El documento cuestiona hasta qué punto el llamado "proceso de cambio" en Bolivia puede tomarse como un modelo a seguir, dado que ha implicado la concentración del poder, el atropello al estado de derecho y la merma de la libertad de expresión. A lo largo de la historia, muchas revoluciones que iniciaron con buenas intenciones terminaron en dictaduras o absolutismos que tuvieron que ser subsanados posteriormente. De la misma forma, el actual sistema en Bolivia parece alinearse con países como Cuba y China donde no se respetan los derechos humanos.