1) La carta pastoral anuncia el inicio de un Año de Reflexión Eclesial para que el Pueblo de Dios medite sobre el misterio de la Iglesia y su situación actual ante los grandes cambios en el mundo.
2) Explica que desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia ha experimentado un profundo proceso de renovación para estar más en diálogo con el mundo, aunque esto también ha traído nuevas tensiones.
3) Invita a los fieles a tomar conciencia de los valores ganados con estos cambios, como la
La carta pastoral describe el proceso de cambio que está experimentando la Iglesia y anuncia el inicio de un Año de Reflexión Eclesial. Explica que el mundo y la Iglesia están en constante cambio debido a factores como el Concilio Vaticano II. Algunos cambios incluyen una mayor apertura al diálogo y compromiso con problemas sociales, revisión de la teología y espiritualidad tradicional, y cuestionamiento de estructuras institucionales. El objetivo del año de reflexión es que el pueblo de Dios tome
Este documento es el decreto "Apostolicam Actuositatem" del Concilio Vaticano II sobre el apostolado de los laicos. Resume que todos los cristianos, incluidos los laicos, están llamados a participar en la misión de la Iglesia a través del apostolado. Los laicos obtienen el derecho y la obligación del apostolado por su unión con Cristo a través del bautismo y la confirmación. Para ejercer su apostolado, los laicos deben nutrir su vida espiritual a través de la liturgia y viv
Porta fidei carta apostólica donde se convoca el año de la feFamilias_SRL
Este documento anuncia la convocatoria de un Año de la Fe desde octubre de 2012 hasta noviembre de 2013 para redescubrir y reafirmar la fe en un contexto de crisis y escepticismo. El Papa Benedicto XVI busca promover un renovado compromiso con la fe a través de la reflexión sobre los textos del Concilio Vaticano II y el Catecismo, así como a través de la conversión personal y el testimonio de vida de los creyentes.
Carta apostólica donde se convoca el año de la feFamilias_SRL
Este documento anuncia el Año de la Fe, que se celebrará del 11 de octubre de 2012 al 24 de noviembre de 2013 para conmemorar el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II y los 20 años de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica. El Papa Benedicto XVI convoca este año especial para reavivar la fe en un mundo cada vez más secularizado y ayudar a los creyentes a profesar su fe de manera más consciente y comprometida.
Este documento presenta orientaciones teológicas y pastorales sobre la Renovación Carismática Católica. Explica que la Renovación se originó en 1967 en Estados Unidos y se ha extendido a nivel mundial, renovando la vida de muchos creyentes a través de una relación personal con Jesús y el Espíritu Santo. También destaca que la Renovación busca fortalecer la comunión eclesial y la adhesión a la Iglesia. El fundamento teológico de la Renovación es trinitario, basado en la vida intr
Este documento es una carta apostólica del Papa Francisco sobre la vida consagrada. Habla de vivir el pasado con gratitud, recordando el inicio y desarrollo de las obras con carisma, vivir el presente con pasión siguiendo la guía del Espíritu Santo, y abrazar el futuro con esperanza confiando en Dios más que en números u obras. También destaca la importancia de la vida común y la caridad entre los miembros de comunidades religiosas.
El documento convoca el Año de la Fe desde el 11 de octubre de 2012 hasta el 24 de noviembre de 2013 para conmemorar el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II y los 20 años de la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica. Propone redescubrir los contenidos de la fe a través de los documentos del Concilio Vaticano II y del Catecismo, fortalecer la profesión pública de fe y el testimonio de vida cristiana.
Este documento describe la Renovación Carismática Católica, incluyendo su origen, definiciones dadas por los Papas, características y relación con Pentecostés. Surge espontáneamente en 1966 cuando profesores católicos reciben el bautismo en el Espíritu Santo. Los Papas lo han definido como un don del Espíritu que actualiza la gracia de Pentecostés, un acontecimiento espiritual y una de las gracias del Concilio Vaticano II. Presenta las mismas características de Pentecostés
La carta pastoral describe el proceso de cambio que está experimentando la Iglesia y anuncia el inicio de un Año de Reflexión Eclesial. Explica que el mundo y la Iglesia están en constante cambio debido a factores como el Concilio Vaticano II. Algunos cambios incluyen una mayor apertura al diálogo y compromiso con problemas sociales, revisión de la teología y espiritualidad tradicional, y cuestionamiento de estructuras institucionales. El objetivo del año de reflexión es que el pueblo de Dios tome
Este documento es el decreto "Apostolicam Actuositatem" del Concilio Vaticano II sobre el apostolado de los laicos. Resume que todos los cristianos, incluidos los laicos, están llamados a participar en la misión de la Iglesia a través del apostolado. Los laicos obtienen el derecho y la obligación del apostolado por su unión con Cristo a través del bautismo y la confirmación. Para ejercer su apostolado, los laicos deben nutrir su vida espiritual a través de la liturgia y viv
Porta fidei carta apostólica donde se convoca el año de la feFamilias_SRL
Este documento anuncia la convocatoria de un Año de la Fe desde octubre de 2012 hasta noviembre de 2013 para redescubrir y reafirmar la fe en un contexto de crisis y escepticismo. El Papa Benedicto XVI busca promover un renovado compromiso con la fe a través de la reflexión sobre los textos del Concilio Vaticano II y el Catecismo, así como a través de la conversión personal y el testimonio de vida de los creyentes.
Carta apostólica donde se convoca el año de la feFamilias_SRL
Este documento anuncia el Año de la Fe, que se celebrará del 11 de octubre de 2012 al 24 de noviembre de 2013 para conmemorar el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II y los 20 años de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica. El Papa Benedicto XVI convoca este año especial para reavivar la fe en un mundo cada vez más secularizado y ayudar a los creyentes a profesar su fe de manera más consciente y comprometida.
Este documento presenta orientaciones teológicas y pastorales sobre la Renovación Carismática Católica. Explica que la Renovación se originó en 1967 en Estados Unidos y se ha extendido a nivel mundial, renovando la vida de muchos creyentes a través de una relación personal con Jesús y el Espíritu Santo. También destaca que la Renovación busca fortalecer la comunión eclesial y la adhesión a la Iglesia. El fundamento teológico de la Renovación es trinitario, basado en la vida intr
Este documento es una carta apostólica del Papa Francisco sobre la vida consagrada. Habla de vivir el pasado con gratitud, recordando el inicio y desarrollo de las obras con carisma, vivir el presente con pasión siguiendo la guía del Espíritu Santo, y abrazar el futuro con esperanza confiando en Dios más que en números u obras. También destaca la importancia de la vida común y la caridad entre los miembros de comunidades religiosas.
El documento convoca el Año de la Fe desde el 11 de octubre de 2012 hasta el 24 de noviembre de 2013 para conmemorar el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II y los 20 años de la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica. Propone redescubrir los contenidos de la fe a través de los documentos del Concilio Vaticano II y del Catecismo, fortalecer la profesión pública de fe y el testimonio de vida cristiana.
Este documento describe la Renovación Carismática Católica, incluyendo su origen, definiciones dadas por los Papas, características y relación con Pentecostés. Surge espontáneamente en 1966 cuando profesores católicos reciben el bautismo en el Espíritu Santo. Los Papas lo han definido como un don del Espíritu que actualiza la gracia de Pentecostés, un acontecimiento espiritual y una de las gracias del Concilio Vaticano II. Presenta las mismas características de Pentecostés
CARTA APOSTÓLICA EN FORMA DE MOTU PROPRIO PORTA FIDEI DEL SUMO PONTÍFICE BENEDICTO XVI CON LA QUE SE CONVOCA EL AÑO DE LA FE
1. «La puerta de la fe» (cf. Hch 14, 27), que introduce en la vida de comunión con Dios y permite la entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros. Se cruza ese umbral cuando la Palabra de Dios
se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma. Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida
Este documento habla sobre los diferentes ministerios laicales en la iglesia católica, especialmente los ministros extraordinarios de la eucaristía y los lectores. Explica que estos ministerios permiten que los laicos participen activamente en las celebraciones litúrgicas y ayuden a distribuir la comunión y proclamar las lecturas. También describe los requisitos y la formación necesaria para servir en estos ministerios laicales.
