2. Tiene origen árabe.
El mío Cid pasó por el valle
que franquean las sierras de
la Solana y Fontabella.
En el interior del castillo
(s. XII) se encuentra un
museo sobre moros y
cristianos.
3. En este lugar podemos encontrar
un importante castillo musulmán
construído sobre un antiguo
asentamiento romano. Este castillo
fue conquistado por el rey Jaime I
en el año 1245.
Según la tradición, el castillo estaba
construído cuando don Rodrigo
pasó por allí.
4. Aquí quedaron el rey Alfonso
y Rodrigo para ir juntos a la
defensa del castillo de Aledo
(Murcia), pero este encuentro
nunca tubo lugar y el rey Alfonso
se enfadó muchísimo y desterró
a Rodrigo sacándole todas sus tierras.
• En este lugar podemos encontrar
un castillo construido por los
almohades.
5. El Cid pasó en este lugar las
navidades del año 1088 y escribió
sus cuatro alegatos en los que se
defendía de las acusaciones de traidor.
En esta ciudad se reunió con su
familia, que le acompañaron al
segundo destierro, aunque en el cantar
solo figure uno, el Cid sufrió dos,
el de Castilla (1081) y el de Elche (1088).
En Elche se encuentra el palacio de
Altamira, en el que se alojaban reyes y
nobles importantes.
6. Antes de la llegada de los
almorávides, la relación de prazas
tributarias del Cid se estendía
desde Tortosa hasta Orihuela.
En Orihuela podemos encontrar
la catedral del Salvador (XIII-XIV)
7. Sax: tiene un importante castillo
construido en los siglos XII, XIV y XV.
Cox: aquí podemos ver el castillo
de Santa Bárbara.
Callosa de Segura: en este lugar hay
dos bellísimos museos: uno con un
impresionante belén y otro con hechos
históricos de la ciudad.
8. El poder de don Rodrigo llegaba desde Valencia hasta
Alicante. Su nombre Cid, además de significar “señor” para
los cristianos, para los árabes significaba “león”.
El hijo del Cid, Diego, aunque no aparece en el cantar,
murió en 1098, en la batalla de Consuegra peleando contra
los almorávides, lo que fue un desastre para el Cid, ya que
era su único hijo varón.
Después de la muerte de don Rodrigo, doña Jimena
gobernó durante tres años Valencia pero la presión de los
árabes le obligó a irse y a llevar consigo los restos mortales
de su marido, que más tarde descansarían junto con los
suyos en San Pedro de Cardeña, por petición de doña
Jimena.