elevado.
Hoy estudiaremos el perfil psicológico de la persona que llega a abusar sexualmente de los niños: Un problema que se observa en muchas familias alrededor del mundo.
¿Cómo es una persona que se comporta sexualmente de una forma desviada hacia los niños? ¿Cómo actúa? ¿Cuáles son sus estrategias? ¿Qué tipo de problemas está enfrentando y cómo se observa esto en el entorno familiar?
¿Por qué abordar este tema? Quiero antes que todo, dar las razones: En primer lugar lo hacemos por prevención.
La violación sexual puede ser prevenida. La prevención en base a la comunicación es lo más importante, para delimitar, parar y frenar este tipo de conductas; una buena relación entre los padres y los hijos, una excelente vía de comunicación, unos lazos afectivos donde se pueda explayar en sus sentimientos y conversar con otra persona en una forma muy sincera, puede ser una estrategia de prevención con una alta calidad y probabilidad de detener este tipo de delitos. La prevención es una de nuestras grandes motivaciones para hablar sobre este tema.
Los abusadores sexuales, son aquellos que perpetúan este tipo de delitos a los niños, por lo general no son gente extraña a nuestros hijos, son gente común, conocida o aquellos a quienes los niños les tienen la mayor confianza.
Muchas veces el enemigo está dentro de la casa, - y no es para que vivamos en un estado paranoico- no debemos estar temiendo por cada persona que se acerca a nuestro hogar, sino simplemente para que tomemos las medidas necesarias para que esto no ocurra y sobre todo tengamos los vínculos afectivos y lazos de comunicación afectivos, para que en el momento en que se pudiera dar alguna anormalidad seamos los padres aquellos que tenemos la responsabilidad de proteger y cuidar a nuestros hijos: los primeros que detectemos que algo está sucediendo en la vida de nuestros hijos.
Una amplia discusión existe en torno a los abusadores sexuales, especialmente en relación a lograr establecer un perfil que permita reconocerlos fácilmente para de esa manera actuar en la prevención del abuso sexual. El objetivo de la presente revisión es dar una visión general de las características de los abusadores sexuales y revisar brevemente las diferentes teorías que se han desarrollado en torno al abuso sexual, modelos teóricos que podrían explicar el abuso sexual infantil.
También se revisan los diferentes tratamientos que se han aplicado a los abusadores sexuales para impedir que éstos reincidan en el abuso sexual.
Hoy estudiaremos el perfil psicológico de la persona que llega a abusar sexualmente de los niños: Un problema que se observa en muchas familias alrededor del mundo.
¿Cómo es una persona que se comporta sexualmente de una forma desviada hacia los niños? ¿Cómo actúa? ¿Cuáles son sus estrategias? ¿Qué tipo de problemas está enfrentando y cómo se observa esto en el entorno familiar?
¿Por qué abordar este tema? Quiero antes que todo, dar las razones: En primer lugar lo hacemos por prevención.
La violación sexual puede ser prevenida. La prevención en base a la comunicación es lo más importante, para delimitar, parar y frenar este tipo de conductas; una buena relación entre los padres y los hijos, una excelente vía de comunicación, unos lazos afectivos donde se pueda explayar en sus sentimientos y conversar con otra persona en una forma muy sincera, puede ser una estrategia de prevención con una alta calidad y probabilidad de detener este tipo de delitos. La prevención es una de nuestras grandes motivaciones para hablar sobre este tema.
Los abusadores sexuales, son aquellos que perpetúan este tipo de delitos a los niños, por lo general no son gente extraña a nuestros hijos, son gente común, conocida o aquellos a quienes los niños les tienen la mayor confianza.
Muchas veces el enemigo está dentro de la casa, - y no es para que vivamos en un estado paranoico- no debemos estar temiendo por cada persona que se acerca a nuestro hogar, sino simplemente para que tomemos las medidas necesarias para que esto no ocurra y sobre todo tengamos los vínculos afectivos y lazos de comunicación afectivos, para que en el momento en que se pudiera dar alguna anormalidad seamos los padres aquellos que tenemos la responsabilidad de proteger y cuidar a nuestros hijos: los primeros que detectemos que algo está sucediendo en la vida de nuestros hijos.
