El documento describe varias poblaciones vulnerables que han sido sujetos de investigación clínica no ética, incluyendo prisioneros, refugiados y personas con discapacidades. Estas poblaciones a menudo dan su consentimiento bajo coerción debido a que dependen de sus captores para satisfacer sus necesidades básicas y temen represalias si no cooperan. Adicionalmente, los investigadores a menudo no toman en cuenta el estrés y las pérdidas recientes que han experimentado estas poblaciones vulnerables.