La península itálica, ubicada en el Mediterráneo, tenía un clima mediterráneo agradable con cuatro estaciones que permitían la fertilidad del suelo. Los primeros pueblos en llegar fueron los latinos, griegos y etruscos, quienes eventualmente conquistaron la península. La sociedad romana era desigual basada en la riqueza, el nacimiento y la esclavitud, y se basaba principalmente en la agricultura y la ganadería controladas por grandes terratenientes.