Una amplia discusión existe en torno a los abusadores sexuales, especialmente en relación a lograr establecer un perfil que permita reconocerlos fácilmente para de esa manera actuar en la prevención del abuso sexual. El objetivo de la presente revisión es dar una visión general de las características de los abusadores sexuales y revisar brevemente las diferentes teorías que se han desarrollado en torno al abuso sexual, modelos teóricos que podrían explicar el abuso sexual infantil.
También se revisan los diferentes tratamientos que se han aplicado a los abusadores sexuales para impedir que éstos reincidan en el abuso sexual.
1. Abuso sexual infantil
• Trabajo de
Anny selef assia
• Grado
9*07
• Profesora
Yoleida martines
2. El abuso sexual infantil
• El abuso sexual constituye una experiencia traumática y es vivido
por la víctima como un atentado contra su integridad
física y psicológica, y no tanto contra su sexo, por lo que constituye
una forma más de victimización en la infancia, con secuelas
parcialmente similares a las generadas en casos de maltrato físico,
abandono emocional, etc. Si la víctima no recibe un tratamiento
psicológico adecuado, el malestar puede continuar incluso en la
edad adulta.
• En su mayoría, los abusadores son varones (entre un 80 y un 95%
de los casos) heterosexuales que utilizan la confianza y familiaridad,
y el engaño y la sorpresa, como estrategias más frecuentes para
someter a la víctima. La media de edad de la víctima ronda entre los
8 y 12 años (edades en las que se producen un tercio de todas las
agresiones sexuales). El número de niñas que sufren abusos es
entre 1,5 y 3 veces mayor que el de niños
3. Concepto
• La definición de «abuso sexual a menores» puede realizarse desde dos
ópticas: la jurídica y la psicológica, que no siempre coinciden, por cuanto
la valoración jurídica de esas conductas sexuales está condicionada por el
criterio objetivable del grado de contacto físico entre los órganos sexuales
de agresor y víctima, algo que no necesariamente correlaciona con la
variación en el grado de trauma psicológico
• Desde el punto de vista jurídico, los abusos sexuales a menores se han
concretado en figuras tales como la «violación», el «abuso deshonesto», y
«estupro».
• Desde un punto de vista psicológico, no existe unanimidad entre los
especialistas a la hora de definir con precisión el concepto de «abuso
sexual a menores»; los aspectos que diferencian unas definiciones de
otras son, entre otros, los siguientes:
• la necesidad o no de que haya coacción o sorpresa por parte del abusador
hacia el menor. Para muchos autores, la mera relación sexual entre un
adulto y un menor ya merece ese calificativo, por cuanto se considera que
ha mediado un «abuso de confianza» para llegar a ella.
4. Terminología
• La bibliografía especializada utiliza el término «abuso sexual»
(«abuso sexual en la infancia», «abuso sexual a menores», «abuso
sexual a niños», etc.) para referirse a este concepto.
• Por su parte, en el lenguaje común es designado también con el
nombre de «pederastia».Igualmente, también es posible entender
la palabra «pederastia» como sinónima de «pedofilia».1
• Al que comete el abuso se le identifica con el nombre de «agresor
sexual» o «abusador» («abusador de menores», «abusador de
niños», etc.).