Este documento resume las principales ideas y conceptos de la teología pastoral. En pocas oraciones: La misión de la Iglesia se basa en la misión conjunta de Cristo y el Espíritu Santo de revelar al Padre. La Iglesia es el sacramento de esta misión y acompaña al hombre en su camino hacia Dios. La Iglesia está formada por iglesias particulares en comunión entre sí y con la Iglesia universal, y lleva a cabo su misión a través de la acción de los ministros, fieles laicos y vida
Este documento presenta una introducción a una nueva instrucción sobre la celebración de la Eucaristía. Resalta la importancia de proteger el gran misterio de la Eucaristía a través de la observancia de las normas litúrgicas establecidas por la Iglesia. Reconoce que aunque la reforma litúrgica ha tenido ventajas, también existen sombras como abusos que dañan las celebraciones. Exhorta a evitar dichos abusos y ajustarse a las disposiciones de la autoridad eclesiá
Taller sobre la iglesia catolica 3 una y santaRoberto Polanco
Este documento describe las cuatro dimensiones que definen la naturaleza de la Iglesia según el Credo: una, santa, católica y apostólica. Explica que la Iglesia es una porque procede de la unidad de Dios en la Trinidad, y que mantiene su unidad a través de la fe, los sacramentos como la Eucaristía, y la vida comunitaria bajo la guía de los pastores. También describe cómo la Iglesia es santa por ser el cuerpo de Cristo y la esposa de Cristo, aunque
Este documento presenta un resumen de los capítulos de la Exhortación Apostólica "Pastores dabo vobis" de Juan Pablo II sobre la formación de los sacerdotes. Describe brevemente los desafíos de la formación sacerdotal en el contexto actual, la naturaleza y misión del sacerdocio ministerial, y la importancia de la vida espiritual, la configuración con Cristo y la formación permanente de los sacerdotes para servir a la Iglesia.
Este documento presenta el índice del Catecismo de la Iglesia Católica. Explica que el Catecismo tiene cuatro partes principales basadas en los pilares de la fe: la profesión de fe, los sacramentos, la vida de fe y la oración. Cada parte contiene varias secciones que desarrollan en detalle los principales aspectos de la doctrina católica sobre la fe y la moral. El Catecismo está destinado a guiar la enseñanza de la fe y la vida cristiana.
Este documento presenta indicaciones para vivir el Año de la Fe declarado por el Papa Benedicto XVI. Propone eventos a nivel universal como el Sínodo sobre la nueva evangelización, peregrinaciones a Roma y Tierra Santa, y congresos para profundizar en la fe. También recomienda estudiar los documentos del Vaticano II y el Catecismo, acoger las enseñanzas del Papa, y promover la unidad entre cristianos. El objetivo es redescubrir la fe a través de testigos y conocer mejor sus conten
Este documento presenta el prólogo y la introducción del Catecismo de la Iglesia Católica. Explica que el Catecismo tiene como objetivo presentar de manera orgánica y concisa los contenidos esenciales de la doctrina católica sobre la fe y la moral a la luz del Concilio Vaticano II y la Tradición de la Iglesia. Se dirige principalmente a los obispos y catequistas para ayudar en la enseñanza del pueblo de Dios. Su estructura se inspira en los cuatro pilares tradicional
El documento discute el concepto de sacramento según Santo Tomás de Aquino y el Magisterio de la Iglesia. Explica que los sacramentos son signos eficaces de la gracia instituidos por Cristo que causan la gracia que representan. También resume los siete sacramentos y su significado en la vida cristiana, así como la respuesta del Concilio de Trento a las objeciones protestantes sobre la naturaleza y número de los sacramentos.
1) El documento discute la relación entre el sacerdocio ministerial y el sacerdocio común de todos los fieles, señalando que el sacerdocio ministerial está al servicio del sacerdocio de todos los bautizados. 2) Examina la naturaleza del sacerdocio de Cristo, que no es como el de los sacerdotes judíos sino que se basa en su entrega y sacrificio en la cruz. 3) Describe cómo el Concilio Vaticano II presentó el sacerdocio dentro de un contexto neotestamentario en
Catecismo de la Iglesia Catolica - Vision GeneralJuan Pena
Este documento presenta una visión general del Catecismo de la Iglesia Católica. Explica que Dios se revela a los hombres a través de la Sagrada Escritura y la Tradición Apostólica. Detalla la historia, definición y estructura del Catecismo, el cual fue encargado por el Papa Juan Pablo II para presentar de manera organizada los contenidos fundamentales de la doctrina cristiana. El Catecismo ha sido traducido a varios idiomas y ha inspirado la creación de otros catecismos, como el Compend
9no. tema celebracion familiar del dia de todos los santosodecobispadoica
Desde el s. II se encuentran claros indicios del culto a los mártires de la fe cristiana. Pronto, y especialmente a partir de la paz de la Iglesia, se sintió en todas partes la necesidad de conmemorar a todos los que habían derramado la sangre por Cristo en las persecuciones: conocidos y desconocidos (…). La fiesta de todos los mártires, según S. Juan Crisóstomo, se celebraba el primer domingo después de Pentecostés; un calendario sirio del a. 412 la señala en la semana pascual; en Edesa, en cambio, según consta por un himno de S. Efrén, se celebraba el 13 de mayo, día conservado en la Iglesia bizantina. El primer domingo de Pentecostés lleva en el Leccionario romano de Würzburg (s. VI): Dominica in natale sanctorum; sin embargo, en Occidente prevaleció la fecha del 13 de mayo que los calendarios ítalo-griegos denominan Festum omnium sanctorum. ¿Fue esto lo que impulsó a Bonifacio IV a consagrar el 13 de mayo del año 610 el Pantheon de Roma en honor de la Virgen y de todos los mártires? En todo caso la conmemoración anual de esta consagración está en el origen de la fiesta de Todos los Santos.
1) El documento describe las características de la iglesia del Nuevo Testamento según el relato bíblico en Hechos 2, incluyendo su devoción a la doctrina de los apóstoles, compasión desinteresada entre sus miembros, y unidad en Cristo.
2) Explica que la iglesia neotestamentaria se puede identificar considerando su inicio histórico en el día de Pentecostés después de la resurrección de Jesús, como se describe en los Hechos.
3) Resalta la importancia de seguir los criterios
El documento trata sobre la vocación universal a la santidad en la Iglesia según los números 39 y 40 de Lumen Gentium. Establece que todos los fieles, cual sea su estado, están llamados a la santidad siguiendo el ejemplo de Cristo. Jesucristo predicó la santidad de vida y envió al Espíritu Santo para que todos amen a Dios y se amen unos a otros como Él nos amó. Al seguir sus huellas y entregarse a la gloria de Dios y al servicio del prójimo, la santidad del Pueblo de D
Convivencia Agosto Pequeñas Comunidades Eclesiales Diocesanas 2011angelbmillan
Este documento resume la segunda parte de la Exhortación Apostólica Postsinodal "Verbum Domini". Señala que las convivencias de las PCED este año estudiarán esta parte, enfocándose en los aspectos más relevantes para los miembros. Resalta la importancia de prestar atención a los discapacitados de la vista y el oído para que puedan participar activamente en la liturgia. Finalmente, enfatiza la necesidad de una formación bíblica adecuada para los cristianos, especialmente los catequistas, a fin de log
Este documento presenta una introducción a la vida consagrada, discutiendo cómo la consagración se origina en la consagración bautismal y se expresa a través de los votos de pobreza, castidad y obediencia. También explora cómo la vida consagrada enriquece a la Iglesia local y la Iglesia universal a través de la entrega de las personas consagradas en diversos ministerios y servicios. Finalmente, enfatiza que la vida consagrada ofrece un signo valioso del amor de Dios y debe ser apreciada por toda la Igles
La Renovación Carismática Católica se basa en la teología trinitaria y enfatiza la acción del Espíritu Santo en la Iglesia. El documento explora los fundamentos teológicos de la renovación, los carismas, los grupos de oración, y los frutos producidos. Los obispos concluyen que la renovación puede ayudar a la evangelización si se guía adecuadamente para evitar exageraciones y desviaciones.
Carta i iuvenescit ecclesia a los obispos de la iglesia católica.Padre Enrique Camargo
Este documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe trata sobre la relación entre los dones jerárquicos y carismáticos en la Iglesia. Explica que los carismas son dones especiales del Espíritu Santo que benefician a toda la comunidad eclesial. También describe los diferentes grupos eclesiales como movimientos y nuevas comunidades que han surgido en la Iglesia, y cómo estos expresan la acción del Espíritu Santo. El propósito del documento es recordar elementos teológicos que pueden favore
Este documento anuncia la convocatoria de un Año de la Fe desde octubre de 2012 hasta noviembre de 2013 para redescubrir y fortalecer la fe en un contexto de crisis de fe. El Papa Benedicto XVI establece este año para iluminar la alegría de la fe en Jesucristo a través de eventos como el 50 aniversario del Concilio Vaticano II y los 20 años del Catecismo de la Iglesia Católica. El objetivo es reavivar la conversión a Cristo mediante la profesión de fe y
Este documento anuncia la convocatoria de un Año de la Fe desde octubre de 2012 hasta noviembre de 2013 para redescubrir y fortalecer la fe en la Iglesia. El Papa Benedicto XVI declara que la fe necesita ser renovada en un mundo donde a menudo es negada. El Año de la Fe coincidirá con el 50 aniversario del Concilio Vaticano II y los 20 años del Catecismo de la Iglesia Católica, para iluminar la fuerza de la fe a través de estos documentos. El objetivo
Porta fide , Benedicto XVI Carta ApostolicaU.P.N.F.M
Este documento anuncia la convocatoria de un Año de la Fe por el Papa Benedicto XVI, que comenzará el 11 de octubre de 2012, coincidiendo con el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y finalizará el 24 de noviembre de 2013. El Papa desea que este año sea una oportunidad para redescubrir la fe y renovar el compromiso de la Iglesia con la evangelización a la luz de las enseñanzas del Concilio Vaticano II.
