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Cómo leer
La Ciencia para Todos
Géneros discursivos
m a r g a r i t a
a l e g r í a
( c o o r d i n a d o r a )
V A R I A
L A
C I E N C I A
P A R A
T O D O S
207
La Ciencia
para Todos
Desde el nacimiento de la colección de divulgación científica
del Fondo de Cultura Económica en 1986, ésta ha mantenido
un ritmo siempre ascendente que ha superado las aspiraciones
de las personas e instituciones que la hicieron posible. Los
científicos siempre han aportado material, con lo que han
sumado a su trabajo la incursión en un campo nuevo: escribir
de modo que los temas más complejos y casi inaccesibles pue-
dan ser entendidos por los estudiantes y los lectores sin forma-
ción científica.
A los diez años de este fructífero trabajo se dio un paso ade-
lante, que consistió en abrir la colección a los creadores de la
ciencia que se piensa y crea en todos los ámbitos de la lengua
española —y ahora también del portugués—, razón por la cual
tomó el nombre de La Ciencia para Todos.
Del Río Bravo al Cabo de Hornos y, a través de la mar Océa-
no, a la Península Ibérica, está en marcha un ejército integra-
do por un vasto número de investigadores, científicos y técni-
cos, que extienden sus actividades por todos los campos de la
ciencia moderna, la cual se encuentra en plena revolución y
continuamente va cambiando nuestra forma de pensar y obser-
var cuanto nos rodea.
La internacionalización de La Ciencia para Todos no es sólo
en extensión sino en profundidad. Es necesario pensar una
ciencia en nuestros idiomas que, de acuerdo con nuestra tra-
dición humanista, crezca sin olvidar al hombre, que es, en últi-
ma instancia, su fin. Y, en consecuencia, su propósito principal
es poner el pensamiento científico en manos de nuestros jóvenes,
quienes, al llegar su turno, crearán una ciencia que, sin desde-
ñar a ninguna otra, lleve la impronta de nuestros pueblos.
CÓMO LEER
LA CIENCIA PARA TODOS
Comité de Selección
Dr. Antonio Alonso
Dr. Francisco Bolívar Zapata
Dr. Javier Bracho
Dr. Juan Luis Cifuentes
Dra. Rosalinda Contreras
Dr. Jorge Flores Valdés
Dr. Juan Ramón de la Fuente
Dr. Leopoldo García-Colín Scherer
Dr. Adolfo Guzmán Arenas
Dr. Gonzalo Halffter
Dr. Jaime Martuscelli
Dra. Isaura Meza
Dr. José Luis Morán
Dr. Héctor Nava Jaimes
Dr. Manuel Peimbert
Dr. José Antonio de la Peña
Dr. Ruy Pérez Tamayo
Dr. Julio Rubio Oca
Dr. José Sarukhán
Dr. Guillermo Soberón
Dr. Elías Trabulse
Coordinadora
María del Carmen Farías R.
Gloria Cervantes, Rosaura Hernández,
Alejandra Herrera, Elsa Muñiz y Graciela Sánchez
Margarita Alegría (coordinadora)
CÓMO LEER
LA CIENCIA PARA TODOS
Géneros discursivos
la
ciencia/207
para todos
Primera edición, 2005
Segunda reimpresión, 2011
Alegría, Margarita (coord.)
Cómo leer La Ciencia para Todos. Géneros discursivos / coord.
de Margarita Alegría — México : FCE, SEP, Conacyt, 2005
219 p. ; 21 × 14 cm — (Colec. La Ciencia para Todos ; 207)
Texto para nivel medio superior
ISBN 978-968-16-7632-2
1. Ciencia — Enseñanza 2. Divulgación científica I. Ser II. t
LC Q158 .5 Dewey 508.2 C569 V.207
Distribución mundial
Comentarios y sugerencias: laciencia@fondodeculturaeconomica.com
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La Ciencia para Todos es proyecto y propiedad del Fondo de Cultura Económica,
al que pertenecen también sus derechos. Se publica con los auspicios de la
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Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra
—incluido el diseño tipográfico y de portada—,
sea cual fuere el medio, electrónico o mecánico,
sin el consentimiento por escrito del editor.
ISBN 978-968-16-7632-2
Impreso en México • Printed in Mexico
AGRADECIMIENTOS
Las autoras de este libro queremos hacer patente nuestro agra-
decimiento a quienes han coadyuvado para su realización:
En primer lugar a la licenciada María del Carmen Farías,
coordinadora de la colección La Ciencia para Todos, quien con
entrega y fortaleza inició y dirige cada vez con mayor brío el
concurso que da lugar al texto presente. Por supuesto también
al Fondo de Cultura Económica, editorial que con su esfuerzo
ha hecho posible tanto la colección como el concurso, y a la
cual se debe la publicación de este material.
Asimismo, a todos los colegas que en las universidades de los
diferentes estados de la República, o en países hermanos como
Cuba y Colombia, han trabajado con nosotras y nos han apor-
tado sus valiosas y enriquecedoras observaciones.
Finalmente, a nuestra Alma Mater, la Universidad Autónoma
Metropolitana, a la División de Ciencias Sociales y Humanida-
des, presidida por el licenciado Guillermo Ejea, y al Departa-
mento de Humanidades, dirigido por el licenciado Alejandro
de la Mora, de quienes hemos recibido un apoyo incondicional
y, muy especialmente, a nuestros estudiantes, cuyo trabajo en
clase nos permitió importantes correcciones a un material que,
desde luego, sigue siendo perfectible, y a cuya crítica estamos
abiertas.
7
BIENVENIDA AL LECTOR
Este material ha sido elaborado por profesoras del Departa-
mento de Humanidades de la Universidad Autónoma Metro-
politana, en apoyo al proyecto Leamos la Ciencia para Todos
del Fondo de Cultura Económica. Su finalidad es brindar a los fu-
turos participantes en tal concurso, las herramientas necesarias
para asegurarles la realización de un trabajo más sistemático y
adecuado a los requerimientos de esa justa, lo que indudable-
mente les permitirá mayor posibilidad de éxito.
No obstante lo anterior, este material es un apoyo útil para
cualquier persona en formación que desee desarrollar su habi-
lidad en la lecto-escritura. Leerlo y practicar los ejercicios en él
propuestos de principio a fin, garantiza aprehender métodos
de lectura necesarios para la exploración, comprensión, análi-
sis y comentario de cualquier texto, así como la apropiación de
una técnica para la corrección de escritos.
En primer lugar, resulta indispensable reconocer las caracte-
rísticas del tipo de libros al que pertenecen los de la colección
que da lugar a este concurso; razón por la cual en el primer
capítulo se trabaja para ello. Después se identificarán las carac-
terísticas del género en que se va a concursar. Hemos pensado
que antes de abundar en ellas es necesario reconocer de mane-
ra general por qué el resumen no es reseña, ni ésta ensayo, así
como las particularidades del comentario; es por esto que en el
segundo capítulo se propone la identificación de los distintos
géneros discursivos requeridos para el concurso.
La elaboración de cada uno de los tipos de discurso implica,
necesariamente, la identificación de sus características, así como
el reconocimiento y manejo de estrategias para su estructura-
9
ción y escritura; los capítulos del ii al vvii son el espacio en el que
se trabaja con tal finalidad, del resumen al ensayo, pasando
por el comentario y la reseña.
En todos estos capítulos se plantean ejercicios y actividades a
partir de la lectura (con la aplicación de diversas técnicas apro-
piadas) de fragmentos tomados de algunos títulos de la colec-
ción La Ciencia para Todos, antes llamada La Ciencia desde
México. El único encabezado que anuncia el contenido de
cada capítulo es su título; las demás entradas indican la activi-
dad a realizar, pero están enunciadas con el verbo que da nom-
bre a la misma, conjugado en primera persona del plural; pues
pensamos que todos los que tomamos parte en esta aventura,
sea la del concurso o la del trabajo con este material, consti-
tuimos un equipo que participa en conjunto; así que, inicie-
mos con entusiasmo esta empresa.
Los ejercicios y actividades correspondientes a cada entrada
permiten, en primer lugar, la contextualización o ubicación
del o los fragmentos con que se va a trabajar en el marco del li-
bro del cual fueron tomados, no sin antes haber realizado una
lectura exploratoria del mismo. Como segundo paso se propi-
cia la predicción del contenido de esos textos en virtud de la
lectura global; el siguiente consiste en una lectura de compren-
sión para interpretarlos y asimilarlos; después nos ocupamos
de la identificación del género discursivo de que se trata en cada
capítulo, por medio del análisis del tipo de escrito correspon-
diente, construido con base en el fragmento con el cual se trabaja.
Ya identificadas dichas particularidades, proporcionamos
apoyos que ayuden a reconocer las estrategias empleadas, en el
caso de cada género, para su elaboración y, por último, se pro-
pone un ejercicio (a partir de otro fragmento del mismo libro)
consistente en la producción de un escrito correspondiente al
género discursivo en estudio dentro de cada capítulo.
Al final incluimos algunos soportes al trabajo en los ejerci-
cios, tales como modelos para ser comparados con los escritos
elaborados por el lector (resumen, comentario, reseña o ensa-
yo), y un glosario que permitirá confirmar el significado de los
conceptos clave que dan sustento a ese texto.
Conviene enfatizar que este material es importante, no sólo
para la participación en el concurso Leamos la Ciencia para
Todos, sino para proporcionar una herramienta que permitirá
10
mejorar el trabajo intelectual, en la medida que se practique y
se llegue a emplear en forma automática el mecanismo ade-
cuado de lecto-escritura.
Para trabajar diversas actividades relacionadas con dicho
proceso, se debe considerar de entrada que éste es posible gra-
cias a la inteligencia, pero también su práctica mejora la calidad
del pensamiento. Es decir, se está considerando la lecto-escritu-
ra como una herramienta que, por medio de la lectura de este
libro y de la realización de los ejercicios en él propuestos, servi-
rá para mejorar las potencialidades de pensamiento.
El objetivo es que, en dicho contexto, se adquiera un apren-
dizaje que conlleve el correspondiente cambio de actitud co-
municativa mediante la palabra escrita, lo que permitirá el des-
arrollo de una habilidad útil en todos los aspectos de la vida,
tanto personal como académica.
Si consideramos que el aprendizaje es un proceso que per-
mite convertir en automático lo que requiere ser elaborado de
manera consciente durante su adquisición, con el fin de poder
desarrollar determinadas aptitudes o habilidades de por vida,
pensamos que el material que aquí se presenta ayudará al lec-
tor a apropiarse del proceso adecuado para comprender, anali-
zar, valorar y hacer suyos los textos de la colección La Ciencia
para Todos, que le facilitan conocer la gran riqueza de las
aportaciones en las distintas áreas científicas.
La apropiación de dicho proceso se favorece por medio del
reconocimiento y puesta en práctica de una serie de estrategias
que, si este libro se trabaja concienzudamente, de pronto serán
aplicadas de manera automática.
De la misma manera, el lector podrá convertirse en un re-
dactor que emplee habitualmente los criterios de corrección
de escritos que aquí habrá aprehendido. En este terreno es re-
comendable la ayuda de otros textos de redacción, para recor-
dar aspectos que no fue posible integrar —por no ser la escritura
la única destreza en la que se pretende habilitar al lector—
entre ellos están, por ejemplo, las reglas de puntuación y la or-
tografía. Conviene revisar algunos manuales al respecto, como
los sugeridos en la bibliografía que aparece al final del libro.
Los seres humanos conocen y repiten la afirmación de que el
hombre se diferencia de los demás animales por ser “pensante”.
En realidad éste piensa de manera natural, sin que haya sido
11
necesaria la enseñanza de cómo hacerlo; sin embargo, también
es cierto que esa capacidad se ha desarrollado a medida que la
especie sigue evolucionando y se ha podido depurar más aún
la facultad correspondiente; es decir, ha logrado agudizar el
sentido común que por naturaleza posee y que le ayuda a resol-
ver las cuestiones prácticas de la vida cotidiana.
El término “pensar” abarca un espectro amplio de activida-
des cerebrales. Por un lado están las meditaciones filosóficas y
los procedimientos comunes útiles para cubrir las necesidades
de una existencia rutinaria, pero, por otro, también “se piensa”
cuando se quiere realizar una propuesta innovadora. En todos
los casos la expresión del pensamiento tiene lugar por medio
de la palabra y permanece gracias a la escritura.
La escritura en sí misma es un proceso del pensamiento que
conduce a la identificación, la práctica de la voluntad, la bús-
queda de un orden lógico y coherente que se logra por medio
del manejo de analogías, contrastes, enumeraciones, clasifica-
ciones, jerarquizaciones, etcétera. Resulta una tarea menos
ardua si se reconoce el empleo de estas categorías en escritos rea-
lizados por personas expertas que, en el caso de la colección
La Ciencia para Todos, además de ofrecer modelos de escritura,
permiten conocer temas distintos relacionados con las ciencias
diversas.
La práctica constante de un adecuado proceso de escritura
indudablemente desemboca en el desarrollo de una habilidad
que favorece la calidad de pensamiento. Es necesario practicar,
entonces, las actividades mentales que permiten leer eficiente-
mente, y escribir en forma cohesionada y coherente.
La actividad de escribir exige ciertas habilidades en quien
pretenda llevarla a cabo; evidentemente, lo primero es que di-
cho individuo tenga algo qué decir y lo segundo, que tenga la
voluntad de hacerlo. Así en esta disposición, la mayor o menor
calidad de su comunicado tendrá que ver con su capacidad
para “pensar antes de hablar”; es decir, para ordenar sus ideas,
y luego expresarlas con claridad, pero también para imprimir-
les convicción, hacerlas interesantes, y motivar al interlocutor de
manera tal que esté pendiente de su dicho y lo tome en cuenta.
No hay duda de que los participantes en el concurso Leamos la
Ciencia para Todos, impulsados por el entusiasmo, tendrán la vo-
luntad necesaria, pues seguramente estarán dispuestos.
12
En cuanto al escrito que deberán realizar para conseguir su
objetivo, partirán siempre de un texto previo sobre el cual tra-
bajar, y el que escriban reproducirá en forma total o parcial su
contenido; así que el orden de las ideas, en principio, deberá
respetar el mismo que el autor del texto previo ha seguido; no
obstante, cuando se puedan integrar, como en el caso de la re-
seña y el ensayo, las opiniones propias, juicios valorativos, y
hasta alguna o algunas propuestas en relación con el tema que
se trata, es importante motivar, interesar y convencer al interlo-
cutor, que en este caso será el dictaminador, quien valorará si
el trabajo es eliminado o sigue participando en la justa y, final-
mente, si éste merece un reconocimiento especial.
Se invita al futuro concursante y al lector en general, a aven-
turarse en este libro, con la actitud de quien espera descubrir
el camino hacia el logro de un tesoro: el del aprendizaje efi-
ciente, gracias a la posibilidad de realizar procesos adecuados
de la lecto-escritura. Acometer esta tarea con confianza y entu-
siasmo garantiza llegar a la meta.
¡Adelante!
Margarita Alegría de la Colina
13
I. El texto de divulgación científica
Elsa Muñiz García
Introducción
Cuando se está en una librería o en una gran biblioteca, re-
pentinamente se recuerda el primer enfrentamiento con un
estante repleto de volúmenes polvorientos. ¡Cuántos ejempla-
res se observan!: los de historia, las novelas y los cuentos de
escritores famosos o desconocidos, los de texto, los científicos,
las enciclopedias, los diccionarios y, claro, los de arte. ¡Qué tor-
bellino se siente en la cabeza al tratar de leer los títulos! Hay al-
gunos que nos dan mucha información sobre la obra y otros que
no aportan ninguna. Los que son bellos, con pastas gruesas y
elegantes filos dorados; o aquellos que son rústicos, aún con las
hojas pegadas.
¿Acaso se piensa en el trabajo que tienen los libreros y bi-
bliotecarios para ordenar y clasificar tal cantidad de productos
de la mente humana? Seguramente la reflexión se dirige hacia
la importancia que tiene el conocer algo sobre esos pequeños
objetos que tal vértigo causan. ¡Claro —se deduce inmediata-
mente— que no es tarea fácil!, pero tampoco imposible. El pro-
blema es el gran miedo o, tal vez, ¡la gran pereza que se siente!
Así, se presentan dos caminos: volver a la biblioteca o a la librería,
armarse con la espada de Don Quijote y enfrentarse a los gran-
des molinos de viento en los que se convierten los libros ante
14
nuestros ojos; o bien, regresar a casa a ver televisión, lo que siem-
pre es más fácil. Tal vez sería mejor empezar de nuevo, revivir
el intento por conocer los libros de cerca, por dentro y por fue-
ra, observarlos, tocarlos, leerlos y, finalmente, disfrutarlos.
La propuesta es hacer un breve recorrido por el interior de
algunos de estos objetos de papel y tinta; descubrir la mejor
manera para conocerlos, distinguirlos y hacerlos compañeros
de la vida. Ésta es una invitación. ¡A colocarse unos grandes
anteojos de curiosidad! ¡A armarse de enormes ganas de conocer
los 1000 mundos que ofrecen los libros! ¡A llenarse de pasión
por ellos!
Exploremos algunos libros
A. Invitamos al lector a observar con detenimiento el libro de
la figura i.1; en seguida, a recorrer su estructura: primero, la
portada, el título y el nombre del autor.
Responder:
1. ¿Qué imágenes muestra la portada?
2. ¿Qué pensamientos vienen a la mente al observar las deli-
cadas hojas amarillas?
3. ¿El título es interesante? ¿Qué podríamos pensar a partir
de él?
B. Léase atentamente la contraportada del mismo libro.
Si una, en nuestro tiempo nada imposible, catástrofe ecológica
convierte en mero recuerdo la flora del planeta, los estudiosos y
los nostálgicos de mañana podrán reconstruir mentalmente una
pradera y recordar nombres y descripciones de flores como mer-
cadela, mastuerzo, juanita, jacalasúchil, llamarada, nopalillo —al
lado de otras más conocidas— gracias a poemas como “Florido lau-
de”, de Salvador Novo, en que el poeta asume humildemente una de
las tareas de su mester: rescatar las palabras, los nombres de las cosas:
Lo menos que yo puedo
para darte las gracias porque existes;
para alabar a Dios que te ha creado,
¡oh, flor, milagro múltiple!
15
Figura i.1. Portada del libro de Salvador Novo, Nuevo amor
y otras poesías, Fondo de Cultura Económica, México, 2001
(colección Tezontle), 187 pp.
17
es conocer tu nombre y repetirlo
en una letanía de colores
y en una sinfonía de perfumes.
Salvador Novo (1904-1974) es uno de los escritores mexicanos más
conocidos del siglo xx debido, sobre todo, a su labor como cro-
nista-periodista en la que con su prosa fina, llena de ironía, incisi-
va y aun mordaz, retrató su época y a los personajes notables de su
generación, amigos y enemigos. Como poeta su obra se inicia con
XX poemas (1925), que no están “dibujados sobre los empolva-
dos yesos de la Academia”. Todo lo contrario, en el momento de
su aparición provocaron desconcierto pues —apunta Castro
Leal— “no provenían, ni sus rasgos característicos recordaban a
ningún poeta mexicano, español ni hispanoamericano. Podían re-
cordar cierta entonación frecuente en la poesía norteamericana
de la época”.
Aparte del libro citado, este volumen incluye Nuevo amor
(1933), quizá el libro de poesía definitivo de Novo; Espejo (1933) y
poesías que van de su adolescencia a la madurez.
C. Reflexionar y responder las siguientes preguntas en rela-
ción con lo leído:
1. ¿Es conocido el autor del libro?, ¿qué más se sabe acerca
de él?
2. ¿Qué tema trata en este texto?
3. ¿Es posible imaginar la forma en que está escrito?
4. ¿Se antoja leerlo?, ¿por qué?
D. Ahora, conviene leer con cuidado la parte del índice del
mismo libro, que a continuación se reproduce:
ÍNDICE
IV
NUEVO AMOR
La renovada muerte de la noche . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
Tú, yo mismo, seco como un viento derrotado . . . . . . . . . . . . 84
Este perfume intenso de tu carne . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
Junto a tu cuerpo totalmente entregado al mío . . . . . . . . . . . . 86
Hoy no lució la estrella de tus ojos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
Al poema confío la pena de perderte . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
Glosa incompleta en tres tiempos sobre un tema de amor . . 89
Poema interrumpido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
Poema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
Breve romance de ausencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Elegía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
E. Luego de haber revisado el índice, responder:
1. ¿De acuerdo con él, cuál es el tema predominante en el
libro?
2. ¿De qué manera parece ser abordado por el autor?
3. ¿De qué tipo de libro se trata?
F. Ya explorada la obra, se tienen elementos para predecir su
contenido. Invitamos al lector a exponerlo brevemente en las
siguientes líneas.
______________________________________________________
______________________________________________________
______________________________________________________
G. Proponemos ahora la exploración de este otro libro (figu-
ra i.2). Nuevamente se empezará por la portada. Es convenien-
te observarla cuidadosamente.
H. He aquí las preguntas correspondientes a la exploración
de la portada. Responder:
1. ¿Cómo son los colores elegidos para ilustrarla?
2. ¿Qué sugieren las imágenes que aparecen en la misma?
3. ¿Qué da a entender el título?
I. El siguiente paso es leer con cuidado la contraportada que
a continuación se reproduce:
Jean-G. Lemaire
La pareja humana: su vida, su muerte, su estructura
Si la pareja humana aparece ante el observador ingenuo como un
dato natural de nuestra cultura, no es por ello menos cierto cómo
numerosos pensadores se han ocupado de demostrar que consti-
tuye una de las instituciones más complejas de la sociedad.
Apoyado en la especulación teórica, tanto como en la observa-
18
Figura i.2. Portada del libro de Jean-G. Lemaire, La pareja humana:
su vida, su muerte, su estructura, Trad. Marcos Lara, Fondo de Cultura
Económica, México, 2003, 345 pp.
ción directa, en especial en su trabajo como terapeuta de pareja,
Jean-G. Lemaire propone en esta importante obra una visión de la
pareja sumamente rica. El autor se acerca al problema desde diver-
sos ángulos: el primero, inspirado en el trabajo psicoanalítico, es-
tudia los procesos inconscientes individuales que conducen a la
formación de una pareja; el segundo, a partir de una interpretación
sistémica y de modelos cibernéticos, considera a la pareja como un
conjunto estructurado; finalmente, analiza las relaciones que la
pareja, en tanto institución, mantiene con los otros grupos e institu-
ciones sociales. Todas estas aproximaciones son parciales, pero
ninguna puede ser excluida.
Desde el punto de vista del psicoanálisis kleiniano, el autor estu-
dia la constitución inicial de la pareja, no sólo como medio de sa-
tisfacción del deseo, sino también como proceso defensivo incons-
ciente ante la crisis del sujeto; así Lemaire sostiene la tesis de que
detrás de las diversas funciones sociales, procreativas o económicas
que la sociedad intenta hacer llenar a la pareja, se manifiesta una
verdadera función psíquica que permite reforzar las estructuras
defensivas del sujeto, y su lucha contra la muerte y la depresión.
J. Luego de haber leído la contraportada, invitamos a una
reflexión con base en las siguientes preguntas:
1. ¿Cuál es el tema central del libro?
2. ¿Con qué enfoque lo trata el autor?
3. ¿Cómo es el lenguaje en comparación con el del libro
anterior?
4. ¿Qué aspectos del tema resaltan en él, según lo leído?
5. ¿A qué tipo de lector está dirigido?
