Articulo

1. Ruben Cantafio
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Chuo Torrealba: La gran esperanza Blanca?
Allá a mediados de la primera mitad del siglo 20, en los Estados Unidos de Norteamérica, existió
un boxeador de los pesos completos llamado Jack Johnson. Fue un estupendo campeón negro de
los pesos pesados al que, nunca jamás logro ningún rival alguno derrotar. Era la época del
racismo intenso en ese país y se buscaba por todos los medios que un boxeador de raza blanca le
ganara y le despojara del título a como diera lugar. Aunque ese boxeador nunca llego, se le
denomino “LA GRAN ESPERANZA BLANCA”. La verdad Johnson perdió el título bajo engaño, a
final de su carrera, por presión de los organizadores de un combate que le pautaron de manera
fraudulenta, a cambio de dejarlo regresar a su país natal y poder ver a su familia, país del cual
tuvo que irse al ser acusado de algún delito.
La verdad narro esta historia, más que por el éxito de Johnson como boxeador, por dar a conocer
el término “La gran esperanza Blanca”.
Esta semana, hizo su salto al ring político de nuestro país, el periodista Jesús “Chuo” Torrealba,
reconocidísimo y apreciadísimo periodista y líder comunitario, de solvente y muy larga trayectoria
en nuestro país, como Secretario general de la muy conocida Mesa de la Unidad, mejor conocida
como la MUD.
Vaya compromiso el que acepto debo decir, puesto que, no hay cosa más difícil que recoger agua
derramada. Y el hecho cierto es que esa plataforma electoral viene de vivir varios descalabros
que aun la mayoría opositora no termina de contabilizar.
La MUD viene no solo de perder unas elecciones Municipales contra el PSUV, que aunque
recupero mucho terreno en el país, no fue suficiente para declararse mayoría en nuestro territorio
nacional. Si bien es cierto que la MUD recupero importantísimos bastiones en esas elecciones,
logrando victorias en importantes centros poblados del país e incluso en Barinas, cuna del difunto,
tampoco es menos cierto que el número de alcaldías que gano el PSUV fueron más a nivel
nacional. Siempre pensare que hubo un voto castigo contra la MUD y Capriles por no haber
luchado el cerrado triunfo de Maduro en las presidenciales. Simplemente la gente voto menos o
no salió a votar ante tal desilusión.
En esas elecciones, Voluntad Popular salió más airoso que ningún otro partido, razón por la que
se sintieron con derecho, y no necesariamente estoy de acuerdo, de creerse con mayores
posibilidades en la toma del poder nacional y de inmediato intentaron lo que se denominó “La
salida” que aunque nadie aún puede explicar que querían decir o hacer, causo un movimiento
nacional de protestas y con ellas eventos muy lamentables en el país. Su máximo dirigente
termino preso y muchos otros de su partido, atacados y perseguidos injustamente, pues no hay
manera de poder establecer o comprobar de su participación directa en ningún delito. Más bien el
gobierno nacional arrecio de forma despiadada contra los Venezolanos y causo mucho daño. Creo
que fue la primera vez desde que llego el Chavismo al país, que sentimos que vivíamos en una
suerte de DICTADURA bananera, para nuestra sorpresa y angustia. Recuerdo a un muy buen
amigo Chavista que me decía: Con el Comandante Chávez, nada de esto hubiera pasado. Estos
que lo sucedieron, se exceden en su entendimiento del poder.
He sido de la muy marcada opinión, que hemos sido unos grandes sortarios los venezolanos por
la desaparición física del difunto, no por su muerte en sí, sino desde el punto de vista estratégico,
ese evento abre de manera clara una transición del Chavismo, que de cualquier manera es
positiva al país. Creo profundamente que a Maduro le ha tocado sortear los eventos de un país
destrozado por la mala gerencia económica, social, cultural y política que nos deja un genio del
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2. Ruben Cantafio
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verbo pero un pésimo estratega nacional. Sin duda alguna afirmo que el desastroso país que
vivimos hoy es la herencia de Chávez y su incierta revolución, la cual nunca tuvo filosofía definida
y la cual esta embarrada de muchos retazos y colores históricos y politicos, que por indefinidos,
jamás nos brindó definición alguna como país. El país nacional navego sin rumbo certero estos
últimos 15 años detrás de otro hombre a caballo.
