LAS ELECCIONES DEL 2016
En el pasado mes continuaron como temas importantes en la agenda pública el acoso mediático a la pareja presidencial y la inseguridad ciudadana. A ellos se agregaron la polémica en torno al veredicto de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre el caso Chavín de Huantar y los presidenciables del 2016 que ya están en campaña. Sobre Chavín de Huantar ya se ha dicho bastante, por lo que nos parece útil centrar nuestro artículo en torno al tema electoral, destacando la importancia de la misma, el perfil del elector peruano y alguna información sobre los candidatos que ya están en carrera. De los otros hablaremos en futuras entregas.
IMPORTANCIA DE LAS ELECCIONES
En los últimos años en el país ha habido un desprestigio muy grande de la política. Este desprestigio no es casual, ha sido alimentado por una propuesta de organización de la sociedad que sostiene que todos los problemas que tenemos son problemas técnicos, es decir, que hay que dejárselos a los especialistas, y que cuando los políticos intervienen malogran todo. Y también por el comportamiento de buena parte de nuestros políticos. El resultado de ello es que los ciudadanos y ciudadanas cada vez nos sentimos más alejados de la política.
Pero ese es un problema. ¿Por qué? Porque en realidad la política de lo que trata es de la administración de los bienes de todos en un determinado país. Permítanme explicar: los estados han ido construyendo a través del tiempo una serie de instituciones que le permiten organizar su vida en común. Necesitamos cuidar nuestras fronteras, para eso tenemos las Fuerzas Armadas. Necesitamos también cuidar que los enemigos de lo ajeno no nos quiten lo que con mucho esfuerzo hemos logrado tener, para eso tenemos la Policía. También necesitamos llevar la atención de salud y de educación a todos, para eso tenemos los Ministerios de Educación y Salud. Y para las otras tareas tenemos los otros ministerios.
Pero también necesitamos ponernos de acuerdo en qué es legal y qué no es legal en el país, y para eso está el Congreso, donde están representadas las diversas miradas que tenemos sobre el país. También necesitamos ordenar nuestras vidas en el nivel local, para eso son los gobiernos locales. A veces entre nosotros surgen disputas, en las zonas de Sierra y de Amazonía, por ejemplo, son muy comunes las disputas por linderos, por terrenos. Para resolver esas disputas vamos a los tribunales, está todo lo que es el sistema de justicia. Para que un Estado funcione requiere dinero, y entonces tenemos la SUNAT, cuya labor es lograr que cumplamos con la obligación de tributar para que el estado pueda funcionar.
Lo que nosotros hacemos en las elecciones es simple y llanamente decidir quién va a administrar todos estos bienes, recursos e instituciones (llamado técnicamente el aparato del Estado). Cada cuatro años elegimos a los gobiernos locales, provinciales (los Municipios), y
LAS ELECCIONES DEL 2016
En el pasado mes continuaron como temas importantes en la agenda pública el acoso mediático a la pareja presidencial y la inseguridad ciudadana. A ellos se agregaron la polémica en torno al veredicto de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre el caso Chavín de Huantar y los presidenciables del 2016 que ya están en campaña. Sobre Chavín de Huantar ya se ha dicho bastante, por lo que nos parece útil centrar nuestro artículo en torno al tema electoral, destacando la importancia de la misma, el perfil del elector peruano y alguna información sobre los candidatos que ya están en carrera. De los otros hablaremos en futuras entregas.
IMPORTANCIA DE LAS ELECCIONES
En los últimos años en el país ha habido un desprestigio muy grande de la política. Este desprestigio no es casual, ha sido alimentado por una propuesta de organización de la sociedad que sostiene que todos los problemas que tenemos son problemas técnicos, es decir, que hay que dejárselos a los especialistas, y que cuando los políticos intervienen malogran todo. Y también por el comportamiento de buena parte de nuestros políticos. El resultado de ello es que los ciudadanos y ciudadanas cada vez nos sentimos más alejados de la política.
Pero ese es un problema. ¿Por qué? Porque en realidad la política de lo que trata es de la administración de los bienes de todos en un determinado país. Permítanme explicar: los estados han ido construyendo a través del tiempo una serie de instituciones que le permiten organizar su vida en común. Necesitamos cuidar nuestras fronteras, para eso tenemos las Fuerzas Armadas. Necesitamos también cuidar que los enemigos de lo ajeno no nos quiten lo que con mucho esfuerzo hemos logrado tener, para eso tenemos la Policía. También necesitamos llevar la atención de salud y de educación a todos, para eso tenemos los Ministerios de Educación y Salud. Y para las otras tareas tenemos los otros ministerios.