CARTA APOSTÓLICA EN FORMA DE MOTU PROPRIO PORTA FIDEI DEL SUMO PONTÍFICE BENEDICTO XVI CON LA QUE SE CONVOCA EL AÑO DE LA FE
1. «La puerta de la fe» (cf. Hch 14, 27), que introduce en la vida de comunión con Dios y permite la entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros. Se cruza ese umbral cuando la Palabra de Dios
se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma. Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida
Este documento habla sobre los diferentes ministerios laicales en la iglesia católica, especialmente los ministros extraordinarios de la eucaristía y los lectores. Explica que estos ministerios permiten que los laicos participen activamente en las celebraciones litúrgicas y ayuden a distribuir la comunión y proclamar las lecturas. También describe los requisitos y la formación necesaria para servir en estos ministerios laicales.
Este documento resume las principales ideas y conceptos de la teología pastoral. En pocas oraciones: La misión de la Iglesia se basa en la misión conjunta de Cristo y el Espíritu Santo de revelar al Padre. La Iglesia es el sacramento de esta misión y acompaña al hombre en su camino hacia Dios. La Iglesia está formada por iglesias particulares en comunión entre sí y con la Iglesia universal, y lleva a cabo su misión a través de la acción de los ministros, fieles laicos y vida
Este documento presenta una introducción a una nueva instrucción sobre la celebración de la Eucaristía. Resalta la importancia de proteger el gran misterio de la Eucaristía a través de la observancia de las normas litúrgicas establecidas por la Iglesia. Reconoce que aunque la reforma litúrgica ha tenido ventajas, también existen sombras como abusos que dañan las celebraciones. Exhorta a evitar dichos abusos y ajustarse a las disposiciones de la autoridad eclesiá
Taller sobre la iglesia catolica 3 una y santaRoberto Polanco
Este documento describe las cuatro dimensiones que definen la naturaleza de la Iglesia según el Credo: una, santa, católica y apostólica. Explica que la Iglesia es una porque procede de la unidad de Dios en la Trinidad, y que mantiene su unidad a través de la fe, los sacramentos como la Eucaristía, y la vida comunitaria bajo la guía de los pastores. También describe cómo la Iglesia es santa por ser el cuerpo de Cristo y la esposa de Cristo, aunque
Este documento presenta un resumen de los capítulos de la Exhortación Apostólica "Pastores dabo vobis" de Juan Pablo II sobre la formación de los sacerdotes. Describe brevemente los desafíos de la formación sacerdotal en el contexto actual, la naturaleza y misión del sacerdocio ministerial, y la importancia de la vida espiritual, la configuración con Cristo y la formación permanente de los sacerdotes para servir a la Iglesia.
Este documento presenta el índice del Catecismo de la Iglesia Católica. Explica que el Catecismo tiene cuatro partes principales basadas en los pilares de la fe: la profesión de fe, los sacramentos, la vida de fe y la oración. Cada parte contiene varias secciones que desarrollan en detalle los principales aspectos de la doctrina católica sobre la fe y la moral. El Catecismo está destinado a guiar la enseñanza de la fe y la vida cristiana.
Este documento presenta indicaciones para vivir el Año de la Fe declarado por el Papa Benedicto XVI. Propone eventos a nivel universal como el Sínodo sobre la nueva evangelización, peregrinaciones a Roma y Tierra Santa, y congresos para profundizar en la fe. También recomienda estudiar los documentos del Vaticano II y el Catecismo, acoger las enseñanzas del Papa, y promover la unidad entre cristianos. El objetivo es redescubrir la fe a través de testigos y conocer mejor sus conten
Este documento presenta el prólogo y la introducción del Catecismo de la Iglesia Católica. Explica que el Catecismo tiene como objetivo presentar de manera orgánica y concisa los contenidos esenciales de la doctrina católica sobre la fe y la moral a la luz del Concilio Vaticano II y la Tradición de la Iglesia. Se dirige principalmente a los obispos y catequistas para ayudar en la enseñanza del pueblo de Dios. Su estructura se inspira en los cuatro pilares tradicional
El documento discute el concepto de sacramento según Santo Tomás de Aquino y el Magisterio de la Iglesia. Explica que los sacramentos son signos eficaces de la gracia instituidos por Cristo que causan la gracia que representan. También resume los siete sacramentos y su significado en la vida cristiana, así como la respuesta del Concilio de Trento a las objeciones protestantes sobre la naturaleza y número de los sacramentos.
1) El documento discute la relación entre el sacerdocio ministerial y el sacerdocio común de todos los fieles, señalando que el sacerdocio ministerial está al servicio del sacerdocio de todos los bautizados. 2) Examina la naturaleza del sacerdocio de Cristo, que no es como el de los sacerdotes judíos sino que se basa en su entrega y sacrificio en la cruz. 3) Describe cómo el Concilio Vaticano II presentó el sacerdocio dentro de un contexto neotestamentario en
Catecismo de la Iglesia Catolica - Vision GeneralJuan Pena
Este documento presenta una visión general del Catecismo de la Iglesia Católica. Explica que Dios se revela a los hombres a través de la Sagrada Escritura y la Tradición Apostólica. Detalla la historia, definición y estructura del Catecismo, el cual fue encargado por el Papa Juan Pablo II para presentar de manera organizada los contenidos fundamentales de la doctrina cristiana. El Catecismo ha sido traducido a varios idiomas y ha inspirado la creación de otros catecismos, como el Compend
9no. tema celebracion familiar del dia de todos los santosodecobispadoica
Desde el s. II se encuentran claros indicios del culto a los mártires de la fe cristiana. Pronto, y especialmente a partir de la paz de la Iglesia, se sintió en todas partes la necesidad de conmemorar a todos los que habían derramado la sangre por Cristo en las persecuciones: conocidos y desconocidos (…). La fiesta de todos los mártires, según S. Juan Crisóstomo, se celebraba el primer domingo después de Pentecostés; un calendario sirio del a. 412 la señala en la semana pascual; en Edesa, en cambio, según consta por un himno de S. Efrén, se celebraba el 13 de mayo, día conservado en la Iglesia bizantina. El primer domingo de Pentecostés lleva en el Leccionario romano de Würzburg (s. VI): Dominica in natale sanctorum; sin embargo, en Occidente prevaleció la fecha del 13 de mayo que los calendarios ítalo-griegos denominan Festum omnium sanctorum. ¿Fue esto lo que impulsó a Bonifacio IV a consagrar el 13 de mayo del año 610 el Pantheon de Roma en honor de la Virgen y de todos los mártires? En todo caso la conmemoración anual de esta consagración está en el origen de la fiesta de Todos los Santos.
1) El documento describe las características de la iglesia del Nuevo Testamento según el relato bíblico en Hechos 2, incluyendo su devoción a la doctrina de los apóstoles, compasión desinteresada entre sus miembros, y unidad en Cristo.
2) Explica que la iglesia neotestamentaria se puede identificar considerando su inicio histórico en el día de Pentecostés después de la resurrección de Jesús, como se describe en los Hechos.
3) Resalta la importancia de seguir los criterios
El documento trata sobre la vocación universal a la santidad en la Iglesia según los números 39 y 40 de Lumen Gentium. Establece que todos los fieles, cual sea su estado, están llamados a la santidad siguiendo el ejemplo de Cristo. Jesucristo predicó la santidad de vida y envió al Espíritu Santo para que todos amen a Dios y se amen unos a otros como Él nos amó. Al seguir sus huellas y entregarse a la gloria de Dios y al servicio del prójimo, la santidad del Pueblo de D
Convivencia Agosto Pequeñas Comunidades Eclesiales Diocesanas 2011angelbmillan
Este documento resume la segunda parte de la Exhortación Apostólica Postsinodal "Verbum Domini". Señala que las convivencias de las PCED este año estudiarán esta parte, enfocándose en los aspectos más relevantes para los miembros. Resalta la importancia de prestar atención a los discapacitados de la vista y el oído para que puedan participar activamente en la liturgia. Finalmente, enfatiza la necesidad de una formación bíblica adecuada para los cristianos, especialmente los catequistas, a fin de log
Este documento presenta una introducción a la vida consagrada, discutiendo cómo la consagración se origina en la consagración bautismal y se expresa a través de los votos de pobreza, castidad y obediencia. También explora cómo la vida consagrada enriquece a la Iglesia local y la Iglesia universal a través de la entrega de las personas consagradas en diversos ministerios y servicios. Finalmente, enfatiza que la vida consagrada ofrece un signo valioso del amor de Dios y debe ser apreciada por toda la Igles
La Renovación Carismática Católica se basa en la teología trinitaria y enfatiza la acción del Espíritu Santo en la Iglesia. El documento explora los fundamentos teológicos de la renovación, los carismas, los grupos de oración, y los frutos producidos. Los obispos concluyen que la renovación puede ayudar a la evangelización si se guía adecuadamente para evitar exageraciones y desviaciones.
