Dos ataques vandálicos recientes destruyeron ensayos de cultivos mejorados genéticamente en Filipinas y Brasil. En Filipinas, 400 personas destruyeron campos de arroz dorado modificado para combatir la deficiencia de vitamina A. En Brasil, 1000 mujeres invadieron instalaciones de eucalipto modificado para aumentar la productividad. Ambos ataques buscaban detener el progreso de la agricultura y fueron respaldados por grupos políticos. El autor argumenta que estos actos de destrucción constit