• Históricamente, la «pederastia»
(del griego παιδεραςτία, paiderastía (siendo país o paidós: ‘muchac
ho’ o ‘niño’; y eraste: ‘amante’) no ha sido asociada necesariamente
al abuso. En la Antigua Grecia, por ejemplo, era la simple relación
entre un adolescente y un adulto
5. Extensión del problema
• La relativa imprecisión del concepto de «abuso sexual» es el primero de
una serie de factores que impiden una identificación precisa del alcance
del problema dentro de la sociedad actual, por cuanto por su
identidad tabú favorece su ocultamiento y silenciamiento. En segundo
lugar, es un problema también que la mayoría de lo abusos se produzcan
sin testigos, por lo que la única vía para su revelación sea el testimonio de
la víctima. En tercer lugar, la condición de menor de esta implica que
pocos casos sean los denunciados, ya sea por su incapacidad para
comunicarlos, ya por el miedo que sienten, ya por no ser conscientes de
haber sido sometidos a algo catalogable como «abusos». En cuarto lugar,
dado que la mayoría de estos abusos se cometen en el interior de las
familias o de círculos muy próximos al menor, es frecuente que se creen
estrategias de ocultamiento extraordinariamente eficaces.
• De acuerdo con lo anterior, la realización de estudios o encuestas
encaminadas a determinar la extensión de la práctica de abusos sexuales
está condicionada por múltiples factores, lo que obliga a tomar sus
resultados con cierta cautela.
6. Derecho constitucional
• También en el ámbito internacional se han desarrollado
instrumentos que dentro de la protección general de la niñez hacen
especial hincapié en el cuidado frente a los abusos sexuales:
• Convención Americana sobre Derechos Humanos
• Artículo 19. Todo niño tiene derecho a las medidas de protección
que su condición de menor requieren por parte de su familia, de la
sociedad y del estado.
• Convención Iberoamericana de Derechos de la Juventud
• Artículo 11.Derecho a la protección contra el abuso sexual. Los
Estados partes adoptarán las medidas que sean necesarias para
evitar que la explotación, el abuso o el turismo sexual o de
cualquier otro tipo de violencia o malos tratos de los jóvenes y
promoverá la recuperación física, psicológica y económica de las
víctimas
7. prevenciones
• Prevenir el abuso sexual infantil es una tarea difícil para las
madres, padres, cuidadores, y la sociedad en general. Las madres y
padres y demás adultos cercanas al/la niña, antes de saber el grado
de equivocación con el que hacen las cosas, han de tener la
oportunidad de hacerlas bien. Las madres y padres a menudo
ignoran el modo en el que han de enfrentarse al cuidado de sus
hijos y sus necesidades lo que hará que el/la niña sea un aprendiz a
través de ensayos y errores.
• . Antes de considerar medidas preventivas más directas, las madres
y padres deben primero promocionar el buen trato a los niñas. Es
decir, reconocer al/la niña como persona y sus derechos, respetar el
desarrollo evolutivo de la/el niña, establecer empatía y
comunicación efectiva con él/ella, crear un vínculo afectivo e
interactivo, y resolver sus problemas de una forma positiva y no
violenta.
8. La vergüenza y el silencio
• Generalmente culpamos a las autoridades preventoras y judiciales del
fracaso en las investigaciones de este tipo de delitos y sin embargo el poco
éxito es atribuible al manejo que suelen hacer el grupo familiar o las
personas que rodean a la pequeña víctima.
Los grandes conspiradores suelen ser el silencio, el temor a la reacción del
entorno , la culpa - creyendo que "algo tuvimos que ver" para que esto
ocurriera- y la vergüenza. Esto hace que suelan ocurrir lapsos prolongados
entre la comisión del delito y su exteriorización pues en gran porcentaje
de casos recién ocurre cuando existen múltiples reiteraciones o reacciones
que no pueden ocultarse como lesiones visibles o embarazo.
. Si el abuso sexual es intrafamiliar el descreimiento del resto de la familia
se suma a los aspectos ya mencionados. Decimos esto para demostrar que
la primera respuesta al interrogante que nos propusimos es, sin duda
EDUCAR. Sólo mediante la EDUCACIÓN venceremos el primer obstáculo y
esto es, que la víctima comunique a su núcleo más confiable- que no
siempre coincide con los familiares más próximos- lo ocurrido.
.