Carta i iuvenescit ecclesia a los obispos de la iglesia católica.Padre Enrique Camargo
Este documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe trata sobre la relación entre los dones jerárquicos y carismáticos en la Iglesia. Explica que los carismas son dones especiales del Espíritu Santo que benefician a toda la comunidad eclesial. También describe los diferentes grupos eclesiales como movimientos y nuevas comunidades que han surgido en la Iglesia, y cómo estos expresan la acción del Espíritu Santo. El propósito del documento es recordar elementos teológicos que pueden favore
Este documento anuncia la convocatoria de un Año de la Fe desde octubre de 2012 hasta noviembre de 2013 para redescubrir y fortalecer la fe en un contexto de crisis de fe. El Papa Benedicto XVI establece este año para iluminar la alegría de la fe en Jesucristo a través de eventos como el 50 aniversario del Concilio Vaticano II y los 20 años del Catecismo de la Iglesia Católica. El objetivo es reavivar la conversión a Cristo mediante la profesión de fe y
Este documento anuncia la convocatoria de un Año de la Fe desde octubre de 2012 hasta noviembre de 2013 para redescubrir y fortalecer la fe en la Iglesia. El Papa Benedicto XVI declara que la fe necesita ser renovada en un mundo donde a menudo es negada. El Año de la Fe coincidirá con el 50 aniversario del Concilio Vaticano II y los 20 años del Catecismo de la Iglesia Católica, para iluminar la fuerza de la fe a través de estos documentos. El objetivo
Porta fide , Benedicto XVI Carta ApostolicaU.P.N.F.M
Este documento anuncia la convocatoria de un Año de la Fe por el Papa Benedicto XVI, que comenzará el 11 de octubre de 2012, coincidiendo con el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y finalizará el 24 de noviembre de 2013. El Papa desea que este año sea una oportunidad para redescubrir la fe y renovar el compromiso de la Iglesia con la evangelización a la luz de las enseñanzas del Concilio Vaticano II.
Carta Apostólica Porta Fidei - La Puerta de la Felectiodivinacamo
El documento anuncia la convocatoria de un Año de la Fe por el Papa Benedicto XVI del 11 de octubre de 2012 al 24 de noviembre de 2013. El Año de la Fe coincidirá con el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II y los 20 años de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, con el objetivo de redescubrir la fe y fortalecer el compromiso misionero de la Iglesia.
El documento anuncia la convocatoria de un Año de la Fe por el Papa Benedicto XVI del 11 de octubre de 2012 al 24 de noviembre de 2013. El Año de la Fe coincidirá con el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II y los 20 años de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, con el objetivo de redescubrir la fe y fortalecer el compromiso misionero de la Iglesia.
CARTA APOSTÓLICA EN FORMA DE MOTU PROPRIO PORTA FIDEI DEL SUMO PONTÍFICE BENEDICTO XVI CON LA QUE SE CONVOCA EL AÑO DE LA FE
1. «La puerta de la fe» (cf. Hch 14, 27), que introduce en la vida de comunión con Dios y permite la entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros. Se cruza ese umbral cuando la Palabra de Dios
se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma. Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida
El documento anuncia la convocatoria de un Año de la Fe por el Papa Benedicto XVI, que comenzará el 11 de octubre de 2012, coincidiendo con el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y finalizará el 24 de noviembre de 2013. El objetivo es redescubrir la belleza de la fe y fortalecer el compromiso de la evangelización en un mundo donde la fe ya no es un presupuesto común.
Mensaje por pascua y el inicio del año santoEpiscopalpy
Este documento presenta el mensaje de Pascua de los obispos paraguayos y anuncia el inicio del Año Santo declarado por el Papa Juan Pablo II. El Año Santo tiene como objetivo una renovación espiritual de toda la Iglesia y una oportunidad para que los fieles descubran las riquezas de la salvación recibidas en el bautismo. Los obispos exhortan a los paraguayos a aprovechar este tiempo para la reconciliación, la conversión y la construcción de una sociedad más justa.
Conversión y reconciliación. 5 de julio de 1974Episcopalpy
Este documento presenta una introducción al Año Santo proclamado por el Papa Pablo VI en la Iglesia Universal. Explica que el Año Santo es una oportunidad especial para acercarse a Dios y amar a los hermanos, con raíces en la tradición bíblica del Jubileo. El documento hace un llamado a la renovación y reconciliación con Dios y entre los hermanos, y propone que la Iglesia en Paraguay asuma un rostro de pobreza, juventud y reconciliación durante este tiempo de gracia.
Conversión y reconciliación. 5 de julio de 1974Episcopalpy
Este documento resume el significado y objetivos del Año Santo declarado por el Papa Pablo VI para la Iglesia en el Paraguay. Propone que el Año Santo sea una oportunidad para la renovación espiritual, la reconciliación entre hermanos, y vivir más plenamente el mensaje del Evangelio. El documento enfatiza que la Iglesia debe convertirse en una institución más joven, pobre y comprometida con la justicia social, para responder a las necesidades del pueblo paraguayo.
Este documento trata sobre tres pensamientos principales del Papa Pablo VI sobre el papel de la Iglesia en el mundo contemporáneo. Primero, que la Iglesia debe profundizar en su comprensión de sí misma, su doctrina y misión. Segundo, que debe renovarse a sí misma corrigiendo defectos y tendiendo a mayor perfección. Tercero, que debe establecer nuevas relaciones con el mundo moderno a través del diálogo.
Este documento trata sobre tres pensamientos principales del Papa Pablo VI sobre el papel de la Iglesia en el mundo contemporáneo. Primero, que la Iglesia debe profundizar en su comprensión de sí misma, su doctrina y misión. Segundo, que debe esforzarse por corregir sus propios defectos y mejorar la perfección de sus miembros. Tercero, que debe establecer relaciones con el mundo moderno y participar en el diálogo entre la Iglesia y la sociedad.
El documento describe la importancia de la fe para los cristianos y la renovación de la Iglesia a través de la fe. Señala que la fe crece cuando se vive y comparte con otros a través del amor. También enfatiza la utilidad del Catecismo de la Iglesia Católica para comprender los contenidos fundamentales de la fe y vivir el Año de la Fe de manera eficaz.
Este documento propone temas relacionados con la fe para los cuaresmales de 2012. Se sugiere enfocarse en la Carta Apostólica "Porta Fidei" del Papa Benedicto XVI, que invita a vivir, conocer y comunicar la fe. También se propone analizar temas como la necesidad de renovar la forma de ser cristianos y el papel de los laicos en la nueva evangelización. El objetivo es promover una renovada conversión a Cristo durante el Año de la Fe.
El documento presenta el Catecismo de la Iglesia Católica, explicando que está estructurado en torno a cuatro dimensiones fundamentales de la vida cristiana: la profesión de la fe, la celebración de los sacramentos, la moral cristiana y la oración cristiana. Cada sección desarrolla aspectos esenciales como conocer a Dios, identificarse con Él a través de los sacramentos, amarle siguiendo sus mandamientos y dialogar con Él en la oración. El Catecismo busca present
Carta apostólica antiquum ministerium papa franciscoDario Ulloa
Este documento establece el ministerio de catequista en la Iglesia Católica. Explica que el ministerio de catequista tiene una larga historia en la Iglesia desde los primeros tiempos. También destaca la importancia del compromiso de los laicos, especialmente de los catequistas, en la transmisión de la fe a través de la enseñanza catequética. Finalmente, el documento instituye formalmente el ministerio de catequista para los laicos comprometidos con esta labor pastoral.
Este boletín presenta varios eventos relacionados con la catequesis en la diócesis, incluyendo la celebración de la fiesta de San Enrique de Ossó el 27 de enero. También resume las principales ideas de un nuevo Directorio Diocesano sobre la iniciación cristiana y destaca la importancia de la alegría en la evangelización según el Papa Francisco en su exhortación "Evangelii Gaudium".
Similar a Año de reflexión Eclesial. 10 de junio de 1973 (20)
La Unión Europea ha propuesto un nuevo paquete de sanciones contra Rusia que incluye un embargo al petróleo. El embargo prohibiría la importación de petróleo ruso a la UE y también impediría el acceso de buques rusos a puertos europeos. Sin embargo, Hungría se opone firmemente al embargo al petróleo, argumentando que su economía depende en gran medida de las importaciones de energía rusa.
Folleto de las principales oraciones de la iglesia católica.docxSantosGuidoRodrguez
En este pequeño documento recopilamos las principales oraciones de la iglesia católica para estudiarlas y tenerlas en un solo archivo listo para imprimir.
La inerpretación del Evangelio de san Lucas.pdfadyesp
El piadoso Lucas era antioqueño por nacimiento y por oficio médico y en la sabiduría helénica fue un grande erudito, así como en la ordenanza judía iba sobrado. Luego cuando había resucitado Cristo de entre los muertos, él junto con Cleofás iba de camino a Emaús y se encontraron con Jesús. Mas tarde Lucas se convirtió en compañero de viaje y seguidor del maravilloso apóstol Pablo, y solo quince años después de la ascensión de Cristo, san Lucas escribió Su evangelio con todo detalle.
