La conservación del suelo se refiere a un conjunto de técnicas y prácticas agrícolas que evitan la degradación y erosión del suelo. Estas técnicas se enfocan en un uso a largo plazo del suelo para mantener su fertilidad y rendimiento en el futuro sin depender de productos químicos. Algunas prácticas clave incluyen obtener conocimiento sobre los recursos del suelo, monitorear zonas críticas y controlar la eficacia de las técnicas aplicadas.