1. “Alabado seas” desde la experiencia del desarrollo regional sostenible.
Dr. Raúl Hernández Garciadiego1
Alternativas y Procesos de Participación Social.
Diciembre de 2015
El título de la encíclica Laudato Si2
alude al deseo profundo de Francisco de Asís que al iniciar
su cántico prorrumpe clamando “Alabado seas, mi Señor”. En este espíritu - el papa Francisco nos
aporta “algunas líneas de orientación y acción”, a las que llama “grandes caminos de diálogo para salir
de la espiral de la autodestrucción.”3
Esta frase contiene tres afirmaciones: la primera y más grave es
que la humanidad va en trayectoria acelerada hacia la autodestrucción; la segunda propone el diálogo
como la vía principalísima para explorar y encontrar soluciones realmente efectivas; y la tercera apunta
a que las orientaciones que surjan del diálogo deberán convertirse en acciones concretas para corregir
el rumbo. Desglosa las condiciones para el diálogo en distintos ámbitos como el medio ambiente en la
política internacional, en la creación de nuevas políticas nacionales y locales, el diálogo entre la
política y la economía para la plenitud humana, y el diálogo entre las religiones y las ciencias,
enfatizando la transparencia en todos los procesos decisionales.
Inicia recordando que en la segunda parte del siglo XX surgió una tendencia a concebir al
planeta como patria, y a la humanidad como pueblo que habita una casa de todos, un solo mundo, con
un proyecto común. Se puede ejemplificar este cambio con la famosa fotografía de “La canica azul”,
tomada a la tierra desde la nave Apolo 17 en 19724
estando a 45,000 km de distancia, la cual cambió
profundamente la auto-percepción de la humanidad, llevándonos a tomar conciencia de que viajamos
todos en esta hermosa nave espacial que el papa Francisco llama “nuestra casa común”.
Coincidentemente -en ese mismo año en que la población llegó a cuatro mil millones de habitantes- la
Declaración de Estocolmo5
reconoció la necesidad de cooperación internacional para cuidar el
ecosistema de toda la tierra, a la cual siguió la creación del Programa de las Naciones Unidas para el
Medio Ambiente6
y a la Convención sobre la prevención de la polución marina por el vertido de
residuos.
La nueva visión de la hermosa canica azul ilustra la “Hipótesis de Gaia”,7
que señala que la
atmósfera y la superficie de la tierra se comportan como un todo coherente donde la vida autorregula
sus condiciones esenciales: temperatura, composición química y salinidad.
En 1986 se acuñó el concepto “Biodiversidad”8
para expresar la amplia variedad de seres vivos
y los complejos sistemas en los que interactúan. Coincidiendo cronológicamente -pero en un modelo
de pensamiento radicalmente contrario- la transnacional Monsanto creó la primera planta
genéticamente adulterada.
1 Desde jóvenes, en 1980, la pedagoga Gisela Herrerías Guerra y su esposo el filósofo Raúl Hernández Garciadiego han
impulsado un proceso de desarrollo regional sostenible en beneficio de las familias campesinas e indígenas de la región
Mixteca-Popoloca en Puebla y Oaxaca y regiones vecinas a través de Alternativas y Procesos de Participación Social
A.C., dirigiendo un equipo interdisciplinario constituido por 200 personas en promedio, impulsando los programas Agua
para Siempre de regeneración de cuencas para obtención de agua y el Grupo Cooperativo Quali, que opera la cadena
agrícola, agroindustrial y comercial de alimentos nutritivos de amaranto.
2 La encíclica fue firmada por el papa el 24 de mayo de 2015, Solemnidad de Pentecostés y fue presentada el 18 de junio
de 2015
3 En el capítulo quinto
4 El 7 de diciembre de 1972
5 Se firmó al concluir la Conferencia de la ONU sobre el Medio Humano en 1972
6 PNUMA
7 Publicada por el químico James Lovelock en 1979
8 Del entomólogo Edward O. Wilson
2. Al año siguiente, el Informe “Nuestro futuro común”9
acuñó el concepto de “Desarrollo
sostenible” que es "un nuevo sendero de progreso que permite satisfacer las necesidades y aspiraciones
del presente sin comprometer la capacidad de futuras generaciones de satisfacer sus propias
necesidades." En este concepto se integran las dimensiones de sostenibilidad ecológica, económica y
social, a las que se añadiría posteriormente la sostenibilidad cultural.10
Casi dos décadas después de la “canica azul”, volvió a cambiar nuestra percepción, cuando -tras
trece años de navegación espacial- en 1990 la nave Voyager 1 dejó atrás Neptuno y giró11
para tomar la
última foto de la tierra al salir del sistema solar a 6,000 millones de km, a la que se nombró el “pálido
punto azul”, con la cual tomamos conciencia de nuestra infinitésima pequeñez con relación a las
dimensiones de nuestro propio sistema solar y mucho más aún respecto a nuestra galaxia y a la
totalidad conocida del cosmos en nuestro tiempo. En ese mismo año, se formuló el Principio
Precautorio 12
diciendo: “Acordamos que, frente a amenazas irreversibles de daños ambientales, la
falta de certidumbre científica no es una excusa para posponer acciones que justifiquen su propio
derecho”.