Pero también necesitamos ponernos de acuerdo en qué es legal y qué no es legal en el país, y para eso está el Congreso, donde están representadas las diversas miradas que tenemos sobre el país. También necesitamos ordenar nuestras vidas en el nivel local, para eso son los gobiernos locales. A veces entre nosotros surgen disputas, en las zonas de Sierra y de Amazonía, por ejemplo, son muy comunes las disputas por linderos, por terrenos. Para resolver esas disputas vamos a los tribunales, está todo lo que es el sistema de justicia. Para que un Estado funcione requiere dinero, y entonces tenemos la SUNAT, cuya labor es lograr que cumplamos con la obligación de tributar para que el estado pueda funcionar.
Lo que nosotros hacemos en las elecciones es simple y llanamente decidir quién va a administrar todos estos bienes, recursos e instituciones (llamado técnicamente el aparato del Estado). Cada cuatro años elegimos a los gobiernos locales, provinciales (los Municipios), y
Un breve análisis para la reflexión al elegir, ya no a un candidato de una pasada elección efectuada en México, a cualquier candidato a presidencia, diputación, senaduría, alcaldía o gubernatura.
Nunca antes en la historia social y política de nuestra martirizada patria, habíamos presenciado tamaña orquesta para asumir un proceso electoral. Todos y todas, desde los diferentes escenarios, léase, los autodenominados “demócratas o de izquierda”, los lamidos progresistas, la social-democracia, los sindicatos, algunos sectores sociales o plataformas político- sociales, el gobierno distrital, algunas expresiones de la academia, de los artistas, organismos multilaterales , OEA, ONU, la Casa Blanca, gremios y cacaos económicos, capital financiero, los bacalaos de la construcción, los dueños y amos de los medios masivos de comunicación, y otros que se nos pueden escapar, victimarios y victimas “conciliados” y unidos de momento, en torno a la aspiración reeleccionista de una de las expresiones de la derecha colombiana: la tradicional oligarquía, la de linaje, de estirpe, la élite en cabeza del re-electo presidente Santos y su escudero Germán Vargas Lleras. Impresionante despliegue de fuerzas políticas y corporativas con el único fin, según ellos, de “blindar el proceso de diálogo” con la insurgencia armada y el gobierno nacional para que garantice un feliz término
Mi voto por Gustavo Petro no está motivado en el miedo a Iván Duque o por el temor a la
polarización. Tengo la confianza y creo que los casi cinco millones de votos que Petro obtuvo en la
primera vuelta, son resultado de una opción libre y responsable por un proyecto de sociedad que
se desea contribuir a construir. Voto por Petro, porque considero que nos debemos una
oportunidad para iniciar el camino hacia la construcción de una sociedad justa, pluralista,
respetuosa de la otredad y de la naturaleza. Voto por la esperanza que han depositado las/os
jóvenes en la Colombia Humana. Esperanza afincada en su deseo de vivir en un país libre de la guerra
y con oportunidades para su desarrollo humano. Jóvenes que, con su rebeldía, sus cantos, sus
múltiples colores, lenguajes, tomas de la calle y de las redes sociales, nos están enseñando que no
todo está perdido; que, del dolor, la impotencia y la exclusión nacen cosas nuevas que germinarán
para hacer de este país un lugar en el cual todas las vidas sean vivibles. Voto por Petro porque
considero que mi generación debe dejar a las nuevas generaciones, presente y futuras, debemos
dejarles como legado un país que pasa de la página de la guerra a escribir el libro de la paz.
Pronuncimiento del Jurado Nacional de Elecciones NO A LA VIOLENCIA POLITICAHugo Sosa Garcia
NUESTRA POLÍTICA ES DE PAZ Y DESARROLLO POR ELLO SOMOS PROMOTORES QUE NO HAYA VIOLENCIA EN LAS RADIOS NI QUE HAYA COMUNICADORES NI CANDIDATOS QUE PROPICIEN EL ODIO EN NUESTRA PROVINCIA.
HUGO SOSA GARCIA
APOSTANDO POR LA PAZ Y UNA MEJOR CONVIVENCIA
Similar a Carta a la sociedad de Xalapa y ciudadanía en general. (20)
Pronuncimiento del Jurado Nacional de Elecciones NO A LA VIOLENCIA POLITICA
Carta a la sociedad de Xalapa y ciudadanía en general.