K. Revisar el siguiente fragmento del índice.
ÍNDICE
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Primera Parte
Metodología
I. El campo de experiencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
II. Lenguajes y modos de interpretación . . . . . . . . . . 35
20
Segunda Parte
El inconsciente y la estructuración de la pareja:
la elección del compañero
I. Datos sociológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
Inconsciente y elección espontánea . . . . . . . . . . . . 45
Determinaciones sociales . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
Consecuencias clínicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
II. Datos psicoanalíticos iniciales . . . . . . . . . . . . . 55
Breve reseña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
Especificidad de un tipo de elección conyugal . . . . . . 56
La elección referida a las imágenes parentales . . . . . . 57
Elección de Objeto y pulsiones pregenitales . . . . . . . . 61
Elección conyugal y organización defensiva . . . . . . . . 66
III. Datos psicoanalíticos posteriores . . . . . . . . . . . 69
Escisión, idealización y elección de compañero de pareja 74
Diferentes maneras de limitar la relación para mantener
la idealización de un Objeto bueno . . . . . . . . . . . . . 76
Racionalizaciones justificadoras de la idealización . . . . 87
Elección de tipo de relación y lucha contra la depresión . 91
La elección de un compañero de pareja como protección
contra el riesgo de un amor intenso . . . . . . . . . . . . 93
Elección de pareja y reacción ante la intrusión . . . . . . 105
IV. De la comprensión psicoanalítica a la comprensión
sistémica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
Perspectivas grupales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114
Engranaje de los procesos individuales y estructuración
diádica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
Distribución de papeles e inducción por el grupo . . . . 130
La elección de la debilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
Atracción mutua y colusión . . . . . . . . . . . . . . . . . 139
Tercera Parte
El inconsciente y la estructuración de la pareja:
La evolución, la pareja, su vida, su muerte
I. Algunas observaciones descriptivas . . . . . . . . . . 145
Las primeras fases . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148
Las reacciones precríticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
Crisis y evolución poscrítica . . . . . . . . . . . . . . . . . 154
II. Luna de miel, influjo amoroso y lucha contra la muerte 157
Luna de miel y simbiosis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157
Procesos intrapsíquicos: aspectos tópicos . . . . . . . . . . 161
Influjo amoroso y lucha contra la muerte. . . . . . . . . . 170
21
Relación amorosa y desplazamiento del odio. . . . . . . . 180
Influjo amoroso, devoración del Objeto, devoración por
el Objeto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182
III. Crisis de la pareja y trabajo psíquico de duelo . . . . 188
Decepción, falla y relación de Objeto . . . . . . . . . . . . 188
La ruptura de la idealización y de la escisión . . . . . . . . 194
El trabajo psíquico de duelo y “desconfirmación” mutua . 202
IV. Crisis y distanciamiento del Objeto . . . . . . . . . . 212
El Objeto de amor absorbente . . . . . . . . . . . . . . . . 212
La angustia frente a la indistinción fusional o la proximidad 216
El distanciamiento bajo diferentes formas como defensa
contra la invasión de la pareja . . . . . . . . . . . . . . . . 229
V. El retorno de lo reprimido . . . . . . . . . . . . . . . . 234
El retorno de Edipo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 234
El retorno de la homosexualidad . . . . . . . . . . . . . . 239
Retorno de lo pregenital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 245
El compañero como soporte de las representaciones de
los Objetos malos interiorizados . . . . . . . . . . . . . . 250
L. Ya revisado el índice, responder:
1. ¿De acuerdo con él, qué aspectos del tema trata el autor?
2. ¿Qué sugiere el empleo de expresiones como “Incons-
ciente y elección espontánea”, “Atracción mutua y colu-
sión”, y “El Objeto de amor absorbente”?
3. ¿Qué diferencias hay entre el lenguaje de este índice y el
del libro anterior?
4. Además de los títulos de cada capítulo, ¿qué otras partes
integran este índice y cuál es su función?
M. Una vez explorado el libro, se debe realizar la predicción
acerca de su contenido. Exponerla brevemente:
______________________________________________________
______________________________________________________
______________________________________________________
N. Repetir el proceso anterior para explorar el siguiente
libro (figura i.3). Obsérvese detenidamente la portada.
Ñ. Responder las siguientes preguntas con respecto a esta
nueva portada.
22
Figura i.3. Portada del libro de Alberto Orlandini, El enamoramiento
y el mal de amores, Fondo de Cultura Económica, México, 2004
(colección La Ciencia para Todos, 164), 262 pp.
1. ¿Qué hace pensar la pareja que la ilustra?
2. ¿Qué le querrá decir él a ella?
3. ¿Se puede pensar que los noviazgos han sido iguales en
todas las épocas?
4. ¿Qué pensarían acerca del amor los hombres y mujeres de
la época en que tomaron esta foto?
O. He aquí la información de la contraportada. Como en los
casos anteriores, es conveniente leerla con cuidado.
¿Qué puede esperar el lector de un libro sobre el enamoramiento?
Pocas actividades humanas pueden ufanarse de haber sido y seguir
siendo tratadas con tanta frecuencia y por tantas personas como el
enamoramiento y su dolorosa secuela, el mal de amores. No sería
extraño que de conservarse alguna memoria, escrita en el lengua-
je que sea, descubriríamos que los habitantes y creadores de las
civilizaciones más antiguas, por ejemplo los de la Mesopotamia y el
Indo, e incluso la Lucy [mujer] que los antropólogos encontraron
en Olduvai, o el hombre de Tepexpan, pasaron también buena
parte de su vida preocupados por el amor.
Esta obra de Alberto Orlandini versa sobre todas las manifesta-
ciones del tema apoyándose en las autoridades que lo han descri-
to, opinado al respecto, lo han condenado, alabado o analizado,
desmenuzándolo en infinidad de partes. Se incluye un “glosario
del amor” que va de “acoso sexual” a “viuda negra”, destinado a
mejorar nuestros conocimientos acerca de algo que, sin importar
la edad, puede golpearnos en cualquier momento.
P. Responder estas preguntas referentes a la información leída:
1. ¿Cuál es el tema predominante en este caso?
2. ¿Cómo es el lenguaje en comparación con el de los libros
anteriores?
3. ¿Qué sentido tendrá que el autor incluya un glosario?
4. ¿Qué contraste se encuentra entre las expresiones “ena-
moramiento”, “mal de amores” y las que aparecen en el
libro de Jean-G. Lemaire, como “pareja humana”, “proce-
sos inconscientes individuales”, “crisis del sujeto”?
5. ¿A qué tipo de lector está dirigido el libro de Alberto
Orlandini?
24
Q. Como parte de la exploración es obligado revisar el índi-
ce del libro. Con tal fin, se reproduce en seguida.
ÍNDICE
Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
I. Definición del enamoramiento . . . . . . . . . . . . 13
II. Los componentes del amor . . . . . . . . . . . . . . 17
III. La génesis del enamoramiento . . . . . . . . . . . . 35
IV. La evolución inicial del enamoramiento . . . . . 46
V. El desarrollo del amor . . . . . . . . . . . . . . . . 48
VI. La psicología del enamoramiento . . . . . . . . . . 50
VII. Las variedades del enamoramiento . . . . . . . . . 55
VIII. Las parejas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
IX. El cortejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
X. El noviazgo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
XI. El casamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
XII. El matrimonio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
XIII. El desenamoramiento . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
XIV. Formas de evitar el desenamoramiento . . . . . . 117
XV. Fidelidad e infidelidad . . . . . . . . . . . . . . . . 119
XVI. El divorcio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
XVII. Las enfermedades del enamoramiento . . . . . . . 124
XVIII. El amor a través de la historia . . . . . . . . . . . 164
Glosario del amor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 262
R. Se sugiere responder la siguiente pregunta como produc-
to de la comparación entre los libros explorados.
1. ¿Qué diferencias se aprecian entre los temas de este índi-
ce y los del libro anterior, no obstante las evidentes simili-
tudes, y cuál es el claro contraste con el explorado en pri-
mer término?
S. Por último, y como producto del trabajo explorativo efec-
tuado en el libro de Orlandini, realizar una predicción de su
contenido y escribirla en las siguientes líneas.
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25
26
Leamos el primer texto en forma global
Se leerá a continuación un texto extraído del libro de Salvador
Novo con el que se está trabajando. Debe hacerse de corrido, sin
detenerse para reflexionar.
AMOR
Amar es este tímido silencio
cerca de ti, sin que lo sepas,
y recordar tu voz cuando te marchas
y sentir el calor de tu saludo.
Amar es aguardarte
como si fueras parte del ocaso,
ni antes ni después, para que estemos solos
entre los juegos y los cuentos
sobre la tierra seca.
Amar es percibir, cuando te ausentas,
tu perfume en el aire que respiro,
y contemplar la estrella en que te alejas
cuando cierro la puerta de la noche.
Responder:
1. ¿De qué trata el texto leído?
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Comprendamos el texto
Para su mejor comprensión, se recomienda leer de nuevo el
texto de Salvador Novo, ahora detenidamente y con atención,
y regresar a él cuantas veces sea necesario para contestar las
siguientes preguntas:
1. ¿El texto es de fácil comprensión, por qué?
2. ¿Cómo se puede calificar su lenguaje?
3. ¿Qué quiere decir el autor con la frase “este tímido silencio”?
4. ¿Qué es el ocaso? Definirlo.
5. ¿En qué sentido y con qué finalidad emplea el autor esta
palabra (ocaso) en su texto?
6. ¿Por qué a los juegos y los cuentos también se les aguarda
o espera en el ocaso?
7. ¿Qué sensación transmite el autor al hablar de que espera
a la amada “sobre la tierra seca”?
8. ¿Qué tipo de obras utilizan expresiones como las anteriores?
Realicemos la lectura global
de un fragmento del segundo libro
A. Se trabajará ahora con un fragmento tomado del libro de
Jean-G. Lemaire titulado La pareja humana: su vida, su muerte,
su estructura. Hay que leerlo con la mayor rapidez posible y no
detenerse para tratar de comprender el significado de palabras
que presenten dudas ni pretender aclarar ideas. Solamente
dejemos que la vista recorra el texto de un lado a otro, renglón
tras renglón, a la mayor velocidad posible.
El inconsciente y la estructuración de la pareja:
La evolución, la pareja, su vida, su muerte
Las primeras fases
Entre las primeras [fases evolutivas de la pareja], hay que mencio-
nar aquí brevemente el momento inicial en que se constituye el
vínculo amoroso. No estamos todavía ante un verdadero “nos-
otros”, sino ante la percepción más o menos consciente de un
deseo que puede aparecer con todas las características de la vio-
lencia inesperada. De golpe, en condiciones a menudo imprevistas
o imprevisibles, de una manera vivida como totalmente espontá-
nea, en todo caso nada reflexiva, puede surgir el “flechazo” inicial.
La elección global del ser amado se le impone a la conciencia
antes de toda reflexión crítica, todo razonamiento y todo cálcu-
lo. El deseo se centra en la globalidad de los rasgos o de las apa-
riencias de su Objeto. No hay “porqué” y hasta las palabras utilizadas
para definir los fenómenos —seducción, encantamiento, influjo—
aluden precisamente a la influencia mágica o misteriosa de los de-
seos imprevistos que surgen desde el exterior del Sujeto. El flechazo se
27
comporta como un verdadero hecho consumado. Sea lo que fuera lo que
sigue posteriormente, ese acto manifiesta con claridad que las ins-
tancias psíquicas conscientes no intervienen sino después; y enton-
ces ellas pueden ratificar o no esa elección inicial, puesto que ese
deseo, en su espontaneidad impulsiva, puede ser sólo la expresión de
algunas pulsiones parciales mal integradas entre sí e insuficientes,
o demasiado inestables para que tenga tiempo de instaurarse una
verdadera relación amorosa.
Por otra parte, es obvio que, salido de las profundidades del in-
consciente de un individuo, tal deseo puede no tener respuesta en
el otro, y no se estará entonces en condiciones de organizar la con-
ciencia de un “nosotros” colectivo, con las modificaciones corres-
pondientes de la frontera entre los “Egos” individuales, tal como
los analizaremos más de cerca cuando estudiemos la luna de miel.
Asimismo, puede sobrevenir un breve “flechazo” en sujetos que es-
tán viviendo otra vida de pareja más o menos satisfactoria, pero que
no se romperá por eso, como ocurre en la aventura amorosa y en
las relaciones extraconyugales.
Pero si este “flechazo” no siempre recibe la aprobación poste-
rior de la conciencia reflexiva, es muy rico en informaciones para
la comprensión de los procesos inconscientes que tienen lugar
entre el amante y el amado. Evidentemente, es también fuente de
información para el terapeuta, al menos en la medida en que el
Sujeto que lo ha sentido sea capaz de suministrar las connotacio-
nes que aclaren la significación profunda de dicho fenómeno: cir-
cunstancias, características imaginadas del Objeto, etc. En la ma-
yoría de los casos, no aparecen ni esta nitidez ni esta violencia que
son altamente significativas de la expresión del inconsciente. Con
más frecuencia, esta traducción de la irrupción del inconsciente
queda oculta por las circunstancias y por el carácter progresivo de
las tomas conciencia. Dichos fenómenos inconscientes suelen exis-
tir, pero entonces están como entrecruzados y recubiertos por
estas consideraciones mucho más racionalizadas, que el Sujeto po-
ne por delante. Como puede comprobarlo todo observador, y
como lo han confirmado los sociólogos, los integrantes de la pareja
son incapaces de precisar directamente, en una entrevista rápida,
la naturaleza de las atracciones que experimentaron uno por el
otro: su respuesta es un discurso complejo, cuyo contenido mani-
fiesto debe ser descifrado constantemente para que se le pueda
encontrar su sentido latente más cercano al inconsciente, o al me-
nos al preconsciente.
Es así como de un modo súbito, a través del “flechazo” o más
lentamente, una vez que el deseo es ratificado por las instancias
28
conscientes, se puede instaurar una relación de pareja si hay reci-
procidad de sentimientos. Los beneficios narcisistas para cada uno
son tales que tienden a reorganizar por completo todo el equili-
brio intrapsíquico del Sujeto y especialmente las relaciones entre
las diferentes instancias psíquicas. Asimismo, aparecen modifi-
cadas, cuando no alteradas, las diversas catexis objetales del Sujeto
durante este periodo fasto, que los interesados aprovechan para
multiplicar sus lazos y organizar un verdadero “nosotros” que los
confirman como colectividad.1
Luna de miel y simbiosis
Después de todo un primer periodo, muy breve para algunos,
mucho más largo para otros, en el cual los integrantes de la pareja
se descubren súbitamente en mayor o menor medida, se recono-
cen y por fin se eligen, se inaugura un segundo periodo de carac-
terísticas muy señalables. Si todo lo que dijimos sobre la elección
del compañero se vive principalmente en el primer periodo, y aun
a veces en los primeros instantes del encuentro, es porque cada
uno espera que se organice con el otro una relación de una densi-
dad y, sobre todo, de una calidad excepcional. Ningún razonamien-
to, ninguna negación alcanzan a anular la esperanza espontánea
de un encantamiento. Cada uno siente intuitivamente que se dis-
pone a vivir algo nuevo; que va a posar una mirada nueva sobre el
mundo, sobre el compañero y sobre sí mismo, que suprimirá las
relaciones anteriores. Se inaugurará para cada uno una nueva era.
Que esta percepción sea ingenua en la mayoría de los casos, o
que esté a veces complicada con razonamientos o negaciones, no
cambia para nada el hecho de ser profundamente vivida. Seremos
breves en la descripción superficial de esta fase. Lo más destacable
es la anulación, la exclusión para cada una de las partes de todo elemento
agresivo, con respecto al otro. La caricatura es por demás conocida: los
enamorados no se critican nada, y no solamente se perdonan todo,
sino que ignoran la debilidad o el defecto del elegido; no se es ca-
paz de aceptar la menor visión desfavorable y hasta se rechazan las
percepciones propias cuando no están conforme a la visión ideali-
zada que se tiene del otro. La idealización de la que ya hablamos,
alcanza en esta fase sus aspectos más ostensibles, y llega hasta la ne-
gación de la realidad: hay una verdadera transfiguración del elegido.
Esta exclusión de todo factor agresivo se traduce no solamente
en la intensa idealización del otro, sino también en la de la vida
29
1 Jean-G. Lemaire, La pareja humana: su vida, su muerte, su estructura, Fondo de
Cultura Económica, pp. 148-149.
amorosa misma que se considera que desde ese momento aporta-
rá toda clase de satisfacciones, y sólo satisfacciones. Cada uno espera
mucho del otro y cada vez más. Cada uno idealiza al otro y cada
vez más.
Se trata de una especie de placer de la excitación, que Freud
oponía al placer de la descarga en la vida sexual. La expectativa
aumenta la idealización que, mediante una retroalimentación en
este caso positiva, aumenta a su vez la expectativa.
En el marco de la relación entre los dos componentes de la pa-
reja, cada uno se siente como fundido con el otro, como formando
parte de él —fusión que representa algo más que la posesión, una
especie de grado más avanzado en la desaparición de los límites del Yo, y
en todo caso de los límites entre uno y otro—. Con la condición de
entender el término “agresividad” en su sentido lato, como con-
junto de pulsiones que permiten a cada sujeto oponerse, separarse
del otro, individualizarse, existir como un ser distinto y diferente,
se puede concebir esta desaparición de los límites entre uno y otro
como un grado mayor de anulación de toda agresividad entre
ellos, pero si bien la agresividad queda anulada en las relaciones
interpersonales de los dos miembros de la pareja, ella resulta des-
plazada y desde entonces pasa a reforzar la separación entre cada
sujeto y todos los otros, salvo el elegido: “los enamorados solos en
el mundo”, como dice la expresión harto conocida, se encuentran
bien cuando están apartados del resto de éste por una frontera co-
mún que los separa de los terceros, cualesquiera que éstos sean.
Es sabido que estos terceros —parientes, amigos, grupos socia-
les— no soportan demasiado esta casi desaparición de uno de los
suyos, como si fuera devorado por su relación con su compañero y
quedara perdido para ellos. Es bien conocido que las sociedades
muy estructuradas, donde se vive una intensa participación en un
ideal común de grupo —Iglesias, partidos políticos, etc.— no admi-
ten esta apropiación de un miembro por otro, en nombre de un
amor común. El riesgo puede parecer tan grande para estos gru-
pos, que de manera explícita o implícita se oponen a tales uniones
amorosas, sentidas como una amenaza para la participación en la
lucha colectiva […]
No por azar la Iglesia católica prohíbe el casamiento de los sacer-
dotes, ni tampoco es azar que se pueda considerar como una “des-
viación burguesa” un vínculo demasiado profundo o una relación
sexual realizada en una hora en la que habría que participar en un
mitin para criticar el pensamiento de LIin Piao o de Confucio.2
Esta casi “persecución” [a la pareja] por el resto del mundo,
30
2 Alusión a los acontecimientos de Tien. Cf. Le Monde del 17 de agosto de 1976.
contribuye así a reforzar la nueva frontera entre esa pareja y el mundo,
primera frontera de la díada y primera función realizada durante
esta fase decisiva de la vida amorosa.
Cualquiera que sea el origen de la interacción entre esta nueva
pareja y el resto del mundo; ya sea que provenga de que los ena-
morados, al unirse, se desprenden un poco […] de sus vínculos an-
teriores, o se deba en parte a las reacciones hostiles del mundo
frente a ellos, lo cierto es que el conjunto de estos procesos tiene
por efecto, no desdeñable, contribuir a la estructuración de la pa-
reja. Así, los límites que separan a los sujetos se atenúan, si es que
no se borran, mientras que tienden a erigirse progresivamente las
fronteras que separan al grupo amoroso del resto del mundo. Una
de las funciones decisivas del trabajo psíquico de esta fase es cons-
tituir así las bases de la futura “coalición conyugal”, para emplear
la expresión de Lidz.3
Del mismo modo, Willi4 insiste en la necesidad de una clara
delimitación de la pareja para su funcionamiento normal, y es-
tablece cuál es su principio: en una pareja armoniosa la relación
debe verse como privilegiada y distinguirse netamente de toda otra
relación que cada uno pueda tener hacia fuera, mientras que en el
interior de la misma sus miembros deben llegar también a diferen-
ciarse netamente uno de otro.
Además, estas nítidas delimitaciones, ya sea entre los compo-
nentes de la pareja o entre la pareja y los demás, deben ser percep-
tibles para los interesados y para los terceros a la vez, sin ser, no
obstante, demasiado rígidas o impermeables.
Por oposición a esta pareja armoniosa podrían definirse dife-
rentes equilibrios: primero, el que representaría la pareja fusional,
donde sus integrantes conforman una unión simbiótica con un
verdadero Yo común, separado del mundo exterior. Tal relación
puede, sin duda, brindar satisfacciones a los interesados, pero se
corre el riesgo de una pérdida del Yo individual en el marco de
una colusión narcisista. Y a la inversa, tal como vimos a propósito
de la elección de compañero, es posible observar en un amor [ena-
moramiento] demasiado intenso, cómo sus protagonistas se deli-
mitan de manera muy acentuada entre sí, por temor a perder su
Yo individual, amenazado por la intimidad de la pareja.
Cualesquiera que sean los inconvenientes de una fusión tan
estrecha, o demasiado durablemente estrecha, en esta primera
fase, correspondiente a la luna de miel, suele alcanzarse un esbozo
de pareja simbiótica o fusional, esbozo que, aunque sea discreto, des-
31
3 Véase, por ejemplo, L’enfant dans la famille, Masson, París, 1970, p. 26.
4 Willi J., Die Zweierbeziehng, Rotwolt, 1975.
empeña un papel estructurador muy importante para la díada. Este mo-
vimiento fusional tiene efectos dinámicos que no son solamente
negativos, como se señala habitualmente.
No obstante los posibles peligros evidentes, la aspiración fusio-
nal representa una de las fuerzas organizadoras constitutivas, pero
que se volvería patológica si no estuviera contrabalanceada por
otras, cuya reaparición veremos en la evolución de la pareja.
Es interesante que las encuestas de los sociólogos coincidan a
menudo con nuestros datos de origen clínico como, por ejemplo,
sus debates5 en torno al “ciclo de vida familiar”. Por más que hoy
se discute el término6 mismo [de familia], porque se distinguen
mal su definición y sus límites, él permite estudiar, si se admite al gru-
po familiar como un conjunto, la evolución de éste a través de dife-
rentes fases.
Aunque la enumeración detallada de las diferentes tareas,7 pre-
cisadas por algunos autores, sólo tiene un interés clínico, su refe-
rencia demuestra qué importante resulta en este periodo, para los
integrantes de la pareja, la elaboración de sus relaciones internas,
y por eso mismo la constitución de una especie de identidad de
pareja, que recién se funda verdaderamente en ese momento. En
efecto, hasta entonces cada integrante de la pareja podía sentirse
atraído o interesado por el otro, pero su individualidad carecía en
absoluto de conciencia del grupo formado; en cambio, la fase de
luna de miel introduce esta toma de conciencia del proceso de gru-
po. Es una especie de sentimiento de pertenecer al grupo que sur-
ge, con mayor o menor importancia según las parejas, según las
condiciones socioculturales y, por supuesto, según las particulari-
dades individuales de cada sujeto; y al margen de todas estas dife-
renciaciones aparece este fenómeno común, importante, de la to-
ma de conciencia de pertenecer al grupo-pareja. Así, se confirma la
función estructuradora y constitutiva de esta fase de la luna de
miel en la organización diádica.8
32
5 Cf. Congreso Internacional de Sociología de la Familia, París, 1973.
6 El “ciclo de vida familiar” representa en el conjunto de los acontecimientos, la
serie organizada en el tiempo de aquellos que son previsibles y que se encontrarán
en la mayoría de las familias (por ejemplo, el compromiso, el casamiento, el naci-
miento de hijos, la entrada en la escuela del primero, la partida del último, etc.), por
oposición a los acontecimientos particulares propios de ciertas familias (accidentes,
fallecimientos, guerra, separación impuesta, enfermedad grave).