Homo Deus, Breve historia del mañana, Yuval Noah Harari
Año de reflexión Eclesial. 10 de junio de 1973
1. Año de Reflexión Eclesial
Carta Pastoral
A nuestros hermanos en la fe,
miembros de la Iglesia de Cristo,
y a todos los hombres de buena voluntad
Hermanos:
El misterio de Pentecostés que nuestra liturgia celebra el día de hoy
tiene para todos los cristianos una significación eclesial tan profunda
como no la tiene otro misterio de nuestra fe. Pentecostés significa
para la Iglesia la culminación del designio de Dios Padre que "antes
de la creación del mundo nos ha elegido en Cristo para ser santos e
inmaculados en su presencia, en el amor", (Efesios 1,4). Esa fue la
voluntad generosa de Dios Padre: entrar en alianza con nosotros
haciéndonos partícipes de su propia Vida. Y toda la obra de Jesucristo,
especialmente su gloriosa Pascua, no tenía otro intento sino abrirnos
el camino y darnos "acceso al Padre en un mismo Espíritu" (Efesios
2,18). En esa efusión de amor y nueva vida que Pentecostés comunica
a toda la Iglesia halla su plenitud la misión de Jesucristo, como El
mismo nos enseñó: "Yo he venido para que tengan vida y vida
sobreabundante" (S. Juan 10,10)
De esa efusión espiritual, fecunda en verdad, amor y vigoroso aliento,
debe la Iglesia su vitalidad inagotable a través de todos los tiempos.
Gracias a este Don espléndido, la Iglesia sigue fiel a su vocación, por
encima de todas las contrariedades y vicisitudes del camino. Su
confianza no declina, ni su esperanza desfallece, porque tiene fe en
el Espíritu Santo que lo anima.
Ella afronta y acompaña con serenidad los grandes cambios de la
historia humana porque sabe muy bien que "el Espíritu de Dios, que
con admirable providencia guía el curso de los tiempos y renueva la
faz de la tierra, siempre está presente a estos cambios" (Guadium et
Spes 26,4).
A la luz del Espíritu Santo y al estímulo de su amor deseamos dialogar
con todos ustedes, hermanos en la fe. Pensamos que no puede darse
otro momento más propicio que este día de Pentecostés para sentirnos
familia de Dios, "un solo Cuerpo y un solo Espíritu" (Efesios 4,4) y
volver los ojos de nuestra mente sobre el misterio de la Iglesia, meditar
sobre su situación presente y trazar caminos a nuestra fe peregrinante.
Sin duda ustedes ya habrán escuchado la noticia que los Obispos del
Paraguay hemos anunciado anteriormente. Es el propósito que
tenemos de convocar a todo el Pueblo de Dios que se halla a nuestro
cuidado pastoral a reflexionar, a tomar mayor conciencia y a reactivar
en nuestra vida el misterio de la Iglesia.
En este día de Pentecostés, que es para nosotros cristianos como el
día de la primavera, deseamos hacer efectivo ese propósito e inaugurar
solemnemente el Año de Reflexión Eclesial.
2. Por este motivo le dirigimos, hermanos, esta Carta Colectiva. Porque
deseamos explicarles con mayor detenimiento las razones y
circusntancias que nos han movido a esta decisión, significarles su
importante contenido y encarecerles a todos la responsabilidad del
presente compromiso.
La Iglesia es un misterio de Dios; y nada nos extrañe si una y mil
veces hemos de volver a ella con inteligente amor para desentrañar
las riquezas y exigencias de su vida.
PROCESO DE CAMBIO EN EL MUNDO Y EN LA IGLESIA
Es un hecho bien conocido para todos que el mundo contemporáneo
experimenta en todas partes transfromaciones muy profundas y
cambios muy acelerados. "El género humano, dice el Concilio
Vaticano II, se halla hoy día en un período nuevo de su historia"…
"que se puede ya hallar de una verdadera metamorfosis social y
cultural" (Gaudium et. Spes 4,2). "Somos testigos de que está naciendo
un nuevo humanismo", dice en otra parte (Gaudium et Spes 55).
El rasgo más saliente de la situación en que vive hoy día la familia
humana es el profundo, vasto y vertiginoso cambio que padecen la
mentalidad de los hombres y sus estructuras.
La Iglesia de Cristo vive en el seno de esta situación y se siente
sacudida por sus borrascas.
También ella experimenta desde hace varios años un penoso proceso
de renovación y cambio.
Podríamos decir con certeza que el gran acontecimiento del Concilio
Vaticano II (1962-1965) ha sido como el inicio fecundo de ese hondo
y promisor despertar de la Iglesia. Su pensamiento y su vida, su
pastoral y sus estructuras, sus actitudes y relaciones con el mundo
desde entonces han tomado nuevo rostro y han seguido nuevos
caminos, en mayor acorde con el Evangelio y con las exigencies de
nuestro tiempo.
También la América Latina, vive intensa y hasta dramáticamente esta
situación del mundo. "Estamos en el umbral de una nueva época
histórica de nuestro continente"… "Percibimos aquí los prenuncios
en la dolorosa gestación de una nueva civilización"…, decían los
Obispos de latinoamérica en la II Conferencia General de Medellin,
1968 (Introducción 4).
Y tampoco en América Latina la Iglesia se siente extraña a este proceso
de torrencial transformación.
Idéntica constatación podríamos hacer en lo que atañe a nuestra
Iglesia, es decir, en lo que concierne a la situación y vida de este
Pueblo de Dios que peregrina en Paraguay. Muchas y difíciles
conyunturas han exigido a nuestra Iglesia local tomar conciencia clara
de sí misma y asumir con valor la fidelidad a su propia vocación.
Fundados en estos principios, que son de dimensión universal,
latinomericana y nacional, podemos afirmar sin temor a equivocarnos
3. que la Iglesia de Cristo, la de ayer y la de siempre, esa que el Señor
quiso que fuera peregrina, se ha abierto en este decenio un nuevo
capítulo de su historia.
ALGUNOS HECHOS MÁS SALIENTES DEL CAMBIO ECLESIAL
Creemos que ha de ser de mucho provecho reflexionar y tomar
conciencia de los rasgos más salientes y de los hechos más
significativos que configuran este vasto proceso de renovación y
cambio que hoy día experimienta nuestra Iglesia. Pues nunca hemos
de olvidar que "toda renovación de la Iglesia esencialmente consiste
en el aumento de la fidelidad hacia su propia vocación" (Unitatis
Redintegratio 6, 1).
1. Desde los años del último Concilio hay un profundo cambio de
perspectiva en la vida y preocupaciones de la Iglesia. Ahora lo vemos
con mayor apertura y en diálogo con el mundo; "entra en la historia"
(Lumen Gentium 9,3; Ad Gentes 3,1) y se siente comprometida con
"los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres
de nuestro tiempo" (Gaudium et Spes, 1).
De una actitud eclesial más preocupada por los problemas de adentro
y muy atendida a las tradiciones, se ha pasado ahora a una actitud
eclesial abierta, preocupada y celosa por los problemas del mundo y
del hombre concreto de hoy.
2. Esta nueva actitud y perspectiva de acción con que hoy día se
renueva la conciencia de la Iglesia la ha conducido necesariamente a
profundizar el depósito de la fe y a revisar la teología tradicional
elaborada en otros tiempos y de cara a problemas muy diferentes. En
presencia del profundo y vertiginoso cambio que experimienta el
mundo, la Iglesia da "razón de su esperanza" (1 Pedro 3,15) con
enfoques nuevos, respuestas nuevas y lenguaje nuevo.
3. Pero no solamente ha variado la explicación y aplicación denuestra fe.
También la caridad de la Iglesia y el servicio pastoral que presta a la
humanidad ha seguido vicisitudes y reformas no superficiales. A los
nuevos métodos y a la nueva pedagogía con que la Iglesia despliega
su acción de servicio han de añadirse los nuevos objetivos y las nuevas
preocupaciones pastorales. Compromisos que en otro tiempo con
frecuencia muchos cristianos consideraban ajenos al quehacer propio
de la Iglesia, hoy día, con mayor conciencia histórica, son considerados
como legítima exigencia de la caridad pastoral. En la Populorum
Progressio el Papa Pablo VI ha hablado de un "humanismo trascendental"
y ha dicho con toda claridad que "el crecimiento humano constituye
como un resumen de nuestros deberes" (P P 16).
4. La espiritualidad cristiana tradicional, es decir, ese sistema de
sabiduría, de prudencia y de prácticas según el cual ejercitabamos la
vivencia de nuestra existencia cristiana, e incluso no pocos principios
y reglas de orden moral, han sufrido críticos sacudones y en muchos
4. aspectos han declinado en su vigencia.