De manera pues que “La salida” abrió un boquete dentro de la MUD pues existían y existen
corrientes que vislumbraron caminos más rápidos de salir del gobernante de turno de nuestro país
y no necesariamente inconstitucionales. Se resquebrajo silenciosamente esa unidad y dentro de la
misma hubo diversas opiniones, discusiones y corrientes que no lograron acuerdo alguno. Tanto
fue así, que el Secretario General anterior, el Muy apreciado y brillante Dr. Ramón Guillermo
Aveledo, decidió retirarse de la misma, dejando a la MUD desarticulada en un momento que el
gobierno decidió arreciar en su ofensiva nefasta y en quizás en el momento en que más ha estado
débil el gobierno. Inflación, devaluación, escasez e inseguridad galopante fueron dibujando el
deterioro de la imagen del gobierno ante un país que clama por una mejor posibilidad de vida para
todos nuestros habitantes.
Hay también tendencias que siguen pensando y ejerciendo caminos diferentes, como lo son la
Constituyente y la renuncia. Sin ánimos de desmeritar estas iniciativas, puesto que soy de los que
creo que hay que ejercerlas todas, ya que no son excluyentes, siento que dichas iniciativas deben
ser coordinadas, agendadas, concebidas y ejecutadas bajo el manto de la unidad y en extrema
coordinación una con la otra de manera de no perder esfuerzos que seguramente concertados
nos darán muchos mejores resultados.
Hasta aquí, Torrealba tiene un principal reto, reagrupar dentro de la MUD todas estas tendencias.
Su discurso de aceptación fue contundente, gusto y gusto mucho, fue llano, pero directo, fue
emocionante pero posible, fue serio pero atrayente y fue coherente pero aplomado. Siento que
como nadie jamás le llego a esas masas populares que tanto hacen falta para ganar unas
elecciones en este país. Masa que aunque duela voto más de una vez por el “Comandante
eterno”, pero que no ha conseguido liderazgo en ningún otro dirigente. No es Nicolás quien se
visualiza como el heredero de ese liderazgo, sim importar si es el presidente o no, es claro que no
tiene arraigo en sus electores. Capriles comenzó en esa dirección un trabajo en lo popular del que
espera cosechar en las elecciones, un fruto tremendo. Leopoldo puede contrarrestar ese trabajo
ya que ha logrado aumentar su empatía con el electorado, ya que desde su condición de preso
político, genera esa aura de salvador que tanto necesita el país. Y el gobierno lo sabe, se sabe la
minoría mayoritaria, y sabe que soltando a Leopoldo en el momento correcto, puede destrozar ese
liderazgo por el que Capriles viene trabajando.
A todos estos escenarios, hay que agregarle y de manera urgente la entrada en juego de Chuo
Torrealba, quien tiene el arraigo en la masa, el discurso encendido, la fuerza de la imagen, el
acceso a esos electores que tantos nos hace falta en la contienda electoral. Fue una elección
brillante la de su nombramiento, pero cuidado, mucho cuidado si el, desbancando a todos los
demás por su imagen contundente llega a ser presidente del país, un país acéfalo, que busca
desesperadamente un líder con imagen contundente, de esos que como Betancourt y Pérez, que
como bueno Adecos arrasaban en las elecciones por su contundente y atropelladora imagen.
Cuidado, mucho cuidado y nuestro Chuo Torrealba no se convierte en esa “GRAN ESPERANZA
BLANCA”.
Ruben Cantafio
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