La historia cuenta cómo un piloto francés capturado por los fascistas durante la guerra civil española estaba seguro de que lo ejecutarían. Sin embargo, cuando le pidió fuego a su carcelero y le sonrió, su carcelero le devolvió la sonrisa y lo liberó, reconociéndose el uno al otro como seres humanos más allá de sus roles de enemigos. La historia subraya la capacidad de la sonrisa y el contacto humano espontáneo para superar las barreras entre las personas.