El estudio de Tuskegee entre 1932 y 1972 observó a 399 pacientes afroamericanos con sífilis en Alabama sin tratar su enfermedad o informarles sobre su diagnóstico. A pesar de que la penicilina existía para tratar la sífilis en 1940, los médicos no la administraron. El estudio terminó cuando un periodista publicó un artículo revelando el escándalo. El estudio violó principios de bioética como beneficencia, autonomía y justicia al no obtener consentimiento e incluir una población vulnerable sin tratar su enfermed