Caperucita Roja llevaba una cesta con comida sana para su abuelo enfermo, pero se topó con una loba que la envió por un camino largo mientras ella tomó el corto. La loba llegó a la casa del abuelo primero y se lo comió, luego comió al cazador que llegó. Horas más tarde, Caperucita entró a la casa y sacó a su abuelo y al cazador de la panza de la loba dormida, reemplazándolos con piedras. La loba fue al río a beber