Las maravillosas y nítidas imágenes de rincones del cosmos transmitidas ininterrumpidamente
desde 1993 por el potente telescopio espacial Hubble13
han cambiado nuestra comprensión del
universo14
, mientras que la creciente comprensión de la naturaleza de las partículas subatómicas
logradas en el laboratorio CERN15
, la comprensión creciente del lenguaje genético de la vida toda que
nos revela la biología, y la maravilla del cerebro humano que nos dota de la inteligencia que estudian
las neurociencias, nos invitan a sumarnos con admiración al cántico de Francisco de Asís16
“Alabado
seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra...”, que nos prepara a la adoración de Dios creador,
nuestro padre.
Al analizar la problemática actual, el papa nos invita a reconocer que nuestra inteligencia para el
desarrollo tecnológico no ha encontrado formas de gestión para resolver ni las dificultades ambientales
ni las sociales. Denuncia que la humanidad del período post-industrial17
se recordará como una de las
más irresponsables de la historia, e invita a la humanidad de inicio del siglo XXI a que llegue a ser
recordada por asumir con generosidad sus graves responsabilidades.
Con el subtítulo de la encíclica “sobre el cuidado de nuestra casa común”, Francisco hace
9 Informe de la Comisión Brundtland, encabezada por Gro Harlem Brundtland, Primera ministra de Noruega, WCDE
1987
10 En castellano es más correcto expresar desarrollo sostenible, aunque se admite también desarrollo sustentable, que
surgió de una deficiente traducción del inglés sustainable.
11 La idea de este giro para tomar la foto de la lejana tierra dentro del Sistema Solar, fue propuesta por el astrónomo Carl
Sagan.
12 En la Declaración Económica de la Cumbre Económica de Naciones Industrializadas.
13 El telescopio espacial Hubble -nombrado en honor del astrónomo Edwin Hubble, fue lanzado en abril de 1990 y
colocado en órbita a 600 km de la tierra. Tras una compleja misión de servicio para corregir errores de su operación
inicial, en 1993 transmitió imágenes más nítidas de lo que se había podido imaginar.
14 Las imágenes obtenidas por el telescopio Hubble han permitido afinar la estimación de la edad del universo desde la
gran explosión conocida como “Big bang”, inicialmente calculada en 14 mil millones de años hasta unos 12 mil
planteados en la actualidad. También han permitido confirmar el fenómeno de “Expansión Acelerada del Universo”
15 El acrónimo CERN (originada en 1952, utilizada provisionalmente para el nombre en francés del Conseil Européen
pour la Recherche Nucléaire, que oficialmente se nombró Organización Europea para la Investigación Nuclear.
16 San Francisco de Asís, nació en 1182 y murió en 1226 a los 44 años de edad.
17 La primera revolución industrial tuvo su apogeo a mediados del siglo XVIII al contar con el desarrollo de la metalurgia
para fabricar herramientas y máquinas (como hiladoras y telares en fábricas y sembradoras y desmotadoras en el
campo), la fuerza del vapor para moverlas y los nuevos medios de transporte para movilizar mercancías y personas con
los ferrocarriles y barcos de acero. La segunda revolución industrial inició a finales del siglo XIX al aplicar a las
máquinas los motores de combustión interna, a la cual confrontó la encíclica Rerum Novarum (“De las cosas nuevas”)
del papa León XIII en 1891, con la que se fortaleció el Pensamiento Social Cristiano.
3. explícita su coincidencia con el enfoque de los bienes comunes18
y afirma: “En definitiva, necesitamos
un acuerdo sobre los regímenes de gobernanza para toda la gama de los llamados « bienes comunes
globales »”.