7 Rappoport R., “Normal Crises, Family Structure, and Mental Health” Family pro-
cess, 2, 1973, pp. 68-80.
8 Fragmento tomado del libro de Lemaire, op. cit., pp. 157-161.
B. Luego de este rápido recorrido, se puede escribir en las
siguientes líneas, a manera de predicción, ¿cuál se cree que es
el tema del texto anterior?
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Comprendamos el texto
Es recomendable, con la finalidad de conseguir una mejor
comprensión del texto, volver a leerlo cuidadosamente, reflexio-
nar sobre lo que se ha leído y contestar las siguientes cuestiones.
Se puede regresar a la lectura cuantas veces sea necesario para
confirmar las respuestas.
1. ¿Qué características tiene el momento inicial en que se
constituye el vínculo amoroso?
2. ¿Qué es el “flechazo”?
3. ¿De qué otra manera podríamos llamar al “vínculo amo-
roso”?
4. ¿A qué aluden las palabras seducción, encantamiento e
influjo?
5. ¿A qué se refiere el autor cuando habla del “Objeto del
deseo”?
6. ¿Cuál es el papel de las “instancias psíquicas conscientes”
en la instauración de una verdadera relación amorosa?
7. En consecuencia, ¿cómo se podría explicar en qué con-
sisten dichas instancias, por qué psíquicas, y por qué
conscientes?
8. En el texto se apunta que la idea de cada uno de los
miembros de una pareja de enamorados respecto a que
inauguran una nueva era durante esta primera etapa, la
del “flechazo”, es —en la mayoría de los casos— una per-
cepción ingenua, ¿qué quiere decir con esto?
9. ¿En qué condiciones se organiza un “nosotros” colec-
tivo?
10. Aunque el autor solamente menciona la “aventura amo-
rosa” y las “relaciones extraconyugales”, ¿qué se puede
deducir sobre ellas de acuerdo con el texto?
33
11. ¿Para qué sirve la información que proporciona el “fle-
chazo”?
12. ¿Por qué los integrantes de la pareja son incapaces de
precisar la naturaleza de las atracciones que experimen-
taron el uno por el otro?
13. ¿En qué condiciones se puede instaurar la relación de
pareja?
14. ¿En qué consisten los beneficios narcisistas para cada
integrante de la misma?
Si no se conoce la historia de Narciso, origen del término “nar-
cisista”, es recomendable leer la introducción al capítulo vi de
este mismo libro, pues en él la autora hace un resumen al res-
pecto. Seguramente después de dicha lectura y regresando al
fragmento de Lemaire que estamos tratando de comprender
ahora, se entenderá el significado de tal palabra.
La catexis es la energía mental o afectiva aplicada a una idea
u objeto, y fasto es sinónimo de feliz o venturoso. Si se está ha-
blando de la etapa del “flechazo”, ¿por qué el hecho de que se
alteren las catexis objetales del sujeto, en el contexto de la exal-
tación del narcisismo, permite organizar un verdadero “nos-
otros” que confirma a la pareja como colectividad?
15. ¿Qué esperan de su relación los miembros de una pareja
en esta primera fase de la elección?
16. ¿Cómo se describiría superficialmente esta etapa?
17. ¿En qué consiste la idealización del ser elegido durante
la misma?
Si se ignora quién fue Sigmund Freud, se debe investigar en la
parte enciclopédica del diccionario, en una enciclopedia pro-
piamente dicha, e incluso en internet; luego de haberlo hecho,
responder: ¿por qué este personaje habló del “placer de la
excitación” y del “placer de la descarga sexual”?
De acuerdo con lo que dice el autor, ¿cómo es la relación en-
tre la expectativa y la idealización; a qué se deberá que sea así?
18. ¿Qué significa, en el marco de la relación entre los dos
componentes de la pareja, el estar fundido el uno con el
otro?
34
19. ¿Cómo explica el autor el término “agresividad” en su
sentido lato?
20. ¿Qué implica la “exclusión de todo factor agresivo” de
uno respecto al otro, en la relación de pareja?
21. ¿Qué relación tienen los enamorados con los otros?
22. ¿En la sociedad, quiénes y por qué sienten las relaciones
amorosas como una amenaza para la participación co-
lectiva?
23. ¿Cómo contribuye la primera frontera de la pareja res-
pecto al resto del mundo para la “coalición conyugal”?
24. ¿Según Willi J., por qué es necesaria una clara delimita-
ción de la pareja?
25. ¿En qué consiste la pareja fusional?
26. ¿Cuál es el peligro de este tipo de pareja?
27. ¿En qué consiste esa pareja en la que sus integrantes
temen perder el Yo?
28. ¿Qué tipo de pareja se desarrolla en la etapa considerada
como de “luna de miel”?
29. ¿Cuál es el objetivo fundamental de la fase inicial de
la pareja, y cuál el objetivo primordial de la misma en la
fase de la luna de miel?
30. ¿Qué enfoque tiene el tratamiento del tema amoroso en
este texto?
31. ¿A qué tipo de lector estará dirigido?
32. ¿Cuál se cree que sea la finalidad del autor al tratar el
tema de esta manera?
Llevemos a cabo una última lectura global
A. Por lo que se ha trabajado ya en este capítulo, seguramente
ha quedado claro lo que es una lectura global. Léase, entonces,
globalmente el siguiente fragmento del libro de Alberto Orlan-
dini El enamoramiento y el mal de amores, ya explorado con ante-
rioridad.
VI. La psicología del enamoramiento
El flechazo amoroso, como todos los fenómenos psíquicos, contie-
ne aspectos que llamaremos cognitivos o espirituales, afectivos o
del corazón, motivacionales y vegetativos o del cuerpo.
35
En la cognición se advierten los cambios que a continuación se
presentan.
La “focalización de la atención” en la persona del amado, y la
desatención de otros intereses que se tenían con anterioridad.
Para el filósofo español Ortega y Gasset, el amor-pasión es una
suerte de estrechez de la atención que da al que la padece un aire
especial de embobado y sonámbulo.
Existe un “contacto visual y sensorial” privilegiado con el cuer-
po del amado, de tal manera que los enamorados “se comen con
los ojos”, los objetos se perciben más hermosos y con colores más
vivos. La percepción del Objeto de amor se agudiza de tal manera
que el enamorado ve más que los otros, porque nota cualidades y
bellezas que los demás no captan.
El placer que la persona amada provoca en los sentidos la des-
cribe el escritor español Juan Valera (1824-1905):
No es ella grata a mis ojos solamente, sino que sus palabras suenan a
mis oídos como la música de mis esferas, revelándome toda la armonía
del Universo, y hasta imagino percibir una sutilísima fragancia que su
lindo cuerpo despide, y que supera el olor de los mastranzos que cre-
cen a orillas de los arroyos y el aroma silvestre del tomillo que en los
montes se cría. (Pepita Jiménez)
Se cambia la percepción del tiempo, que transcurre rápidamente
durante los encuentros y de manera interminable en las ausencias.
En la memoria se registran, de modo priorizado e indeleble, los
detalles más minúsculos de la historia del romance. La fantasía se
exalta y toma como tema reiterativo las ensoñaciones con escenas
que protagonizan los amantes. La idea del Objeto de amor se con-
vierte en un pensamiento fijo, parecido a las observaciones y los
delirios, y todo lo que sucede se relaciona con la idea del amado.
De este modo, si el suspirante ve algo en una vidriera, supone que
le gustará a la amada; si pasa por un lugar, recuerda que allí ocurrió
una cita romántica; y si se encuentra con una persona, asocia con
placer que ella es amiga de su amante. A propósito de las ideas
obsesivoides, Tennov refiere que gran cantidad de los sujetos de
estudio aseguraron que pasaban 85% de su tiempo de vigilia pen-
sando en la persona amada.
El Objeto de amor se idealiza e hipervaloriza como la cosa más
perfecta, bella y virtuosa que pueda encontrarse. En la “ceguera
de amor”, que se trató en detalle anteriormente, se magnifican los
encantos y se minimizan las deficiencias del amante. La valoración
benevolente del enamorado convierte las necedades del amado en
acciones de mérito. No es la regla, pero tampoco resulta infrecuen-
te que el amante se subestime y dé una excesiva importancia a sus
36
pequeñas dificultades frente a la persona que desea agradar. La
aceptación, por parte del amado, provoca un aumento de la auto-
estima del enamorado; por el contrario, la frialdad ocasiona la pér-
dida del propio valor. En las personas apasionadas, la presencia o
el tema del amado determinan un estado de desorganización del
pensamiento que se conoce como “turbación mental”. Por eso Ja-
cinto Benavente escribió: “Cuando un hombre se enamora de ver-
dad, es difícil distinguir al tonto del inteligente.”
El corazón del enamorado responde a la presencia de la perso-
na amada con emociones de tipo positivo, como entusiasmo, jovia-
lidad o erotismo ardiente; y por el contrario, los desaires, ausencia
o la pérdida del amante suscitan afectos de tipo negativo, como
angustia, melancolía o ira que pueden llegar a ser enfermizos. A
muchos sujetos enamorados, la presencia de la persona amada les
provoca sensaciones de miedo, timidez y temor a ser rechazados.
El enamoramiento resulta lo opuesto a la tranquilidad, y represen-
ta un estado de emociones excesivas que varían del placer a la zo-
zobra y del éxtasis al tormento. Por eso se dice que el amor es un
estado donde se experimentan los goces más elevados y los peores
sufrimientos. El enamorado percibe sus emociones como irracio-
nales, involuntarias e incontrolables. Dice Pascal acerca de las
pasiones del amor: “El amor es un tirano que no tolera compañía;
quiere señorear solo; y necesita que todas las demás pasiones se le
rindan y obedezcan.”
En el cuerpo, el amor-pasión causa modificaciones de las nece-
sidades: se pierde el sueño, se deja de comer y se exalta el deseo
sexual. De este modo, el erotismo del enamorado es muchas veces
superior a la sexualidad trivial de la vida cotidiana. Los cambios
vegetativos se aprecian como lágrimas, rubor, calor en las mejillas,
palidez, “sensaciones en el corazón”, suspiros y desvanecimientos.
Jaques Ferrand (1623) decía que el amor se complace en las lá-
grimas; por eso, los poetas representan a los amantes llorando. En
la musculatura somática se advierten temblores de la voz y de las ma-
nos, y suele suceder que las piernas se doblen.
Según el psicoanalista Bergler, el enamoramiento tiene ocho
características:
1) El sentimiento de felicidad.
2) La tendencia al autosuplicio.
3) La sobrevaloración del amado.
4) La subestimación de la realidad.
5) La exclusividad de la pareja.
6) La dependencia del amado.
37
7) La conducta sentimental.
8) El predominio de la fantasía.
El amor romántico se percibe como una experiencia extraordi-
naria, distinta del desencanto, del aburrimiento y de la tranquili-
dad cotidiana. Dice Pepita Jiménez, la heroína de Valera: “No sa-
bía yo lo que era el amor. Ahora lo sé: no hay nada más fuerte en
la tierra y en el cielo”. El estar enamorado resulta una vivencia que
sorprende; crea un determinado modo de percepción; una nueva
visión del mundo y de los otros. La pasión resulta ingobernable
para la voluntad, y nadie puede enamorarse o desenamorarse por-
que lo desee. Si uno no quiere apasionarse, lo único que puede
hacer es evitar a la persona que nos atrae, y algunos proponen como
remedio heroico el hacernos odiosos para ella, antes de perder el
control de nuestros sentimientos.
El amor-pasión es una experiencia monogámica, debido a que
el flechazo amoroso no ocurre con varias personas a la vez, pero se
puede estar enamorado de una persona y amar sosegadamente a
otras.
El principio de reciprocidad, según el cual amamos a quienes
nos gratifican y evitamos a quienes nos frustran, puede no ocurrir
en el enamoramiento; por eso podemos quedar prendados de al-
guien que no nos quiere.
La pasión lleva a la fusión de los cuerpos y de los espíritus de los
amantes. Según Alberoni: “El amor separa lo que estaba unido y
une lo que estaba separado”. Por eso los amantes rompen los víncu-
los con la familia y la pareja anterior, y forman un lazo nuevo.
Aristóteles, en su Retórica, afirmó: “El amor sano es desear todo
el bien al amado para su contento y provecho, no para el de uno
mismo, y por el contrario, dolerse y entristecerse por los males y aflic-
ciones de la persona amada más que de los propios”.
El enamorado está continuamente premiando de modo gene-
roso y gratuito al amante, y se ha dicho que cuando comienza a sa-
car la cuenta de lo que da y de lo que recibe, se está acabando el
enamoramiento.
Debido a que el amado resulta el objeto más deseado, adquiere
un enorme poder sobre el enamorado y cuando la pasión es unila-
teral, el que no ama puede abusar y esclavizar al otro.
En opinión de Freud (1921), el Yo se hace cada vez menos exi-
gente y modesto y, en cambio, el amado deviene cada vez más mag-
nífico y precioso hasta apoderarse de todo el amor que el Yo sentía
por sí mismo (libido narcisista), proceso que lleva naturalmente al
sacrificio voluntario del Yo. En este momento puede decirse con
38
razón que el Objeto ha devorado al Yo. El enamorado se hace hu-
milde, y se devalúa.
La relación de amor se caracteriza por el aumento de la recepti-
vidad, de la sintonía, empatía y franqueza.
Los amantes tienen una comunicación privilegiada por su aper-
tura, su cuantía y su transparencia; ellos tienen larguísimas con-
versaciones sobre sus pareceres y sus vidas.
Se dice que los enamorados resultan antisociales porque se aís-
lan del mundo en un egoísmo de dos, y se desentienden de las
otras personas. La pareja amorosa es rebelde al grupo; su experien-
cia es privada y secreta; su moral íntima suele ser diferente de la
moral convencional, y ella crea una barrera de exclusión que pro-
tege su intimidad de la envidia, hostilidad, intromisión y control
de la sociedad (que siempre amenaza con destruir a la pareja de
amantes).
El proyecto de vida del sujeto se organiza alrededor del Objeto
de amor. Por amor se deja el trabajo, la familia y, a veces, la patria.
El enamorado dice: “tú eres mi vida” y “yo vivo para ti”. En su deseo
de confirmar el amor, los miembros de la pareja se piden conti-
nuamente “pruebas” de este tipo: “¿te vas a entregar a mí?, ¿vas a
dejar a tu familia por mí?, ¿te vas a comprometer conmigo?”
El enamoramiento se manifiesta en el lenguaje, el gesto y todo
el movimiento corporal. Es de observación común una regresión
del lenguaje que adopta formas infantiles y abunda en diminuti-
vos. (Los etólogos interpretan que el lenguaje infantil desencadena
el instinto de la atención tierna por parte del amado.)
La actividad gestual y corporal se describirá en detalle en el
capítulo ix, que trata sobre el cortejo. El amor que perdura por
años se ha explicado como “reenamoramientos sucesivos”, y aun
en el apaciguado amor marital queda un núcleo de fuego que se
inició con el flechazo amoroso, y que mantiene el calor de la rela-
ción. El amor sólo se conserva si ocurre una fusión de las personas,
convirtiéndose el uno en parte intrínseca del otro, y se establece un
proyecto común de vida. El enamoramiento termina cuando se
atenúa, y pasa al estado de amor marital, se trueca en odio o se di-
suelve en la indiferencia.
En un estudio de las manifestaciones del enamoramiento en
adolescentes de 14 años, encontramos: alegría (77.2%); nerviosis-
mo (59%); ideas persistentes sobre el amado (45.4%); deseo sexual
(45.4%); rubor (27.2%); temblor en las manos (22.1%), y de la
voz (18.1%); insomnio (13.6%), y anorexia (9%) (Orlandini y
Martínez, 1994).9
39
9 Fragmento tomado de Orlandini, op. cit., pp. 50-54.
B. Es evidente que la lectura global nos permite percatarnos
del contenido general de un texto, así que ahora se puede anti-
cipar cuál es el tema del fragmento de Orlandini.
El fragmento trata de ________________________________
______________________________________________________
______________________________________________________
Comprendamos el texto
Como ya se vio, el proceso de comprensión de un texto exige
su lectura detenida y atenta. Es necesario, entonces, regresar al
fragmento anterior, leerlo y releerlo tantas veces como se re-
quiera para responder las siguientes preguntas:
1. ¿En qué consiste el “flechazo” para Orlandini?
2. ¿Qué es la “focalización de la atención”?
3. ¿A qué llama el autor “contacto visual y sensorial”?
4. ¿Qué pasa con la percepción del tiempo entre los
enamorados?
5. ¿Cómo es que el “objeto del amor” se convierte en un
pensamiento fijo?
6. ¿Qué significan la idealización y la hipervalorización del
Objeto del amor?
7. ¿Qué es la “ceguera del amor”?
8. ¿En qué casos se da un aumento en la autoestima del
enamorado?
9. ¿En qué casos se da una pérdida de esta última?
10. ¿Cómo se manifiesta la turbación mental?
11. ¿Cómo responde el corazón del enamorado ante la pre-
sencia del amado?
12. ¿Por qué se dice que el enamorado experimenta los go-
ces más elevados y los peores sufrimientos?
13. ¿Qué efectos produce el amor-pasión en el cuerpo?
14. Según el psicoanalista Bergler, ¿cuáles son las caracterís-
ticas del enamoramiento?
15. ¿Qué diferencia hay entre el amor romántico y el amor-
pasión?
16. ¿En qué consiste el “principio de reciprocidad”?
17. ¿Cómo opera la pasión?
40
18. ¿En qué circunstancias el que no ama puede abusar y
esclavizar al otro?
19. ¿Por qué se desatan procesos de devaluación del enamo-
rado respecto del amado, según Freud?
20. ¿Por qué se dice que los enamorados resultan antisociales?
21. ¿En qué consisten los “reenamoramientos?
22. ¿Qué importancia tiene para el amor la “fusión” de las
personas?
23. ¿Qué finalidad cumplen las citas literarias de la obra
Pepita Jiménez, del escritor Juan Valera, en el capítulo de
Orlandini?
24. ¿Qué diferencia hay entre el empleo que hacen Alberto
Orlandini y Jean-G. Lemaire de los términos psicoanalí-
ticos?
25. ¿Qué semejanzas hay entre ambos textos?
26. ¿Cuál de los dos resulta más comprensible?, ¿por qué?
27. ¿Por qué el otro fue más difícil de comprender?
28. ¿A qué tipo de lector estará dirigido el libro de Orlan-
dini, y qué características del mismo llevan a esa con-
clusión?
Identifiquemos diferencias entre los textos leídos
A. Una vez que se han explorado estos libros, que se realizaron
las predicciones sobre su contenido, y que se llevó a cabo la lec-
tura de comprensión de los fragmentos elegidos, se pueden res-
ponder las siguientes preguntas:
1. ¿Cuáles son las semejanzas encontradas entre los tres
libros con los que se ha trabajado en este capítulo?
2. ¿Cuáles son sus diferencias?
3. ¿Cuál de los tres textos parece más atractivo?, ¿por qué?
4. ¿Cuál de ellos resulta más interesante?, ¿por qué?
5. ¿Cuál tiene más palabras desconocidas, y a qué se debe?
6. ¿En general, qué diferencias se observan en el tipo de
lenguaje empleado en cada caso?
7. ¿A qué se debe?
8. ¿Se puede pensar que alguno de los textos es más bello
que los demás?, ¿por qué?
41
42
Nuevo amor
y otras poesías
La pareja humana:
su vida, su muerte,
su estructura
El enamoramiento
y el mal
de amoresCaracterísticas
Intimista
Da noticia de los avances
científicos
Sencillo
Universal
Una sola posibilidad de
interpretación
Dirigido a todo público
Temática especializada
Sigue los pasos del
método científico
Complejo
Bello
Con localizaciones
temporales
Da cuenta de hechos
universales en un con-
texto histórico particular
Interesante
En lenguaje técnico
Ubicado en la vida
cotidiana
Produce placer estético
Ofrece dos o más
posibilidades de
interpretación
Atemporal
Impersonal
Dirigido a lectores selectos
Difunde información
general aportada por
otros autores
Escrito en verso
Pretende redefinir
algunos conceptos
9. Respecto a la información, ¿cuál se considera más im-
portante y por qué?
10. En orden de más a menos, ¿cuáles de los libros serían leí-
dos por personas sin mucha preparación escolar y por
qué?
11. ¿Cómo se podría calificar cada uno de los libros de
acuerdo con su tipo?
B. En la página 42 aparece un cuadro con cuatro columnas:
la vertical señala una serie de características que tienen los tex-
tos leídos, y la horizontal, los títulos de los mismos. Se solicita
colocar una cruz debajo de cada uno de ellos, de acuerdo con
la cualidad que se le atribuya, para cerrar este capítulo con la
clasificación de los textos y la identificación del que pertenece
al género de divulgación científica.
C. Se sugiere tomar del cuadro las características de cada
uno de los libros y anotarlas donde corresponda:
Nuevo amor y otras poesías
______________________________________________________
______________________________________________________
______________________________________________________
La pareja humana: su vida, su muerte, su estructura
______________________________________________________
______________________________________________________
______________________________________________________
El enamoramiento y el mal de amores
______________________________________________________
______________________________________________________
______________________________________________________
D. De acuerdo con sus características, relaciona ahora los
textos analizados con los géneros que aparecen en la siguiente
lista, escribiendo el número correspondiente en cada paréntesis.
a) Nuevo amor… ( ) Científico
b) La pareja humana… ( ) Divulgación científica
c) El enamoramiento… ( ) Literario
43
Consulta el resultado de este ejercicio al final del libro, en
donde aparecen los modelos de comparación.
E. Luego de haber reflexionado sobre las características de
los tres textos trabajados aquí, es posible intentar escribir una
definición del de divulgación científica.
Es aquel que… ______________________________________
______________________________________________________
______________________________________________________
F. Contrasta la definición elaborada con la que se ofrece en
el glosario al final de este volumen.
44
RECAPITULEMOS
Es conveniente, por último, reflexionar sobre lo aprendido en este
capítulo, para revisar el proceso seguido en la identificación de los
tipos de libros. Con esta finalidad se solicita responder nuevamen-
te algunas preguntas:
1. ¿Qué pasos se siguieron para explorar los libros?
2. ¿Qué se consiguió con dicha exploración?
3. ¿Cómo contribuyeron las lecturas explorativa y de compren-
sión para conseguir el objetivo de identificar las diferencias entre
los textos?
4. ¿Cuáles son los tres tipos de textos que se conocieron y que
ahora se pueden identificar?
5. ¿Qué pasos se siguieron para su identificación?
6. ¿Cuáles son las diferencias entre el libro literario y el científico?
7. ¿Cuáles son las características de los textos de divulgación
científica?
Para reforzar este aprendizaje es conveniente recordar los nom-
bres de algunas revistas o libros de divulgación científica que se
han leído, conocido, o que se hayan visto en el puesto de periódi-
cos, librerías o tiendas de autoservicio.
8. ¿Por qué son importantes los textos de divulgación científica?
9. ¿Qué razones hay para seguir leyéndolos?