1. Xalapa-Enríquez, Ver., viernes 15 de junio de 2012
A la sociedad de Xalapa y ciudadanía en general
Por medio del presente escrito, queremos hacer del dominio público tanto el propósito
principal que guía al movimiento #YoSoy132-Xalapa, como explicar de manera breve el
papel que asumimos de cara a las próximas elecciones del 1 de julio del año en curso.
Ante todo, este movimiento tiene como principales objetivos la democratización de los
medios de comunicación y el derecho a la información, consideramos que estas demandas
no son sólo legítimas, sino fundamentales en el proceso de conformación de una ciudadanía
capaz de influir en la mejora y la dirección de este país. Estos dos objetivos los
consideramos en íntima relación (independientemente de la suspicacia que el primero
despierte en la reflexión sobre su significado), pues constituyen los ejes principales
alrededor de los cuales justificamos el ejercicio de nuestras acciones.
Para nosotros, los medios de comunicación no pueden estar solamente en las manos de los
grandes oligopolios (siempre dispuestos a los intereses de turno). Es necesario contar con
alternativas que permitan “miradas distintas”. Sabemos que la información es poder, que
puede ser utilizada al gusto, para legitimar o deslegitimar, para engañar o convencer, en
fin, que los límites entre la verdad y la mentira, entre el elogio y la calumnia, con
frecuencia son utilizados en beneficio de algunos pocos. Por eso, nos parece necesario abrir
horizontes de comunicación distintos a los que imperan en la actualidad, pues consideramos
que sólo así podremos hacernos cargo de la dirección y la mejora de esta nación. Que de
manera intencional se engañe a las personas, sin importar que éstos puedan hacerse cargo
de sus decisiones, además de ser una indecencia, es una manera de obrar que en nada nos
beneficia. Por ello, estamos seguros de que sólo una información que se ejerza con
responsabilidad, que intente ser veraz y objetiva (no manipulada ni sesgada), podrá
contribuir en el desarrollo de una ciudadanía que participe en la toma de decisiones,
haciéndole entender a la clase política que son servidores públicos y no lo contrario.
Somos conscientes de la difícil tarea que implica intentar contribuir en la construcción de
una ciudadanía educada y formada en la conciencia de sus acciones. Es por esta razón, que
nuestro movimiento aspira -en el largo plazo- a poderse constituir en la cara visible de un
esfuerzo que invite a repensar en la reconstrucción de México. Por ahora, y en la coyuntura
que suponen las elecciones próximas, hemos decidido salir a las calles a comunicarle a la
ciudadanía de lo importante que es un voto informado, sin alguna otra pretensión,
esperando que comprendan aquellos que no advierten lo que queremos, los motivos por los
cuales nos oponemos al regreso del PRI. Frente a las personas, periodistas o medios de
comunicación que insisten en relacionar a este movimiento con el abanderado presidencial
del PRD (haciendo caso omiso a la declaración difundida en medios impresos y electrónicos,
en el sentido de que nuestro movimiento es y será apartidista), parece necesario explicar
el por qué de nuestra oposición al Partido Revolucionario Institucional.
Si estamos en desacuerdo con el regreso del PRI a la presidencia de la República Mexicana,
es porque no vemos elementos de prueba para poder decir que, de hecho, el PRI ha
2. cambiado positivamente. La confabulación con los grandes medios de comunicación (Grupo
Televisa, TV Azteca y todos los medios ligados a la Organización Editorial Mexicana), la
abrumadora maquinaria propagandística que por doquier está en el Estado de Veracruz (y
no sólo en él), el acarreo sistemático de personas de escasos recursos, los vales de gasolina
para taxistas y camiones, la coerción al voto por medios del todo ajenos a los de una
verdadera democracia, y el pobre papel del IFE que se hace de la vista gorda ante estos
delitos electorales clarísimos, son para nosotros indicios suficientes que -con pena-
advertimos, reflejan todo menos la cara renovada de un partido político a la altura de las
necesidades de la nación.
Es, pues, en el contexto de una competencia desigual en la carrera hacia la presidencia de
la república, donde justificamos la toma de posición que tenemos delante del candidato
presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto. Y, por supuesto, desde donde justificamos nuestro
deber ciudadano a salir a las calles para hacerle saber a la sociedad de Xalapa sobre la
importancia de un voto verdaderamente informado, que no sea rehén del afán inequívoco
de un partido político que sigue siendo la clara imagen del antiguo PRI, que insiste en
querer convencer a la sociedad para votar bajo métodos del todo ajenos al de una
democracia. Nuestro “antipeñismo” no puede ser comprendido en el orden de una posición
política que se justifica al amparo de otro grupo o partido político, pensar esto, además de
ser un abuso, es un claro esfuerzo para degradar y subestimar nuestra capacidad reflexiva,
y el interés esperanzador al que nos hemos sumado miles de jóvenes y ya no tan jóvenes a
lo largo y ancho de todo el país.