Así, la encíclica se nutre con las vigorosas fuentes de pensamiento de lo que Francisco
denomina “el gran recorrido del movimiento ecológico mundial, el cual ha sido enriquecido por las
aportaciones de organizaciones de la sociedad civil”. Y al hacerlo, también la enriquece e ilumina
desde la perspectiva del pensamiento social cristiano.
Juzga que las cumbres mundiales sobre el ambiente en general no han respondido a las
expectativas, con la notoria excepción de la que califica como profética Cumbre de la Tierra 1992 de
Río de Janeiro, que en su Principio 1 establece que “los seres humanos constituyen el centro de las
preocupaciones relacionadas con el desarrollo sostenible”. Este principio ha dado fundamento al
Convenio sobre Diversidad Biológica19
, a la necesidad de estabilizar gases de efecto de invernadero
para revertir el calentamiento global, al deber de evaluar el impacto ambiental de toda obra o proyecto
y a la obligación por parte de quien contamina de hacerse cargo de la reparación del daño.
Señala que aunque estos acuerdos han sido muy acertados, no lograron un buen nivel de
aplicación, por lo que siguen reclamando caminos eficaces y ágiles de ejecución práctica. En cambio,
la Conferencia de la ONU sobre desarrollo sostenible de 2012 -conocida como Río+20- y otras más, se
han quedado en meras declaraciones ineficaces, por culpa de posiciones que privilegian intereses
nacionales sobre el bien común global.
Francisco no duda en denunciar con claridad que la dimensión económico-financiera
transnacional del paradigma tecnoeconómico, predomina sobre la política, y que es esta misma
lógica la que impide por un lado adoptar decisiones drásticas para mejorar el planeta, y la que no
permite cumplir el objetivo de erradicar la pobreza.20
Distingue entre diversos niveles de actuación en los que existen responsabilidades comunes
-pero diferenciadas- de los distintos participantes, teniendo mayor responsabilidad los países
industrializados en aportar a la solución de los problemas que han causado durante los últimos 250
años.
Y para buscar soluciones, resalta que son las instancias locales y regionales -cercanas a la gente-
las que pueden hacer la diferencia, pues allí se puede generar una mayor responsabilidad, un fuerte
sentido comunitario, una especial capacidad de cuidado, y desarrollar una creatividad más generosa,
con un entrañable amor a la propia tierra, pensando en lo que se deja a los hijos y a los nietos. En los
niveles regional y local todos nosotros -individuos y grupos- podemos pensar, dialogar y trabajar para
mejorar nuestro ambiente.
Respecto a los países pobres, señala que necesitan tener como prioridad la erradicación de la
miseria y el desarrollo social de sus habitantes, pero que deben analizar el nivel escandaloso de
consumo de algunos sectores privilegiados de su población, además de controlar mejor la corrupción.
Con realismo político Francisco dice que siempre hay mucho por hacer, y nos da pistas para la
acción, enumerando cosas que podemos hacer -y en particular la sociedad civil, a la que reconoce su
gran compromiso y entrega generosa- y trata de estimular nuestra propia imaginación para ampliar esta
lista: Programar una agricultura sostenible y diversificada; hacer un amplio desarrollo de energía
18 El enfoque de análisis de la gestión de los bienes comunes -llamados “commons”- desarrollado por Elinor Ostrom, por
el cual recibió el Premio Nobel de Economía 2009.
19 El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) es un tratado internacional jurídicamente vinculante cuyo objetivo
general es promover medidas que conduzcan a un futuro sostenible y define tres objetivos principales: la conservación
de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los
beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos.