II. Los diferentes tipos de discurso
Margarita Alegría de la Colina
Introducción
En general, quienes deciden concursar en Leamos la Ciencia
para Todos responden a un impulso personal, eligen el libro
con el que quieren trabajar y saben el género en que les corres-
ponde hacerlo; pero, en muchos casos, por más que leen y re-
leen las bases no acaba de quedarles claro cómo empezar ni de
qué manera estructurar su escrito.
Toda persona emprendedora, competitiva y deseosa de al-
canzar el éxito, sin duda quiere ir a lo seguro en esta experiencia,
por lo que debe interesarle reconocer las características forma-
les del tipo de discurso que le corresponde.
Quien se dispone a participar en una justa de atletismo, de
lanzamiento de jabalina, por ejemplo, elige la jabalina adecua-
da, ejercita la carrera de impulso y hace también mucho trabajo
con los brazos para fortalecerlos y conseguir arrojar ese artefac-
to lo más lejos posible; sin una buena preparación, el lanzador de
jabalina no podría presentar competencia a sus contrincantes.
Si la prueba fuera el clavadismo, se tendría que ejercitar la elas-
ticidad del cuerpo, así como la habilidad para lanzarse desde el
trampolín. Nadie se atrevería a brincar de él y volar por los aires
hasta encontrar el agua de la alberca, sin estar suficientemente
preparado.
Incursionar en la experiencia de la lecto-escritura para, a par-
tir del reconocimiento, comprensión y análisis de un texto, es-
cribir otro es una actividad que requiere también capacidad, así
como el desarrollo de las habilidades necesarias; sin estos ele-
mentos no se pueden tener posibilidades de éxito en dicha em-
presa, por lo que es indispensable que quien desee hacerlo se
habilite en la lectura eficiente, y en el reconocimiento de las ca-
racterísticas del tipo de discurso en que le corresponda partici-
par en nuestra justa.
¿Cómo llevar a cabo la lectura del texto que servirá de refe-
rencia para que el receptor se entere de su contenido, lo com-
prenda, lo analice y lo valore? ¿Qué elementos se deben obser-
45
var para reconocer el género discursivo correspondiente? ¿De
qué manera escribir el propio texto para que resulte claro, preci-
so, y no se aleje de las características del género?
Este capítulo puede ayudar en ese sentido. Es importante re-
conocer todos los géneros a que convoca el concurso, porque es
muy probable que tarde o temprano se tenga que escribir si-
guiendo cada uno de estos moldes a lo largo de la formación es-
colar o profesional. Por ahora se centrará la atención en aquel
género en que se vaya a participar, así es que de este apartado
se puede continuar con el que permita aprehender la manera de
construir el texto correspondiente, no sin antes haber trabaja-
do con el capítulo anterior para reconocer e identificar las ca-
racterísticas de los textos de divulgación científica a los que
pertenecen los libros de la colección La Ciencia para Todos. Tam-
poco se debe olvidar el revisar y estudiar el capítulo séptimo, que
ayudará en la corrección del escrito.
Exploremos un libro
He aquí los elementos que hay que revisar para explorar el
libro número 40 de la colección La Ciencia desde México, hoy
La Ciencia para Todos. Es importante realizar una predicción
de su contenido, porque sus dos primeros capítulos serán el
texto previo para el trabajo en el presente apartado, y el hacer
esta primera revisión permitirá contextualizarlos en la obra en
su conjunto.
A. Observemos la portada (figura ii.1).
Responder en relación con la portada:
1. ¿Qué sugiere el título?
2. ¿Qué representará el busto de mujer que ocupa la mayor
parte del espacio?
3. ¿Qué pueden simbolizar las monedas que recubren su
pecho a manera de gran solapa, que se prolonga en una
larga cauda?
4. ¿Cuál será el significado de la cara con mirada desorbita-
da y una gran boca escupe-monedas, que asoma por arri-
ba de la solapa?
46
Figura ii.1. Portada del libro de Ruy Pérez Tamayo, Acerca de Minerva,
Fondo de Cultura Económica, México, 1995 (colección La Ciencia
para Todos, 40), 205 pp.
5. ¿Qué puede simbolizar la figura femenina desnuda y con
los brazos abiertos que la mujer sostiene en su mano derecha?
6. ¿A qué se deberá que las figuras a espaldas de ella estén
en la oscuridad?
B. Es conveniente leer ahora la información que aparece en
la contraportada.
La Minerva a que se refiere el título de este libro es la diosa romana
de la ciencia y de la sabiduría, que alcanzó su máxima popularidad
durante el reinado de Domiciano (81-96 d.C.) y a quien Adriano
(117-138 d.C.) construyó un templo. Se le considera equivalente y
sucesora de Atenea, aunque esta diosa griega no sólo era patrona
de las ciencias sino también de las artes y de la guerra, asuntos
estos últimos con los que el presente volumen tiene muy poco que
ver, pues se refiere a la ciencia en general, vista no a nivel técnico
sino desde una posición filosófica y accesible, enfocando aquellos
aspectos que seguramente interesan más al lector no científico.
Los temas que se tratan en estas páginas pertenecen a todas las
ciencias de todo el mundo, mas el autor no esconde que es un cien-
tífico mexicano contemporáneo, que escribe sobre temas univer-
sales a partir de su propia experiencia en México. Esta característica
le da uno de sus mayores atractivos y le permite figurar con todo
derecho y propiedad en la colección La Ciencia para Todos. En la
medida en que los temas presentados por el autor incluyen obser-
vaciones y reflexiones sobre la ciencia nacional, el presente volu-
men se constituye en documento valioso no sólo para los interesa-
dos en el estado actual de la investigación científica en nuestro
país, sino para aquellos que en el futuro deseen examinar con
detalle la etapa del desarrollo de la ciencia que nos tocó vivir en
México en las últimas décadas del siglo xx.
El doctor Ruy Pérez Tamayo procura darnos una idea más hu-
mana y equilibrada de lo que es la ciencia en el mundo actual; una
visión más clara y angustiosa de los problemas por los que atraviesa
en el México de hoy, y una imagen más real de su capacidad para
promover y dirigir la transformación que nuestra sociedad requie-
re para incorporarse con fuerza y dignidad al siglo xxi.
Ruy Pérez Tamayo (1924) se graduó de médico cirujano en la
unam; hizo cursos de posgrado en Estados Unidos y posteriormen-
te en el ipn. Fundó y dirigió durante 15 años la Unidad de Patolo-
gía de la Facultad de Medicina de la unam en el Hospital General,
después trabajó como investigador en el Instituto de Investigacio-
nes Biomédicas de la unam y posteriormente en el Instituto Nacional
48
de la Nutrición “Salvador Zubirán”. Actualmente es jefe de la sub-
división de Medicina Experimental de la Facultad de Medicina de
la unam. Ha recibido muchas distinciones, mas por encima de todas
prefiere la siguiente clasificación: miembro de la especie H. Sa-
piens. Asegura ser muy feliz gracias a la unam y a sus hijos y nietos,
a sus pocos pero muy queridos amigos de ayer, de hoy y de siem-
pre, y especialmente a Irmgard.
C. Luego de haber leído el contenido de la contraportada,
responder:
1. ¿De quién puede ser el busto de la portada, acerca del
cual ya se reflexionó en el ejercicio anterior?
2. ¿De qué asuntos trata el libro que nos ocupa?
3. ¿Desde qué punto de vista los enfoca el autor?
4. ¿Cuál es el motivo de sus reflexiones?
5. ¿Cómo se refiere Ruy Pérez Tamayo a lo que es la ciencia
en el mundo?
6. ¿Qué se puede esperar de este autor de acuerdo con su
formación profesional?
D. Se debe analizar ahora el contenido del libro, de acuerdo
con el índice:
Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Primera parte
La estructura de la ciencia
I. La estructura de la ciencia . . . . . . . . . . . . . 13
II. Sobre el conocimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
III. El mayor regalo de la ciencia . . . . . . . . . . . . 18
IV. Los límites de la ciencia . . . . . . . . . . . . . . . . 21
V. Los experimentos en la ciencia . . . . . . . . . . . . 24
VI. La verdad científica (1) . . . . . . . . . . . . . . . . 27
VII. La verdad científica (2) . . . . . . . . . . . . . . . . 28
VIII. La verdad científica: ¿descubrimiento o invento? . . 33
IX. El error en la ciencia . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
X. El “fracaso” de la ciencia . . . . . . . . . . . . . . . 40
XI. El reduccionismo científico . . . . . . . . . . . . . 44
XII. El vitalismo en la ciencia . . . . . . . . . . . . . . . 48
XIII. En defensa del mesianismo científico . . . . . . . . 52
49
Segunda parte
Del oficio de científico
XIV. Invitación a la ciencia . . . . . . . . . . . . . . 61
XV. “¿Y si no se me ocurre nada?” . . . . . . . . . . 64
XVI. La vocación científica . . . . . . . . . . . . . . 67
XVII. La imaginación en la ciencia . . . . . . . . . . 69
XVIII. Los primeros pasos del investigador científico 73
XIX. ¿Qué es un experimento científico? . . . . . . 76
XX. Sobre el artículo científico . . . . . . . . . . 79
XXI. La propiedad científica . . . . . . . . . . . . . . 82
XXII. El alquimista y el científico . . . . . . . . . . 85
XXIII. Tres clases de hombres de ciencia . . . . . . . 88
XXIV. La fuga de cerebros . . . . . . . . . . . . . . . . 92
XXV. Razón y emoción: ¿amigas o enemigas? . . . . . 97
XXVI. La ciencia básica y la zanahoria . . . . . . . . 100
XXVII. Sobre la excelencia científica . . . . . . . . . 103
Tercera parte
Ciencia, arte y humanismo
XXVIII. Historia, arte y ciencia . . . . . . . . . . . . . 111
XXIX. El genio en el arte y en la ciencia . . . . . . . 114
XXX. Ciencia y humanismo . . . . . . . . . . . . . . . 117
XXXI. Leonardo y la ciencia . . . . . . . . . . . . . . 120
XXXII. Eclesiastés 1:18 . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
XXXIII. Insanabile scribendis cacoethes . . . . . . . . 128
Cuarta parte
Ciencia, ética y filosofía
XXXIV. La ética del científico . . . . . . . . . . . . . . 135
XXXV. Aladino y frankenstein . . . . . . . . . . . . . . 138
XXXVI. El doctor fausto en la ciencia . . . . . . . . . 141
XXXVII. La revolución en la ciencia . . . . . . . . . . . 143
XXXVIII. La filosofía natural griega y la ciencia . . . 146
XXXIX. Ciencia y metafísica . . . . . . . . . . . . . . . . 150
Quinta parte
Ciencia y biomedicina
XL. Ciencia y medicina . . . . . . . . . . . . . . . . . 155
XLI. La medicina y la muerte . . . . . . . . . . . . . 158
XLII. Ciencia, medicina tradicional y medicina
occidental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 162
50
XLIII. ¿Por qué es tan complicada la vida? . . . . . . . 165
XLIV. La importancia del error en biología . . . . . . 168
Sexta parte
Ciencia, economía y sociedad
XLV. La verdadera crisis de méxico . . . . . . . . . . . 175
XLVI. Ciencia y modernidad . . . . . . . . . . . . . . . . 182
XLVII. Ciencia y subdesarrollo . . . . . . . . . . . . . . 185
XLVIII. Ciencia y austeridad . . . . . . . . . . . . . . . . 189
XLIX. Información, ciencia y crisis . . . . . . . . . . . 193
L. Los enemigos de la ciencia . . . . . . . . . . . . . 196
LI. ¿Se puede detener la ciencia? . . . . . . . . . . . 199
Responder respecto al índice:
1. ¿En qué tema se centran los capítulos del i al xiii?
2. ¿Además de la ciencia en sí misma, qué otros elementos
aparecen en la segunda parte del libro?
3. ¿Con qué se relaciona la ciencia en la tercera parte?
4. ¿Qué tipo de reflexiones hace el autor en la cuarta parte,
de acuerdo con el contenido anunciado en el índice?
5. ¿En qué clase de ciencia se centra la quinta parte, y cuál es
su relación con la que le antecede?
6. De acuerdo con los temas incluidos en la sexta parte,
¿cuál es la preocupación del autor?
E. Las notas introductorias de los libros, sean bajo el título
de introducción, prólogo, prefacio, advertencia preliminar,
etc., dan una idea muy aproximada sobre su contenido. Lea-
mos la correspondiente al libro Acerca de Minerva.
Introducción
Hace aproximadamente dos años, la agencia Notimex tuvo la gen-
tileza de invitarme a colaborar con ella escribiendo notas y ensayos
ocasionales de divulgación sobre temas científicos. Tales escritos
serían publicados en algunos diarios de la capital y de la provincia
de nuestro México, así como de varios otros países latinoamerica-
nos. Conociendo la necesidad urgente de interesar e informar al
público mexicano y de toda nuestra América Latina sobre la natu-
raleza, los alcances y los límites de la ciencia, así como sobre otros
51
muchos aspectos del trabajo científico en general, e interesado y
comprometido desde hace tiempo con la divulgación científica,
acepté de inmediato. Bajo la guía respetuosa y lejana, pero no por
ello menos firme, primero de Jorge Villoro y de Alejandro Rossi, y
después de este último, aprendí algunos de los secretos de la escri-
tura periodística, especialmente el más difícil de todos: la breve-
dad. Que no aproveché todas sus valiosas lecciones es algo que el
amable lector y yo lamentamos, pero que exime a mis generosos
tutores de todas las torpezas gramaticales y de estilo de estas pági-
nas, que junto con su contenido conceptual, son de mi única res-
ponsabilidad.
Aunque escritos para publicaciones de relevancia efímera (no
mayor de 24 horas), los artículos reunidos en este volumen poseen
mayor vigencia temporal, no por su forma sino por el tema al que
se refieren, y por el público a quien están dirigidos. En efecto, una
de las máximas prioridades de los países del Tercer Mundo, trans-
formada en urgente por la profunda crisis económica que nos afec-
ta hoy a todos, es la incorporación de la ciencia no sólo a nuestros
elementos productivos y a nuestra manera de pensar, sino a nues-
tra conciencia y a nuestra cultura. No es que sin ciencia el futuro
de los países del Tercer Mundo sea incierto: es que sin ciencia no
tenemos futuro. Tal es la razón por la que he decidido volver a publi-
car mis notas periodísticas sobre el tema, esta vez en forma de li-
bro. Si de alguna manera estas breves páginas, unas sobre temas
actuales, otras menos sujetas a nuestro tiempo, pero todas relevan-
tes a los problemas de hoy y de mañana, de México y de América
Latina, contribuyen a disminuir la distancia entre la ciencia y el
hombre latinoamericano contemporáneo, habrán cumplido con
su objetivo.
Luego de haber leído la introducción, responder:
1. ¿Cuándo escribió por primera vez el autor los textos que
incluye en este libro?
2. ¿De quién fue la invitación para escribirlos?
3. ¿Con qué intención lo hizo?
4. ¿Qué importancia tiene la ciencia en los países del Tercer
Mundo, de acuerdo con Pérez Tamayo?
5. ¿Cuál es el objetivo de este libro, según lo expresa el
autor?
6. ¿Qué se puede esperar de este autor de acuerdo con su
formación profesional?
52
F. Ahora ya hay más elementos para inferir el tema del libro
Acerca de Minerva. En las siguientes líneas se debe escribir la
predicción sobre el tema que trata éste.
______________________________________________________
______________________________________________________
______________________________________________________
Siempre que se lea un libro con la intención de trabajar
acerca de una parte o del total de su contenido es conveniente,
primero, explorarlo por medio del examen de los elementos es-
tructurales que aquí hemos revisado; eso permitirá lecturas
posteriores más eficientes.
Realicemos la lectura global del texto
Ya que se tiene una idea aproximada de la temática del libro
con que aquí trabajamos, presentamos ahora sus dos capítulos
iniciales.
A. Deben ser leídos primero rápidamente, sin detenerse en
parte alguna aunque resulte muy interesante, sin regresar a
líneas anteriores que de pronto parezcan incomprensibles, sin
tratar de aclarar el significado de palabras que presenten duda.
I. La estructura de la ciencia
Vista de manera muy general, la ciencia moderna está basada en
tres elementos distintos, que aparecieron en tiempos muy diferen-
tes durante la evolución de nuestra sociedad. Estos tres elementos
pueden identificarse de varias maneras, pero una de las más claras
es presentándolos como tres renuncias sucesivas a sendas posturas fi-
losóficas que en sus épocas se juzgaron inexpugnables. Tales re-
nuncias pueden caracterizarse de la manera siguiente: 1) renuncia
a las explicaciones sobrenaturales de los fenómenos propios de la
naturaleza; 2) renuncia a la búsqueda de respuesta a las grandes
preguntas, como por ejemplo: ¿de qué está formado el Universo?,
o ¿cuál es el destino del hombre?; 3) renuncia al intento de con-
testar cualquier pregunta (grande o pequeña) sobre la naturaleza
por medio del uso exclusivo de la razón.
I) El primer paso en el desarrollo de la ciencia ocurrió en Grecia
hace unos 25 siglos (en el siglo v a.C.), cuando un pequeño gru-
53
po de pensadores conocidos como los filósofos presocráticos
empezaron a abandonar sus creencias primitivas y mitos tradi-
cionales sobre la creación del mundo y la naturaleza de todas las
cosas, y a sustituirlos por teorías que no tenían elementos divi-
nos o sobrenaturales, sino que se limitaban exclusivamente a los
componentes propios de la realidad. Se dice que la ciencia y la
filosofía se iniciaron cuando Tales de Mileto (siglo vii a.C.) pro-
puso: “Toda la realidad está formada por agua”, como respuesta
a la antigua pregunta sobre la composición del Universo. Aun-
que se antoja que la proposición de Tales de Mileto es demasia-
do simple para constituirse en el cimiento de toda la ciencia y de
toda la filosofía, no es el contenido de la frase sino su sentido
general lo que la hizo importante, y no es lo que dice sino lo que
excluye lo que la hizo inmortal. En efecto, Tales no habla de
Titanes, de Zeus o del Olimpo, su única referencia es a un ele-
mento de la realidad; su proposición se refiere al mundo natu-
ral y, por tanto, posee una virtud insigne: se puede examinar
objetivamente para determinar si es cierta o no. Otros filósofos
presocráticos como Anaxímenes, Anaximandro, Parménides,
Empédocles, Alcmeón, etc., hicieron otras proposiciones, distin-
tas a la de Tales en su contenido, pero semejantes en su renun-
cia a elementos sobrenaturales. En la historia del pensamiento
científico, éste es indudablemente el paso más importante, por-
que lo hace posible.
II) El siguiente paso en la evolución de la ciencia fue el más pro-
longado y probablemente el más doloroso, porque culminó
con la abdicación de la filosofía como Regina Scientiarum, y el
surgimiento de los distintos precursores de las diferentes cien-
cias actuales. Se caracteriza por la sustitución de las grandes
preguntas sobre la naturaleza por otras menos ambiciosas, más
simples y aparentemente intrascendentes, pero con una pro-
piedad maravillosa: eran (y son) potencialmente susceptibles
de respuesta. En los muchos siglos que tardó esta transforma-
ción, el mundo occidental vio el surgimiento, la gloria y el co-
lapso del helenismo; la aparición y el derrumbe del Imperio
Romano; la hegemonía política y espiritual de la Iglesia católi-
ca; la irrupción y el dominio del Islam en Europa. Sin embar-
go, renunciar a las grandes preguntas era necesario, pero no
suficiente para que surgiera la ciencia, sobre todo cuando per-
sistía la idea de que las respuestas correctas podían ser genera-
das por puro raciocinio. En otras palabras, el principal y único
instrumento utilizado para explorar la naturaleza era el cere-
bro del investigador, quien pensando intensamente y obede-
54
ciendo el principio de la consistencia lógica interna, podía des-
cubrir la verdad sobre los fenómenos naturales. Es indispensa-
ble afirmar con toda vehemencia que tal postura es característi-
ca de la filosofía, pero que no tiene nada que ver con la ciencia;
de hecho, se trata de una postura típicamente anticientífica.
III) Después de la renuncia a las explicaciones sobrenaturales de
la realidad, y de la renuncia a las grandes preguntas sobre la
naturaleza, lo que todavía faltaba para que surgiera la ciencia
moderna era la renuncia a la autoridad de la razón. Esto no
quiere decir (de ninguna manera) que debía hacerse sitio a la
sinrazón; lo que significa es que debía aceptarse que para
entender la realidad, la razón es necesaria pero no suficiente. El
elemento que falta es absolutamente indispensable para que
la ciencia exista, es una conditio sine qua non; me refiero a la ex-
periencia, al contacto continuo con la realidad por medio de
observaciones, comparaciones, analogías y experimentos. La
ciencia es una actividad humana creativa cuyo objetivo es el
conocimiento; este producto se confirma cuando hay consen-
so sobre la validez en el seno de la comunidad científica ex-
perta. Tal consenso se basa, sobre todo, en la reproducibilidad
de los datos, cuando se siguen las indicaciones especificadas al
respecto. La razón es necesaria, pero la verificación objetiva
de los fenómenos es indispensable. La esencia de la ciencia es
la experiencia, que debe ser pública o reproducible. En la cien-
cia, la única que siempre tiene la razón es la naturaleza; el ofi-
cio del científico es entenderla.
II. Sobre el conocimiento
Una de las características sobresalientes de la especie humana es su
incapacidad para tolerar la incertidumbre, y para tomar decisiones
basadas en información incompleta. Desde luego, tal característica
es más específica del Homo sapiens que la de ser bípedo implume,
no sólo porque está muy extensamente representada en los hom-
bres, sino porque no existe (o no sabemos que exista) en ninguna
otra especie de seres vivientes. Como la gran mayoría de las veces
que debemos decidir no poseemos toda la información necesaria
para ello, nos hubiéramos mantenido en un estado de inactividad
extrema a través de toda la evolución de nuestra especie si no fuera
porque, desde muy temprano, nuestros primeros ancestros encon-
traron una solución al problema: inventar lo que no sabemos.
El conocimiento verdadero es tan raro que hasta su misma
naturaleza es motivo de discusión en medios académicos. El filóso-
55
fo se pregunta: ¿cuáles son las diferencias entre entender, conocer,
saber y creer? El hombre de ciencia (casi siempre ignorante de los
esfuerzos filosóficos relacionados con su campo) sólo distingue
entre dos categorías: el conocimiento científico, o sea la información
obtenida por medio de una serie de construcciones teóricas some-
tidas a rigurosas pruebas objetivas (experimentales de otra índole)
realizadas personalmente y filtradas mediante otros investigado-
res, con las mismas o con otras técnicas, ampliamente diseminadas
a través de los medios de difusión más críticos dentro de la espe-
cialidad, de modo que es posible asegurar su percepción y análisis
por la comunidad internacional experta e interesada en el campo;
y el seudoconocimiento constituido por las respuestas al mismo pro-
blema generadas por la fe y/o la intuición, o bien por corazona-
das, deseos, ilusiones, sueños, caprichos, tradiciones, convivencias,
angustias, tragedias, esperanzas y otras formas más de ideación y
de sentimientos.
Vivimos en un mundo que es 95% fantasía y 5% realidad. En
otras palabras, ignoramos casi todo lo que representa la realidad
que nos rodea y de la que nosotros mismos formamos parte; lo que
realmente conocemos de la naturaleza es una fracción pequeñísi-
ma, casi infinitesimal de todo lo que ella contiene. Una de las ex-
presiones más dramáticas de la magnitud de nuestra ignorancia es
la de Newton (quien, paradójicamente, junto con Aristóteles, Galileo
y Darwin y unos cuantos genios más, contribuyó a disminuirla de
manera significativa), cuando dijo:
Yo no sé cómo me juzgue la posteridad, pero siempre me he vis-
to como un niño jugando en la playa, divertido en encontrar de vez en
cuando una piedra más lisa o una concha más bella que las demás,
mientras el gran océano de la verdad yace completamente desconoci-
do frente a mí.
