Las enseñanzas de Jesús cuando fue a Jerusalén incluyen: 1) Reconocer la herencia profética de Cristo como el Mesías y Rey, 2) Valorar la purificación del templo como un acto de restauración y juicio, y 3) Experimentar la responsabilidad espiritual de ser y servir, suplir las necesidades espirituales de los demás y producir el fruto del carácter.