20 Al concluir el período de los Objetivos de Desarrollo del Milenio 2000-2015, la Organización de las Naciones Unidas
los replanteó y aprobó en septiembre de 2015 con metas más ambiciosas denominados ahora Objetivos de Desarrollo
Sostenible 2015-2030
4. renovable poco contaminante y eficiencia energética; impulsar una buena gestión de recursos forestales
y marinos, evitando su creciente contaminación; organizar cooperativas para explotación de energías
renovables y la eficiencia energética; alentar el mejoramiento agrícola de regiones pobres mediante
inversiones en infraestructuras rurales; en la organización del mercado local o nacional, en sistemas de
riego, en el desarrollo de técnicas agrícolas sostenibles; se pueden facilitar formas de cooperación o de
organización comunitaria que defiendan los intereses de los pequeños productores y preserven los
ecosistemas locales de la depredación; resalta que hay que asegurar a todos el acceso al agua potable, lo
cual debe tener prioridad, por ser el agua un recurso escaso e indispensable y un derecho fundamental
que condiciona el ejercicio de otros derechos humanos. Esta prioridad del agua es indudable y supera
todo análisis de impacto ambiental de una región. ¡Es tanto lo que sí se puede hacer!,” nos anima con
tal entusiasmo que recuerda la etimología griega de la palabra enthousiasmós que significa actuar
poseído por Dios.21
Su entusiasmo nos conecta con el que nos contagió Paulo VI en 1967 -dos años antes de que la
Apolo 11 llegara a la luna y cinco años antes de la revelación de la canica azul- al enfatizar la
necesidad de “promover el desarrollo integral de todos los pueblos: promover a todos los hombres y a
todo el hombre. … el verdadero desarrollo, que es el paso, para cada uno y para todos, de condiciones
de vida menos humanas, a condiciones más humanas.” Esta formulación contradice los fundamentos
del utilitarismo -corriente filosófica que subyace al modelo capitalista- que propone promover “la
mayor cantidad de utilidad para el mayor número posible”22
.
¡Y cómo podríamos no habernos entusiasmado! al escuchar al Papa invitándonos a convertirnos
en promotores alentándonos al decir: “Nosotros tenemos tanta confianza en que los ideales conjuntos
de la justicia y de la paz, llegarán por su propia virtud a engendrar en el hombre moderno las energías
morales para que los actúen, que esperamos en su gradual victoria. Más aún, confiamos también, cada
vez más, en que el hombre moderno tenga ya por sí mismo la comprensión de los caminos de la paz,
hasta el punto de hacerse a sí mismo promotor de aquella Justicia que abre esos caminos y los hace
recorrer con valiente y profética esperanza.”... “Encomendamos ésta nuestra invitación a los hermanos
e hijos de nuestra Iglesia católica: es necesario llevar a los hombres de hoy un mensaje de esperanza, a
través de una fraternidad vivida y de un esfuerzo honesto y perseverante para una más grande, real,
justicia”.
¿Qué frutos produjo el llamado de Paulo VI a impulsar el desarrollo de los pueblos con su
encíclica Populorum Progressio?. La respuesta que demos a esta pregunta nos puede ayudar a
barruntar el potencial de cambio social del nuevo llamado que nos hace Francisco.
Hoy le podemos rendir cuentas a Paulo VI diciéndole que en las décadas de los sesentas y
setentas fuimos incontables millares de jóvenes quienes nos dejamos tocar el corazón por el mensaje de
Jesús y nos lanzamos a buscar e inventar nuevos modelos de desarrollo, saliendo de nuestro centro de
comodidad para ir a vivir en la inserción en zonas pobres y marginadas del campo y de las ciudades,
para convivir con las familias, conocernos y educarnos con ellas, aprendiendo a organizarnos y
motivándonos unos a otros para explorar caminos inéditos.
Cinco décadas después, podríamos elaborar una lista de avances y logros para contagiar nuestro
21 Del griego enthousiasmós, la preposición en y el sustantivo theós, que significa tener un dios dentro de uno mismo, que
nos mueve con su fuerza y sabiduría.
22 El economista británico y teórico social Jeremy Bentham (1748-1832), en su obra "Introducción a los principios de la
moral y la legislación" de 1789 -coincidiendo en fecha con la Revolución Francesa, cuando la Revolución Industrial
tomaba vigor en Inglaterra gracias a la aplicación del poder del vapor- , propuso los fundamentos de la nueva corriente
de pensamiento de la que fue fundador, conocida como “Utilitarismo”, al señalar que “en el ámbito de la moral, los
únicos hechos realmente importantes son el placer y el dolor. Conseguir placer y evitar el dolor: éstos son los únicos
motivos de la acción.” Esta propuesta se alinea con la herencia del hedonismo racional formulado por Epicuro
-refinando a Aristipo- en la filosofía griega del siglo IV antes de Cristo, cuya aplicación ha llevado siempre a nefastas
consecuencias morales y sociales.
