2. Nuestro corazón está
lleno de alegría por
cuanto hemos vivido en
este último período. La
elección del Papa
Francisco ha sido un
fuerte soplo del Espíritu
y ha traído un aire de
primavera
3. En nuestro corazón
conservamos un profundo
agradecimiento al Papa
Benedicto XVI que ha
renunciado al Pontificado
con un admirable gesto de
amor. Él ha enriquecido la
Iglesia y el mundo con su
Magisterio profundo y de
gran actualidad.
4. Además la Fiesta de la
Gratitud a nivel
mundial es motivo de
alegría porque
alimenta el sentido de
familia, de profunda
comunión y de
participación en la
solidaridad.
6. Os agradezco el ser
«piedras vivas» del
Monumento soñado
por D. Bosco y que
nosotras queremos
mantener, librándolo
del polvo que puede
haber oscurecido la
belleza original.
7. Es un desafío que
tenemos como
Instituto: mantener
la fidelidad al
carisma e identificar
el camino para
responder a las
exigencias
educativas y para
anunciar la Buena
Noticia del
Evangelio de Jesús.
8. El Papa Francisco ha dicho que «se cambia cuando se es fiel». La
fidelidad es siempre un cambio, un florecer, un crecimiento porque
el Señor obra en aquel que le es fiel.
9. Expreso una especial gratitud a las FMA ancianas y enfermas que
constantemente oran y ofrecen para que la vida y misión que se nos ha
confiado responda cada vez mejor a las expectativas de Dios y de los
jóvenes de hoy.
10.
11. Miremos a María que con su
SÍ fue el seno de la Palabra.
Ella es el primer sagrario que
ha acogido a Jesús y lo ha
cuidado; la primera
evangelizadora que se hizo
misionera acercándose sin
vacilación a su prima Isabel.
Fue para ayudarla pero
principalmente para
participar del asombro y de
la alegría del misterio que
llevaba en sí.
12. Solo con Isabel podía hacerlo
porque también ella
custodiaba la vida en su seno
de quien sería el precursor. Un
encuentro divino y
exquisitamente humano que
nos habla también a nosotras
llamadas por vocación a
donarnos recíprocamente en
relaciones humanas
auténticas, transparentes,
siendo pequeñas luces de
esperanza para las otras.
13. La página bíblica que encontramos en la convocación del CGXXIII recorre
las etapas de la vida de María que ha construido su existencia sobre la
roca. Ella es para nosotras, para la comunidad educativa , para las
jóvenes generaciones modelo de total abandono a la Palabra.
14. Reabrir las puertas de nuestra
existencia a aquella que es
Madre y Auxiliadora nos
ayuda a profundizar un
aspecto importante de
nuestra espiritualidad que
debemos hacer resplandecer
con toda su luz.
15. Os auguro que acojáis con
todo vuestro ser a María,
para entrar en una relación
familiar con ella casi para
establecer un explícito
entendimiento con ella para
ir juntas al encuentro de Jesús.
Es necesario que descubramos
la relación entre María de
Nazaret y la escucha creyente
de la Palabra.
16. Me encuentro en plena sintonía con el Papa Francisco: «Dios no quiere
una casa construida por el hombre, sino que desea la fidelidad a su
Palabra, a su Voluntad, es Dios mismo el que construye la casa, pero
de piedras vivas marcadas por su Espíritu.
17. La mundanidad
espiritual de la que nos
habla el Papa Francisco
puede ser un riesgo
para nosotras cuando
nos alejamos de la
Palabra, cuando
cedemos a la
superficialidad que
entristece la vida y la
hace insignificante y no
fecunda
18. María ha escuchado la
Palabra, la ha acogido y
ha obedecido. Con ella
estamos llamadas a
caminar siempre personal y
comunitariamente por el
camino que nos abre Jesús
para no ceder a lo que el
mundo ofrece como
camino de felicidad
19. María nos orienta en el camino de la luz, de la esperanza, de la verdad de
la Palabra. Confiemos totalmente en Aquella que ha sido la Inspiradora
de nuestro Instituto y es la Maestra y la Madre.
