Este capítulo explora las bienaventuranzas de Jesús, especialmente "Bienaventurados los pobres de espíritu". Explica que los pobres de espíritu son aquellos que son humildes y no se enorgullecen de su conocimiento. También discute cómo Dios revela sus misterios a los humildes y no a los sabios orgullosos. Finalmente, habla sobre la misión del hombre inteligente de usar su conocimiento para beneficiar a los demás en lugar de enorgullecerse.