Desde épocas prehistóricas y hasta nuestros días, casi toda la
humanidad ha llenado este inmenso vacío con invenciones fantás-
ticas y sobrenaturales, repletas de magia y antropomorfismo. Es lo
que los antropólogos actuales conocen como el pensamiento pri-
mitivo, refiriéndose así no a una estructura mental que pertenece
al pasado sino a una forma de pensar ingenua y simplista, gober-
nada por categorías absolutas y con un fuerte componente mági-
co. El mundo primitivo no es un mundo antiguo, más bien es un
mundo infantil.
El conflicto humano que intento resumir en estas líneas no es
ni simple ni reciente; se trata de algo muy complejo y también
muy antiguo. El problema ha estado vigente y sin resolver desde
56
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  • 1. Cómo leer La Ciencia para Todos Géneros discursivos m a r g a r i t a a l e g r í a ( c o o r d i n a d o r a ) V A R I A L A C I E N C I A P A R A T O D O S 207
  • 2.
  • 3. La Ciencia para Todos Desde el nacimiento de la colección de divulgación científica del Fondo de Cultura Económica en 1986, ésta ha mantenido un ritmo siempre ascendente que ha superado las aspiraciones de las personas e instituciones que la hicieron posible. Los científicos siempre han aportado material, con lo que han sumado a su trabajo la incursión en un campo nuevo: escribir de modo que los temas más complejos y casi inaccesibles pue- dan ser entendidos por los estudiantes y los lectores sin forma- ción científica. A los diez años de este fructífero trabajo se dio un paso ade- lante, que consistió en abrir la colección a los creadores de la ciencia que se piensa y crea en todos los ámbitos de la lengua española —y ahora también del portugués—, razón por la cual tomó el nombre de La Ciencia para Todos. Del Río Bravo al Cabo de Hornos y, a través de la mar Océa- no, a la Península Ibérica, está en marcha un ejército integra- do por un vasto número de investigadores, científicos y técni- cos, que extienden sus actividades por todos los campos de la ciencia moderna, la cual se encuentra en plena revolución y continuamente va cambiando nuestra forma de pensar y obser- var cuanto nos rodea. La internacionalización de La Ciencia para Todos no es sólo en extensión sino en profundidad. Es necesario pensar una ciencia en nuestros idiomas que, de acuerdo con nuestra tra- dición humanista, crezca sin olvidar al hombre, que es, en últi- ma instancia, su fin. Y, en consecuencia, su propósito principal es poner el pensamiento científico en manos de nuestros jóvenes, quienes, al llegar su turno, crearán una ciencia que, sin desde- ñar a ninguna otra, lleve la impronta de nuestros pueblos.
  • 4.
  • 6. Comité de Selección Dr. Antonio Alonso Dr. Francisco Bolívar Zapata Dr. Javier Bracho Dr. Juan Luis Cifuentes Dra. Rosalinda Contreras Dr. Jorge Flores Valdés Dr. Juan Ramón de la Fuente Dr. Leopoldo García-Colín Scherer Dr. Adolfo Guzmán Arenas Dr. Gonzalo Halffter Dr. Jaime Martuscelli Dra. Isaura Meza Dr. José Luis Morán Dr. Héctor Nava Jaimes Dr. Manuel Peimbert Dr. José Antonio de la Peña Dr. Ruy Pérez Tamayo Dr. Julio Rubio Oca Dr. José Sarukhán Dr. Guillermo Soberón Dr. Elías Trabulse Coordinadora María del Carmen Farías R.
  • 7. Gloria Cervantes, Rosaura Hernández, Alejandra Herrera, Elsa Muñiz y Graciela Sánchez Margarita Alegría (coordinadora) CÓMO LEER LA CIENCIA PARA TODOS Géneros discursivos la ciencia/207 para todos
  • 8. Primera edición, 2005 Segunda reimpresión, 2011 Alegría, Margarita (coord.) Cómo leer La Ciencia para Todos. Géneros discursivos / coord. de Margarita Alegría — México : FCE, SEP, Conacyt, 2005 219 p. ; 21 × 14 cm — (Colec. La Ciencia para Todos ; 207) Texto para nivel medio superior ISBN 978-968-16-7632-2 1. Ciencia — Enseñanza 2. Divulgación científica I. Ser II. t LC Q158 .5 Dewey 508.2 C569 V.207 Distribución mundial Comentarios y sugerencias: laciencia@fondodeculturaeconomica.com www.fondodeculturaeconomica.com Tel. (55) 5227-4672 Fax (55) 5227-4664 Diseño de portada: Teresa Guzmán Romero / León Muñoz Santini La Ciencia para Todos es proyecto y propiedad del Fondo de Cultura Económica, al que pertenecen también sus derechos. Se publica con los auspicios de la Secretaría de Educación Pública y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. D.R. © 2005, FONDO DE CULTURA ECONÓMICA Carretera Picacho-Ajusco 227, 14738 México, D.F. Empresa certificada ISO 9001: 2008 Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra —incluido el diseño tipográfico y de portada—, sea cual fuere el medio, electrónico o mecánico, sin el consentimiento por escrito del editor. ISBN 978-968-16-7632-2 Impreso en México • Printed in Mexico
  • 9. AGRADECIMIENTOS Las autoras de este libro queremos hacer patente nuestro agra- decimiento a quienes han coadyuvado para su realización: En primer lugar a la licenciada María del Carmen Farías, coordinadora de la colección La Ciencia para Todos, quien con entrega y fortaleza inició y dirige cada vez con mayor brío el concurso que da lugar al texto presente. Por supuesto también al Fondo de Cultura Económica, editorial que con su esfuerzo ha hecho posible tanto la colección como el concurso, y a la cual se debe la publicación de este material. Asimismo, a todos los colegas que en las universidades de los diferentes estados de la República, o en países hermanos como Cuba y Colombia, han trabajado con nosotras y nos han apor- tado sus valiosas y enriquecedoras observaciones. Finalmente, a nuestra Alma Mater, la Universidad Autónoma Metropolitana, a la División de Ciencias Sociales y Humanida- des, presidida por el licenciado Guillermo Ejea, y al Departa- mento de Humanidades, dirigido por el licenciado Alejandro de la Mora, de quienes hemos recibido un apoyo incondicional y, muy especialmente, a nuestros estudiantes, cuyo trabajo en clase nos permitió importantes correcciones a un material que, desde luego, sigue siendo perfectible, y a cuya crítica estamos abiertas. 7
  • 10.
  • 11. BIENVENIDA AL LECTOR Este material ha sido elaborado por profesoras del Departa- mento de Humanidades de la Universidad Autónoma Metro- politana, en apoyo al proyecto Leamos la Ciencia para Todos del Fondo de Cultura Económica. Su finalidad es brindar a los fu- turos participantes en tal concurso, las herramientas necesarias para asegurarles la realización de un trabajo más sistemático y adecuado a los requerimientos de esa justa, lo que indudable- mente les permitirá mayor posibilidad de éxito. No obstante lo anterior, este material es un apoyo útil para cualquier persona en formación que desee desarrollar su habi- lidad en la lecto-escritura. Leerlo y practicar los ejercicios en él propuestos de principio a fin, garantiza aprehender métodos de lectura necesarios para la exploración, comprensión, análi- sis y comentario de cualquier texto, así como la apropiación de una técnica para la corrección de escritos. En primer lugar, resulta indispensable reconocer las caracte- rísticas del tipo de libros al que pertenecen los de la colección que da lugar a este concurso; razón por la cual en el primer capítulo se trabaja para ello. Después se identificarán las carac- terísticas del género en que se va a concursar. Hemos pensado que antes de abundar en ellas es necesario reconocer de mane- ra general por qué el resumen no es reseña, ni ésta ensayo, así como las particularidades del comentario; es por esto que en el segundo capítulo se propone la identificación de los distintos géneros discursivos requeridos para el concurso. La elaboración de cada uno de los tipos de discurso implica, necesariamente, la identificación de sus características, así como el reconocimiento y manejo de estrategias para su estructura- 9
  • 12. ción y escritura; los capítulos del ii al vvii son el espacio en el que se trabaja con tal finalidad, del resumen al ensayo, pasando por el comentario y la reseña. En todos estos capítulos se plantean ejercicios y actividades a partir de la lectura (con la aplicación de diversas técnicas apro- piadas) de fragmentos tomados de algunos títulos de la colec- ción La Ciencia para Todos, antes llamada La Ciencia desde México. El único encabezado que anuncia el contenido de cada capítulo es su título; las demás entradas indican la activi- dad a realizar, pero están enunciadas con el verbo que da nom- bre a la misma, conjugado en primera persona del plural; pues pensamos que todos los que tomamos parte en esta aventura, sea la del concurso o la del trabajo con este material, consti- tuimos un equipo que participa en conjunto; así que, inicie- mos con entusiasmo esta empresa. Los ejercicios y actividades correspondientes a cada entrada permiten, en primer lugar, la contextualización o ubicación del o los fragmentos con que se va a trabajar en el marco del li- bro del cual fueron tomados, no sin antes haber realizado una lectura exploratoria del mismo. Como segundo paso se propi- cia la predicción del contenido de esos textos en virtud de la lectura global; el siguiente consiste en una lectura de compren- sión para interpretarlos y asimilarlos; después nos ocupamos de la identificación del género discursivo de que se trata en cada capítulo, por medio del análisis del tipo de escrito correspon- diente, construido con base en el fragmento con el cual se trabaja. Ya identificadas dichas particularidades, proporcionamos apoyos que ayuden a reconocer las estrategias empleadas, en el caso de cada género, para su elaboración y, por último, se pro- pone un ejercicio (a partir de otro fragmento del mismo libro) consistente en la producción de un escrito correspondiente al género discursivo en estudio dentro de cada capítulo. Al final incluimos algunos soportes al trabajo en los ejerci- cios, tales como modelos para ser comparados con los escritos elaborados por el lector (resumen, comentario, reseña o ensa- yo), y un glosario que permitirá confirmar el significado de los conceptos clave que dan sustento a ese texto. Conviene enfatizar que este material es importante, no sólo para la participación en el concurso Leamos la Ciencia para Todos, sino para proporcionar una herramienta que permitirá 10
  • 13. mejorar el trabajo intelectual, en la medida que se practique y se llegue a emplear en forma automática el mecanismo ade- cuado de lecto-escritura. Para trabajar diversas actividades relacionadas con dicho proceso, se debe considerar de entrada que éste es posible gra- cias a la inteligencia, pero también su práctica mejora la calidad del pensamiento. Es decir, se está considerando la lecto-escritu- ra como una herramienta que, por medio de la lectura de este libro y de la realización de los ejercicios en él propuestos, servi- rá para mejorar las potencialidades de pensamiento. El objetivo es que, en dicho contexto, se adquiera un apren- dizaje que conlleve el correspondiente cambio de actitud co- municativa mediante la palabra escrita, lo que permitirá el des- arrollo de una habilidad útil en todos los aspectos de la vida, tanto personal como académica. Si consideramos que el aprendizaje es un proceso que per- mite convertir en automático lo que requiere ser elaborado de manera consciente durante su adquisición, con el fin de poder desarrollar determinadas aptitudes o habilidades de por vida, pensamos que el material que aquí se presenta ayudará al lec- tor a apropiarse del proceso adecuado para comprender, anali- zar, valorar y hacer suyos los textos de la colección La Ciencia para Todos, que le facilitan conocer la gran riqueza de las aportaciones en las distintas áreas científicas. La apropiación de dicho proceso se favorece por medio del reconocimiento y puesta en práctica de una serie de estrategias que, si este libro se trabaja concienzudamente, de pronto serán aplicadas de manera automática. De la misma manera, el lector podrá convertirse en un re- dactor que emplee habitualmente los criterios de corrección de escritos que aquí habrá aprehendido. En este terreno es re- comendable la ayuda de otros textos de redacción, para recor- dar aspectos que no fue posible integrar —por no ser la escritura la única destreza en la que se pretende habilitar al lector— entre ellos están, por ejemplo, las reglas de puntuación y la or- tografía. Conviene revisar algunos manuales al respecto, como los sugeridos en la bibliografía que aparece al final del libro. Los seres humanos conocen y repiten la afirmación de que el hombre se diferencia de los demás animales por ser “pensante”. En realidad éste piensa de manera natural, sin que haya sido 11
  • 14. necesaria la enseñanza de cómo hacerlo; sin embargo, también es cierto que esa capacidad se ha desarrollado a medida que la especie sigue evolucionando y se ha podido depurar más aún la facultad correspondiente; es decir, ha logrado agudizar el sentido común que por naturaleza posee y que le ayuda a resol- ver las cuestiones prácticas de la vida cotidiana. El término “pensar” abarca un espectro amplio de activida- des cerebrales. Por un lado están las meditaciones filosóficas y los procedimientos comunes útiles para cubrir las necesidades de una existencia rutinaria, pero, por otro, también “se piensa” cuando se quiere realizar una propuesta innovadora. En todos los casos la expresión del pensamiento tiene lugar por medio de la palabra y permanece gracias a la escritura. La escritura en sí misma es un proceso del pensamiento que conduce a la identificación, la práctica de la voluntad, la bús- queda de un orden lógico y coherente que se logra por medio del manejo de analogías, contrastes, enumeraciones, clasifica- ciones, jerarquizaciones, etcétera. Resulta una tarea menos ardua si se reconoce el empleo de estas categorías en escritos rea- lizados por personas expertas que, en el caso de la colección La Ciencia para Todos, además de ofrecer modelos de escritura, permiten conocer temas distintos relacionados con las ciencias diversas. La práctica constante de un adecuado proceso de escritura indudablemente desemboca en el desarrollo de una habilidad que favorece la calidad de pensamiento. Es necesario practicar, entonces, las actividades mentales que permiten leer eficiente- mente, y escribir en forma cohesionada y coherente. La actividad de escribir exige ciertas habilidades en quien pretenda llevarla a cabo; evidentemente, lo primero es que di- cho individuo tenga algo qué decir y lo segundo, que tenga la voluntad de hacerlo. Así en esta disposición, la mayor o menor calidad de su comunicado tendrá que ver con su capacidad para “pensar antes de hablar”; es decir, para ordenar sus ideas, y luego expresarlas con claridad, pero también para imprimir- les convicción, hacerlas interesantes, y motivar al interlocutor de manera tal que esté pendiente de su dicho y lo tome en cuenta. No hay duda de que los participantes en el concurso Leamos la Ciencia para Todos, impulsados por el entusiasmo, tendrán la vo- luntad necesaria, pues seguramente estarán dispuestos. 12
  • 15. En cuanto al escrito que deberán realizar para conseguir su objetivo, partirán siempre de un texto previo sobre el cual tra- bajar, y el que escriban reproducirá en forma total o parcial su contenido; así que el orden de las ideas, en principio, deberá respetar el mismo que el autor del texto previo ha seguido; no obstante, cuando se puedan integrar, como en el caso de la re- seña y el ensayo, las opiniones propias, juicios valorativos, y hasta alguna o algunas propuestas en relación con el tema que se trata, es importante motivar, interesar y convencer al interlo- cutor, que en este caso será el dictaminador, quien valorará si el trabajo es eliminado o sigue participando en la justa y, final- mente, si éste merece un reconocimiento especial. Se invita al futuro concursante y al lector en general, a aven- turarse en este libro, con la actitud de quien espera descubrir el camino hacia el logro de un tesoro: el del aprendizaje efi- ciente, gracias a la posibilidad de realizar procesos adecuados de la lecto-escritura. Acometer esta tarea con confianza y entu- siasmo garantiza llegar a la meta. ¡Adelante! Margarita Alegría de la Colina 13
  • 16. I. El texto de divulgación científica Elsa Muñiz García Introducción Cuando se está en una librería o en una gran biblioteca, re- pentinamente se recuerda el primer enfrentamiento con un estante repleto de volúmenes polvorientos. ¡Cuántos ejempla- res se observan!: los de historia, las novelas y los cuentos de escritores famosos o desconocidos, los de texto, los científicos, las enciclopedias, los diccionarios y, claro, los de arte. ¡Qué tor- bellino se siente en la cabeza al tratar de leer los títulos! Hay al- gunos que nos dan mucha información sobre la obra y otros que no aportan ninguna. Los que son bellos, con pastas gruesas y elegantes filos dorados; o aquellos que son rústicos, aún con las hojas pegadas. ¿Acaso se piensa en el trabajo que tienen los libreros y bi- bliotecarios para ordenar y clasificar tal cantidad de productos de la mente humana? Seguramente la reflexión se dirige hacia la importancia que tiene el conocer algo sobre esos pequeños objetos que tal vértigo causan. ¡Claro —se deduce inmediata- mente— que no es tarea fácil!, pero tampoco imposible. El pro- blema es el gran miedo o, tal vez, ¡la gran pereza que se siente! Así, se presentan dos caminos: volver a la biblioteca o a la librería, armarse con la espada de Don Quijote y enfrentarse a los gran- des molinos de viento en los que se convierten los libros ante 14
  • 17. nuestros ojos; o bien, regresar a casa a ver televisión, lo que siem- pre es más fácil. Tal vez sería mejor empezar de nuevo, revivir el intento por conocer los libros de cerca, por dentro y por fue- ra, observarlos, tocarlos, leerlos y, finalmente, disfrutarlos. La propuesta es hacer un breve recorrido por el interior de algunos de estos objetos de papel y tinta; descubrir la mejor manera para conocerlos, distinguirlos y hacerlos compañeros de la vida. Ésta es una invitación. ¡A colocarse unos grandes anteojos de curiosidad! ¡A armarse de enormes ganas de conocer los 1000 mundos que ofrecen los libros! ¡A llenarse de pasión por ellos! Exploremos algunos libros A. Invitamos al lector a observar con detenimiento el libro de la figura i.1; en seguida, a recorrer su estructura: primero, la portada, el título y el nombre del autor. Responder: 1. ¿Qué imágenes muestra la portada? 2. ¿Qué pensamientos vienen a la mente al observar las deli- cadas hojas amarillas? 3. ¿El título es interesante? ¿Qué podríamos pensar a partir de él? B. Léase atentamente la contraportada del mismo libro. Si una, en nuestro tiempo nada imposible, catástrofe ecológica convierte en mero recuerdo la flora del planeta, los estudiosos y los nostálgicos de mañana podrán reconstruir mentalmente una pradera y recordar nombres y descripciones de flores como mer- cadela, mastuerzo, juanita, jacalasúchil, llamarada, nopalillo —al lado de otras más conocidas— gracias a poemas como “Florido lau- de”, de Salvador Novo, en que el poeta asume humildemente una de las tareas de su mester: rescatar las palabras, los nombres de las cosas: Lo menos que yo puedo para darte las gracias porque existes; para alabar a Dios que te ha creado, ¡oh, flor, milagro múltiple! 15
  • 18. Figura i.1. Portada del libro de Salvador Novo, Nuevo amor y otras poesías, Fondo de Cultura Económica, México, 2001 (colección Tezontle), 187 pp.
  • 19. 17 es conocer tu nombre y repetirlo en una letanía de colores y en una sinfonía de perfumes. Salvador Novo (1904-1974) es uno de los escritores mexicanos más conocidos del siglo xx debido, sobre todo, a su labor como cro- nista-periodista en la que con su prosa fina, llena de ironía, incisi- va y aun mordaz, retrató su época y a los personajes notables de su generación, amigos y enemigos. Como poeta su obra se inicia con XX poemas (1925), que no están “dibujados sobre los empolva- dos yesos de la Academia”. Todo lo contrario, en el momento de su aparición provocaron desconcierto pues —apunta Castro Leal— “no provenían, ni sus rasgos característicos recordaban a ningún poeta mexicano, español ni hispanoamericano. Podían re- cordar cierta entonación frecuente en la poesía norteamericana de la época”. Aparte del libro citado, este volumen incluye Nuevo amor (1933), quizá el libro de poesía definitivo de Novo; Espejo (1933) y poesías que van de su adolescencia a la madurez. C. Reflexionar y responder las siguientes preguntas en rela- ción con lo leído: 1. ¿Es conocido el autor del libro?, ¿qué más se sabe acerca de él? 2. ¿Qué tema trata en este texto? 3. ¿Es posible imaginar la forma en que está escrito? 4. ¿Se antoja leerlo?, ¿por qué? D. Ahora, conviene leer con cuidado la parte del índice del mismo libro, que a continuación se reproduce: ÍNDICE IV NUEVO AMOR La renovada muerte de la noche . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83 Tú, yo mismo, seco como un viento derrotado . . . . . . . . . . . . 84 Este perfume intenso de tu carne . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 Junto a tu cuerpo totalmente entregado al mío . . . . . . . . . . . . 86 Hoy no lució la estrella de tus ojos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87 Al poema confío la pena de perderte . . . . . . . . . . . . . . . . . 88 Glosa incompleta en tres tiempos sobre un tema de amor . . 89
  • 20. Poema interrumpido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91 Poema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92 Breve romance de ausencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93 Elegía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94 E. Luego de haber revisado el índice, responder: 1. ¿De acuerdo con él, cuál es el tema predominante en el libro? 2. ¿De qué manera parece ser abordado por el autor? 3. ¿De qué tipo de libro se trata? F. Ya explorada la obra, se tienen elementos para predecir su contenido. Invitamos al lector a exponerlo brevemente en las siguientes líneas. ______________________________________________________ ______________________________________________________ ______________________________________________________ G. Proponemos ahora la exploración de este otro libro (figu- ra i.2). Nuevamente se empezará por la portada. Es convenien- te observarla cuidadosamente. H. He aquí las preguntas correspondientes a la exploración de la portada. Responder: 1. ¿Cómo son los colores elegidos para ilustrarla? 2. ¿Qué sugieren las imágenes que aparecen en la misma? 3. ¿Qué da a entender el título? I. El siguiente paso es leer con cuidado la contraportada que a continuación se reproduce: Jean-G. Lemaire La pareja humana: su vida, su muerte, su estructura Si la pareja humana aparece ante el observador ingenuo como un dato natural de nuestra cultura, no es por ello menos cierto cómo numerosos pensadores se han ocupado de demostrar que consti- tuye una de las instituciones más complejas de la sociedad. Apoyado en la especulación teórica, tanto como en la observa- 18
  • 21. Figura i.2. Portada del libro de Jean-G. Lemaire, La pareja humana: su vida, su muerte, su estructura, Trad. Marcos Lara, Fondo de Cultura Económica, México, 2003, 345 pp.