5. entusiasmo a la nueva generación de jóvenes:
hemos ensayado y afinado metodologías de investigación-acción participativa y de educación
popular que nos han ayudado a definir juntos el rumbo y los caminos que convendría seguir;
aprendimos a organizarnos en pequeños grupos de base para reflexionar unidos e iniciar
acciones transformadoras;
aprendimos a regenerar la naturaleza, protegiendo los suelos contra la erosión y regenerándolos
para enriquecer su fertilidad con la biodiversidad de microorganismos que transmiten y
sustentan la vida vegetal a través de sus raíces; también comprendimos el ciclo hidrológico en
las cuencas, creando nuevos bosques y selvas, regenerando cauces y controlando las
escorrentías con técnicas que permiten aprovechar el agua en los meses de lluvia para recargar
acuíferos y manantiales y crear reservas para los meses de secas, elevando la seguridad hídrica
de las familias, pueblos y sus regiones;
logramos revitalizar la riqueza de la biodiversidad de los alimentos creados por los antiguos
pueblos mexicanos durante unos ocho mil años de trabajo generacional en parcelas dispersas en
todo el país, con la cual crearon una rica fuente de autosuficiencia alimentaria que se sintetiza
en el maravilloso policultivo llamado milpa, que combina en su núcleo la tríada formada por el
maíz, el frijol y el amaranto, complementados con chiles, calabazas, tomates e infinidad de otras
hierbas útiles -comestibles, medicinales y olorosas- propicias para cada región climática; hemos
aprendido a cultivar alimentos sanos con métodos orgánicos -sin utilizar agrotóxicos- para
mantener libres de contaminación a los suelos, las aguas y el entorno, protegiendo la salud de
cada persona contra las nuevas epidemias que hoy afectan a las sociedades modernas;
Aprendimos a combinar estos alimentos nutritivos en deliciosos platillos de la gastronomía
tradicional y a educar en prácticas higiénicas -posibilitadas ya al contar con agua limpia-
maravillándonos al constatar una y otra vez que en menos de un año se puede superar la
desnutrición infantil que afecta a cerca de la mitad de los niños en pueblos indígenas,
abriéndoles amplios horizontes de florecimiento intelectual, justo al iniciar su vida escolar;
hemos logrado crear una gran diversidad de empresas sociales fundamentadas en la filosofía
cooperativa y en los principios de la justicia, llevándolas a integrar uniones que posibilitan
añadir valor agregado a los alimentos generando empleos permanentes y formales; hay
ejemplos maduros en procesadoras de café, amaranto, miel, chicle, frutas y muy diversas
artesanías tradicionales.
se han desarrollado redes de abasto y distribución dinamizadas por consumidores conscientes
que buscan alimentos sanos y nutritivos y saben que con su poder de compra contribuyen a
impulsar modelos de economía regional sostenible, al ser regeneradora de la naturaleza,
socialmente equitativa, económicamente viable y culturalmente respetuosa de la diversidad.
Participando en estas redes organizadas, los consumidores contribuyen a que estos alimentos
lleguen a todo el país y aún a otros países, haciendo cada vez más visible el potencial de la
economía social y solidaria.
hemos podido crear equipos interdisciplinarios con vigorosa mentalidad inventiva y
regeneradora para desarrollar tecnologías apropiadas que impulsen el desarrollo de cada cadena
productiva, atendiendo a las condiciones económicas, ecológicas, sociales y culturales en las
distintas regiones y para cada proceso agroalimentario;
más recientemente, estamos aprendiendo a organizar la logística para brindar apoyo
humanitario a los migrantes y defenderlos de quienes medran explotando abusivamente su
debilidad e inseguridad;
aprendimos a unir nuestras voces para atrevemos a denunciar los abusos y a defender los
derechos humanos de todos, pero en especial de los más indefensos: agua limpia, alimentación,
empleo, ingresos, salud y educación son necesidades vitales para asegurar una vida digna y
6. están ya reconocidas como derechos humanos fundamentales.
Podríamos alargar ésta y otras listas que acrecienten la esperanza que tanto necesita el mundo de
hoy y anime a los jóvenes a sumarse a estos esfuerzos.
Alcanzar estos logros ha sido posible por la generosidad de las personas que orientaron sus
vidas a la realización de estas labores, y gracias a que muchas personas que cuentan con recursos
abundantes escucharon también la invitación de Jesús y dejaron que tocara sus corazones, logrando
comprender que sus riquezas en realidad no les pertenecen, sino que las tienen bajo su resguardo como
administradores de un tesoro que puede respaldar e impulsar estas iniciativas para promover
solidariamente el bien común y en especial el de los más pequeños y débiles, los consentidos de Jesús.
