Un catedrático de la Universidad de Sevilla acosó sexualmente a dos profesoras y una becaria. El catedrático usó su posición de autoridad para pedirles que fueran a su oficina solas. Esto creó una situación difícil para las víctimas dado que dependían profesionalmente del catedrático. El documento recomienda al catedrático respetar a los demás y no abusar de su poder, y aconseja a las víctimas proteger su dignidad. Concluye que se deben promover valores