La evaluación de las intervenciones de desarrollo se ha profesionalizado a través de (1) organizaciones de evaluación, (2) una mayor difusión de ideas sobre evaluación en el estado, sector privado y filantropía, (3) más publicaciones sobre evaluación y (4) más programas de capacitación. Si bien la evaluación puede mejorar proyectos y aliviar la pobreza, su impacto cultural es más importante que sus efectos pragmáticos.