Para nosotros, la clase política está rebasada por la realidad nacional, y también lo está
una buena parte de aquellos medios informativos que se han encargado de legitimar una
concepción del país que se muestra por todos lados equívoca e insuficiente delante de las
necesidades y la urgencia de la sociedad, de ahí que nuestro movimiento, poniéndose
delante de los partidos políticos, pretenda desempeñar un papel importante y necesario en
la construcción de una ciudadanía capaz de hacerse cargo de su rumbo y su destino.
Muchos de los que participamos en este movimiento, soñamos que nos encontramos con
figuras públicas y políticas, que los enfrentamos en la arena de las ideas, llamándoles la
atención, diciéndoles que sí y que no. Y soñamos que hablamos con quienes sospechan o nos
ningunean, y nos vemos demostrándoles a unos y a otros que estamos preparados para
participar de manera activa en la configuración y mejora de esta nación. Pero, la realidad
siempre despierta (sin quitar el sueño). Y realizar ruedas de prensa o buscarlos para
decirles lo que pensamos, para responderles a todas y cada una de sus preguntas y sus
sospechas, resulta algo nebuloso y utópico, de una proximidad –a la vez- temeraria e
innecesaria, cercana y lejana. La abrumadora realidad que envuelve al Estado de Veracruz
(un gobierno claramente a favor del PRI, que no duda en gastar sumas exorbitantes de
dinero en apoyo a su candidato presidencial), el sintomático y cada vez más obstinado
deseo de descalificarnos en medios impresos y electrónicos (a lo largo de Veracruz y del
país), y los ojos vigías que de pronto aparecen, llaman a la reserva. Y lo anterior, debido a
que conocemos de la violencia que ha caracterizado y sigue caracterizando a los regímenes
del PRI, sobre todo cuando alguien no comulga con su concepción simuladora y mentirosa
de la realidad nacional. Somos plenamente conscientes del priismo histórico que prevalece
en el Estado de Veracruz, por ello tenemos miedo de las consecuencias que se pueden
seguir a su incesante búsqueda de debilitar nuestros actos y esperanzas. A la violencia de la
3. difamación sigue la violencia física, y ni la una ni la otra han sido insinuadas o planteadas
por nosotros, sino sólo por parte de quienes están al servicio de la corrupción histórica del
Estado mexicano.
Aprovechamos este medio para hacer notar que los actos de violencia de fechas recientes
en contra del movimiento #YoSoy132 a lo largo del país, han provenido de grupos o
facciones ligados al PRI, para hacer constatar que cuando el señor Peña Nieto habla de “no
caer en provocaciones”, parece anticipar la provocación de “ciertos grupos”. Esto nos
preocupa, pues da la impresión de que aquellos grupos que no comparten su “proyecto
político”, pueden no ser sino precisamente “esos grupos que provocan”, porque permite
justificar –como seña e indicio- el temor que muchos tenemos. La historia de represión que
ha acompañado a los movimientos estudiantiles, la violencia e inseguridad generalizada, así
como el olor de la muerte de tanto miles de mexicanos abatidos en los últimos años, son
para nosotros pruebas y señales suficientes para estar temerosos de nuestro derecho
legítimo a expresarnos libremente, visibilizando nuestros rostros. Por ello, pedimos de
manera atenta que se publiquen nuestros escritos sin tener que prestarles la cara, no
tenemos confianza en el cuidado que el Estado brinda a la ciudadanía, a la que sobre todas
las cosas debería de proteger. No tenemos elementos de prueba suficiente para sentirnos
seguros y sin temor a ser maltratados por querer incidir en la mejora y el saneamiento de la
realidad nacional. La amenaza latente que significa escribir en el Estado de Veracruz, al
tiempo en que nos espanta, nos duele en el alma, pues ante todo, lo que queremos es el
beneficio y la mejora de México, de todos los que habitamos en él, y vemos con pena el
riesgo implícito que tenemos todos aquellos que queremos un cambio real para esta nación.