Con esta lista de avances en la mano, podemos respaldar la lista de pendientes que nos enumera
Francisco y le podemos confirmar que sí es posible lograr lo que nos propone, que su propuesta es
realista, oportuna y urgente, y que nos esforzaremos en invitar a todas las personas de buena voluntad a
que se sumen y se dispongan a llevarla a la práctica, porque hace falta multiplicar la potencia de estos
logros para llevarlos a muchos más rincones del planeta que tanto los necesitan.
Y coincidimos con él cuando nos recuerda que es indispensable la continuidad, ya que los
resultados requieren mucho tiempo y esfuerzo, sabiendo que suponen costos inmediatos con efectos
que en ocasiones se muestran más allá del corto plazo.
Pero para poder extender esta fructífera actuación a una dimensión más amplia, se requiere un
cambio real, una “conversión ecológica” personal23
, animada por una mística con “unos móviles
interiores que impulsan, motivan, alientan y dan sentido a la acción personal y comunitaria” para la
cual tenemos que impulsar una profunda y rica labor educativa que ayude a que cada vez más personas
comprendan realmente que la gravísima crisis ecológica que vivimos es un llamado urgente a que cada
uno realicemos una profunda conversión interior -que transforme nuestras vidas- siguiendo el fecundo
ejemplo de Francisco de Asís. Por ello, en su encíclica “Laudato si”, Francisco no olvida apuntar la
responsabilidad que tenemos cada uno de nosotros al adquirir bienes de consumo sin hacernos
conscientes de la contaminación que generamos por los vertidos que hacemos al drenaje desde nuestras
casas y lugares de trabajo... todos somos responsables y tenemos que contribuir a modificar el rumbo,
comenzando por nosotros mismos, por nuestras propias casas, para desde allí contribuir al cuidado de
nuestra casa común.
Orientación del desarrollo - el Principio de Precaución
Desafortunadamente no podemos concentrar -como quisiéramos- todos nuestros esfuerzos en
encontrar y fortalecer soluciones a los grandes problemas que afectan a la mayoría que sufre carencias
diversas y profundas, sino que tenemos que destinar una parte de nuestra atención y esfuerzos a detener
acciones erróneas o abusivas que amenazan al planeta en conjunto; por ello el papa dedica una amplia
reflexión a los riesgos que plantea la tecnología de alteración genética24
en general y de los alimentos
transgénicos en particular, y la encuadra como una de las desviaciones de rumbo del así llamado
“progreso” que es necesario abordar para corregir y reorientar, recogiendo la orientación de Juan Pablo
II cuando señaló que “toda intervención en un área del ecosistema debe considerar sus consecuencias
en otras áreas”25
y que la Iglesia valora el aporte “del estudio y de las aplicaciones de la biología
molecular, completada con otras disciplinas, como la genética, y su aplicación tecnológica en la
agricultura y en la industria”,26
sin que esto signifique que no se debe admitir sin más una
“indiscriminada manipulación genética”, ya que “Al mismo tiempo, no pueden dejar de replantearse los
objetivos, los efectos, el contexto y los límites éticos de esa actividad humana que es una forma de
23 Ver Laudato si Capítulo III Conversión Ecológica
24 Laudato si Núm.130
25 Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1990, 6:AAS 82(1990), 150
26 Discurso a la Pontificia Academia de las Ciencias (3 octubre 1981), 3: L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua
española (8 noviembre 1981), p. 7.
7. poder con altos riesgos”27
Desde los años setentas surgió la metodología de evaluación de riesgos como herramienta para
orientar la toma de decisiones y cuidar que no afecten al medio ambiente, cuando no se cuenta con
información científica suficiente. Esta evaluación del riesgo se basaba solamente en un análisis costo-
beneficio, poniendo demasiada fe en la ciencia para predecir daños en el medio ambiente que en
general son complejos, y sin considerar que muchos de ellos no solamente no pueden ser anticipados,
sino que tampoco se han desarrollado tecnologías para medirlos. En 198228
se formuló el antecedente
del principio de precaución, estableciendo que aquellas actividades que puedan entrañar riesgos a la
naturaleza, deben ser precedidas de una evaluación extensiva. Sus proponentes deben demostrar que
los beneficios esperados sobrepasan los potenciales daños a la naturaleza, y cuando los potenciales
impactos no son totalmente entendidos, no se deben llevar a cabo las actividades.29
Por fin, en 199030
se formuló el principio precautorio diciendo: “Acordamos que, frente a
amenazas irreversibles de daños ambientales, la falta de certidumbre científica no es una excusa para
posponer acciones que justifiquen su propio derecho”.
