ATLAS DEL SOCIOECOSISTEMA: RÍO GRANDE DE COMITÁN-LAGOS DE MONTEBELLO, CHIAPAS...
Cómo organizar la convivencia entre perros y gatos en casa
1. Cómo organizar la
convivencia entre perros
y gatos en casa
Los primeros encuentros y que al menos uno de los dos sea un
cachorro son las claves para la armonía
El dicho aquel de 'llevarse como el
perro y el gato' ya está pasado
de moda, lo mismo que la creencia
de que un can y un felino no
pueden coexistir bajo el mismo
techo. Es cierto que la convivencia
entre estas dos especies es difícil si no se siguen ciertos consejos que
expertos etólogos y veterinarios recomiendan a la hora de introducir un
compañero para nuestra mascota.
Es verdad que cada animal es un mundo y su nivel de adaptabilidad hacia otras
especies depende del grado de socialización que hayan tenido en la infancia,
pero si decidimos introducir otro compañero en nuestro hogar, el principal
consejo es que éste sea un cachorro, ya que esto hará que se reduzcan las
posibilidades de que surjan problemas y altercados. La mejor combinación suele
ser el tener un gato en casa y traer un perrito, ya que el cachorro sólo
querrá jugar y el gato podrá alejarse o esconderse si el can le molesta.
En este caso el gato verá al perro como a un intruso en su territorio por lo
que si lo ve deambulando por la casa libremente se sentirá abrumado y es
posible que se muestre hostil con pequeño. Aunque parezca algo cruel, lo mejor
es mantener al recién llegado unos días en una habitación para atemperar el
ambiente, ya sea un perro o un gato.
2. Primer encuentro
Tanto si tenemos en casa un perro como un gato y queremos introducir en el
hogar un nuevo amigo de diferente especie, lo más importante es asegurarnos
que uno de los dos, ya sea el can o el felino, sea un cachorro. Lo más
recomendable es que los primeros días mantengas a los animales en
habitaciones separadas y que se vayan acostumbrado a los olores. Puedes
dejar que se huelan a través de la puerta o intercambiar sus camas. Para la
primera presentación es importante que el perro esté cansado, haya comido
bien y que esté calmado y relajado y que el gato pueda optar con una vía de
escape o un lugar elevado donde sentirse a salvo. Para sentirnos seguros
podemos usar la correa y mantener al can bien sujeto.
Recompensa
Si el perro se comporta adecuadamente ante el gato, es decir, no se excita ni
se abalanza a por él, recompénsale con caricias y golosinas. Todo irá a la
perfección si notas que el perro no muestra interés en el gato y no se
acerca y si el propio gato es el que se aproxima al can a olerle, lo que indicará la
plena confianza que siente uno hacia el otro. El gato debe marcar el ritmo de
las interacciones mientras que el perro debe mantenerse tranquilo y distraído
3. con otros objetos. Nunca acaricies al perro cuando éste se muestre excitado y
nervioso ante el gato y busque ir a por él, ya que fomentarás ese
comportamiento.
Comidas separadas
A pesar de que el perro puede comer la comida del gato y sentirse
estupendamente, el gato no puede alimentarse exclusivamente del pienso de su
compañero ya que le faltarían ciertos componentes exclusivos que sólo se
encuentran en la comida destinada a los felinos. Lo mejor es que dejes un plato
que siempre esté lleno de comida para tu gato en un lugar alto y, a parte,
darle de comer al perro dos veces al día tras el paseo, ya que los gatos saben
gestionarse su comida pero los perros no. Hay que tener cuidado también con
las bandejas de arena ya que los perros tienden a querer comerse las heces del
gato, algo que podemos evitar colocando la bandeja sanitaria en un lugar alto o
fuera del alcance del can.