El documento describe dos rebeliones en el siglo XVIII en Sudamérica contra las reformas borbónicas que aumentaron los impuestos y dieron más poder a los peninsulares: la rebelión de Túpac Amaru en el área andina del Perú en 1780-1781 y la rebelión de los comuneros en el Virreinato de Nueva Granada en 1781. Aunque anticiparon la revolución posterior, estas rebeliones no cuestionaron el vínculo colonial ni incluyeron la independencia entre sus reclamos, y ambas fueron duramente sofocadas.