Francisco nos recuerda en la encíclica que cuando aparecen eventuales riesgos para el ambiente
que afecten al bien común presente y futuro, el pensamiento social cristiano exige “que las decisiones
se basen en una comparación entre los riesgos y los beneficios hipotéticos que comporta cada decisión
alternativa posible”31
, sumándose a la Declaración de Río de 1992, que señala que “cuando haya
peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como
razón para postergar la adopción de medidas eficaces”32
que impidan la degradación del medio
ambiente.
Y considerando “la posibilidad de una utilización irresponsable de las capacidades humanas”,
nos pregunta Francisco: ¿cómo puede la sociedad ordenar y custodiar su devenir en un contexto de
constantes innovaciones tecnológicas?33
“El derecho ... establece las reglas para las conductas admitidas a la luz del bien común. Los
límites que debe imponer una sociedad sana, madura y soberana se asocian con: previsión y
precaución, regulaciones adecuadas, vigilancia de la aplicación de las normas, control de la corrupción,
acciones de control operativo sobre los efectos emergentes no deseados de los procesos productivos, e
intervención oportuna ante riesgos inciertos o potenciales.”34
Aclara que “Es difícil emitir un juicio general sobre el desarrollo de los organismos
genéticamente modificados”35
, pero el juicio se orienta considerando que “Siempre somos más
fecundos cuando nos preocupamos por generar procesos más que por dominar espacios de poder... -y
advierte que- al poder político le cuesta mucho asumir este deber en un proyecto de nación.”36
Y por
ello sostiene que hay que respetar la razón, que implica prestar atención a lo que la misma ciencia
biológica puede enseñar acerca de las estructuras biológicas y de sus posibilidades y mutaciones,
cuando actúa y es “desarrollada de manera independiente con respecto a los intereses económicos”.37
Entre ellos señala el daño que se causa a los pequeños agricultores que se ven desplazados de su
actividad al ser controlados por oligopolios y el daño ambiental por el arrasamiento de los ecosistemas
para facilitar la expansión de los monocultivos. Esto significa que tenemos que estar atentos a
27 Laudato si Núm.131
28 En el Capítulo Mundial de la Naturaleza de 1982.
29 Principio 11.b
30 En la Declaración de la Cumbre Económica de Naciones Industrializadas.
31 131 Consejo Pontificio Justicia y Paz, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 469.
32 132 Declaración de Río sobre el medio ambiente y el desarrollo (14 junio 1992), Principio 15.
33 Laudato si Núm.177
34 Laudato si Núm.177
35 Laudato si Núm.133
36 Laudato si Núm.178
37 Laudato si Núm.130
8. distinguir las verdaderas aportaciones del conocimiento científico, de aquellas manipulaciones
disfrazadas con argumentos científicos que en realidad solamente buscan un beneficio económico para
la empresa que lo promueve.
