El documento discute el uso de videojuegos con fines educativos. Explica que los videojuegos pueden capturar la atención de los estudiantes y ser útiles para experimentos peligrosos o para clarificar objetivos. También reconoce preocupaciones sobre efectos en la conducta y creatividad. Sin embargo, concluye que los videojuegos pueden ser una excelente herramienta educativa si los maestros los usan para ampliar el conocimiento de los estudiantes de manera atractiva y con el control y supervisión adecuados.