  • 22. ción directa, en especial en su trabajo como terapeuta de pareja, Jean-G. Lemaire propone en esta importante obra una visión de la pareja sumamente rica. El autor se acerca al problema desde diver- sos ángulos: el primero, inspirado en el trabajo psicoanalítico, es- tudia los procesos inconscientes individuales que conducen a la formación de una pareja; el segundo, a partir de una interpretación sistémica y de modelos cibernéticos, considera a la pareja como un conjunto estructurado; finalmente, analiza las relaciones que la pareja, en tanto institución, mantiene con los otros grupos e institu- ciones sociales. Todas estas aproximaciones son parciales, pero ninguna puede ser excluida. Desde el punto de vista del psicoanálisis kleiniano, el autor estu- dia la constitución inicial de la pareja, no sólo como medio de sa- tisfacción del deseo, sino también como proceso defensivo incons- ciente ante la crisis del sujeto; así Lemaire sostiene la tesis de que detrás de las diversas funciones sociales, procreativas o económicas que la sociedad intenta hacer llenar a la pareja, se manifiesta una verdadera función psíquica que permite reforzar las estructuras defensivas del sujeto, y su lucha contra la muerte y la depresión. J. Luego de haber leído la contraportada, invitamos a una reflexión con base en las siguientes preguntas: 1. ¿Cuál es el tema central del libro? 2. ¿Con qué enfoque lo trata el autor? 3. ¿Cómo es el lenguaje en comparación con el del libro anterior? 4. ¿Qué aspectos del tema resaltan en él, según lo leído? 5. ¿A qué tipo de lector está dirigido? K. Revisar el siguiente fragmento del índice. ÍNDICE Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 Primera Parte Metodología I. El campo de experiencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 II. Lenguajes y modos de interpretación . . . . . . . . . . 35 20
  • 23. Segunda Parte El inconsciente y la estructuración de la pareja: la elección del compañero I. Datos sociológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 Inconsciente y elección espontánea . . . . . . . . . . . . 45 Determinaciones sociales . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47 Consecuencias clínicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 II. Datos psicoanalíticos iniciales . . . . . . . . . . . . . 55 Breve reseña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 Especificidad de un tipo de elección conyugal . . . . . . 56 La elección referida a las imágenes parentales . . . . . . 57 Elección de Objeto y pulsiones pregenitales . . . . . . . . 61 Elección conyugal y organización defensiva . . . . . . . . 66 III. Datos psicoanalíticos posteriores . . . . . . . . . . . 69 Escisión, idealización y elección de compañero de pareja 74 Diferentes maneras de limitar la relación para mantener la idealización de un Objeto bueno . . . . . . . . . . . . . 76 Racionalizaciones justificadoras de la idealización . . . . 87 Elección de tipo de relación y lucha contra la depresión . 91 La elección de un compañero de pareja como protección contra el riesgo de un amor intenso . . . . . . . . . . . . 93 Elección de pareja y reacción ante la intrusión . . . . . . 105 IV. De la comprensión psicoanalítica a la comprensión sistémica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113 Perspectivas grupales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114 Engranaje de los procesos individuales y estructuración diádica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120 Distribución de papeles e inducción por el grupo . . . . 130 La elección de la debilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . 135 Atracción mutua y colusión . . . . . . . . . . . . . . . . . 139 Tercera Parte El inconsciente y la estructuración de la pareja: La evolución, la pareja, su vida, su muerte I. Algunas observaciones descriptivas . . . . . . . . . . 145 Las primeras fases . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148 Las reacciones precríticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149 Crisis y evolución poscrítica . . . . . . . . . . . . . . . . . 154 II. Luna de miel, influjo amoroso y lucha contra la muerte 157 Luna de miel y simbiosis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157 Procesos intrapsíquicos: aspectos tópicos . . . . . . . . . . 161 Influjo amoroso y lucha contra la muerte. . . . . . . . . . 170 21
  • 24. Relación amorosa y desplazamiento del odio. . . . . . . . 180 Influjo amoroso, devoración del Objeto, devoración por el Objeto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182 III. Crisis de la pareja y trabajo psíquico de duelo . . . . 188 Decepción, falla y relación de Objeto . . . . . . . . . . . . 188 La ruptura de la idealización y de la escisión . . . . . . . . 194 El trabajo psíquico de duelo y “desconfirmación” mutua . 202 IV. Crisis y distanciamiento del Objeto . . . . . . . . . . 212 El Objeto de amor absorbente . . . . . . . . . . . . . . . . 212 La angustia frente a la indistinción fusional o la proximidad 216 El distanciamiento bajo diferentes formas como defensa contra la invasión de la pareja . . . . . . . . . . . . . . . . 229 V. El retorno de lo reprimido . . . . . . . . . . . . . . . . 234 El retorno de Edipo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 234 El retorno de la homosexualidad . . . . . . . . . . . . . . 239 Retorno de lo pregenital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 245 El compañero como soporte de las representaciones de los Objetos malos interiorizados . . . . . . . . . . . . . . 250 L. Ya revisado el índice, responder: 1. ¿De acuerdo con él, qué aspectos del tema trata el autor? 2. ¿Qué sugiere el empleo de expresiones como “Incons- ciente y elección espontánea”, “Atracción mutua y colu- sión”, y “El Objeto de amor absorbente”? 3. ¿Qué diferencias hay entre el lenguaje de este índice y el del libro anterior? 4. Además de los títulos de cada capítulo, ¿qué otras partes integran este índice y cuál es su función? M. Una vez explorado el libro, se debe realizar la predicción acerca de su contenido. Exponerla brevemente: ______________________________________________________ ______________________________________________________ ______________________________________________________ N. Repetir el proceso anterior para explorar el siguiente libro (figura i.3). Obsérvese detenidamente la portada. Ñ. Responder las siguientes preguntas con respecto a esta nueva portada. 22
  • 25. Figura i.3. Portada del libro de Alberto Orlandini, El enamoramiento y el mal de amores, Fondo de Cultura Económica, México, 2004 (colección La Ciencia para Todos, 164), 262 pp.
  • 26. 1. ¿Qué hace pensar la pareja que la ilustra? 2. ¿Qué le querrá decir él a ella? 3. ¿Se puede pensar que los noviazgos han sido iguales en todas las épocas? 4. ¿Qué pensarían acerca del amor los hombres y mujeres de la época en que tomaron esta foto? O. He aquí la información de la contraportada. Como en los casos anteriores, es conveniente leerla con cuidado. ¿Qué puede esperar el lector de un libro sobre el enamoramiento? Pocas actividades humanas pueden ufanarse de haber sido y seguir siendo tratadas con tanta frecuencia y por tantas personas como el enamoramiento y su dolorosa secuela, el mal de amores. No sería extraño que de conservarse alguna memoria, escrita en el lengua- je que sea, descubriríamos que los habitantes y creadores de las civilizaciones más antiguas, por ejemplo los de la Mesopotamia y el Indo, e incluso la Lucy [mujer] que los antropólogos encontraron en Olduvai, o el hombre de Tepexpan, pasaron también buena parte de su vida preocupados por el amor. Esta obra de Alberto Orlandini versa sobre todas las manifesta- ciones del tema apoyándose en las autoridades que lo han descri- to, opinado al respecto, lo han condenado, alabado o analizado, desmenuzándolo en infinidad de partes. Se incluye un “glosario del amor” que va de “acoso sexual” a “viuda negra”, destinado a mejorar nuestros conocimientos acerca de algo que, sin importar la edad, puede golpearnos en cualquier momento. P. Responder estas preguntas referentes a la información leída: 1. ¿Cuál es el tema predominante en este caso? 2. ¿Cómo es el lenguaje en comparación con el de los libros anteriores? 3. ¿Qué sentido tendrá que el autor incluya un glosario? 4. ¿Qué contraste se encuentra entre las expresiones “ena- moramiento”, “mal de amores” y las que aparecen en el libro de Jean-G. Lemaire, como “pareja humana”, “proce- sos inconscientes individuales”, “crisis del sujeto”? 5. ¿A qué tipo de lector está dirigido el libro de Alberto Orlandini? 24
  • 27. Q. Como parte de la exploración es obligado revisar el índi- ce del libro. Con tal fin, se reproduce en seguida. ÍNDICE Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 I. Definición del enamoramiento . . . . . . . . . . . . 13 II. Los componentes del amor . . . . . . . . . . . . . . 17 III. La génesis del enamoramiento . . . . . . . . . . . . 35 IV. La evolución inicial del enamoramiento . . . . . 46 V. El desarrollo del amor . . . . . . . . . . . . . . . . 48 VI. La psicología del enamoramiento . . . . . . . . . . 50 VII. Las variedades del enamoramiento . . . . . . . . . 55 VIII. Las parejas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69 IX. El cortejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81 X. El noviazgo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96 XI. El casamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98 XII. El matrimonio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100 XIII. El desenamoramiento . . . . . . . . . . . . . . . . . 113 XIV. Formas de evitar el desenamoramiento . . . . . . 117 XV. Fidelidad e infidelidad . . . . . . . . . . . . . . . . 119 XVI. El divorcio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122 XVII. Las enfermedades del enamoramiento . . . . . . . 124 XVIII. El amor a través de la historia . . . . . . . . . . . 164 Glosario del amor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182 Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 262 R. Se sugiere responder la siguiente pregunta como produc- to de la comparación entre los libros explorados. 1. ¿Qué diferencias se aprecian entre los temas de este índi- ce y los del libro anterior, no obstante las evidentes simili- tudes, y cuál es el claro contraste con el explorado en pri- mer término? S. Por último, y como producto del trabajo explorativo efec- tuado en el libro de Orlandini, realizar una predicción de su contenido y escribirla en las siguientes líneas. ______________________________________________________ ______________________________________________________ ______________________________________________________ 25
  • 28. 26 Leamos el primer texto en forma global Se leerá a continuación un texto extraído del libro de Salvador Novo con el que se está trabajando. Debe hacerse de corrido, sin detenerse para reflexionar. AMOR Amar es este tímido silencio cerca de ti, sin que lo sepas, y recordar tu voz cuando te marchas y sentir el calor de tu saludo. Amar es aguardarte como si fueras parte del ocaso, ni antes ni después, para que estemos solos entre los juegos y los cuentos sobre la tierra seca. Amar es percibir, cuando te ausentas, tu perfume en el aire que respiro, y contemplar la estrella en que te alejas cuando cierro la puerta de la noche. Responder: 1. ¿De qué trata el texto leído? ______________________________________________________ ______________________________________________________ _____________________________________________________ Comprendamos el texto Para su mejor comprensión, se recomienda leer de nuevo el texto de Salvador Novo, ahora detenidamente y con atención, y regresar a él cuantas veces sea necesario para contestar las siguientes preguntas: 1. ¿El texto es de fácil comprensión, por qué? 2. ¿Cómo se puede calificar su lenguaje?
  • 29. 3. ¿Qué quiere decir el autor con la frase “este tímido silencio”? 4. ¿Qué es el ocaso? Definirlo. 5. ¿En qué sentido y con qué finalidad emplea el autor esta palabra (ocaso) en su texto? 6. ¿Por qué a los juegos y los cuentos también se les aguarda o espera en el ocaso? 7. ¿Qué sensación transmite el autor al hablar de que espera a la amada “sobre la tierra seca”? 8. ¿Qué tipo de obras utilizan expresiones como las anteriores? Realicemos la lectura global de un fragmento del segundo libro A. Se trabajará ahora con un fragmento tomado del libro de Jean-G. Lemaire titulado La pareja humana: su vida, su muerte, su estructura. Hay que leerlo con la mayor rapidez posible y no detenerse para tratar de comprender el significado de palabras que presenten dudas ni pretender aclarar ideas. Solamente dejemos que la vista recorra el texto de un lado a otro, renglón tras renglón, a la mayor velocidad posible. El inconsciente y la estructuración de la pareja: La evolución, la pareja, su vida, su muerte Las primeras fases Entre las primeras [fases evolutivas de la pareja], hay que mencio- nar aquí brevemente el momento inicial en que se constituye el vínculo amoroso. No estamos todavía ante un verdadero “nos- otros”, sino ante la percepción más o menos consciente de un deseo que puede aparecer con todas las características de la vio- lencia inesperada. De golpe, en condiciones a menudo imprevistas o imprevisibles, de una manera vivida como totalmente espontá- nea, en todo caso nada reflexiva, puede surgir el “flechazo” inicial. La elección global del ser amado se le impone a la conciencia antes de toda reflexión crítica, todo razonamiento y todo cálcu- lo. El deseo se centra en la globalidad de los rasgos o de las apa- riencias de su Objeto. No hay “porqué” y hasta las palabras utilizadas para definir los fenómenos —seducción, encantamiento, influjo— aluden precisamente a la influencia mágica o misteriosa de los de- seos imprevistos que surgen desde el exterior del Sujeto. El flechazo se 27
  • 30. comporta como un verdadero hecho consumado. Sea lo que fuera lo que sigue posteriormente, ese acto manifiesta con claridad que las ins- tancias psíquicas conscientes no intervienen sino después; y enton- ces ellas pueden ratificar o no esa elección inicial, puesto que ese deseo, en su espontaneidad impulsiva, puede ser sólo la expresión de algunas pulsiones parciales mal integradas entre sí e insuficientes, o demasiado inestables para que tenga tiempo de instaurarse una verdadera relación amorosa. Por otra parte, es obvio que, salido de las profundidades del in- consciente de un individuo, tal deseo puede no tener respuesta en el otro, y no se estará entonces en condiciones de organizar la con- ciencia de un “nosotros” colectivo, con las modificaciones corres- pondientes de la frontera entre los “Egos” individuales, tal como los analizaremos más de cerca cuando estudiemos la luna de miel. Asimismo, puede sobrevenir un breve “flechazo” en sujetos que es- tán viviendo otra vida de pareja más o menos satisfactoria, pero que no se romperá por eso, como ocurre en la aventura amorosa y en las relaciones extraconyugales. Pero si este “flechazo” no siempre recibe la aprobación poste- rior de la conciencia reflexiva, es muy rico en informaciones para la comprensión de los procesos inconscientes que tienen lugar entre el amante y el amado. Evidentemente, es también fuente de información para el terapeuta, al menos en la medida en que el Sujeto que lo ha sentido sea capaz de suministrar las connotacio- nes que aclaren la significación profunda de dicho fenómeno: cir- cunstancias, características imaginadas del Objeto, etc. En la ma- yoría de los casos, no aparecen ni esta nitidez ni esta violencia que son altamente significativas de la expresión del inconsciente. Con más frecuencia, esta traducción de la irrupción del inconsciente queda oculta por las circunstancias y por el carácter progresivo de las tomas conciencia. Dichos fenómenos inconscientes suelen exis- tir, pero entonces están como entrecruzados y recubiertos por estas consideraciones mucho más racionalizadas, que el Sujeto po- ne por delante. Como puede comprobarlo todo observador, y como lo han confirmado los sociólogos, los integrantes de la pareja son incapaces de precisar directamente, en una entrevista rápida, la naturaleza de las atracciones que experimentaron uno por el otro: su respuesta es un discurso complejo, cuyo contenido mani- fiesto debe ser descifrado constantemente para que se le pueda encontrar su sentido latente más cercano al inconsciente, o al me- nos al preconsciente. Es así como de un modo súbito, a través del “flechazo” o más lentamente, una vez que el deseo es ratificado por las instancias 28
  • 31. conscientes, se puede instaurar una relación de pareja si hay reci- procidad de sentimientos. Los beneficios narcisistas para cada uno son tales que tienden a reorganizar por completo todo el equili- brio intrapsíquico del Sujeto y especialmente las relaciones entre las diferentes instancias psíquicas. Asimismo, aparecen modifi- cadas, cuando no alteradas, las diversas catexis objetales del Sujeto durante este periodo fasto, que los interesados aprovechan para multiplicar sus lazos y organizar un verdadero “nosotros” que los confirman como colectividad.1 Luna de miel y simbiosis Después de todo un primer periodo, muy breve para algunos, mucho más largo para otros, en el cual los integrantes de la pareja se descubren súbitamente en mayor o menor medida, se recono- cen y por fin se eligen, se inaugura un segundo periodo de carac- terísticas muy señalables. Si todo lo que dijimos sobre la elección del compañero se vive principalmente en el primer periodo, y aun a veces en los primeros instantes del encuentro, es porque cada uno espera que se organice con el otro una relación de una densi- dad y, sobre todo, de una calidad excepcional. Ningún razonamien- to, ninguna negación alcanzan a anular la esperanza espontánea de un encantamiento. Cada uno siente intuitivamente que se dis- pone a vivir algo nuevo; que va a posar una mirada nueva sobre el mundo, sobre el compañero y sobre sí mismo, que suprimirá las relaciones anteriores. Se inaugurará para cada uno una nueva era. Que esta percepción sea ingenua en la mayoría de los casos, o que esté a veces complicada con razonamientos o negaciones, no cambia para nada el hecho de ser profundamente vivida. Seremos breves en la descripción superficial de esta fase. Lo más destacable es la anulación, la exclusión para cada una de las partes de todo elemento agresivo, con respecto al otro. La caricatura es por demás conocida: los enamorados no se critican nada, y no solamente se perdonan todo, sino que ignoran la debilidad o el defecto del elegido; no se es ca- paz de aceptar la menor visión desfavorable y hasta se rechazan las percepciones propias cuando no están conforme a la visión ideali- zada que se tiene del otro. La idealización de la que ya hablamos, alcanza en esta fase sus aspectos más ostensibles, y llega hasta la ne- gación de la realidad: hay una verdadera transfiguración del elegido. Esta exclusión de todo factor agresivo se traduce no solamente en la intensa idealización del otro, sino también en la de la vida 29 1 Jean-G. Lemaire, La pareja humana: su vida, su muerte, su estructura, Fondo de Cultura Económica, pp. 148-149.
  • 32. amorosa misma que se considera que desde ese momento aporta- rá toda clase de satisfacciones, y sólo satisfacciones. Cada uno espera mucho del otro y cada vez más. Cada uno idealiza al otro y cada vez más. Se trata de una especie de placer de la excitación, que Freud oponía al placer de la descarga en la vida sexual. La expectativa aumenta la idealización que, mediante una retroalimentación en este caso positiva, aumenta a su vez la expectativa. En el marco de la relación entre los dos componentes de la pa- reja, cada uno se siente como fundido con el otro, como formando parte de él —fusión que representa algo más que la posesión, una especie de grado más avanzado en la desaparición de los límites del Yo, y en todo caso de los límites entre uno y otro—. Con la condición de entender el término “agresividad” en su sentido lato, como con- junto de pulsiones que permiten a cada sujeto oponerse, separarse del otro, individualizarse, existir como un ser distinto y diferente, se puede concebir esta desaparición de los límites entre uno y otro como un grado mayor de anulación de toda agresividad entre ellos, pero si bien la agresividad queda anulada en las relaciones interpersonales de los dos miembros de la pareja, ella resulta des- plazada y desde entonces pasa a reforzar la separación entre cada sujeto y todos los otros, salvo el elegido: “los enamorados solos en el mundo”, como dice la expresión harto conocida, se encuentran bien cuando están apartados del resto de éste por una frontera co- mún que los separa de los terceros, cualesquiera que éstos sean. Es sabido que estos terceros —parientes, amigos, grupos socia- les— no soportan demasiado esta casi desaparición de uno de los suyos, como si fuera devorado por su relación con su compañero y quedara perdido para ellos. Es bien conocido que las sociedades muy estructuradas, donde se vive una intensa participación en un ideal común de grupo —Iglesias, partidos políticos, etc.— no admi- ten esta apropiación de un miembro por otro, en nombre de un amor común. El riesgo puede parecer tan grande para estos gru- pos, que de manera explícita o implícita se oponen a tales uniones amorosas, sentidas como una amenaza para la participación en la lucha colectiva […] No por azar la Iglesia católica prohíbe el casamiento de los sacer- dotes, ni tampoco es azar que se pueda considerar como una “des- viación burguesa” un vínculo demasiado profundo o una relación sexual realizada en una hora en la que habría que participar en un mitin para criticar el pensamiento de LIin Piao o de Confucio.2 Esta casi “persecución” [a la pareja] por el resto del mundo, 30 2 Alusión a los acontecimientos de Tien. Cf. Le Monde del 17 de agosto de 1976.
  • 33. contribuye así a reforzar la nueva frontera entre esa pareja y el mundo, primera frontera de la díada y primera función realizada durante esta fase decisiva de la vida amorosa. Cualquiera que sea el origen de la interacción entre esta nueva pareja y el resto del mundo; ya sea que provenga de que los ena- morados, al unirse, se desprenden un poco […] de sus vínculos an- teriores, o se deba en parte a las reacciones hostiles del mundo frente a ellos, lo cierto es que el conjunto de estos procesos tiene por efecto, no desdeñable, contribuir a la estructuración de la pa- reja. Así, los límites que separan a los sujetos se atenúan, si es que no se borran, mientras que tienden a erigirse progresivamente las fronteras que separan al grupo amoroso del resto del mundo. Una de las funciones decisivas del trabajo psíquico de esta fase es cons- tituir así las bases de la futura “coalición conyugal”, para emplear la expresión de Lidz.3 Del mismo modo, Willi4 insiste en la necesidad de una clara delimitación de la pareja para su funcionamiento normal, y es- tablece cuál es su principio: en una pareja armoniosa la relación debe verse como privilegiada y distinguirse netamente de toda otra relación que cada uno pueda tener hacia fuera, mientras que en el interior de la misma sus miembros deben llegar también a diferen- ciarse netamente uno de otro. Además, estas nítidas delimitaciones, ya sea entre los compo- nentes de la pareja o entre la pareja y los demás, deben ser percep- tibles para los interesados y para los terceros a la vez, sin ser, no obstante, demasiado rígidas o impermeables. Por oposición a esta pareja armoniosa podrían definirse dife- rentes equilibrios: primero, el que representaría la pareja fusional, donde sus integrantes conforman una unión simbiótica con un verdadero Yo común, separado del mundo exterior. Tal relación puede, sin duda, brindar satisfacciones a los interesados, pero se corre el riesgo de una pérdida del Yo individual en el marco de una colusión narcisista. Y a la inversa, tal como vimos a propósito de la elección de compañero, es posible observar en un amor [ena- moramiento] demasiado intenso, cómo sus protagonistas se deli- mitan de manera muy acentuada entre sí, por temor a perder su Yo individual, amenazado por la intimidad de la pareja. Cualesquiera que sean los inconvenientes de una fusión tan estrecha, o demasiado durablemente estrecha, en esta primera fase, correspondiente a la luna de miel, suele alcanzarse un esbozo de pareja simbiótica o fusional, esbozo que, aunque sea discreto, des- 31 3 Véase, por ejemplo, L’enfant dans la famille, Masson, París, 1970, p. 26. 4 Willi J., Die Zweierbeziehng, Rotwolt, 1975.
  • 34. empeña un papel estructurador muy importante para la díada. Este mo- vimiento fusional tiene efectos dinámicos que no son solamente negativos, como se señala habitualmente. No obstante los posibles peligros evidentes, la aspiración fusio- nal representa una de las fuerzas organizadoras constitutivas, pero que se volvería patológica si no estuviera contrabalanceada por otras, cuya reaparición veremos en la evolución de la pareja. Es interesante que las encuestas de los sociólogos coincidan a menudo con nuestros datos de origen clínico como, por ejemplo, sus debates5 en torno al “ciclo de vida familiar”. Por más que hoy se discute el término6 mismo [de familia], porque se distinguen mal su definición y sus límites, él permite estudiar, si se admite al gru- po familiar como un conjunto, la evolución de éste a través de dife- rentes fases. Aunque la enumeración detallada de las diferentes tareas,7 pre- cisadas por algunos autores, sólo tiene un interés clínico, su refe- rencia demuestra qué importante resulta en este periodo, para los integrantes de la pareja, la elaboración de sus relaciones internas, y por eso mismo la constitución de una especie de identidad de pareja, que recién se funda verdaderamente en ese momento. En efecto, hasta entonces cada integrante de la pareja podía sentirse atraído o interesado por el otro, pero su individualidad carecía en absoluto de conciencia del grupo formado; en cambio, la fase de luna de miel introduce esta toma de conciencia del proceso de gru- po. Es una especie de sentimiento de pertenecer al grupo que sur- ge, con mayor o menor importancia según las parejas, según las condiciones socioculturales y, por supuesto, según las particulari- dades individuales de cada sujeto; y al margen de todas estas dife- renciaciones aparece este fenómeno común, importante, de la to- ma de conciencia de pertenecer al grupo-pareja. Así, se confirma la función estructuradora y constitutiva de esta fase de la luna de miel en la organización diádica.8 32 5 Cf. Congreso Internacional de Sociología de la Familia, París, 1973. 6 El “ciclo de vida familiar” representa en el conjunto de los acontecimientos, la serie organizada en el tiempo de aquellos que son previsibles y que se encontrarán en la mayoría de las familias (por ejemplo, el compromiso, el casamiento, el naci- miento de hijos, la entrada en la escuela del primero, la partida del último, etc.), por oposición a los acontecimientos particulares propios de ciertas familias (accidentes, fallecimientos, guerra, separación impuesta, enfermedad grave). 7 Rappoport R., “Normal Crises, Family Structure, and Mental Health” Family pro- cess, 2, 1973, pp. 68-80. 8 Fragmento tomado del libro de Lemaire, op. cit., pp. 157-161.
