El documento discute cómo la industria turística de México necesita evolucionar más allá del modelo tradicional de sol y playa para mantenerse competitiva en el siglo 21. El turista moderno busca experiencias más enriquecedoras y sostenibles que involucren la cultura e interacción con las comunidades locales. Los destinos también deben adaptarse a las necesidades cambiantes de los segmentos en crecimiento como las parejas sin hijos, adultos mayores y turistas interesados en el turismo alternativo y la preservación del medio ambiente.