Probar una aplicación web implica realizar diversas pruebas y revisiones para descubrir errores en el contenido, funcionalidad, usabilidad, navegabilidad, rendimiento, compatibilidad, interoperabilidad y seguridad de la aplicación. Estas pruebas evalúan dimensiones como el contenido, la funcionalidad, la estructura, la usabilidad, la navegabilidad, el rendimiento, la compatibilidad y la seguridad. Algunas estrategias de prueba incluyen revisar los modelos de contenido y de interfaz de la