A todos aquellos priístas que se han sentido agraviados por la oposición del movimiento
#YoSoy132 a su candidato a la presidencia de la república, les pedimos que nos entiendan y
nos comprendan. El PRI no es para nosotros solamente un partido, el priísmo es una manera
de ser, es una concepción de la historia y de la patria mexicana, de una época en la que se
hizo común la simulación, la adulación, el soborno... En resumen, de una época en la que la
corrupción se institucionalizó y se enraizó en México. No tenemos duda de que el priísmo es
una realidad, de que está en nuestras venas, de que todos los partidos políticos están
marcados por su enseñanza. Pero, ¿no les parece que es hora de forjar una ciudadanía que
esté detrás de la clase política y de la manipulación mediática (de las televisoras que se
enriquecen a costa de la mentira)? ¿No les parece que es hora de sancionar el bombardeo
masivo de propaganda, el acarreo de personas necesitadas, la coerción y la compra votos?
Por el bien de su propio partido, amigos priístas, comprendan nuestro “antipeñismo”, no lo
juzguen mal. Queremos ser una balanza ante la desigualdad de la información mediática,
no es contra ustedes con quien estamos enojados.
Estamos cansados de televisoras que privilegian y están al servicio de unos cuantos, que
sólo utilizan sus canales para mantener a la sociedad mexicana adormitada y con la “dulce
sensación” de que vivimos en una democracia. Estamos hartos de una clase política que ha
crecido bajo un régimen que premia la mentira, la adulación y el elogio, que ha crecido al
amparo de la corrupción. Estamos asqueados de la partidocracia y de todos aquellos que,
serviles, se prestan a la defensa de los intereses en turno, sin dudar en proteger, en desviar
la atención o “lanzar piedras” sobre todos aquellos que no compartimos su supuesto
proyecto de nación. En general, de “periodistas” y “analistas” tendenciosos que parecen
incapaces de imaginar que un movimiento pueda encontrar su solidez y su riqueza en la
4. experiencia del universo desde el que arranca, que parecen creer que los jóvenes
mexicanos estamos limitados para pensar y reflexionar acerca de la problemática nacional.
¿Ahora resulta que quienes estamos preocupados por el futuro del país somos
necesariamente personas manipuladas por alguien que está detrás, que no somos capaces
por nosotros mismos de tomar las riendas de nuestro futuro? Sin duda, algo está detrás de
nosotros, pero “eso que está detrás” no es lo que reflejan los medios informativos de
dudosa imparcialidad, cuyos planteamientos están al servicio de aquellos que poseen poder,
y que los lleva a tratarnos como a una horda de imbéciles incapaces de percatarse de lo
que sucede, y -claro está- de pensar por nosotros mismos. Nosotros nacimos a la sombra de
la desgracia nacional, de los cambios adversos de un régimen al interior del cual la
corrupción se institucionalizó, y en el que televisoras, partidos políticos y grupos de poder
sólo preocupados por su beneficio, han hecho presa a la sociedad mexicana de la
impotencia y de la incertidumbre de no saber hacia dónde va nuestro futuro. Rechazamos
tajantemente la “telepartidocracia”.
Quienes integramos el movimiento #YoSoy132-Xalapa somos pacíficos, estamos en contra
del uso de la violencia y aspiramos a tener un rol importante y real en la configuración de
un país que sea mejor para todos. No somos el producto o resultado de los errores de un
equipo de logística (como medios informativos, políticos y sospechosos en una clara
subestima a las capacidades de las personas para organizarse lo han sugerido o hecho
saber). Somos el resultado del cansancio de una concepción de México, del hartazgo de la
clase política (preocupada sólo por sus intereses), y de todos aquellos que se han
beneficiado y siguen beneficiándose de la corrupción histórica del Estado mexicano. Somos
un movimiento estudiantil, ciudadano, político y apartidista. Y apoyamos al Colectivo por
la Paz Xalapa, al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, a las madres y hermanos de
los asesinados y desaparecidos, a los migrantes que pasan por el Estado de Veracruz y
territorio mexicano, y a todos aquellos que han sufrido de injusticias en un país que no ha
sabido prestarles garantías, pues consideramos que sólo trayendo los gritos de justicia a
nuestras vidas y haciendo visible la mentira, podremos superar las sombras lúgubres que se
han cernido y anidado en nuestro México durante los últimos años. Invitamos a todas las
personas, mujeres, niños, hombres, jóvenes y ancianos, a que se sumen a nuestras
esperanzas y deseos, a que juntos sentemos las bases de un país mejor para nuestros hijos,
y para todos aquellos que nos seguirán cuando partamos.