5. Como consecuencia de esta renovación, y cambio profundo que
han acaecido en la interioridad de la Iglesia, se han seguido luego
inquietantes repercusiones en el ámbito de su vida institucional y en
las múltiples estructuras de que ella tradicionalmente hacía uso. Con
más claridad se percibe hoy día, y hasta se reivindica con valentía,
que las instituciones y estructuras están al servicio de la comunión
eclesial y que la caridad ordenada de la comunidad creyente en su
esperanza del Reino de Dios es el sentido último de todo ministerio jerárquico.
DIVERSAS CONSECUENCIAS DEL CAMBIO ECLESIAL
Este rápido y amplio proceso de cambio que alteró de manera tan
seria la marcha normal de la Iglesia, aqui y en todas partes, ha
significado para ella, por una parte, el redescubrimiento y adquisición
de valores humanos y evangélicos muy positivos; pero, por otra parte,
han sido también principios de serias preocupaciones y tensiones.
Conviene tomar conciencia de esta ambígua y dialéctica situación en
que hoy día camina el Pueblo de Dios. Y conviene reflexionar, a la
luz de la Palabra divina, sobre la significación profunda de estas
tensiones y contrariedades. Porque dice la Escritura que "en todas las
cosas interviene Dios para bien de los que le aman" (Romanos 8,28).
Vamos a hacer memoria de algunas de estas consecuencias del cambio
en nuestra Iglesia, y vamos a referirnos especialmente a la situación
de las cosas así como ella se presenta en nuestra propia Iglesia local.
1. No cabe duda que esa apertura de diálogo y ese espíritu de servicio
con que la Iglesia se dirige al mundo de hoy comprometiéndose en
los esfuerzos de la historia es un valor muy positivo y da cumplimiento
fiel al mandato de Jesús: "Id y evangelizad a todas las naciones" (S.
Mateo 28,18). La Iglesia es "luz del mundo" y "sal de la tierra" y
cuando no cumple esta misión "ya no sierve para otra cosa sino para
ser arrojada fuera y ser pisoteada por la gente" (S. Mateo 5, 14). "No
te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del maligno"
pedía Jesús en su oración al Padre (S. Juan 17, 15).
Esa es la vocación de la Iglesia. Pero, en eso mismo encuentra ella su
tentación y riesgo permanentes.
En contacto con el mundo y condescendiendo con la historia, ella
corre el serio peligro de vaciarse de sabor evangélico, perder su
eficacia trascendente y quedar reducido a simple humanismo, es decir
a "valores de la carne y de la sangre" (1 Corintios 15, 50).
En la actual situación de cambio de que estamos hablando no son
pocos los cristianos que de tal manera ponen el acento en el
compromiso histórico que hasta llegan a caer en la tentación del
horizontalismo y no ven otros valores, ni tienen otro norte para los
afanes del hombre sino construir la ciudad terrestre. Olvidan el destino
5. humano más allá del tiempo y que según nos enseña la Escritura "no
tenemos aqui ciudad permanente, sino que andamos buscando la del
futuro" (Hebreos 13, 14).
2. Otra de las notables adquisiciones con que se ha enriquecido la
vida de la Iglesia en nuestro tiempo es el retorno a su propia
interioridad, es la toma de conciencia que ha hecho de su misterio
íntimo. La Iglesia se ha redescubierto como una comunidad de fe,
esperanza y caridad. De ahi el aprecio por la Sagrada Escritura, y la
búsqueda creciente de comprender el mundo y comprender la vida
humana a la luz de la Palabra de Dios. De ahi el esfuerzo constante
para conjugar toda la existencia cristiana en la ley de la caridad. Porque
se ha vigorizado la convicción de que se es cristiano y se es Iglesia en
lamedida en que se vive "La fe opera por la caridad"(Galatas 5,6).
Todo esto es muy positivo y alentador. Y sería todavía más profícuo
al incremento de la Iglesia sino no arrastra con frecuencia una cierta
indiferencia y hasta descrédito de todo lo que es institucional y
sacramental en la vida del Pueblo de Dios. Se piensa entonces en una
Iglesia exclusivamente carismática, que solo se sostiene con llamaradas
de entusiasmo, una Iglesia del Espíritu que no procedería del Verbo
Encarnado, porque sería extraña a la organización visible y a la
constitución jurídica con que Cristo la fundó (Lumen Gentium 8).
Y sin embargo, la misma naturaleza de las cosas nos enseña que,
como toda comunidad humana, proyectada y realizada en la historia,
la Iglesia peregrina no puede conservar y transmitir sus riquezas
interiores sino por el cause de cierto orden visible. Lo cual no significa
que esas instituciones y estructuras, como aquellas que se han ido
creando a lo largo de la historia, deban permanecer inmutables y ajenas
al correr del tiempo (Sacrosanctum Concilium 21, 7). Se volverían
estériles y esterilizantes en la Iglesia.
3. Esta interiorización de la vida eclesial y esta toma de conciencia
que los cristianos van haciendo de su misterio íntimo: comunidad de
fe, esperanza y caridad, han tenido como saludable fruto el
redescubrimiento de la Iglesia como pueblo, es decir, como comunidad
o familia de Dios.
Se ha logrado mayor conciencia de esa dignidad común con que a
todo cristiano le enriquese la misma fe bautismal. Se percibe ahora
con más claridad y fuerza que en el plan de Dios lo primero y lo
fundamental en la comunión de los hombres en la vida divina, es la
existencia en Cristo, es el Pueblo de Dios ungido por el Espíritu.
Luego viene el ministerio jerárquico como un instrumento
insustituible al servicio del pueblo de Dios, para sostén e incremento
de la existencia cristiana: "Los ministros que poseen la sacra potestad
están al servicio de sus hermanos, a fin de que todos cuantos
pertenecen al Pueblo de Dios y gozan por tanto de la verdadera
dignidad cristiana, tendiendo libre y ordenadamente a un mismo fin,
6. alcancen la salvación" (Lumen Gentium 18).
Evidentemente la verdadera Cabeza que rige la Iglesia (Efesios 1,
22-23; 2,20; Colosenses 1, 18) y el más sólido fundamento en que se
sostiene el Pueblo de Dios (1 Corintios 3,11) es el mismo Cristo Señor
que tiene en sus manos "todo poder en los cielos y en la tierra" (S.
Mateo 28, 18). Con su Espíritu Pascual, enviado de lo Alto (Hechos
1,8), "conduce a toda verdad" (S. Juan 16, 13) y "edifica la casa de
Dios" en el amor (Efesios 2,22). Pero la presencia del Señor es una
presencia invisible y la acción del espíritu es escondida y misteriosa.
La Iglesia peregrina, que aun vive en las debilidades de la carne,
necesita una presencia de Cristo encarnado y visible. El ministerio
jerárquico instituido por el Señor (Efesios 4, 11-16), cumple esta
función de servicio pastoral; representa a Cristo Cabeza; es sacramento
del Cristo Jefe (Lumen Gentium 21; Presbyterorum Ordinis 2,3).
Por consiguiente, resultan inadmisibles ciertas actitudes y criterios
que parecen significar desconocimiento y hasta desdén por el
ministerio jerárquico. Ignoran la riqueza del Don de Dios y la función
necesaria que cumplen los pastores para provecho del pueblo.
No cabe duda que se puede hacer uso de "la libertad y confianza que
conviene a los hijos de Dios" (Lumen Gentium 37,1) manifestando
deseos, observaciones y críticas al ministerio jerárquico y se puede
hacer uso del "deber y el derecho de cooperar activamente en la
edificación del Cuerpo Místico de Cristo" (Christus Dominus 16,5).
Pero debe quedar intangible aquello que ha sido establecido por
voluntad expresa del mismo Cristo.
4. Otro elemento distintivo que caracteriza de modo singular a la
comunidad Eclesial de nuestros tiempos es el sentido de su condición
peregrina. Ella tiene ahora mayor conciencia de que, aún siendo
depositaria de "la palabra de Dios que no pasa" (S. Mateo 24,35),
debe entrar en la historia de los hombres y debe adaptarse a las sanas
solicitudes de cada época.
En todas partes del mundo se despierta la sensibilidad de los cristianos
ante los agudos problemas que preocupan al hombre de nuestro
tiempo. Y se acrecienta la covicción de que la Palabra de Dios, que
hoy resuena en nuestros corazones, solo es fecunda y logra su plenitud
o cumplimiento cuando dice relación estrecha con los acontecimientos
de la situación presente. He aquí una primera dimensión de la
condición peregrinante de la Iglesia.
Pero hay una segunda dimensión hacia la cual tiende la Iglesia para
hallar su vitalidad más genuina. Ella tiende hacia el misterio
incomensurable de Cristo. Porque día a día debe ir madurando en las
inagotables riquezas de su Señor; y "siendo al mismo tiempo santa y
necesitada de purificación, avanza contínuamente por la senda de la
penitencia y de la renovación" (Lumen Gentium 8,3)
En medio de muchas tribulaciones y a través de horas sombrías, ella
crece en experiencia de humanidad por lo caminos de la historia y se
7. va aproximando, con amor y tiempo, a la edad de la plenitud de Cristo
(Efesios 4,13).
