Los órganos artificiales se implantan o integran en un ser humano para sustituir un órgano dañado y restaurar su función. Sin embargo, existe una escasez de órganos para trasplantes debido a la baja cantidad de donantes. Por lo tanto, se están desarrollando órganos artificiales que podrían alargar la vida de pacientes a la espera de un trasplante y evitar la necesidad de depender de otros donantes.