La ciencia y la tecnología pueden usarse para fines pacíficos o violentos. Aunque las tecnologías parecen neutrales, en realidad están diseñadas para usos específicos y la sociedad puede influir en su desarrollo. La construcción social de la ciencia y la tecnología permite que la sociedad evalúe las consecuencias de las nuevas tecnologías y influya democráticamente en su diseño para maximizar los beneficios y minimizar los perjuicios.