Con frecuencia, sin embargo, se observan actitudes y criterios que en
este momento de cambio y de sensibilidad histórica se aferran
excesivamente a las tradiciones humanas del pasado y anulan la palabra
de Dios que está llamando en el lenguaje de los tiempos (S. Marcos
7,13). Como dice la Escritura: endurecen los corazones al Hoy de la
Palabra divina (Hebreos 3-4).
5. El redescubrimiento que la Iglesia va haciendo de su misterio íntimo,
así como la toma de conciencia de su misión específica en el mundo,
han renovado hondamente las inquietudes pastorales de la Iglesia. Ella
se siente ahora más independiente y más autónoma frente a los poderes
de seducción y opresión que tan de ordinario avasallan las conciencias
y "aprisionan la verdad de Dios en la injusticia" (Romano, 1,18).
Particularmente en América Latina y de modo privilegiado en nuestro
país, la Iglesia, tanto jerarquía como laicado, han dado innumerables
testimonios de su misión profética anunciando la verdad del Evangelio
y denunciando con audacia las crueles injusticias que ofenden la
dignidad de la persona humana y gravan penosamente la vida de los pobres.
"La Iglesia, decíamos en una ocasión los Obispos del Paraguay, no
puede mostrarse indiferente o insensible a la suerte del hombre
paraguayo concreto. Y cuando ese hombre se encuentra oprimido o
disminuido por estructuras económico-sociales injustas o por excesos
de poder que lesionan los derechos humanos, la misión de la Iglesia
asume también la forma de la denuncia profética y actúa como una
fuerza de presión moral a favor de la liberación y del respeto a los
derechos humanos" (La Misión de nuestra Iglesia hoy, 1969).
La Pastoral de nuestra Iglesia se ha vuelto muy sensible a las penurias
de la vida que soporta una inmensa porción de nuestro pueblo como
es el campesinado y tanta gente marginada. Un número cada vez más
creciente de sacerdotes, religiosas y militantes laicos viven en
comunión estrecha con sus hermanos pobres y se esfuerzan juntos en
un lento trabajo de evangelización y promoción humana. También
este hecho puede destacarse como un signo positivo de autenticidad
eclesial en esta hora.
No obstante, cabe señalar que esta misma actitud pastoral de la Iglesia
de hoy, en acción tan decidida "a favor de los pobres y de cuantos
sufren", denunciando las injusticias opresoras y propugnando la
liberación integral del hombre, ha sido también ocasión y motivo de
dolorosas tensiones en medio del Pueblo de Dios.
Por una parte, queda todavía una cierta mentalidad que concibe a la
Iglesia de una manera más bien desencarnada y ahistórica. No llega a
comprender que el compromiso efectivo con los que tienen hambre
8. de amor y de justicia transforma a los cristianos en signo de salvación
para los hombres. Por otra parte, la urgancia con que se plantean las
nacesidades del pueblo y la conciencia aguda que de ellas se ha
logrado, han conducido a ciertos laicos y sacerdotes generosos a
posturas demasiado radicales e impacientes. Pensamos que en gran
medida, han creado una saludable inquietud en la conciencia de las
comunidades. Incluso comprendemos el celo apasionado de sus
compromisos.
Pero quisíeramos decirles, con cristiana franqueza, que en situaciones
tan irritantes como las que frecuentemente tienen que afrontar nuestra
pastoral, usar de las mismas armas que avasallan "las conciencias
débiles" (1 Corintios 8,9 - 12) constituye un flaco testimonio de cristianos.
HERMANOS: hemos querido reflexionar con ustedes sobre esta
compleja y a veces difícil situación de nuestra Iglesia. Hemos señalado
algunos de los rasgos más salientes que configuran el rostro de la
Iglesia en este momento de cambio. Hemos apuntado, además, algunas
de las múltiples consecuencias que se han seguido de esta situación
en el seno del Pueblo de Dios.
Aunque hemos encontrado problemas y preocupaciones inquietantes,
sentimos gozo porque también hemos comprobado la evangélica
vitalidad con que la Iglesia rejuvenece y se abre paso por los nuevos
caminos de su historia. Digamos entonces con el Apóstol Pablo:
"desde el punto adonde hayamos llegado, sigamos adelante"
(Filipenses 3,16).
Hoy más que nunca debemos esclarecer y reactivar nuestra conciencia
de cristianos, abriéndonos de par en par al designio de Dios que su
Espíritu Santo está realizando en los acontecimientos de la historia.
Movidos por estas reflexiones y más que nada urgidos por la repetida
demanda que el mismo Pueblo de Dios nos ha expresado, nosotros,
los Pastores de esta Iglesia que peregrina en Paraguay, hemos creído
conveniente y necesario convocar a todo el Pueblo de Dios a un gran
compromiso que hemos querido llamar Año de Reflexión Eclesial.
Deseamos que todos los miembros del Pueblo de Dios nos dediquemos
por un detenido y largo espacio de tiempo a reflexionar y a tomar
conciencia de nuestro propio misterio de Iglesia. Caminando por el
mundo y atraídos por sus afanes, fácilmente podemos perder de vista
nuestra noble condición y podemos dejar que otros espíritus sean
impulso de nuestro dinamismo.
Nos proponemos por eso este Año de Reflexión Eclesial como una
gran jornada de familia, y nos estimularemos recíprocamente a
realizarla de la manera más provechosa.
9. Ha de ser un AÑO de oración en que debemos estar muy solícitos a
lo que Dios Padre quiera comunicarnos de su verdad y de su vida. Ha
de ser un AÑO de frecuente y piadosa atención a "las Sagradas
Escrituras que pueden darnos la sabiduría que lleva a la salvación
mediante la fe en Cristo Jesús" (2 Timoteo 3, 15). Ha de ser un AÑO
de reflexión madura sobre los Documentos Concialiares y la
orientación de nuestros Pastores. Ha de ser AÑO de diálogo fraterno
para esclarecer y vivenciar en comunión con Cristo (S. Mateo 18, 20),
el ser íntimo de la Iglesia y su auténtica misión en este mundo. Ha de
ser un AÑO de diligente estudio sobre la situación concreta de nuestro
país con el objeto de detectar sus necesidades más apremiantes y
encontrar, a la luz del Espíritu Santo, la respuesta más evangélica que
como Iglesia debemos ofrecer. Será un AÑO de revisión para renovar
nuestros compromisos pastorales y acomodar las estructuras eclesiales
a las exigencias del Evangelio y a las voces de nuestro tiempo.
Sin duda, hermanos se trata de un acontecimiento de singular
trascendencia y a todos nos obliga a empeñarnos con la generosidad
más responsable.
Muy bien comprendemos los Obispos que nosotros hemos de ser los
primeros y los más diligentes en dedicar inteligencia y amor para
descubrir entrañablemente este misterio de la Iglesia en cuyo servicio
debemos poner toda la vida. Pedimos al Señor la unción de su Santo
Espíritu para andar este camino de holocausto con entera fidelidad.
SACERDOTES
Instamos asimismo la colaboración de los sacerdotes. Que se unan
en pequeños grupos y reflexionen en equipo aportando cada uno sus
luces y carismas, como dones de un mismo y único Espíritu (1
Corintios 12, 11). Pidan a Dios Padre la abundancia de la sabiduría
(Santiago 1,5) y el don del Espíritu Santo (S. Lucas 11,13) que es la
única fuente del recto sentir eclesial. Este adentramiento reflexivo en
el misterio de la Iglesia traerá consigo sin duda un reencuentro con el
inestimable valor de la diaconía sacerdotal y hará renacer las energías
de la abnegación y del compromiso.
COMUNIDADES RELIGIOSAS
Alentamos encarecidamente y con grandes esperanzas a todas las
Comunidades Religiosas. Y "como quiera que son la parte más
excelente en la casa del Señor" (Presbyterorum Ordinis 6,3)
esfuércense con la mayor deligencia para ponerse en la delantera de
este gran compromiso que llamamos AÑO DE REFLEXIÓN ECLESIAL.
Si la obligación de meditar y tomar conciencia urge a todo cristiano
responsable, de manera más apremiante, es exigencia para todos
aquellos que se han abrazado a una consagración peculiar allá en "la
10. cima de la conciencia eclesial", como decía el Papa Pablo VI
(Evangélica Testificatio VI, 1961, Nº 19).
Una lúcida y operante inteligencia del misterio de la Iglesia hará
descubrir con mayor hondura esa vocación privilegiada con que el
Espíritu del Señor suscita la vida de caridad perfecta y hará
comprender al mismo tiempo que "a todos los religiosos…les
incumbe el deber de trabajar fervorosa y deligentemente en la
edificación e incremento de todo el Cuerpo místico de Cristo y por el
bien de las Iglesias particulares" (Christus Dominus 33,1).
Pensamos que el AÑO DE REFLEXIÓN ECLESIAL debe encontrar
en las Comunidades Religiosas su terreno más propicio y más fecundo.
