El documento habla sobre la importancia de tener un corazón puro para poder acercarse a Dios. Explica que Dios mira el corazón y no las apariencias externas. También discute cómo la sangre de Jesucristo puede limpiar nuestros pecados y purificar nuestros corazones, permitiéndonos entrar en la presencia de Dios. Finalmente, menciona que solo aquellos cuyos nombres estén escritos en el libro de la vida podrán entrar en la ciudad celestial.