Este documento trata sobre la controversia que generó la música de Astor Piazzolla en la Argentina de los años 1950 y 1960, cuando los tangueros ortodoxos no aceptaban sus variaciones y lo llamaban "el asesino del tango". A pesar de la crítica, Piazzolla siguió desarrollando su propio estilo influenciado por el tango, el jazz y la música clásica. Más adelante, su obra fue reconocida y versionada por importantes artistas de todo el mundo.