AL LAICADO
No obstante todo esto que acabamos de decir acerca de la
responsabilidad nuestra y la de los Sacerdotes y de las Comunidades
Religiosas, debe quedar bien sentado que el principal beneficiario
del Año de Reflexión Eclesial es la numerosa y mayoritaria porción
del Pueblo de Dios que es el Laicado. Son ellos los que por propia
vocación viven gestionando los asuntos temporales, y guiados por el
espíritu evangélico contribuyen a la transformación cristiana del
mundo a modo de fermento (Lumen Gentium 31, 2). Porque "la Iglesia
no está verdaderamente fundada, ni vive con plenitud, ni es señal
perfecta de Cristo entre los hombres si no existe y trabaja con la
Jerarquía un laicado propiamente tal" (Ad Gentes 21, 4).
Interesa, por consiguiente, de manera fundamental que la conciencia
del laicado acreciente más y más su participación en el espíritu de
Cristo y "ejercite su actividad apostólica en fe, esperanza y caridad"
(Apostolicam Actuositatem 3,2; 4,2; 16,4).
Esa es la gran riqueza que esperamos del Año de Reflexión Eclesial:
un pueblo consciente de su nobleza baustismal que da testimonio de
vida, "brillando como antorchas en este mundo" (Filipenses 3, 15).
Particularmente encarecemos estos deseos a todos aquellos laicos,
hijos de la Iglesia, que cumplen importantes oficios de responsabilidad
en la vida nacional, como son los politicos, los militares, los
intelectuales y educadores, los artistas y hombres de empresa. Hagan
conciencia y lleven a la vida cotidiana, privada y pública, la convicción
profunda de que no habrá una patria nueva cimentada sobre fraternidad
y justicia "sin hombres nuevos, que a la luz del Evangelio sepan ser
verdaderamente libres y responsables" (Segunda Conferencia General
Medellín, Justicia 3,2).
AL CAMPESINADO
Queremos decir una palabra de confianza y una exhortación especial
a nuestros hermanos campesinos. Ciertamente no es la primera vez
que la Iglesia expresa su solidaridad con la vida de angustias y
11. estrecheces que ellos sobrellevan. Sabemos de sus grandes esfuerzos
en un plan de evangélica liberación y cristiano bienestar. Sabemos de
los muchos sufrimientos que la penuria de la vida les acarrea. Sabemos
de las persecuciones de que son objeto muchos de ellos, porque, según
las exigencias de la fe, procuran la justicia y aman la libertad.
Los alentamos en este camino y les exhortamos vehementemente con
palabras del Apóstol San Pedro: "que ninguno de ustedes tenga que
sufrir ni por criminal, ni por ladron, ni por malhechor o delator; pero
si es por cristiano, que no se avergüence y que glorifique a Dios por
llevar este nombre" (1 Pedro 4, 15-16).
Con esperanza les rogamos que nos hagan esforzada compañía en
este gran compromiso del Año de Reflexión Eclesial. Cultiven con
amor la nobleza espiritual que el sacramento del bautismo puso en
sus corazones; aviven sus carismas; estrechen más y más cada día la
fraternidad en sus comunidades de base; acrecienten la unidad con
toda la Iglesia y con sus legítimos pastores: sabiendo que ellos "han
sido puestos por el Espíritu Santo para regir la Iglesia" (Hechos 20,
28) y que "no son dueños de la fe sino servidores de la alegría" (2
Corintios 1,24).
Estos mismos pensamientos y sentimientos los extendemos de estos
obreros de la tierra a todos los demás obreros de la patria, objeto
siempre de una especial predilección de la Iglesia.
A LOS JÓVENES
La muchedumbre jubilosa de los jóvenes significa en todas partes "la
persistencia de la vida, o sea, una forma de superación de la muerte"
(Medellín, juventud, 11). Los jóvenes inspiran la esperanza del
mañana que queremos construir. Y deben cumplir una tarea especial
en este esfuerzo de renovación y nueva vida, que en este AÑO
pretendemos hacer. Invitamos, pués, a los jóvenes, "a sumergirse en
las claridades de la fe" (Mensaje del Concilio a los jóvenes 8-XII-
1965), pues ella, según dice Jesús, preserva la vida de toda caducidad:
"quien cree en mí tiene la vida eternal (S. Juan 6, 47).
A LOS QUE VIVEN FUERA DE LA PATRIA
Hacemos también aquí un recuerdo muy especial de tantos hermanos
en la fe, hijos de esta patria paraguaya, que procuran la libertad y el
pan diario peregrinando por otras tierras. Les exhortamos, hermanos,
a vivir en la fe de Cristo y a caminar en la esperanza de que algún día se
cumplirán sus deseos y volverán al terruño para construir la patria terrena
como un anticipo de la celestial (Gaudium et Spes, 39, 2). Les invitamos
también a ustedes a esta jornada de primavera cristiana que esperamos
ha de ser el Año de Reflexión Eclesial.
Y a aquellos sacedotes, servidores del pueblo, que por razones de su
ministerio y la fidelidad al compromiso, han sufrido persecución y
han sido proscriptos de nuestra tierra, también para ellos en esta hora
un recuerdo fraternal de gratitud y esperanza. Y que dondequiera estén
12. prosigan con amor la diaconía sacerdotal y se asocien de alguna
manera al gran esfuerzo que nuestra Iglesia hará este AÑO.
A LOS HERMANOS CRISTIANOS DE OTRAS CONFESIONES
Recordamos además, con fraternal caridad a los hermanos de otras
confesiones cristianas y que unidos a Cristo adoran con nosotros al
mismo Padre. Les invitamos coordialmente a estas reflexiones y
toma de conciencia, según aquello que nos pide el Apóstol Pablo: "Si
alguien cree ser de Cristo, reflexione una vez más dentro de sí mismo"
(2 Corintios 10, 7).
Nos ayudarán, sin duda, a madurar nuestra fe y nuestra caridad por
muchos aspectos. Porque sabemos "que todo lo que la gracia del
Espíritu Santo obra en los hermanos separados puede contribuir también
a nuestra edificación" (Unitatis Redintegratio 4, 10). Y lo mismo
esperamos de nuestra caridad: que por la gracia de Cristo podamos
también nosotros contribuir al bien de ellos.
AÑO SANTO
Hermanos: hemos de anunciarles por último, que providencialmente
en este mismo año y este mismo día de Pentecostés se da comienzo
para nosotros otro acontecimiento espiritual de incalculable
trascendencia.
Nos referimos a la celebración del Año Santo, que el Santo Padre,
Pablo VI, acaba de proclamar solemnemente.
A diferencia de los otros Años Santos, que se celebraban primeramente
en Roma y después se extendían a las otras comunidades y diócesis,
este de ahora se celebrará primeramente en todas las Iglesias locales
y culminará en Roma, en el año 1975, al cumplirse el décimo
aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II. Y pretende ser, de
acuerdo a las orientaciones del Concilio, un solemne llamamiento de
la Iglesia al empeño, de todos sus miembros en favor de una profunda
renovación del espíritu y de las estructuras eclesiales. También el
Año Santo pretende ser un año de conversión, de reconciliación y de
retorno a las fuentes más puras del Evangelio.
Como ven ustedes, hermanos, los fines del Año Santo están muy
acuerdo con los objetivos que nos hemos propuesto al proclamar en
este día el Año de Reflexión Eclesial. Ambos acontecimientos
espirituales han de contribuir poderosamente a estimular nuestros
esfuerzos de autenticidad cristiana. Estas coincidencias y el ánimo
gozoso con que se ha recibido en todas partes la noticia de este Año
de Reflexión Eclesial, e incluso las muchas iniciativas que se han
puesto en marcha, significan que el Espíritu de Pentecostés, está
inspirando estos deseos y acompañará todos nuestros esfuerzos con
su Aliento poderoso.
Invocamos la protección maternal de la Santísima Virgen María,
Madre del Salvador y Madre nuestra. Ella "es imagen y comienzo de
la Iglesia que habrá de tener su cumplimiento en la vida futura… y
precede con su luz al Pueblo de Dios peregrino (Lumen Gentium
13. 68). Ante la bendita imagen que nuestro pueblo venera en el Santuario
de Caacupé, nos acogemos con filial confianza a su benevolencia
suplicante y le rogamos su inspiración y su amparo.
Que todo el Pueblo de Dios reflexione con inteligente amor los
misterios de la fe, a imitación de Ella que tan celosamente
"guardaba y meditaba el designio de Dios en su corazón" ( S
Lucas 2, 19; 2,51).
HERMANOS, miembros todos de esta gran Familia de Dios que
somos la Iglesia: ya no cabe pensar en otra cosa, sino llenarnos
de mucho ánimo, unir en un gran amor nuestras energías y pedir
a Dios Padre que através de todo el Año de Reflexión Eclesial
bendiga con abundancia a nuestra Iglesia derramando
efusivamente sobre ella el Espíritu de su Hijo Jesucristo.
Asunción, 10 de junio - Fiesta de Pentecostés, 1973
+ Felipe S. Benítez
Obispo de Villarica del E. S.
Presidente
Dionicio Gauto Galeano
Secretario General