20.
21. La convocatoria al CGXXIII entiende el término CASA como un modo de
ser y ser en relación, un clima humano y espiritual hecho de confianza, de
diálogo intergeneracional, de escucha y enriquecimiento recíproco.
22. Se trata de custodiar y
construir una CASA sobre
bases sólidas y graníticas
como se hizo en Mornés y
en Valdocco donde todo se
ha hecho con presencia
insustituible de María. «Yo
te daré la Maestra» No es
una frase retórica o de
circunstancia.
23. Donde está la Virgen hay
futuro, hay apertura y
grandes horizontes que
van más allá de nuestras
programaciones y de
nuestras fatigas
individuales. D. Bosco y
M. Mazzarello han
apuntado al futuro con
una gran fe, una
confianza ilimitada, y
con una valerosa
humildad.
24. Tanto en Mornés como en Nizza María no es solamente un huésped
constante y familiar. Las llaves de la casa se las confiaban a Ella como
también las llaves del corazón de las personas. Colocar las llaves a los pies
de la Virgen tiene un valor altamente simbólico. Expresa la disponibilidad
de no tener nada para sí
25. En Valdocco D. Bosco
había construido una
Basílica como «casa de
María» peo no le
bastaba, quería
ofrecerle un Monumento
de piedras vivas. De
aquí la idea del Instituto
madurada en su
corazón propiamente
cuando se estaba
construyendo e
inaugurando el templo
26. El nombre del nuevo
Instituto es un símbolo
de una identidad:
FMA, monumento vivo
de gratitud. Si el
nombre expresa la
identidad mariana del
Instituto, a nivel
formativo se necesita
plasmar la propia vida
a imagen de María. Lo
recomendaba
M. Mazzarello a las
primeras Hermanas:
«Sed verdaderas
imágenes de María»
27. María en Mornés ha alimentado la interioridad,
la escucha de Dios y de las situaciones, ha
reforzado la comunión en el verdadero espíritu
de familia, ha intensificado el ardor misionero
de muchas Hermanas.
28. Como leemos en el
Proyecto
Formativo: «la vida
de María no es una
realidad estática,
realizada una vez
para siempre sino
una realidad que
fluye y se concretiza
en la existencia de
sus hijas»
29. María es Madre
porque nos genera en
la fe con todas sus
exigencias.
Acojámosla en casa
sin temor. Con ella
continuamos nuestro
camino en la Iglesia,
entre los jóvenes y
con los jóvenes
30. Nos acercamos a
celebrar el mes de
mayo: mes mariano.
Salgamos de los
esquemas de una
oración rutinaria, de un
conocimiento superficial
de la figura de María y
profundicemos su papel
en la Iglesia, en la
historia de la
humanidad, en nuestra
historia personal y
comunitaria.
31. Releamos nuestro camino vocacional a la luz de su
presencia y en la medida de lo posible hagámoslo objeto
de un compartir entre nosotras.
32. ¿Qué puede haber más
grande y fecundo que
construir con Ella «una
casa que evangeliza»?.
¿Sentimos viva esta
presencia en nuestra vida,
en la misión y entre las
jóvenes generaciones?.
¿Los cambios culturales y
las problemáticas sociales
nos empujan a ser hoy con
los jóvenes una realidad
que se deja evangelizar y
por lo tanto fecunda y
contagiosa en el anuncio?
33. La preparación al CG XXIII
sea para todo el Instituto una
oportunidad para decidir el
construir juntas, bajo el soplo
del Espíritu Santo y en
compañía de María,
comunidades de fe
fundamentadas en la
presencia del Resucitado,
comunidades en las que nos
sostengamos las unas a las
otras transformadas por la
Palabra, comunidades que
resplandezcan por los gestos
de bondad, de ternura, de
perdón, de pasión apostólica.
34. Una contribución que
cada una y cada
comunidad puede dar
al CG fuera de la
oración y el compartir
sería el decidirse a no
pensar y hablar mal las
unas de las otras, sino
valorar lo positivo que
hay en cada una y
extender esta actitud en
las relaciones con los
jóvenes y con todas las
personas con quienes
compartimos la misión.