  • 35. B. Luego de este rápido recorrido, se puede escribir en las siguientes líneas, a manera de predicción, ¿cuál se cree que es el tema del texto anterior? ______________________________________________________ ______________________________________________________ ______________________________________________________ Comprendamos el texto Es recomendable, con la finalidad de conseguir una mejor comprensión del texto, volver a leerlo cuidadosamente, reflexio- nar sobre lo que se ha leído y contestar las siguientes cuestiones. Se puede regresar a la lectura cuantas veces sea necesario para confirmar las respuestas. 1. ¿Qué características tiene el momento inicial en que se constituye el vínculo amoroso? 2. ¿Qué es el “flechazo”? 3. ¿De qué otra manera podríamos llamar al “vínculo amo- roso”? 4. ¿A qué aluden las palabras seducción, encantamiento e influjo? 5. ¿A qué se refiere el autor cuando habla del “Objeto del deseo”? 6. ¿Cuál es el papel de las “instancias psíquicas conscientes” en la instauración de una verdadera relación amorosa? 7. En consecuencia, ¿cómo se podría explicar en qué con- sisten dichas instancias, por qué psíquicas, y por qué conscientes? 8. En el texto se apunta que la idea de cada uno de los miembros de una pareja de enamorados respecto a que inauguran una nueva era durante esta primera etapa, la del “flechazo”, es —en la mayoría de los casos— una per- cepción ingenua, ¿qué quiere decir con esto? 9. ¿En qué condiciones se organiza un “nosotros” colec- tivo? 10. Aunque el autor solamente menciona la “aventura amo- rosa” y las “relaciones extraconyugales”, ¿qué se puede deducir sobre ellas de acuerdo con el texto? 33
  • 36. 11. ¿Para qué sirve la información que proporciona el “fle- chazo”? 12. ¿Por qué los integrantes de la pareja son incapaces de precisar la naturaleza de las atracciones que experimen- taron el uno por el otro? 13. ¿En qué condiciones se puede instaurar la relación de pareja? 14. ¿En qué consisten los beneficios narcisistas para cada integrante de la misma? Si no se conoce la historia de Narciso, origen del término “nar- cisista”, es recomendable leer la introducción al capítulo vi de este mismo libro, pues en él la autora hace un resumen al res- pecto. Seguramente después de dicha lectura y regresando al fragmento de Lemaire que estamos tratando de comprender ahora, se entenderá el significado de tal palabra. La catexis es la energía mental o afectiva aplicada a una idea u objeto, y fasto es sinónimo de feliz o venturoso. Si se está ha- blando de la etapa del “flechazo”, ¿por qué el hecho de que se alteren las catexis objetales del sujeto, en el contexto de la exal- tación del narcisismo, permite organizar un verdadero “nos- otros” que confirma a la pareja como colectividad? 15. ¿Qué esperan de su relación los miembros de una pareja en esta primera fase de la elección? 16. ¿Cómo se describiría superficialmente esta etapa? 17. ¿En qué consiste la idealización del ser elegido durante la misma? Si se ignora quién fue Sigmund Freud, se debe investigar en la parte enciclopédica del diccionario, en una enciclopedia pro- piamente dicha, e incluso en internet; luego de haberlo hecho, responder: ¿por qué este personaje habló del “placer de la excitación” y del “placer de la descarga sexual”? De acuerdo con lo que dice el autor, ¿cómo es la relación en- tre la expectativa y la idealización; a qué se deberá que sea así? 18. ¿Qué significa, en el marco de la relación entre los dos componentes de la pareja, el estar fundido el uno con el otro? 34
  • 37. 19. ¿Cómo explica el autor el término “agresividad” en su sentido lato? 20. ¿Qué implica la “exclusión de todo factor agresivo” de uno respecto al otro, en la relación de pareja? 21. ¿Qué relación tienen los enamorados con los otros? 22. ¿En la sociedad, quiénes y por qué sienten las relaciones amorosas como una amenaza para la participación co- lectiva? 23. ¿Cómo contribuye la primera frontera de la pareja res- pecto al resto del mundo para la “coalición conyugal”? 24. ¿Según Willi J., por qué es necesaria una clara delimita- ción de la pareja? 25. ¿En qué consiste la pareja fusional? 26. ¿Cuál es el peligro de este tipo de pareja? 27. ¿En qué consiste esa pareja en la que sus integrantes temen perder el Yo? 28. ¿Qué tipo de pareja se desarrolla en la etapa considerada como de “luna de miel”? 29. ¿Cuál es el objetivo fundamental de la fase inicial de la pareja, y cuál el objetivo primordial de la misma en la fase de la luna de miel? 30. ¿Qué enfoque tiene el tratamiento del tema amoroso en este texto? 31. ¿A qué tipo de lector estará dirigido? 32. ¿Cuál se cree que sea la finalidad del autor al tratar el tema de esta manera? Llevemos a cabo una última lectura global A. Por lo que se ha trabajado ya en este capítulo, seguramente ha quedado claro lo que es una lectura global. Léase, entonces, globalmente el siguiente fragmento del libro de Alberto Orlan- dini El enamoramiento y el mal de amores, ya explorado con ante- rioridad. VI. La psicología del enamoramiento El flechazo amoroso, como todos los fenómenos psíquicos, contie- ne aspectos que llamaremos cognitivos o espirituales, afectivos o del corazón, motivacionales y vegetativos o del cuerpo. 35
  • 38. En la cognición se advierten los cambios que a continuación se presentan. La “focalización de la atención” en la persona del amado, y la desatención de otros intereses que se tenían con anterioridad. Para el filósofo español Ortega y Gasset, el amor-pasión es una suerte de estrechez de la atención que da al que la padece un aire especial de embobado y sonámbulo. Existe un “contacto visual y sensorial” privilegiado con el cuer- po del amado, de tal manera que los enamorados “se comen con los ojos”, los objetos se perciben más hermosos y con colores más vivos. La percepción del Objeto de amor se agudiza de tal manera que el enamorado ve más que los otros, porque nota cualidades y bellezas que los demás no captan. El placer que la persona amada provoca en los sentidos la des- cribe el escritor español Juan Valera (1824-1905): No es ella grata a mis ojos solamente, sino que sus palabras suenan a mis oídos como la música de mis esferas, revelándome toda la armonía del Universo, y hasta imagino percibir una sutilísima fragancia que su lindo cuerpo despide, y que supera el olor de los mastranzos que cre- cen a orillas de los arroyos y el aroma silvestre del tomillo que en los montes se cría. (Pepita Jiménez) Se cambia la percepción del tiempo, que transcurre rápidamente durante los encuentros y de manera interminable en las ausencias. En la memoria se registran, de modo priorizado e indeleble, los detalles más minúsculos de la historia del romance. La fantasía se exalta y toma como tema reiterativo las ensoñaciones con escenas que protagonizan los amantes. La idea del Objeto de amor se con- vierte en un pensamiento fijo, parecido a las observaciones y los delirios, y todo lo que sucede se relaciona con la idea del amado. De este modo, si el suspirante ve algo en una vidriera, supone que le gustará a la amada; si pasa por un lugar, recuerda que allí ocurrió una cita romántica; y si se encuentra con una persona, asocia con placer que ella es amiga de su amante. A propósito de las ideas obsesivoides, Tennov refiere que gran cantidad de los sujetos de estudio aseguraron que pasaban 85% de su tiempo de vigilia pen- sando en la persona amada. El Objeto de amor se idealiza e hipervaloriza como la cosa más perfecta, bella y virtuosa que pueda encontrarse. En la “ceguera de amor”, que se trató en detalle anteriormente, se magnifican los encantos y se minimizan las deficiencias del amante. La valoración benevolente del enamorado convierte las necedades del amado en acciones de mérito. No es la regla, pero tampoco resulta infrecuen- te que el amante se subestime y dé una excesiva importancia a sus 36
  • 39. pequeñas dificultades frente a la persona que desea agradar. La aceptación, por parte del amado, provoca un aumento de la auto- estima del enamorado; por el contrario, la frialdad ocasiona la pér- dida del propio valor. En las personas apasionadas, la presencia o el tema del amado determinan un estado de desorganización del pensamiento que se conoce como “turbación mental”. Por eso Ja- cinto Benavente escribió: “Cuando un hombre se enamora de ver- dad, es difícil distinguir al tonto del inteligente.” El corazón del enamorado responde a la presencia de la perso- na amada con emociones de tipo positivo, como entusiasmo, jovia- lidad o erotismo ardiente; y por el contrario, los desaires, ausencia o la pérdida del amante suscitan afectos de tipo negativo, como angustia, melancolía o ira que pueden llegar a ser enfermizos. A muchos sujetos enamorados, la presencia de la persona amada les provoca sensaciones de miedo, timidez y temor a ser rechazados. El enamoramiento resulta lo opuesto a la tranquilidad, y represen- ta un estado de emociones excesivas que varían del placer a la zo- zobra y del éxtasis al tormento. Por eso se dice que el amor es un estado donde se experimentan los goces más elevados y los peores sufrimientos. El enamorado percibe sus emociones como irracio- nales, involuntarias e incontrolables. Dice Pascal acerca de las pasiones del amor: “El amor es un tirano que no tolera compañía; quiere señorear solo; y necesita que todas las demás pasiones se le rindan y obedezcan.” En el cuerpo, el amor-pasión causa modificaciones de las nece- sidades: se pierde el sueño, se deja de comer y se exalta el deseo sexual. De este modo, el erotismo del enamorado es muchas veces superior a la sexualidad trivial de la vida cotidiana. Los cambios vegetativos se aprecian como lágrimas, rubor, calor en las mejillas, palidez, “sensaciones en el corazón”, suspiros y desvanecimientos. Jaques Ferrand (1623) decía que el amor se complace en las lá- grimas; por eso, los poetas representan a los amantes llorando. En la musculatura somática se advierten temblores de la voz y de las ma- nos, y suele suceder que las piernas se doblen. Según el psicoanalista Bergler, el enamoramiento tiene ocho características: 1) El sentimiento de felicidad. 2) La tendencia al autosuplicio. 3) La sobrevaloración del amado. 4) La subestimación de la realidad. 5) La exclusividad de la pareja. 6) La dependencia del amado. 37
  • 40. 7) La conducta sentimental. 8) El predominio de la fantasía. El amor romántico se percibe como una experiencia extraordi- naria, distinta del desencanto, del aburrimiento y de la tranquili- dad cotidiana. Dice Pepita Jiménez, la heroína de Valera: “No sa- bía yo lo que era el amor. Ahora lo sé: no hay nada más fuerte en la tierra y en el cielo”. El estar enamorado resulta una vivencia que sorprende; crea un determinado modo de percepción; una nueva visión del mundo y de los otros. La pasión resulta ingobernable para la voluntad, y nadie puede enamorarse o desenamorarse por- que lo desee. Si uno no quiere apasionarse, lo único que puede hacer es evitar a la persona que nos atrae, y algunos proponen como remedio heroico el hacernos odiosos para ella, antes de perder el control de nuestros sentimientos. El amor-pasión es una experiencia monogámica, debido a que el flechazo amoroso no ocurre con varias personas a la vez, pero se puede estar enamorado de una persona y amar sosegadamente a otras. El principio de reciprocidad, según el cual amamos a quienes nos gratifican y evitamos a quienes nos frustran, puede no ocurrir en el enamoramiento; por eso podemos quedar prendados de al- guien que no nos quiere. La pasión lleva a la fusión de los cuerpos y de los espíritus de los amantes. Según Alberoni: “El amor separa lo que estaba unido y une lo que estaba separado”. Por eso los amantes rompen los víncu- los con la familia y la pareja anterior, y forman un lazo nuevo. Aristóteles, en su Retórica, afirmó: “El amor sano es desear todo el bien al amado para su contento y provecho, no para el de uno mismo, y por el contrario, dolerse y entristecerse por los males y aflic- ciones de la persona amada más que de los propios”. El enamorado está continuamente premiando de modo gene- roso y gratuito al amante, y se ha dicho que cuando comienza a sa- car la cuenta de lo que da y de lo que recibe, se está acabando el enamoramiento. Debido a que el amado resulta el objeto más deseado, adquiere un enorme poder sobre el enamorado y cuando la pasión es unila- teral, el que no ama puede abusar y esclavizar al otro. En opinión de Freud (1921), el Yo se hace cada vez menos exi- gente y modesto y, en cambio, el amado deviene cada vez más mag- nífico y precioso hasta apoderarse de todo el amor que el Yo sentía por sí mismo (libido narcisista), proceso que lleva naturalmente al sacrificio voluntario del Yo. En este momento puede decirse con 38
  • 41. razón que el Objeto ha devorado al Yo. El enamorado se hace hu- milde, y se devalúa. La relación de amor se caracteriza por el aumento de la recepti- vidad, de la sintonía, empatía y franqueza. Los amantes tienen una comunicación privilegiada por su aper- tura, su cuantía y su transparencia; ellos tienen larguísimas con- versaciones sobre sus pareceres y sus vidas. Se dice que los enamorados resultan antisociales porque se aís- lan del mundo en un egoísmo de dos, y se desentienden de las otras personas. La pareja amorosa es rebelde al grupo; su experien- cia es privada y secreta; su moral íntima suele ser diferente de la moral convencional, y ella crea una barrera de exclusión que pro- tege su intimidad de la envidia, hostilidad, intromisión y control de la sociedad (que siempre amenaza con destruir a la pareja de amantes). El proyecto de vida del sujeto se organiza alrededor del Objeto de amor. Por amor se deja el trabajo, la familia y, a veces, la patria. El enamorado dice: “tú eres mi vida” y “yo vivo para ti”. En su deseo de confirmar el amor, los miembros de la pareja se piden conti- nuamente “pruebas” de este tipo: “¿te vas a entregar a mí?, ¿vas a dejar a tu familia por mí?, ¿te vas a comprometer conmigo?” El enamoramiento se manifiesta en el lenguaje, el gesto y todo el movimiento corporal. Es de observación común una regresión del lenguaje que adopta formas infantiles y abunda en diminuti- vos. (Los etólogos interpretan que el lenguaje infantil desencadena el instinto de la atención tierna por parte del amado.) La actividad gestual y corporal se describirá en detalle en el capítulo ix, que trata sobre el cortejo. El amor que perdura por años se ha explicado como “reenamoramientos sucesivos”, y aun en el apaciguado amor marital queda un núcleo de fuego que se inició con el flechazo amoroso, y que mantiene el calor de la rela- ción. El amor sólo se conserva si ocurre una fusión de las personas, convirtiéndose el uno en parte intrínseca del otro, y se establece un proyecto común de vida. El enamoramiento termina cuando se atenúa, y pasa al estado de amor marital, se trueca en odio o se di- suelve en la indiferencia. En un estudio de las manifestaciones del enamoramiento en adolescentes de 14 años, encontramos: alegría (77.2%); nerviosis- mo (59%); ideas persistentes sobre el amado (45.4%); deseo sexual (45.4%); rubor (27.2%); temblor en las manos (22.1%), y de la voz (18.1%); insomnio (13.6%), y anorexia (9%) (Orlandini y Martínez, 1994).9 39 9 Fragmento tomado de Orlandini, op. cit., pp. 50-54.
  • 42. B. Es evidente que la lectura global nos permite percatarnos del contenido general de un texto, así que ahora se puede anti- cipar cuál es el tema del fragmento de Orlandini. El fragmento trata de ________________________________ ______________________________________________________ ______________________________________________________ Comprendamos el texto Como ya se vio, el proceso de comprensión de un texto exige su lectura detenida y atenta. Es necesario, entonces, regresar al fragmento anterior, leerlo y releerlo tantas veces como se re- quiera para responder las siguientes preguntas: 1. ¿En qué consiste el “flechazo” para Orlandini? 2. ¿Qué es la “focalización de la atención”? 3. ¿A qué llama el autor “contacto visual y sensorial”? 4. ¿Qué pasa con la percepción del tiempo entre los enamorados? 5. ¿Cómo es que el “objeto del amor” se convierte en un pensamiento fijo? 6. ¿Qué significan la idealización y la hipervalorización del Objeto del amor? 7. ¿Qué es la “ceguera del amor”? 8. ¿En qué casos se da un aumento en la autoestima del enamorado? 9. ¿En qué casos se da una pérdida de esta última? 10. ¿Cómo se manifiesta la turbación mental? 11. ¿Cómo responde el corazón del enamorado ante la pre- sencia del amado? 12. ¿Por qué se dice que el enamorado experimenta los go- ces más elevados y los peores sufrimientos? 13. ¿Qué efectos produce el amor-pasión en el cuerpo? 14. Según el psicoanalista Bergler, ¿cuáles son las caracterís- ticas del enamoramiento? 15. ¿Qué diferencia hay entre el amor romántico y el amor- pasión? 16. ¿En qué consiste el “principio de reciprocidad”? 17. ¿Cómo opera la pasión? 40
  • 43. 18. ¿En qué circunstancias el que no ama puede abusar y esclavizar al otro? 19. ¿Por qué se desatan procesos de devaluación del enamo- rado respecto del amado, según Freud? 20. ¿Por qué se dice que los enamorados resultan antisociales? 21. ¿En qué consisten los “reenamoramientos? 22. ¿Qué importancia tiene para el amor la “fusión” de las personas? 23. ¿Qué finalidad cumplen las citas literarias de la obra Pepita Jiménez, del escritor Juan Valera, en el capítulo de Orlandini? 24. ¿Qué diferencia hay entre el empleo que hacen Alberto Orlandini y Jean-G. Lemaire de los términos psicoanalí- ticos? 25. ¿Qué semejanzas hay entre ambos textos? 26. ¿Cuál de los dos resulta más comprensible?, ¿por qué? 27. ¿Por qué el otro fue más difícil de comprender? 28. ¿A qué tipo de lector estará dirigido el libro de Orlan- dini, y qué características del mismo llevan a esa con- clusión? Identifiquemos diferencias entre los textos leídos A. Una vez que se han explorado estos libros, que se realizaron las predicciones sobre su contenido, y que se llevó a cabo la lec- tura de comprensión de los fragmentos elegidos, se pueden res- ponder las siguientes preguntas: 1. ¿Cuáles son las semejanzas encontradas entre los tres libros con los que se ha trabajado en este capítulo? 2. ¿Cuáles son sus diferencias? 3. ¿Cuál de los tres textos parece más atractivo?, ¿por qué? 4. ¿Cuál de ellos resulta más interesante?, ¿por qué? 5. ¿Cuál tiene más palabras desconocidas, y a qué se debe? 6. ¿En general, qué diferencias se observan en el tipo de lenguaje empleado en cada caso? 7. ¿A qué se debe? 8. ¿Se puede pensar que alguno de los textos es más bello que los demás?, ¿por qué? 41
  • 44. 42 Nuevo amor y otras poesías La pareja humana: su vida, su muerte, su estructura El enamoramiento y el mal de amoresCaracterísticas Intimista Da noticia de los avances científicos Sencillo Universal Una sola posibilidad de interpretación Dirigido a todo público Temática especializada Sigue los pasos del método científico Complejo Bello Con localizaciones temporales Da cuenta de hechos universales en un con- texto histórico particular Interesante En lenguaje técnico Ubicado en la vida cotidiana Produce placer estético Ofrece dos o más posibilidades de interpretación Atemporal Impersonal Dirigido a lectores selectos Difunde información general aportada por otros autores Escrito en verso Pretende redefinir algunos conceptos
  • 45. 9. Respecto a la información, ¿cuál se considera más im- portante y por qué? 10. En orden de más a menos, ¿cuáles de los libros serían leí- dos por personas sin mucha preparación escolar y por qué? 11. ¿Cómo se podría calificar cada uno de los libros de acuerdo con su tipo? B. En la página 42 aparece un cuadro con cuatro columnas: la vertical señala una serie de características que tienen los tex- tos leídos, y la horizontal, los títulos de los mismos. Se solicita colocar una cruz debajo de cada uno de ellos, de acuerdo con la cualidad que se le atribuya, para cerrar este capítulo con la clasificación de los textos y la identificación del que pertenece al género de divulgación científica. C. Se sugiere tomar del cuadro las características de cada uno de los libros y anotarlas donde corresponda: Nuevo amor y otras poesías ______________________________________________________ ______________________________________________________ ______________________________________________________ La pareja humana: su vida, su muerte, su estructura ______________________________________________________ ______________________________________________________ ______________________________________________________ El enamoramiento y el mal de amores ______________________________________________________ ______________________________________________________ ______________________________________________________ D. De acuerdo con sus características, relaciona ahora los textos analizados con los géneros que aparecen en la siguiente lista, escribiendo el número correspondiente en cada paréntesis. a) Nuevo amor… ( ) Científico b) La pareja humana… ( ) Divulgación científica c) El enamoramiento… ( ) Literario 43
  • 46. Consulta el resultado de este ejercicio al final del libro, en donde aparecen los modelos de comparación. E. Luego de haber reflexionado sobre las características de los tres textos trabajados aquí, es posible intentar escribir una definición del de divulgación científica. Es aquel que… ______________________________________ ______________________________________________________ ______________________________________________________ F. Contrasta la definición elaborada con la que se ofrece en el glosario al final de este volumen. 44 RECAPITULEMOS Es conveniente, por último, reflexionar sobre lo aprendido en este capítulo, para revisar el proceso seguido en la identificación de los tipos de libros. Con esta finalidad se solicita responder nuevamen- te algunas preguntas: 1. ¿Qué pasos se siguieron para explorar los libros? 2. ¿Qué se consiguió con dicha exploración? 3. ¿Cómo contribuyeron las lecturas explorativa y de compren- sión para conseguir el objetivo de identificar las diferencias entre los textos? 4. ¿Cuáles son los tres tipos de textos que se conocieron y que ahora se pueden identificar? 5. ¿Qué pasos se siguieron para su identificación? 6. ¿Cuáles son las diferencias entre el libro literario y el científico? 7. ¿Cuáles son las características de los textos de divulgación científica? Para reforzar este aprendizaje es conveniente recordar los nom- bres de algunas revistas o libros de divulgación científica que se han leído, conocido, o que se hayan visto en el puesto de periódi- cos, librerías o tiendas de autoservicio. 8. ¿Por qué son importantes los textos de divulgación científica? 9. ¿Qué razones hay para seguir leyéndolos?
