El documento describe la preparación anual de una obra de teatro en una escuela primaria dirigida por la autora. Explica que la obra requiere meses de preparación e involucra a estudiantes, maestros, familias y personal de la escuela. También destaca que la clave del éxito es el trabajo en equipo y que la experiencia ayuda a los estudiantes a vivir otras vidas y emociones. La autora concluye que tanto la educación como el teatro la ayudan a ser mejor persona y espera poder transmitir eso a sus alumnos.

1. EL MAGO DE OZ.
Cada año nos embarcamos en un nuevo proyecto
teatral. Yo lo comparo con el embarazo y el parto; son
varios meses de preparación en los que ponemos
entusiasmo, ilusión, esperanza, emoción y alguna que otra
preocupación, esperando que al final del proceso todo
salga bien, que todo el esfuerzo realizado haya merecido
la pena.
Los chicos y chicas de 6º saben que al final del curso
van a ser los protagonistas del cole en el que la gran
mayoría han pasado 9 años de escolaridad. Van a ser “las
estrellas”, admirados y envidiados por todos sus
compañeros de cursos inferiores.
Cada año me sorprenden más por su capacidad de
implicación y compromiso con el proyecto, y no me refiero
solo a los alumnos, sino a todas las personas que participan
en él: profesores, familias, personal laboral del centro,
compañeras jubiladas,…
Siempre he dicho que tengo la gran suerte de
trabajar en lo que más me gusta, enseñar, y además de
poder desarrollar mis aficiones a través de mi trabajo.
Para una entusiasta del teatro como yo es muy
gratificante ver que un gran equipo de personas colaboran
de forma tan intensa en la preparación de una obra de
teatro. Aquí, sin duda, está la clave, es una gran tarea de
equipo, de no ser así sería muy difícil llevarla a cabo.
Siempre les digo a mis alumnos que disfruten sobre el
escenario, que vivan su personaje y lo hagan suyo, que se
olviden de quienes son y se conviertan en esas otras

2. personas a través de las cuales van a poder emocionar al
público. Gracias a ello van a ser capaces de vivir otras
vidas y sentir emociones que de no ser de este modo quizá
nunca vivirían o sentirían.
En mi carta de despedida a los alumnos de sexto de
este año les decía:
“Poned entusiasmo en todo lo que hagáis, sed
creativos, da igual a lo que os dediquéis en el futuro; el
mundo necesita gente capaz de imaginarlo mejor, porque
imaginarlo es el primer paso para conseguirlo; si hacéis lo
que os apasiona seréis mejores personas.”
Mis dos pasiones son la educación y el teatro, y creo
sinceramente que ambos me ayudan día a día a ser mejor
persona. Solo espero ser capaz saber transmitirlo y
ayudar a mis alumnos con ello a que también ellos sean
mejores personas.
(Ángela Pellicena Turón. Profesora de inglés del CEIP
Rector Mamés Esperabé de Ejea y Directora del grupo de
teatro del centro)