Este documento presenta la leyenda del atrapasueños de la tribu Lakota. Según la leyenda, un líder espiritual Lakota tuvo una visión en la que un dios en forma de araña le enseñó sobre el ciclo de la vida y le regaló una telaraña incompleta para "atrapar los sueños y las metas" de su pueblo. El dios explicó que la telaraña absorbería los temores y la negatividad, mientras que las buenas ideas quedarían atrapadas en sus hilos. El líder Lakota ense
La inclusión de los pueblos ancestrales en la educación y políticas
1. La inclusión de los pueblos
ancestrales en la educación y
las políticas nacionales.
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL
FACULTAD DE HUMANIDADES
LIC. EN ESPAÑOL LENGUAS EXTRANJERAS
RECURSOS DIDÁCTICOS
Presentado por: Juan Pablo Pérez / Victoria Muñoz Narvaez.
2013
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4. El atrapa sueños
“Que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños so “,
de ía Segis u do e la o a “La vida es sueño“. Y ué
acertadas son sus palabras. Tejemos nuestra existencia en
torno a estas ilusiones llamadas sueños, que pueden
endulzar o dejar un sabor amargo. Son emociones
inherentes al ser humano, que lo ha acompañan hasta el
ocaso de sus días.
Y la tradición oral, aquélla que nos transmite la sabiduría
milenaria, nos cuenta que los humanos siempre nos hemos
mostrado recelosos a la hora de compartir sueños. Mucho
mas que nos los roben. De esta inquietud nace la siguiente
leyenda: el Atrapasueños.
Cuando el mundo empezaba a dar sus primeros pasos, un
líder espiritual, un Lakota para ser más exactos, tuvo una
visión. En ella se le apareció un dios de la sabiduría, en
forma de araña, ya que gustaba de gastar bromas. Éste le
contó que existía un lenguaje que sólo podían comprender
los miembros más virtuosos de la tribu; un lenguaje
secreto, que utilizaría para charlar con él, ya que así podría
entender el mensaje que venía a darle.
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5. Durante la visión, Lakota escuchó atentamente a este dios
en forma de araña, que respondía al nombre Iktomi. Éste,
mientras hablaba, tejía una tela la araña. Habló del círculo
de la vida, describiendo todas las etapas: el nacimiento, la
infancia, la juventud, la madurez y la vejez. Respecto a la
vejez, puntualizó que debemos tener más cuidados, ya
que volvemos a estar igual de indefensos que en la niñez.
Igualmente, Iktomi señaló que en cada una de estas
etapas, tanto las energías del bien como la del mal se nos
presentan, y que somos nosotros quienes decidimos a
quien escuchar. Que las fuerzas de la naturaleza desean
convivir con nosotros en armonía y que está en nuestras
manos lograrlo. Llegado a este punto del monólogo, la
telaraña estaba casi completa. La había tejido con esmero.
Pero en el centro había un hueco. El dios habló:
- Toma este telaraña. Como ves, está incompleta. Úsala
para alcanzar los sueños y las metas de tu pueblo. Usa
bien las ideas e ilusiones que tengan los demás. Éstas
quedarán atrapadas en estos hilos, mientras que lo malo,
los temores y negatividad, los absorberá este agujero.
Y así hizo Lakota. Enseñó a su pueblo, los Sioux, que la
telaraña es en realidad un atrapasueños, convirtiéndose
en el símbolo de vida. En la red de la vida.
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