  • 47. II. Los diferentes tipos de discurso Margarita Alegría de la Colina Introducción En general, quienes deciden concursar en Leamos la Ciencia para Todos responden a un impulso personal, eligen el libro con el que quieren trabajar y saben el género en que les corres- ponde hacerlo; pero, en muchos casos, por más que leen y re- leen las bases no acaba de quedarles claro cómo empezar ni de qué manera estructurar su escrito. Toda persona emprendedora, competitiva y deseosa de al- canzar el éxito, sin duda quiere ir a lo seguro en esta experiencia, por lo que debe interesarle reconocer las características forma- les del tipo de discurso que le corresponde. Quien se dispone a participar en una justa de atletismo, de lanzamiento de jabalina, por ejemplo, elige la jabalina adecua- da, ejercita la carrera de impulso y hace también mucho trabajo con los brazos para fortalecerlos y conseguir arrojar ese artefac- to lo más lejos posible; sin una buena preparación, el lanzador de jabalina no podría presentar competencia a sus contrincantes. Si la prueba fuera el clavadismo, se tendría que ejercitar la elas- ticidad del cuerpo, así como la habilidad para lanzarse desde el trampolín. Nadie se atrevería a brincar de él y volar por los aires hasta encontrar el agua de la alberca, sin estar suficientemente preparado. Incursionar en la experiencia de la lecto-escritura para, a par- tir del reconocimiento, comprensión y análisis de un texto, es- cribir otro es una actividad que requiere también capacidad, así como el desarrollo de las habilidades necesarias; sin estos ele- mentos no se pueden tener posibilidades de éxito en dicha em- presa, por lo que es indispensable que quien desee hacerlo se habilite en la lectura eficiente, y en el reconocimiento de las ca- racterísticas del tipo de discurso en que le corresponda partici- par en nuestra justa. ¿Cómo llevar a cabo la lectura del texto que servirá de refe- rencia para que el receptor se entere de su contenido, lo com- prenda, lo analice y lo valore? ¿Qué elementos se deben obser- 45
  • 48. var para reconocer el género discursivo correspondiente? ¿De qué manera escribir el propio texto para que resulte claro, preci- so, y no se aleje de las características del género? Este capítulo puede ayudar en ese sentido. Es importante re- conocer todos los géneros a que convoca el concurso, porque es muy probable que tarde o temprano se tenga que escribir si- guiendo cada uno de estos moldes a lo largo de la formación es- colar o profesional. Por ahora se centrará la atención en aquel género en que se vaya a participar, así es que de este apartado se puede continuar con el que permita aprehender la manera de construir el texto correspondiente, no sin antes haber trabaja- do con el capítulo anterior para reconocer e identificar las ca- racterísticas de los textos de divulgación científica a los que pertenecen los libros de la colección La Ciencia para Todos. Tam- poco se debe olvidar el revisar y estudiar el capítulo séptimo, que ayudará en la corrección del escrito. Exploremos un libro He aquí los elementos que hay que revisar para explorar el libro número 40 de la colección La Ciencia desde México, hoy La Ciencia para Todos. Es importante realizar una predicción de su contenido, porque sus dos primeros capítulos serán el texto previo para el trabajo en el presente apartado, y el hacer esta primera revisión permitirá contextualizarlos en la obra en su conjunto. A. Observemos la portada (figura ii.1). Responder en relación con la portada: 1. ¿Qué sugiere el título? 2. ¿Qué representará el busto de mujer que ocupa la mayor parte del espacio? 3. ¿Qué pueden simbolizar las monedas que recubren su pecho a manera de gran solapa, que se prolonga en una larga cauda? 4. ¿Cuál será el significado de la cara con mirada desorbita- da y una gran boca escupe-monedas, que asoma por arri- ba de la solapa? 46
  • 49. Figura ii.1. Portada del libro de Ruy Pérez Tamayo, Acerca de Minerva, Fondo de Cultura Económica, México, 1995 (colección La Ciencia para Todos, 40), 205 pp.
  • 50. 5. ¿Qué puede simbolizar la figura femenina desnuda y con los brazos abiertos que la mujer sostiene en su mano derecha? 6. ¿A qué se deberá que las figuras a espaldas de ella estén en la oscuridad? B. Es conveniente leer ahora la información que aparece en la contraportada. La Minerva a que se refiere el título de este libro es la diosa romana de la ciencia y de la sabiduría, que alcanzó su máxima popularidad durante el reinado de Domiciano (81-96 d.C.) y a quien Adriano (117-138 d.C.) construyó un templo. Se le considera equivalente y sucesora de Atenea, aunque esta diosa griega no sólo era patrona de las ciencias sino también de las artes y de la guerra, asuntos estos últimos con los que el presente volumen tiene muy poco que ver, pues se refiere a la ciencia en general, vista no a nivel técnico sino desde una posición filosófica y accesible, enfocando aquellos aspectos que seguramente interesan más al lector no científico. Los temas que se tratan en estas páginas pertenecen a todas las ciencias de todo el mundo, mas el autor no esconde que es un cien- tífico mexicano contemporáneo, que escribe sobre temas univer- sales a partir de su propia experiencia en México. Esta característica le da uno de sus mayores atractivos y le permite figurar con todo derecho y propiedad en la colección La Ciencia para Todos. En la medida en que los temas presentados por el autor incluyen obser- vaciones y reflexiones sobre la ciencia nacional, el presente volu- men se constituye en documento valioso no sólo para los interesa- dos en el estado actual de la investigación científica en nuestro país, sino para aquellos que en el futuro deseen examinar con detalle la etapa del desarrollo de la ciencia que nos tocó vivir en México en las últimas décadas del siglo xx. El doctor Ruy Pérez Tamayo procura darnos una idea más hu- mana y equilibrada de lo que es la ciencia en el mundo actual; una visión más clara y angustiosa de los problemas por los que atraviesa en el México de hoy, y una imagen más real de su capacidad para promover y dirigir la transformación que nuestra sociedad requie- re para incorporarse con fuerza y dignidad al siglo xxi. Ruy Pérez Tamayo (1924) se graduó de médico cirujano en la unam; hizo cursos de posgrado en Estados Unidos y posteriormen- te en el ipn. Fundó y dirigió durante 15 años la Unidad de Patolo- gía de la Facultad de Medicina de la unam en el Hospital General, después trabajó como investigador en el Instituto de Investigacio- nes Biomédicas de la unam y posteriormente en el Instituto Nacional 48
  • 51. de la Nutrición “Salvador Zubirán”. Actualmente es jefe de la sub- división de Medicina Experimental de la Facultad de Medicina de la unam. Ha recibido muchas distinciones, mas por encima de todas prefiere la siguiente clasificación: miembro de la especie H. Sa- piens. Asegura ser muy feliz gracias a la unam y a sus hijos y nietos, a sus pocos pero muy queridos amigos de ayer, de hoy y de siem- pre, y especialmente a Irmgard. C. Luego de haber leído el contenido de la contraportada, responder: 1. ¿De quién puede ser el busto de la portada, acerca del cual ya se reflexionó en el ejercicio anterior? 2. ¿De qué asuntos trata el libro que nos ocupa? 3. ¿Desde qué punto de vista los enfoca el autor? 4. ¿Cuál es el motivo de sus reflexiones? 5. ¿Cómo se refiere Ruy Pérez Tamayo a lo que es la ciencia en el mundo? 6. ¿Qué se puede esperar de este autor de acuerdo con su formación profesional? D. Se debe analizar ahora el contenido del libro, de acuerdo con el índice: Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 Primera parte La estructura de la ciencia I. La estructura de la ciencia . . . . . . . . . . . . . 13 II. Sobre el conocimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 III. El mayor regalo de la ciencia . . . . . . . . . . . . 18 IV. Los límites de la ciencia . . . . . . . . . . . . . . . . 21 V. Los experimentos en la ciencia . . . . . . . . . . . . 24 VI. La verdad científica (1) . . . . . . . . . . . . . . . . 27 VII. La verdad científica (2) . . . . . . . . . . . . . . . . 28 VIII. La verdad científica: ¿descubrimiento o invento? . . 33 IX. El error en la ciencia . . . . . . . . . . . . . . . . . 37 X. El “fracaso” de la ciencia . . . . . . . . . . . . . . . 40 XI. El reduccionismo científico . . . . . . . . . . . . . 44 XII. El vitalismo en la ciencia . . . . . . . . . . . . . . . 48 XIII. En defensa del mesianismo científico . . . . . . . . 52 49
  • 52. Segunda parte Del oficio de científico XIV. Invitación a la ciencia . . . . . . . . . . . . . . 61 XV. “¿Y si no se me ocurre nada?” . . . . . . . . . . 64 XVI. La vocación científica . . . . . . . . . . . . . . 67 XVII. La imaginación en la ciencia . . . . . . . . . . 69 XVIII. Los primeros pasos del investigador científico 73 XIX. ¿Qué es un experimento científico? . . . . . . 76 XX. Sobre el artículo científico . . . . . . . . . . 79 XXI. La propiedad científica . . . . . . . . . . . . . . 82 XXII. El alquimista y el científico . . . . . . . . . . 85 XXIII. Tres clases de hombres de ciencia . . . . . . . 88 XXIV. La fuga de cerebros . . . . . . . . . . . . . . . . 92 XXV. Razón y emoción: ¿amigas o enemigas? . . . . . 97 XXVI. La ciencia básica y la zanahoria . . . . . . . . 100 XXVII. Sobre la excelencia científica . . . . . . . . . 103 Tercera parte Ciencia, arte y humanismo XXVIII. Historia, arte y ciencia . . . . . . . . . . . . . 111 XXIX. El genio en el arte y en la ciencia . . . . . . . 114 XXX. Ciencia y humanismo . . . . . . . . . . . . . . . 117 XXXI. Leonardo y la ciencia . . . . . . . . . . . . . . 120 XXXII. Eclesiastés 1:18 . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125 XXXIII. Insanabile scribendis cacoethes . . . . . . . . 128 Cuarta parte Ciencia, ética y filosofía XXXIV. La ética del científico . . . . . . . . . . . . . . 135 XXXV. Aladino y frankenstein . . . . . . . . . . . . . . 138 XXXVI. El doctor fausto en la ciencia . . . . . . . . . 141 XXXVII. La revolución en la ciencia . . . . . . . . . . . 143 XXXVIII. La filosofía natural griega y la ciencia . . . 146 XXXIX. Ciencia y metafísica . . . . . . . . . . . . . . . . 150 Quinta parte Ciencia y biomedicina XL. Ciencia y medicina . . . . . . . . . . . . . . . . . 155 XLI. La medicina y la muerte . . . . . . . . . . . . . 158 XLII. Ciencia, medicina tradicional y medicina occidental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 162 50
  • 53. XLIII. ¿Por qué es tan complicada la vida? . . . . . . . 165 XLIV. La importancia del error en biología . . . . . . 168 Sexta parte Ciencia, economía y sociedad XLV. La verdadera crisis de méxico . . . . . . . . . . . 175 XLVI. Ciencia y modernidad . . . . . . . . . . . . . . . . 182 XLVII. Ciencia y subdesarrollo . . . . . . . . . . . . . . 185 XLVIII. Ciencia y austeridad . . . . . . . . . . . . . . . . 189 XLIX. Información, ciencia y crisis . . . . . . . . . . . 193 L. Los enemigos de la ciencia . . . . . . . . . . . . . 196 LI. ¿Se puede detener la ciencia? . . . . . . . . . . . 199 Responder respecto al índice: 1. ¿En qué tema se centran los capítulos del i al xiii? 2. ¿Además de la ciencia en sí misma, qué otros elementos aparecen en la segunda parte del libro? 3. ¿Con qué se relaciona la ciencia en la tercera parte? 4. ¿Qué tipo de reflexiones hace el autor en la cuarta parte, de acuerdo con el contenido anunciado en el índice? 5. ¿En qué clase de ciencia se centra la quinta parte, y cuál es su relación con la que le antecede? 6. De acuerdo con los temas incluidos en la sexta parte, ¿cuál es la preocupación del autor? E. Las notas introductorias de los libros, sean bajo el título de introducción, prólogo, prefacio, advertencia preliminar, etc., dan una idea muy aproximada sobre su contenido. Lea- mos la correspondiente al libro Acerca de Minerva. Introducción Hace aproximadamente dos años, la agencia Notimex tuvo la gen- tileza de invitarme a colaborar con ella escribiendo notas y ensayos ocasionales de divulgación sobre temas científicos. Tales escritos serían publicados en algunos diarios de la capital y de la provincia de nuestro México, así como de varios otros países latinoamerica- nos. Conociendo la necesidad urgente de interesar e informar al público mexicano y de toda nuestra América Latina sobre la natu- raleza, los alcances y los límites de la ciencia, así como sobre otros 51
  • 54. muchos aspectos del trabajo científico en general, e interesado y comprometido desde hace tiempo con la divulgación científica, acepté de inmediato. Bajo la guía respetuosa y lejana, pero no por ello menos firme, primero de Jorge Villoro y de Alejandro Rossi, y después de este último, aprendí algunos de los secretos de la escri- tura periodística, especialmente el más difícil de todos: la breve- dad. Que no aproveché todas sus valiosas lecciones es algo que el amable lector y yo lamentamos, pero que exime a mis generosos tutores de todas las torpezas gramaticales y de estilo de estas pági- nas, que junto con su contenido conceptual, son de mi única res- ponsabilidad. Aunque escritos para publicaciones de relevancia efímera (no mayor de 24 horas), los artículos reunidos en este volumen poseen mayor vigencia temporal, no por su forma sino por el tema al que se refieren, y por el público a quien están dirigidos. En efecto, una de las máximas prioridades de los países del Tercer Mundo, trans- formada en urgente por la profunda crisis económica que nos afec- ta hoy a todos, es la incorporación de la ciencia no sólo a nuestros elementos productivos y a nuestra manera de pensar, sino a nues- tra conciencia y a nuestra cultura. No es que sin ciencia el futuro de los países del Tercer Mundo sea incierto: es que sin ciencia no tenemos futuro. Tal es la razón por la que he decidido volver a publi- car mis notas periodísticas sobre el tema, esta vez en forma de li- bro. Si de alguna manera estas breves páginas, unas sobre temas actuales, otras menos sujetas a nuestro tiempo, pero todas relevan- tes a los problemas de hoy y de mañana, de México y de América Latina, contribuyen a disminuir la distancia entre la ciencia y el hombre latinoamericano contemporáneo, habrán cumplido con su objetivo. Luego de haber leído la introducción, responder: 1. ¿Cuándo escribió por primera vez el autor los textos que incluye en este libro? 2. ¿De quién fue la invitación para escribirlos? 3. ¿Con qué intención lo hizo? 4. ¿Qué importancia tiene la ciencia en los países del Tercer Mundo, de acuerdo con Pérez Tamayo? 5. ¿Cuál es el objetivo de este libro, según lo expresa el autor? 6. ¿Qué se puede esperar de este autor de acuerdo con su formación profesional? 52
  • 55. F. Ahora ya hay más elementos para inferir el tema del libro Acerca de Minerva. En las siguientes líneas se debe escribir la predicción sobre el tema que trata éste. ______________________________________________________ ______________________________________________________ ______________________________________________________ Siempre que se lea un libro con la intención de trabajar acerca de una parte o del total de su contenido es conveniente, primero, explorarlo por medio del examen de los elementos es- tructurales que aquí hemos revisado; eso permitirá lecturas posteriores más eficientes. Realicemos la lectura global del texto Ya que se tiene una idea aproximada de la temática del libro con que aquí trabajamos, presentamos ahora sus dos capítulos iniciales. A. Deben ser leídos primero rápidamente, sin detenerse en parte alguna aunque resulte muy interesante, sin regresar a líneas anteriores que de pronto parezcan incomprensibles, sin tratar de aclarar el significado de palabras que presenten duda. I. La estructura de la ciencia Vista de manera muy general, la ciencia moderna está basada en tres elementos distintos, que aparecieron en tiempos muy diferen- tes durante la evolución de nuestra sociedad. Estos tres elementos pueden identificarse de varias maneras, pero una de las más claras es presentándolos como tres renuncias sucesivas a sendas posturas fi- losóficas que en sus épocas se juzgaron inexpugnables. Tales re- nuncias pueden caracterizarse de la manera siguiente: 1) renuncia a las explicaciones sobrenaturales de los fenómenos propios de la naturaleza; 2) renuncia a la búsqueda de respuesta a las grandes preguntas, como por ejemplo: ¿de qué está formado el Universo?, o ¿cuál es el destino del hombre?; 3) renuncia al intento de con- testar cualquier pregunta (grande o pequeña) sobre la naturaleza por medio del uso exclusivo de la razón. I) El primer paso en el desarrollo de la ciencia ocurrió en Grecia hace unos 25 siglos (en el siglo v a.C.), cuando un pequeño gru- 53
  • 56. po de pensadores conocidos como los filósofos presocráticos empezaron a abandonar sus creencias primitivas y mitos tradi- cionales sobre la creación del mundo y la naturaleza de todas las cosas, y a sustituirlos por teorías que no tenían elementos divi- nos o sobrenaturales, sino que se limitaban exclusivamente a los componentes propios de la realidad. Se dice que la ciencia y la filosofía se iniciaron cuando Tales de Mileto (siglo vii a.C.) pro- puso: “Toda la realidad está formada por agua”, como respuesta a la antigua pregunta sobre la composición del Universo. Aun- que se antoja que la proposición de Tales de Mileto es demasia- do simple para constituirse en el cimiento de toda la ciencia y de toda la filosofía, no es el contenido de la frase sino su sentido general lo que la hizo importante, y no es lo que dice sino lo que excluye lo que la hizo inmortal. En efecto, Tales no habla de Titanes, de Zeus o del Olimpo, su única referencia es a un ele- mento de la realidad; su proposición se refiere al mundo natu- ral y, por tanto, posee una virtud insigne: se puede examinar objetivamente para determinar si es cierta o no. Otros filósofos presocráticos como Anaxímenes, Anaximandro, Parménides, Empédocles, Alcmeón, etc., hicieron otras proposiciones, distin- tas a la de Tales en su contenido, pero semejantes en su renun- cia a elementos sobrenaturales. En la historia del pensamiento científico, éste es indudablemente el paso más importante, por- que lo hace posible. II) El siguiente paso en la evolución de la ciencia fue el más pro- longado y probablemente el más doloroso, porque culminó con la abdicación de la filosofía como Regina Scientiarum, y el surgimiento de los distintos precursores de las diferentes cien- cias actuales. Se caracteriza por la sustitución de las grandes preguntas sobre la naturaleza por otras menos ambiciosas, más simples y aparentemente intrascendentes, pero con una pro- piedad maravillosa: eran (y son) potencialmente susceptibles de respuesta. En los muchos siglos que tardó esta transforma- ción, el mundo occidental vio el surgimiento, la gloria y el co- lapso del helenismo; la aparición y el derrumbe del Imperio Romano; la hegemonía política y espiritual de la Iglesia católi- ca; la irrupción y el dominio del Islam en Europa. Sin embar- go, renunciar a las grandes preguntas era necesario, pero no suficiente para que surgiera la ciencia, sobre todo cuando per- sistía la idea de que las respuestas correctas podían ser genera- das por puro raciocinio. En otras palabras, el principal y único instrumento utilizado para explorar la naturaleza era el cere- bro del investigador, quien pensando intensamente y obede- 54
  • 57. ciendo el principio de la consistencia lógica interna, podía des- cubrir la verdad sobre los fenómenos naturales. Es indispensa- ble afirmar con toda vehemencia que tal postura es característi- ca de la filosofía, pero que no tiene nada que ver con la ciencia; de hecho, se trata de una postura típicamente anticientífica. III) Después de la renuncia a las explicaciones sobrenaturales de la realidad, y de la renuncia a las grandes preguntas sobre la naturaleza, lo que todavía faltaba para que surgiera la ciencia moderna era la renuncia a la autoridad de la razón. Esto no quiere decir (de ninguna manera) que debía hacerse sitio a la sinrazón; lo que significa es que debía aceptarse que para entender la realidad, la razón es necesaria pero no suficiente. El elemento que falta es absolutamente indispensable para que la ciencia exista, es una conditio sine qua non; me refiero a la ex- periencia, al contacto continuo con la realidad por medio de observaciones, comparaciones, analogías y experimentos. La ciencia es una actividad humana creativa cuyo objetivo es el conocimiento; este producto se confirma cuando hay consen- so sobre la validez en el seno de la comunidad científica ex- perta. Tal consenso se basa, sobre todo, en la reproducibilidad de los datos, cuando se siguen las indicaciones especificadas al respecto. La razón es necesaria, pero la verificación objetiva de los fenómenos es indispensable. La esencia de la ciencia es la experiencia, que debe ser pública o reproducible. En la cien- cia, la única que siempre tiene la razón es la naturaleza; el ofi- cio del científico es entenderla. II. Sobre el conocimiento Una de las características sobresalientes de la especie humana es su incapacidad para tolerar la incertidumbre, y para tomar decisiones basadas en información incompleta. Desde luego, tal característica es más específica del Homo sapiens que la de ser bípedo implume, no sólo porque está muy extensamente representada en los hom- bres, sino porque no existe (o no sabemos que exista) en ninguna otra especie de seres vivientes. Como la gran mayoría de las veces que debemos decidir no poseemos toda la información necesaria para ello, nos hubiéramos mantenido en un estado de inactividad extrema a través de toda la evolución de nuestra especie si no fuera porque, desde muy temprano, nuestros primeros ancestros encon- traron una solución al problema: inventar lo que no sabemos. El conocimiento verdadero es tan raro que hasta su misma naturaleza es motivo de discusión en medios académicos. El filóso- 55
  • 58. fo se pregunta: ¿cuáles son las diferencias entre entender, conocer, saber y creer? El hombre de ciencia (casi siempre ignorante de los esfuerzos filosóficos relacionados con su campo) sólo distingue entre dos categorías: el conocimiento científico, o sea la información obtenida por medio de una serie de construcciones teóricas some- tidas a rigurosas pruebas objetivas (experimentales de otra índole) realizadas personalmente y filtradas mediante otros investigado- res, con las mismas o con otras técnicas, ampliamente diseminadas a través de los medios de difusión más críticos dentro de la espe- cialidad, de modo que es posible asegurar su percepción y análisis por la comunidad internacional experta e interesada en el campo; y el seudoconocimiento constituido por las respuestas al mismo pro- blema generadas por la fe y/o la intuición, o bien por corazona- das, deseos, ilusiones, sueños, caprichos, tradiciones, convivencias, angustias, tragedias, esperanzas y otras formas más de ideación y de sentimientos. Vivimos en un mundo que es 95% fantasía y 5% realidad. En otras palabras, ignoramos casi todo lo que representa la realidad que nos rodea y de la que nosotros mismos formamos parte; lo que realmente conocemos de la naturaleza es una fracción pequeñísi- ma, casi infinitesimal de todo lo que ella contiene. Una de las ex- presiones más dramáticas de la magnitud de nuestra ignorancia es la de Newton (quien, paradójicamente, junto con Aristóteles, Galileo y Darwin y unos cuantos genios más, contribuyó a disminuirla de manera significativa), cuando dijo: Yo no sé cómo me juzgue la posteridad, pero siempre me he vis- to como un niño jugando en la playa, divertido en encontrar de vez en cuando una piedra más lisa o una concha más bella que las demás, mientras el gran océano de la verdad yace completamente desconoci- do frente a mí. Desde épocas prehistóricas y hasta nuestros días, casi toda la humanidad ha llenado este inmenso vacío con invenciones fantás- ticas y sobrenaturales, repletas de magia y antropomorfismo. Es lo que los antropólogos actuales conocen como el pensamiento pri- mitivo, refiriéndose así no a una estructura mental que pertenece al pasado sino a una forma de pensar ingenua y simplista, gober- nada por categorías absolutas y con un fuerte componente mági- co. El mundo primitivo no es un mundo antiguo, más bien es un mundo infantil. El conflicto humano que intento resumir en estas líneas no es ni simple ni reciente; se trata de algo muy complejo y también muy antiguo. El problema ha estado vigente y sin resolver desde 56