35. Cada pensamiento, cada
palabra, cada gesto es
una semilla que marca
la historia en positivo o
negativo, un germen de
vida nueva o una semilla
de muerte. Pienso que
esta decisión puede
cambiar el aire en cada
casa. ¿Por qué no
probamos?
36. Hay gestos que nos
enseñan a salir de
nosotras mismas para ir a
las periferias de la
existencia, ir hacia
nuestros hermanos y
Hermanas sobre todo a
los que tienen mayor
necesidad que necesitan
comprensión, consuelo y
ayuda.
37. En todas hay un gran deseo
de hacer crecer un auténtico
espíritu de familia, de
aceptarnos las unas a las
otras, de gozar con quien
goza y sufrir con quien sufre,
llevando luz y amor a las
personas que encontramos
sobre todo a las más
cercanas.
38. La ternura «no es la virtud de los débiles, al contrario, denota fortaleza
de ánimo y capacidad de atención, de compasión, apertura verdadera al
otro, capacidad de amor. No debemos tener temor de la bondad, de la
ternura» (Homilía del 19 de marzo del Papa Francisco).
39. No nos faltan pruebas y
desafíos que nos acercan
a la cruz de Jesús.
Miremos a la cruz con la
mirada de María que aún
sufriendo en su corazón
de Madre, acogió como
un acto supremo de
amor, la entrega de la
vida de su Hijo hacia la
humanidad, hacia
nosotros, hacia mí.
40. Tenemos necesidad de ir
a las raíces, a la
esencialidad de nuestra
vida. María es nuestra
ayuda en este camino no
agradable pero feliz, de
aquella felicidad que no
es conquista nuestra, sino
fruto de la gracia del
Espíritu Santo que obra
dentro de nosotras con
fuerza creativa
41.
42. «Jesús no tiene casa porque su casa es la gente». Papa Fco
La casa somos todas
nosotras FMA, son los
jóvenes, los más lejanos,
los más pobres, los
privilegiados por Jesús.
aquellos que sufren la
dureza de la vida, la
indiferencia y
la derrota.
43. Preguntémonos:
¿Cómo ser hoy con los
jóvenes «casa que
evangeliza?
Los jóvenes deben
decir al mundo que es
hermoso seguir a
Jesús, caminar con Él,
acoger su mensaje;
que es bueno salir de
si mismos, ir a las
periferias del mundo
y llevar su amor.
44. La propuesta vocacional
explícita lanzada con
valor y fuerza por el Papa
nos llama profundamente
como comunidad
educativa, sacude nuestra
responsabilidad en el
anuncio de la Buena
Noticia del Evangelio de
Jesús y nos lanza a ser
constructores de una casa
teniendo en cuenta que
Dios es el constructor.
45. Nos produce alegría ser con las y los jóvenes aquellos que trabajamos en
la edificación de un lugar habitable que emana perfume de solidaridad,
de comunión, de acogida porque Cristo es el centro de toda acción.
46. El es el sentido
primero y último de
la propuesta
vocacional también
en el desierto de
valores que en
muchas partes del
mundo tenemos que
afrontar.
47. Este camino podrá
parecernos fatigoso y
a veces imposible de
recorrer, pero como en
la noche del desierto
las estrellas se hacen
más luminosas, así en
el cielo de nuestro
camino resplandece
con vigor la luz de
María, estrella de la
Nueva Evangelización
a quien nos confiamos.
48. El 24 de mayo en la
Basílica de María
Auxiliadora en Turín,
pediré a María por
intercesión de
M. Mazzarello que
continúe ayudándonos a
edificar la casa construida
con piedras sólidas,
prontas a desafiar las
intemperies que
inevitablemente se dan
en nuestra realidad.
49. A todas os auguro una
alegría profunda y un
gran sentido de
responsabilidad en el
camino hacia el CGXXIII
en este «Año de la fe»
que nos ve con más
decisión, discípulas de
María, así como en
Valdocco y Mornés.