Y nuevamente con realismo señala que dado que el derecho a veces se muestra insuficiente
debido a la corrupción, se requiere una decisión política presionada por la población.38
La sociedad, a
través de organismos no gubernamentales y asociaciones intermedias, debe obligar a los gobiernos a
desarrollar normativas, procedimientos y controles más rigurosos. Si los ciudadanos no controlan al
poder político –nacional, regional y municipal–, tampoco es posible un control de los daños
ambientales. Para “considerar todos los aspectos éticos implicados... hay que asegurar una discusión
científica y social... A veces no se pone sobre la mesa la totalidad de la información, que se selecciona
de acuerdo con los propios intereses, sean políticos, económicos o ideológicos... volviendo difícil
desarrollar un juicio equilibrado y prudente...considerando todas las variables atinentes.”39
Cuando se plantean estas cuestiones, aparecen voces -algunas sinceras y otras compradas-
acusando a los demás de pretender detener irracionalmente el progreso y el desarrollo humano. Pero
tenemos que convencernos de que desacelerar un determinado ritmo de producción y de consumo
puede dar lugar a otro modo de progreso y desarrollo.40
“Los esfuerzos para lograr un uso sostenible de los recursos naturales no son un gasto inútil,
sino una inversión que podrá ofrecer otros beneficios económicos a medio plazo. Si no tenemos
estrechez de miras, podemos descubrir que la diversificación de una producción más innovativa y con
menor impacto ambiental, puede ser muy rentable. Se trata de abrir camino a oportunidades diferentes,
que no implican detener la creatividad humana y su sueño de progreso, sino orientar esa energía con
cauces nuevos.”41
“...un camino de desarrollo productivo más creativo y mejor orientado podría
corregir el hecho de que haya una inversión tecnológica excesiva para el consumo y poca para resolver
problemas pendientes de la humanidad.”42
“La diversificación productiva da amplísimas posibilidades a la inteligencia humana para crear e
innovar, a la vez que protege el ambiente y crea más fuentes de trabajo. Esta sería una creatividad
capaz de hacer florecer nuevamente la nobleza del ser humano, porque es más digno usar la
inteligencia, con audacia y responsabilidad, para encontrar formas de desarrollo sostenible y equitativo,
en el marco de una noción más amplia de lo que es la calidad de vida. En cambio, es más indigno,
superficial y menos creativo insistir en crear formas de expolio de la naturaleza sólo para ofrecer
nuevas posibilidades de consumo y de rédito inmediato.”43
“Sabemos que es insostenible el comportamiento de aquellos que consumen y destruyen más y
más, mientras otros todavía no pueden vivir de acuerdo con su dignidad humana.”44
La publicación de Laudato si coincide con la lucha más importante que se ha emprendido en
México para defender el patrimonio genético alimentario atesorado en las semillas mejoradas por las
familias campesinas de nuestros pueblos durante unos ocho mil años, en contra del riesgo de despojo
por vía de contaminación transgénica. Esta defensa llevó a la presentación de una Demanda de Acción
Colectiva que enfrenó exitosamente hasta hoy la inminente autorización de permisos de siembra
extensiva de maíces transgénicos en éste que es su Centro de Origen y Diversificación Permanente.45
38 Laudato si Núm.179
39 Laudato si Núm.135
40 Laudato si Núm.191
41 Laudato si Núm.191
42 Laudato si Núm.192
43 Laudato si Núm.192
44 Laudato si Núm.193
45 La Demanda de Acción Colectiva en defensa de los maíces nativos mexicanos fue presentada por 53 personas físicas y
morales en julio de 2013 y obtuvo del juzgado una Medida Precautoria que se ha sostenido durante dos años y medio,
enfrentando más de cien recursos judiciales, derrotando a los equipos de abogados de las más poderosas empresas
transnacionales y del gobierno mexicano que litiga a su favor en lugar de defender -como debiera- el derecho a un
9. Oponerse al riesgo de contaminación transgénica no es oponerse al progreso sino al contrario, es
defender un desarrollo sostenible, que preserve las posibilidades de alimentarnos en el contexto de
cambio climático. Los invito a recordar lo que todos aprendimos de nuestras mamás y de nuestras
abuelas: “con la comida no se juega”.
Esta reflexión surgida a partir de la lectura de la encíclica tras cuatro décadas de experiencia de
impulsar el desarrollo regional en beneficio de las personas de familias que viven en los pueblos más
marginados, es una invitación a acercarse a la lectura y pausada reflexión sobre la encíclica Alabado
seas, para dialogar sobre los temas que ilumina desde la perspectiva del pensamiento social cristiano, y
a atrevernos a realizar nuestra conversión ecológica y a actuar en consecuencia.
Le damos las gracias al papa Francisco por esta fuente de reflexión ética profunda que nos ha
obsequiado, y confiamos en que los jóvenes interesados en los problemas ecológicos de su tiempo,
encuentren en ella las orientaciones y líneas de acción que Francisco quiso ofrecerles en la propuesta de
ecología integral, que desarrolla en “Alabado seas” para “buscar soluciones integrales que consideren
las interacciones de los sistemas naturales entre sí y con los sistemas sociales...” porque “las líneas de
solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los
excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza.”46
ambiente limpio y a la salud de sus habitantes. También coincide con la defensa de los pueblos mayas que lograron un
amparo que obliga al desechamiento de los permisos de cultivo de soya transgénica en la península de Yucatán, por no
haberse realizado la consulta abierta e informada
46 Ver Capítulo IV de Laudato Si, Gozo y Paz